UNA EXTRAORDINARIA CLASE MAGISTRAL DEL PROF.DR. JEFFREY SACHS, “LA SOBERANIA: Reimaginar la gobernanza para el desarrollo sostenible”...
En el patio trasero latinoamericano/yanqui la
soberanía no existe. Entiéndase por ella, la que reside en el Pueblo/ el
Soberano es única, indivisible e inalienable.
En Estados
Unidos y en su patio trasero latinoamericano, “nadie entiende a nadie”, En el contexto
de esta patética realidad es admirable la lucha del Prof. Dr. Sachs de la
Universidad de Columbia, planteándoles en su clase magistral al epígrafe
señalada un gran desafío para los latinoamericanos que piensan, creen y luchan y que lo asumen.
Frente al fracaso de las falacias que la
desigualdad es buena para el
crecimiento económico y la teoría del
goteo, si le va bien a la clase empresarial plutócrata le irá bien a toda la
sociedad, la realidad apunta
abrumadamente en el sentido contrario.
El perverso sistema capitalista determinista globalizado moribundo sólo
se mantiene con las malditas guerras imperialistas, el narcotráfico, el hambre
y la miseria de millones de seres humanos. Demostrándonos a los que tenemos la
capacidad de pensar y entender que no hay destino viable con este perverso
sistema capitalista determinista para la Humanidad...
Si la
desigualdad es la consecuencia natural
del sistema capitalista
determinista globalizado que imponen los dueños de la celestina universal/el
dólar, y del narcotráfico, el 1% de la
clase empresarial plutócrata oligarca, financiera –bancaria/agiotista, agrícola
monopolista, a través de la clase burguesa politicastra/castrense corrupta y su
régimen estadounidense de turno, la solución
a esta lacra que agobia al género humano pasa por terminar con la
tiranía más despótica, perversa, desalmada e inmoral de la globalización del
capital para alcanzar la felicidad del genero humano.
Con esperanza
y memoria, todo está dicho, pero como nadie hace caso hay que volverlo a
repetir.
Prof. Moreno
Peralta /IWA
Secretario
ejecutivo ADDHEE.ONG
Comenta la extraordinaria clase magistral del Prof.
Dr. J. Sachs el Prof. Javier Suazo, economista hondureño, catedrático de la
Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Honduras
“Necesitamos
inversiones mucho mayores en investigación y desarrollo porque América Latina
debería ser una potencia en innovación basada en la bioeconomía y en muchas
otras cosas” (Prof. Dr. Jeffrey Sachs).
Son pocos los economistas que convierten una macroeconomía para
la estabilización económica y el ajuste estructural en una macroeconomía para
el desarrollo a escala global. Es más, para el desarrollo humano
sostenible y protección de los derechos humanos, combatiendo la pobreza y
desigualdad. Uno de ellos es el Prof. Dr. Joseph E. Stiglitz, el Premio Nobel de Economía, que
después de servir como funcionario del Banco Mundial y apoyar parte de las
reformas de países con fuertes desequilibrios económicos y sociales en Asia,
África y América Latina, además de asesor presidencial, se ha convertido en uno
de los principales críticos de la globalización y de políticas de ajuste y
reforma promovidas por los propios Organismos Financieros Internacionales
(OFIS) y grupos económicos y financieros de países de mayor desarrollo. Otro es
el Prof. Dr. Jeffrey
Sachs, el destacado economista de la Universidad de Columbia, asesor y
presidente de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las
Naciones Unidas, que después de construir el instrumental para entender una macroeconomía
global, se convirtió en uno de los principales teóricos del desarrollo,
agregando una visión geoestratégica que incorpora los aspectos políticos,
ambientales, seguridad e ideológicos. Una revisión de sus aportes a la teoría
del desarrollo humano y combate de la pobreza deberían bastar para que la
Academia Sueca le otorgue el Premio Nobel de Economía.
No son economistas marxistas, pero
varios de sus aportes, a partir de la crítica al funcionamiento del sistema
capitalista, ayudan a construir modelos de desarrollo alternativos al modelo
neoliberal.
Recién el economista Prof.
Dr. Jeffrey D.
Sachs estuvo en Honduras como conferencista en el marco del Seminario
Internacional “La soberanía: reimaginar
la gobernanza de las inversiones para el desarrollo sostenible»,
patrocinado por la Procuraduría General de la República (PGR), en tanto el país
enfrenta varias demandas de arbitraje internacional por supuestamente afectar
la inversión extranjera en el país y no reconocer derechos adquiridos por las
empresas al haberse aprovechado de legislaciones y prácticas corruptas
violatorias de la Constitución de la República y la soberanía nacional,
apoyadas por malos hondureños.
Se estima que existen unas 16 demandas contra el país por
inversionistas extranjeros que se acercan a los 19.500 millones de dólares,
siendo una de las más cuantiosas, por el orden de los 11.000 millones de
dólares de aquellas empresas e inversionistas que conforman la Zona de Empleo y
Desarrollo (ZEDE) Próspera, con una legislación que buscaba (la ley fue
derogada por el actual Gobierno) convertir al país en una especie de enclave
moderno, violando la Constitución de la República. Estas demandas se
presentaron ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativa a
Inversiones (CIADI), del cual Honduras se retiró en agosto de 2024.
Hay varios temas de interés para el Gobierno de la República y
demás actores participes del proceso de cambio político que vive Honduras de
cara a las elecciones generales de noviembre próximo, que se derivan de la
exposición magistral del Prof. Dr. Sachs.
El primero es que la defensa de la soberanía nacional no es solo
para países como EEUU, sino también para Honduras. Sus autoridades actuales y
el pueblo no quieren que el territorio sea apropiado por empresas extranjeras,
lo cual no es mucho pedir. «Honduras
necesita y quiere inversores extranjeros, pero no quiere invasores extranjeros.
No quiere que nadie se apropie del territorio soberano ni de los derechos
soberanos de este Pueblo. Eso no es mucho pedir, por cierto, y está
dentro de lo alcanzable, es un tema de establecer entendimientos claros» (J.
Sachs, 18/08/2025).
Lo segundo es que la inversión extranjera no debe ser confundida
con invasión extranjera, o sea que los “inversionistas” busquen no solo
invertir sino también quedarse con los recursos naturales existentes,
desnaturalizando incluso la forma de gobierno; un nuevo Estado dentro de otro
Estado, con gobierno propio, leyes, moneda e institucionalidad política y
judicial.
Lo tercero es que los inversionistas o invasores no deben
exigir con sus demandas y el arbitraje recuperar no solo su inversión sino
también las ganancias hipotéticas futuras de proyectos que incluso no se
ejecutaron, una especie de chantaje internacional. Hay vigente un sistema
fallido de reclamos internacionales, donde los países centrales y las empresas
amparadas en leyes poco transparentes, exigen pagos millonarios como
indemnización o compensación que comprometen el desarrollo humano sostenible a
futuro del país.
Lo cuarto es que hay que reconocer que países como Honduras
necesitan de inversión extranjera para avanzar en la llamada “senda” del
desarrollo, pero no a costa de la destrucción y captura de sus recursos naturales
y soberanía. Necesita reglas claras donde todos ganen y no reglas que debilitan
la institucionalidad y favorecen el despojo. Los inversionistas de la
ZEDE Próspera deben estar conscientes que la Isla Roatán no es de
ellos, no la pueden tener, es territorio que pertenece a un país soberano, la
República de Honduras con una extensión de tierra de 112.777 kilómetros
cuadrados, población de 10,8 millones de personas, idioma oficial el español y
moneda el lempira.
Lo quinto es que se necesita un nuevo sistema de reclamos
internacionales, no uno fallido que solo beneficia a empresas y países de
mayor desarrollo. Con el sistema internacional actual pareciera que este
tipo de empresas lo que buscan no es ejecutar la obra, sino demandar y cobrar
como si esta se haya ejecutado totalmente con créditos. Los OFIS tienen parte
de culpa al abrir una ventana de arbitraje que permite la presentación de
demandas, aun cuando sean violatorias de las leyes internas.
Lo sexto es que se debe apoyar al Gobierno en la consecución de
los objetivos de desarrollo, caso de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS),
canalizando recursos de inversión benignos con el ambiente, los derechos
humanos y valores democráticos. Ello implica un esfuerzo por priorizar las
intervenciones en materia de educación y desarrollo de habilidades de la
población, que posibilite contar con una fuerza laboral más capacitada que ha
sido marginada del desarrollo de la ciencia y tecnología. Son importantes las
acciones de los gobiernos para el desarrollo de la infraestructura física y
vial, caso particular en Honduras con el Tren Interoceánico, pero el pilar
fundamental sigue siendo la educación y la capacidad de absorción tecnológica,
si no creen, pregúntenles a los costarricenses.
De acuerdo al Ministro de Finanzas, Cristián Duarte, Honduras ha
gastado cerca de 400 millones de lempiras en pagos de abogados para enfrentar
estas demandas, de los cuales unos 315 millones de lempiras corresponden a este
Gobierno, que podrían haberse utilizado en construcción de centros de
salud. El Tratado de Libre Comercio CAFTA-RD ha motivado estas demandas
contra el Estado hondureño, pero también el retiro de Honduras de CIADI y las
expectativas que al ganar las elecciones los candidatos de los partidos
tradicionales se vuelva al punto de origen, o sea de nuevo a las ZEDE y
gobierno extractivo.
Es muy importante que el país defina una estrategia conjunta
para la integración regional y latinoamericana. A futuro, la Comunidad de
Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), jugará un rol muy importante en
temas de desarrollo, por lo que hay que fortalecerla. Este fortalecimiento debe
tener en la cooperación uno de los pilares fundamentales, igual en el
aprovechamiento de experiencias en la gestión y trato de la inversión
extranjera, ajustando leyes internas y definiendo mecanismos efectivos para
sacar mayores beneficios para el país y a menores costos imputables.
Lo subrayado interpolado es nuestro.




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