¿Netanyahu
está chantajeando a Trump?
En una entrevista aparecida en Daily Telegraph NZ , el
exoficial de inteligencia israelí judío Ari Ben Menashe afirmó: “Netanyahu está
chantajeando al presidente Trump y su Gobierno está atrapado por los israelíes.
Jeffrey Epstein fue una de sus herramientas para tenderles una trampa”.
¿Epstein era miembro del Mossad?
Epstein visitó Israel en 2008 (justo antes de su primera
condena) y tenía lazos con Ehud Barak (ex primer ministro israelí), quien
visitó su mansión en Nueva York al menos 30 veces (según documentos judiciales
de 2019-2021). Ben-Menashe afirma haber conocido a Epstein en la oficina
de Maxwell en Londres en los 80. Maxwell era un magnate de medios con supuestos
lazos al Mossad (confirmado en libros como Robert Maxwell, Israel’s Superspy de
Gordon Thomas, 2002).
Trump y Epstein
Trump y Epstein se conocieron en los 80-90 (Trump lo llamó
“tipo genial” en 2002) y en su libro “Epstein: Dead Men Tell No Tales “(2019),
Ari Ben afirma que “Epstein grababa a políticos con menores para chantajearlos
en beneficio de Israel”. Esto se alinea con testimonios de víctimas de Epstein
(como Virginia Giuffre) y documentos desclasificados del FBI (julio 2025), que
mencionan “posibles operaciones de inteligencia”.
Operación Carros de Gedeón II
La reciente visita oficial de Marco Rubio a Israel sería la
reafirmación del compromiso inquebrantable de EE.UU. con la seguridad de
Israel, así como el visto bueno de Trump a la operación “Carros de Gedeón II”
emprendida por Netanyahu.
Según las autoridades gazatíes, serían 64.900 los asesinados
por ataques israelíes desde la ofensiva desatada el 7 de octubre de
2023, pero la relatora de la ONU, Francesca Albanese, ha sostenido que “el
número real puede ser de diez veces mayor con al menos 680.000 fallecidos, casi
un tercio de los gazatíes que vivían en la franja” así como el 90 por ciento de
las infraestructuras civiles arrasadas bajo la excusa de “combatir el
terrorismo de Hamas”.
El objetivo final de dicha operación militar sería el
confinamiento forzoso de la población gazatí en Rafah como medida de presión
para que Egipto abra su frontera y los palestinos queden asentados en la
Península del Sinaí y en Libia. Tras ello, Israel procedería a la Declaración
unilateral de la soberanía sobre Gaza y sus zonas marítimas y
posteriormente, anexionará Cisjordania para culminar la segunda nakba que
podría borrar a Palestina de la faz de la Tierra, dentro de la estrategia
de Netanyahu da acelerar los plazos para implementar el Gran Israel (Eretz
Israel).
El dirigente Naim Qassem advierte que Medio Oriente
atraviesa una etapa crítica ante el avance de una agenda regional que busca
consolidar la ocupación sionista y debilitar la soberanía de los países árabes.
Naim Qassem en una imagen de archivo.
El secretario general adjunto de Hezbolá, Sheikh Naim
Qassem, afirmó que la región de Medio Oriente se encuentra en un
momento de alto riesgo político, marcado por el papel creciente de Israel como
fuerza de ocupación con respaldo directo de Estados Unidos.
Según Qassem, ambos actores impulsan una estrategia de
expansión que afecta directamente a los pueblos de Palestina, Líbano,
Siria, Irak, Yemen e Irán, entre otros, hacia los cuales proyecta con
suma agresividad su proyecto colonial al servicio de intereses
hegemónicos.
Durante un acto conmemorativo por el fallecimiento de
combatientes de la resistencia, el dirigente chií señaló que Israel actúa
como una herramienta geopolítica para consolidar los intereses occidentales en
Medio Oriente, y que su presencia responde a un plan destinado a impedir que
los países de la región ejerzan plenamente su soberanía.
Qassem sostuvo que la ofensiva militar israelí, acompañada
de apoyo político, logístico y armamentista por parte de Washington, ha
superado los límites del derecho internacional, y busca imponerse mediante el
uso sistemático de la fuerza. Mencionó recientes ataques en distintos países de
la región como parte de esta lógica, al tiempo que denunció la falta de
respuesta de organismos multilaterales.
En su intervención, también hizo referencia al fracaso
de herramientas como las sanciones económicas, la guerra informativa y los
denominados Acuerdos de Abraham, utilizados —según explicó— para aislar a los
movimientos de resistencia y normalizar la ocupación israelí en el mundo árabe.
Indicó que estas medidas no lograron neutralizar a los actores que se oponen al
proyecto conocido como “Gran Israel”.
Dirigiéndose a los Gobiernos árabes, Qassem planteó la
necesidad de abrir una etapa de diálogo regional centrada en la defensa de los
intereses colectivos frente a lo que calificó como el verdadero
conflicto: la ocupación y el despojo de los pueblos árabes por parte de Israel.
Reiteró que las armas de la resistencia están orientadas exclusivamente
contra las fuerzas ocupantes, y no contra países de la región.
El dirigente también cuestionó el papel de Estados
Unidos en relación con las capacidades militares del Líbano. Señaló
que Washington restringe deliberadamente la entrega de armamento defensivo
al Ejército libanés, permitiéndole solo operar con medios destinados al control
interno, mientras mantiene su apoyo irrestricto al poderío militar israelí.
Finalmente, Qassem instó a reforzar la coordinación
entre las fuerzas de resistencia y el Ejército libanés para hacer frente a la
ocupación y avanzar en la reconstrucción del país. También defendió la
celebración de elecciones parlamentarias como parte de un proceso político que
fortalezca la soberanía nacional frente a las presiones externas.





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