viernes, 29 de noviembre de 2019

El silencio ante el oprobio.



El silencio ante el oprobio.


Laisser faire, laisser passer”, sobrevivencia del tartufo rutinario,  pragmático contemporizador, socialdemócrata y democratacristiano – dos atajos sin salida -, incapaz de entender que “Los caminos intermedios corresponden a la antesala de la traición”…
 

Por Ilka Oliva Corado/ escritora, poetisa, comunicadora social/ ADDHEE.ONG:

Existen  muchas formas  para ser cobardes, canallas y ruines,  existen muchas formas para matar sin apretar el gatillo, de violar sin tocar un cuerpo  y todas se compactan en el silencio; guardando silencio ante el oprobio violentamos y asesinamos doblemente: nos convertimos en cómplices de los delitos más crueles.  Cuando nos escudamos en ideologías y religiones como pretexto para esconder nuestra mediocridad y miseria de ingratos deshumanizados, alevosos y altaneros. O peor aun cuando decimos que no tenemos ninguna ideología y ninguna postura política por ende no  nos involucramos creyendo que eso nos salva de problemas y nos permite estar en paz con todos: porque lo importante es no incomodar a nadie. 

Hay muchas formas de evadir la realidad y pretender que nada sucede: volteando a ver a otro lugar, metiéndonos dentro de nuestras burbujas, viendo y fingir que eso no es real o que porque no sucede enfrente de nuestra casa, dentro de nuestras cuatro paredes, porque no toca a nuestra familia directamente no nos puede afectar.  Tomando la postura del que señala con el dedo acusador creyéndonos superiores y limpios, ajá limpios por mantenernos al margen: que afecte a otros a los que se meten en camisa de once varas por estúpidos  que total en este mundo todo está dicho y hecho y no hay nada qué cambiar solo seguir los patrones y más cuando éstos nos benefician a nosotros que solemos obtener nuestros objetivos pasando sobre los demás; o que cobardemente no luchamos por estos porque sabemos que para luchar se necesitan agallas y más cuando las luchas son colectivas y buscan derribar imperios y normas, eliminar injusticias e impunidad; nos dedicamos aseñalar porque es mejor estar del lado del ingrato que del que pone el pecho. Nosotros que tuvimos la suerte de no sufrirla  ni lucharla  como otros, porque nacimos con privilegios. 

Cuando sabemos que el beneficio principal lo tendrán otros no nosotros directamente, esos otros: los más golpeados del sistema y los de la alcantarilla en la escalera de las clases sociales, entonces nos desligamos porque el pastel entero no será para nosotros, azadones: que todo es para dentro. Y cuando el odio nos inunda o más bien lo exhalamos y nos entra el miedo de solo pensar que los de la alcantarilla tengan acceso a nuestros derechos y peor aún a nuestra comodidad. Nos irrita solo pensar que esa gente pueda comer tres tiempos al día, que esos niños puedan tener techo, ropa  y calzado como los nuestros o peor aún que puedan ir a la escuela y jugar con ellos, ¡el acabose que sean amigos! 

¿Qué haremos sin sirvientas y sin jardineros? ¿Sin los jornaleros que corten la caña, las verduras, el café?¿Sin los cargadores de bultos en los mercados? ¿Qué haremos sin el que nos lustra los zapatos? ¿Sin casas de citas y bares? ¿Qué haremos sin la que nos limpia la caca del perro y de los niños? Es ése el miedo, que un día las cosas se emparejen. Sumado nuestro racismo porque como mentes colonizadas nos creemos anglos, arios siendo mestizos y cuando la realidad nos golpea solo al vernos al espejo, nos desquitamos con los que físicamente se ven como nosotros y que creemos inferiores, porque hagamos lo que hagamos y pensemos como pensamos la raíz ancestral siempre estará como huella milenaria de nuestro origen aunque reneguemos de ella. 

Es cobarde muy cobarde haber salido de una clase social  por esfuerzo propio, suerte de la vida,  o como quiera que haya sido y; desde otra postura de beneficio económico actuar como el patrón abusador contra los que un día fueron nuestros vecinos, amigos, conocidos o simplemente un cofrade de la misma clase social. Eso hace elsilencio, nos convierte en cómplices del abuso. Es muy cobarde también independientemente de la clase social,  ideología y religión fingir que nada pasa, solapar y ser parte de la manipulación mediática, colaborar enla desinformación, aplaudir el abuso de poder o no decir nada. No decir nada es como aceptar, dar por hecho, es una palmadita en la espalda del abusador. Qué bueno que nosotros tuvimos la suerte de no sufrir hambre ni frío, que tuvimos el beneficio de la educación superior, y tuvimos techo, la comida caliente, lo básico para sobrevivir, ¿por qué nos negamos a que otros tengan lo mismo? 

Los derechos y las obligaciones están a la par, van de la mano tenemos el derecho a guardar silencio y la obligación de no hacerlo, tenemos la obligación de denunciar, levantar la voz, de por lo menos no quedarnos enla mediocridad de ver el abuso hacia los otros y cobardemente escondernos dentro de nuestra burbuja porque es mejor  que ni hieda ni apeste. Y muy a pesar de nuestra cobardía, de nuestra ingratitud, los pueblos seguirán su camino en una lucha imparable, por más que los traicionemos, por más que guardemos silencio, por más que escupamos nuestra raíz ancestral, por más que finjamos no ver, porque los pueblos tienen algo que nosotros no y que no se puede comprar con dinero, contactos, sobornos, violencia ni  silencio: agallas, los pueblos tienen agallas.

Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com 

Ilka Oliva Corado. @ilkaolivacorado

Lo subrayado es nuestro.

EN EL CHILE VIRTUAL: CONVOCAN CONSTITUYENTE CON “VÁLVULA DE SEGURIDAD”




Por Carlos Iaquinandi Castro/ Escritor, comunicador social, analista internacional/Barómetro Latinoamericano/ ADDHEE.ONG:  

“Algo tendrá que cambiar para que nada cambie”  El Gatopardo, de Lampedusa

Primero recurrieron a la represión, hablaron de “guerra”, y sacaron a la calle a Carabineros y equipos antimotines. Pero era mucho pueblo en la calle y además muchos jóvenes, muchos. Después especularon con el previsible cansancio de los manifestantes. Volvieron a equivocarse, éstos sumaron música, ingenio, arte y más ganas de cambio y siguieron en las calles. Entonces esgrimieron el caos, los saqueos. Aquellos sucesos puntuales se convirtieron en el argumento que le permitía al gobierno hablar de paz y seguridad.

Aunque los detenidos en su mayoría tenían antecedentes delictivos, ellos eligieron confundir y atribuir los saqueos a los manifestantes. Pero también les fracasó cuando más de un millón de personas recorrieron pacíficamente Santiago e insistieron en sus demandas. Había que hacer algo para detener las protestas que ponían en riesgo el propio sistema de poder. No eran suficientes los más de 20 muertos, 2.500 heridos, miles de detenidos o las decenas de privados parcial o totalmente de la vista por los balines policiales.

Fue entonces cuando según sus propias palabras el presidente Piñera dudó entre declarar el estado de excepción y recurrir al ejército para reprimir o bien crear las condiciones para un “diálogo nacional” en el Congreso. Admitió que las demandas en las calles “eran justas y legítimas”. Y así preparó el escenario donde – en los salones parlamentarios - se gestó el “Acuerdo por la paz social y una nueva constitución”. Los posibles náufragos del sistema, escogieron lo que deben haber considerado “el mal menor”. Ofrecer una puerta falsa.

 “Algo tendrá que cambiar para que nada cambie”.

Entonces utilizaron el último recurso: simular que cedían; preparar el engaño, envolverlo en palabras solemnes, como “Convención Constitucional” y activar dos o tres reaseguros “técnicos” para evitar un resultado no deseado. Y lo consiguieron. No fueron solamente los integrantes de Chile Vamos, (los del presidente Piñera) los que aprobaron la propuesta; también los de la ex Concertación/Nueva Mayoría, y lo que ya es “completar el cartón”, los partidos del Frente Amplio. Todos, conservadores, liberales, socialistas/renovados socialdemócratas, democristianos, radicales, acordaron que lo mejor era conceder algo que no implique “retroceso o pérdidas” al sistema que integran. Y en los confortables salones parlamentarios (y en algunos otros más discretos), “cocinaron” el mecanismo para intentar terminar con el movimiento popular en las calles. Y con ello, desmontar los pedidos de renuncia del presidente, y establecer un desvío para que la fuerza de las protestas “se canalice por vías institucionales y democráticas”, eso sí, con final controlado.


No hay peor sordo

Convocan a un “plebiscito” para que, ante todo, la gente diga si quiere o no cambiar la Constitución heredada de la dictadura. ¿Es que no han escuchado este clamor de cientos de miles de chilenos por las calles desde hace casi un mes pidiendo Asamblea Constituyente?  La verdadera intención que tienen es terminar con las manifestaciones y “patear hacia adelante” la solución a los justos reclamos. Los parlamentarios cocinaron este acuerdo a puertas cerradas y además tomaron varios reaseguros para desviar a vía muerta las demandas y las luchas populares.

Se han inventado que una de las opciones sea la de una “convención constitucional” que pueda ser “mixta”. O sea, con un 50% de parlamentarios y un 50% de electos por la gente. Pero, además, se aplicará el actual sistema electoral, diseñado para servir a los grandes partidos pro empresariales y de la casta de políticos millonarios. Pero en el caso de que el pueblo se las ingeniara para superar esta carrera de obstáculos, se reservan una “llave” decisiva: para ser aprobadas las propuestas tienen que tener más de 2/3 de los votos de esa “convención”. Supongamos que, si son 100 miembros, 34 pueden bloquear al resto. El actual sistema quedaría intacto. Y, además, “democráticamente”. Una última “válvula de seguridad” por si falla todo lo anterior.


De lo histérico a lo histórico.

Por eso al concretar el acuerdo se abrazaban y repetían como loros que “era un día histórico para Chile”. Sí, para ellos, porque suponen que será el día que salvaron su chollo, y la continuidad de un sistema injusto, basado en privilegios y desigualdad. Es ingenuo pensar que ellos harían algo diferente.  Ellos son precisamente quienes aceptaron la herencia de la dictadura cívico militar y profundizaron sus injusticias, que privatizaron la educación y la sanidad, que no recuperaron los recursos naturales privatizados y saqueados, que destruyeron el sistema de pensiones entregándolo a privadas, que fijan sueldos miserables a los trabajadores y que han violentado y militarizado a las Comunidades del Pueblo Mapuches. Lo lamentable es que partidos como el histórico socialismo del presidente Salvador Allende Gossens sea uno de los firmantes del acuerdo, al igual que el Frente Amplio. En este último caso, hay una fuerte oposición interna, entre quienes se incluye el actual alcalde de Valparaíso Jorge Sharp. El “día histórico” para ellos, los parlamentarios, fue el dia en el que lograron acordar una salida tramposa a la justa indignación de las mayorías. Para el pueblo lo será el 18 de octubre, cuando estalló la gran movilización ciudadana que hoy se mantiene.

Acusan a Piñera en el Congreso por violar los Derechos Humanos.

Once diputados en representación de ocho partidos de la oposición, redactaron unas acusaciones constitucionales contra el presidente Piñera. Lo consideran un deber ético y democrático ineludible. Argumentan su presunta responsabilidad en la violación de los derechos humanos cometidas por agentes del Estado en la represión de la protesta social que ha provocado decenas de muertos y centenares de heridos. La acusación es una figura reconocida por ley y deberá ser tratada en el Congreso, pero difícilmente prospere porque los partidos gubernamentales tienen mayoría.

El pueblo sigue su lucha, porque “luchar es vivir”.

En las calles, en las plazas, siguen las movilizaciones, continúan los cabildos abiertos y las reuniones en barrios y sindicatos para debatir propuestas y aportes para una nueva constitución. Un texto que incorpore las reivindicaciones políticas, sociales y económicas que reclama una mayoría social. La frase del presidente Salvador Allende Gossens “La historia es nuestra y la hacen los pueblos”, cobra plena vigencia en esta gigantesca movilización popular encabezada por los jóvenes chilenos.

Redacción de SERPAL
serpal@nodo50.org
Lo subrayado es nuestro.

¿Quiénes realmente son los violentistas?.


¿Quiénes realmente son los violentistas?.


Por Juan Pablo Cárdenas S./escrito, comunicador social, analista internacional/Barómetro Latinoamericano/ADDHEE.ONG:

Compelidos como hemos estado a condenar “la violencia venga de donde venga”, en realidad creemos justo repudiar, primero que todo, la violencia del régimen capitalista salvaje que provocó el desenlace que hoy a todos nos conmueve. Es decir, aquella que se ejerce en la cotidiana explotación de los grandes empresarios saofofos a sus trabajadores, vulnerando sus derechos laborales; la que provoca el desparpajo de los políticos enriquecidos y ensoberbecidos en la perpetuación de sus cargos públicos y groseros estipendios. O la impunidad institucionalizada en favor de los delincuentes de cuello y corbata, de los que usurpan desde las AFP y las isapres las cotizaciones de los trabajadores.


La violencia que generan los bullados casos de corrupción ventilados ante la opinión pública y que crónicamente deja impunes a sus responsables y cómplices. La violenta discriminación sufrida por nuestro principal pueblo autóctono, el digno Pueblo Mapuche, como las criminales acciones descargadas día y noche contra sus familias y hogares. De manos, habitualmente, de carabineros digitados por los empresarios forestales de la Araucanía que los despojaron de tus propiedades ancestrales. Todo con la complacencia de La Moneda, ahora, y por los gobiernos precedentes.

En efecto, violencia sistemática justificada por los regímenes, dícese progresistas, y los políticos de derecha, dícese católicos y amantes del “estado de derecho”.
Sin ignorar, tampoco, el saqueo fiscal y bancario en contra de los estudiantes. De esos cientos de miles de jóvenes que seguirán endeudados por varias décadas más, si es que no se les condona lo que deben. Una deuda lacerante para cientos de miles de familias que fuera fomentada por el régimen de Ricardo Lagos quien, paralelamente, le puso un abusivo peaje al libre tránsito por las autopistas. Por quien incluso intentó pasar como obra suya la mismísima Constitución/artilugio de 1980, de Pinochet, con solo algunos retoques negociados con el Parlamento, para ahora tener el cinismo de sumarse a la demanda popular por una nueva Carta Fundamental.

Cómo olvidarnos de la ultrajante violencia que significó la negativa del presidente Frei Ruiz Tagle a recibir durante todo su mandato a los familiares de los detenidos desaparecidos de la Dictadura cívico militar. O la burla que le propinó al país la señora Bachelet Jeria con su falso proceso constituyente, y su compromiso por una reparación para las víctimas de la dictadura cívico militar. ¡Aun la esperan!. El que, por supuesto, no condujo a nada, salvo frustrar las esperanzas que de nuevo se agitan en las protestas, después de que le entregara la banda presidencial por segunda vez al principal defraudador de los derechos del pueblo. Un multimillonario engreído, insensible y sin capacidad alguna de autocrítica y pudor. Cuya permanencia en La Moneda violenta y crispa todos los días a la población que lo repudia tan contundentemente.

Imposible pasar por alto la violencia ejercida por el sistema todavía vigente contra los sin casa o los deudores hipotecarios, estrangulados todos por las entidades financieras y constructoras. La violencia que significa que el sueldo mínimo recibido por millones de trabajadores no les alcance para llegar a fin de mes, como lo hemos podido constatar en esos estremecedores testimonios de ancianos, viudas, pensionados, como de tantos jóvenes impelidos a delinquir para comer y llevar algo a casa.

Por la violenta e insensata actitud de los principales medios mediáticos mercuriales de (in)comunicación circundados por la farándula y la frivolidad, ignorantes de la realidad nacional y mundial y cuyos rostros ahora lloran lágrimas de cocodrilo al descubrir nuestro país real. Con sus noticiarios y programas tan lacerantes a la conciencia pública, la dignidad de los pobres y de la propia clase media. Como si no fuera terriblemente violento, también, el constante atentado en contra de la soberanía nacional, mediante la inicua explotación de nuestros recursos naturales, el saqueo cotidiano de millones de toneladas de cobre, litio y otros productos desde las entrañas de nuestro territorio.  O los mismos incendios provocados en nuestras reservas forestales a fin de proveerle terreno a las empresas constructoras y a aquellas que buscan reforestar nuestro paisaje con especies de mayor y más rápida plus valía, sin importarles si éstas agotan los manantiales y aguas subterráneas en desmedro de la agricultura y del agua potable en tantos pueblos y ciudades del país.

Ciertamente que duele ver un templo en llamas o la destrucción de monumentos patrimoniales, pero todo eso se puede volver a reconstruir o reparar. No así nuestros vandalizados yacimientos de nuestras riquezas del norte y de las altas cumbres cordilleranas. Pero no nos equivoquemos: para sujetos como Piñera, la destrucción callejera puede ser incluso una oportunidad de negocio para las empresas constructoras e importadoras, como para las mismas compañías de seguros. Ya un hábil alcalde y algunos “emprendedores” en cosa de horas discurrieron semáforos portátiles; de la misma forma como algunos poderosos del retail se proponen, después de cobrar sus pólizas por incendio, reemplazar estos hipermercados por grandes condominios de viviendas bien cercadas y más inexpugnables.

Qué duda cabe que la promesa de un plebiscito y de una asamblea constituyente (con leoninos quórums para aprobar cualquier cambio sustancial de la actual Carta Magna) busca también apaciguar las demandas sociales y convertirse en un placebo para los ansiosos de cambio. ¡Qué violento contubernio es el ejecutado por el Ejecutivo y los parlamentarios para, en cosa de horas, levantar un acuerdo y prometer una agenda social que ha sido burlada o postergada por tanto tiempo! Si hasta tenían preparado aquel enorme lienzo blanco que cubrió la plaza Baquedano para hacernos creer que la batalla terminaba y que el orden se restablecía. Desconociendo el hecho de que la protesta no solo se alzó contra el régimen sino contra toda la indolente clase política.

Por ello que abandonar la calle y “volver a la normalidad”, como se nos sugiere, sería realmente fatal para un país que merece mayor equidad y una paz fundada en la Justicia Plena y no en la quietud de los cementerios. ¿O es que acaso algún cambio de época y transformación de nuestra historia no ha supuesto la ira popular y episodios inevitables de insurrección? 

Violencia nunca comparable, en todo caso, ¿con la ejercida por los vencedores de Concón y Placilla que conspiraron contra el presidente Balmaceda Fernández  y derivaron en la organización de turbas que salieron a saquear las casas de los derrotados? O la de los bombardeos de La Moneda en l973, seguidos por los campos de tortura y exterminio; como los asesinatos masivos de campesinos en Ranquil y otras localidades rurales. Tal como años antes se ultimó en Santiago, por instrucción presidencial, a los estudiantes en el Seguro Obrero, o en otras masacres a centenares de mineros. Como la misma “pacificación” de la Araucanía que ya nadie discute que se trató de un brutal genocidio contra nuestro pueblo aborigen, el digno Pueblo Mapuche. Por cierto, impune, como otras aberraciones.


Es inaudita la hipocresía de quienes hoy apelan a un armisticio exigiendo que los humillados por el sistema abandonen sus protestas, piedras y palos, mientras los policías disparan con armas letales a los manifestantes, les arrancan los ojos a los jóvenes. Y, por supuesto, le siguen poniendo todo tipo de cortapisas al reajuste digno de los salarios y pensiones. Cuanto, a la misma posibilidad de una Asamblea Popular Constituyente, donde lo que mande sea el sufragio mayoritario de sus integrantes y no los intereses de esa minoría cobijada en un acuerdo y quórum espurio. Convenido, como vimos, a espaldas del pueblo movilizado.


¿Es que acaso Piñera pactó con el pueblo y sus organizaciones tan desaguisado despropósito?
¿Es que existe algún antecedente en Chile y en el mundo en que los acuerdos de paz se firmen solo entre los mismos aliados?


Lo subrayado es nuestro.

Piñera debe renunciar.


Piñera debe renunciar.

A los valerosos jóvenes que se niegan a sobrevivir de rodillas en el Chile virtual de la sofofa, luchan – “luchar es vivir” – por darle sentido a sus vidas, cambiando el terrorista y perverso sistema capitalista salvaje”…

Por Eduardo Contreras Mella/ Abogado, escritor, comunicador social, analista internacional/ Barómetro Latinoamericano/ADDHEE.ONG:

El justo clamor nacional para que el inepto mandatario deje la Presidencia de la República de Chile crece día a día y el reciente y lapidario Informe de Amnistía Internacional respalda y justifica ampliamente ese clamor. Consta allí el enorme saldo de asesinados, torturados, prisioneros, resultado de la represión ordenada por el empresario sofofo. Si a ello sumamos la ausencia total de respuestas serias a las justas demandas del pueblo se explica sobradamente la justeza del reclamo nacional.

Piñera debe irse, ahora ya, y luego deberá aplicarse los mecanismos previstos respecto de su reemplazo y, finalmente, convocarse a nuevas elecciones presidenciales.

En rigor la “crisis” chilena es extremadamente seria e importa una derrota no sólo para el régimen sino para todas las fuerzas políticas reaccionarias del país. Así lo demuestra el acelerado rechazo nacional a un espurio acuerdo de los partidos más derechistas con otros de centro derecha y más de algún despistado “progresista” que, reunidos el 15 de noviembre en el Parlamento, lograron un “acuerdo de cambio constitucional” para, supuestamente, superar la “crisis”.

Los grandes titulares y la foto a colores a todo lo ancho de la portada de El Mercurio del 16 de noviembre anunciando el acuerdo de madrugada logrado por la centroderecha en relación al tema constitucional bastaban para que cualesquier chilena o chileno pudiera darse cuenta de qué se trataba en realidad y a quién favorecía el dichoso acuerdo. El diario de los Edwards y otros de su calaña no se equivocan cuando están en juego sus intereses de clase. Y el acuerdo constitucional de los sectores reaccionarios era de todo gusto de la oligarquía empresarial farisea sofofa que ese periódico representa

Por cierto, lo que decimos no puede entenderse en absoluto como que se sugiere la no participación en el debate que se dará institucionalmente y en la calle. Todo lo contrario, se trata de participar con fuerza para aclarar las cosas y darle su sentido político correcto en favor del pueblo trabajador, como ha señalado el Partido Comunista de Chile. Pero de lo que se trata es de evitar que se traicione el clamor popular expresado en las calles del país durante más de un mes en una movilización sin precedentes y que, entre otros efectos, precipitó ese acuerdo político parlamentario de los propios sectores que son precisamente los que no interpretan con justeza dicho clamor popular.

El asunto entonces ahora es darle su real sentido a ese debate de modo que no se deje de lado las exigencias del pueblo y, al contrario, atenderlas debidamente. No olvidar jamás que fue precisamente la exigencia de las gentes en la calle, de trabajadores, estudiantes, profesionales, pobladores, campesinos, pueblos originarios, dueñas de casa, sindicatos, federaciones y asociaciones, la que puso en el centro la cuestión de una nueva matriz constitucional que abra paso a un nuevo modelo de  sociedad, a una nueva construcción socio económica que garantice los derechos de los trabajadores, que devuelva la fuerza que la dictadura cívico militar le robó al Estado de modo que éste pueda cumplir con sus obligaciones en materia de Salud, Educación, Previsión Social, Trabajo, Transporte público, Desarrollo económico, entre otras tareas propias que desde 1973 no ha podido ejercer.

Asunto esencial es no olvidar quiénes fueron los que llegaron a ese acuerdo que tanto deleita al periódico El Mercurio. Y esos fueron por una parte los representantes públicos del pinochetismo, militantes hoy de UDI, RN y otros grupos; es decir los partidarios del sangriento golpe del 73, los que apoyaron los crímenes de la DINA y la CNI, con miles de detenidos desaparecidos, ejecutados y torturados de modo brutal. Y fueron, por otra parte, los representantes de aquellas fuerzas políticas centroderechistas que transaron con el pinochetismo de modo de no tocar la Constitución del 80 y de mantener fielmente el mismo modelo económico social instaurado a sangre y fuego tras el 11 de septiembre de 1973.

Es decir, aquellos partidos políticos que nombraron a Pinochet “Senador Vitalicio” luego de traerlo libre tras su detención en Londres salvándolo así de una segura condena judicial penal en España por el juez Baltasar Garzón. Son los mismos entusiastas admiradores de la OEA y del llamado “Grupo/taifa de Lima”. Es decir, todo a gusto del régimen de los Estados Unidos de Norteamérica.

A esas fuerzas políticas de centro derecha - que son las mismas que apoyaron el modelo impuesto en dictadura y legitimado en la así llamada “transición” - se sumaron aquella noche del 15 de noviembre algunos miembros del Frente Amplio que recibieron rápidamente el rechazo de sus pares.

Quede claro entonces que una cosa es el hecho trascendental que puede provocar que, por primera vez en su Historia, Chile tenga una Constitución de origen democrático y otra muy distinta es el contenido de la propuesta de ese trasnoche, tanto en lo procedimental como en el fondo. Se trata pues de una disputa política y social presente hoy con fuerza en el escenario nacional. Y los que transaron hasta la madrugada de aquel día en el Congreso no las tienen todas consigo; desde luego es un hecho público las diversas contradicciones que afloraron poco después de firmar el papel y que aumentan con el paso de los días.

Para muestra el botón de las recientes declaraciones del senador Andrés Allamand acerca de la inamovilidad de los dos tercios para aprobar todo de todo y la inviabilidad del traspaso a proyecto de ley de aquellas materias en que no se alcance dicho porcentaje, como algunos de los conjurados había creído entender. Quien fuera ministro de Defensa de triste recuerdo en el primer régimen de Piñera les ha dejado las cosas claras.

Así las cosas, resulta obviamente mucho más democrática la Consulta ciudadana que un buen número de alcaldes comunales ha decidido impulsar. Un hecho que puede marcar caminos.

Pero sea lo que fuere, han sido las multitudinarias movilizaciones sociales las que han abierto en serio la posibilidad de un camino a una nueva Carta Magna. El asunto es cómo garantizar que ese trayecto sea realmente democrático.

De las respuestas y actitudes del régimen ya todo mundo está enterado. Un Piñera incapaz y confundido, inexistente en lo concreto. No ha encontrado mejor respuesta que la brutal represión. Crece la cantidad de asesinados y heridos por los uniformados, así como aquellos jóvenes y adultos que han perdido sus ojos, los torturados, los prisioneros. Mientras los ministros del régimen siguen divagando con exceso, hasta el punto que por ejemplo Mañalich, ministro de Salud y copropietario de clínicas privadas, acaba de afirmar suelto de cuerpo que “.el sistema de salud pública de Chile es uno de los mejores del mundo”

¿En qué mundo viven, a quién creen poder engañar si precisamente los gravísimos problemas de Salud Pública son parte de la crisis? En estricto rigor cuanto sucede deja al descubierto por una parte que la situación que se vive en Chile es insoportable, insostenible y, por otra parte, surgen claros síntomas de ausencia de gobernabilidad por parte del actual régimen. Lo cual además trae a la memoria la posibilidad que el infausto “Acuerdo por la Paz” haya sido, como circuló entonces, el producto de la presión ante una supuesta amenaza de golpe de Estado.

En cuanto al contenido concreto de una propuesta constitucional seria, entre otras varias exigencias, desde luego ella debe establecer el voto obligatorio para el plebiscito de entrada, para la elección de una Asamblea Constituyente y para el plebiscito de salida. Debe suprimirse la exigencia de los dos tercios y debe asegurarse la paridad de género respecto de los constituyentes, así como los derechos y participación de los pueblos originarios y de los chilenos y chilenas en el exterior.

En fin, dar seguridad plena del carácter democrático de un proceso que cuente con la más amplia participación ciudadana y cuyo resultado final sea una Ley Fundamental que ponga fin a la estructura capitalista salvaje como se ha llamado el funesto modelo de sociedad impuesto en 1973 a sangre y fuego por la oligarquía empresarial farisea sofofa chilena y los institutos armados de la época con el apoyo de los grandes medios de comunicación privados, todo ello bajo la conducción del régimen de la época de los Estados Unidos de Norteamérica.

Una Nueva Constitución para Chile que nos ayude a recuperar lo perdido y abra paso a un Estado que nos devuelva una Educación Pública gratuita y de calidad, la Salud Pública, la Vivienda Social, la Previsión Estatal y no el negocio de un pequeño grupo como son las AFP, Recuperación del Agua, de los caminos, de los medios de locomoción pública, de las riquezas naturales, el Cobre para Chile, el Litio para Chile, Soquimich del Estado. Lo que tuvimos hasta el 73 y que nos robaron por la fuerza, más todo lo que la época actual debe poner a disposición del conjunto de la sociedad y no sólo de unos pocos.

De esto debe hablarse cuando se habla de una Nueva Constitución y asumir que sólo de este modo habrá garantía de que los urgentes problemas sociales de nuestro pueblo se solucionen de veras, no sólo con medidas parciales, sino que vayamos de una vez al fondo del problema.

Lo subrayado es nuestro.

CHILE: POLÍTICA DELIBERADA del gobierno PARA DAÑAR A MANIFESTANTES, APUNTA A RESPONSABILIDAD DE MANDO.




CHILE: POLÍTICA DELIBERADA del gobierno PARA DAÑAR A MANIFESTANTES, APUNTA A RESPONSABILIDAD DE MANDO.

Fin a la represión en Chile. ¡Pide que todos los mandos involucrados en las violaciones a los derechos humanos sean juzgados!

La intención de las fuerzas de seguridad es clara: dañar a quienes se manifiestan para desincentivar la protesta, incluso llegando al extremo de usar la tortura y violencia sexual en contra de manifestantes. En vez de tomar medidas encaminadas a frenar la gravísima crisis de derechos humanos, las autoridades bajo el mando del presidente Sebastián Piñera han sostenido su política de castigo durante más de un mes, generando que más personas se sumen al abrumador número de víctimas que sigue aumentando cada día 
 Esta es la conclusión a la que ha llegado Amnistía Internacional tras un riguroso proceso de documentación con entrevistas a víctimas, reuniones con organizaciones de Derechos Humanos, autoridades, visitas a centros asistenciales y la verificación de piezas audiovisuales y fotográficas por un equipo de la organización expertos en verificación digital y uso de armas y municiones. 
 La escandalosa respuesta de las fuerzas de seguridad a las protestas sociales que comenzaron el 18 de octubre, han dejado ya un saldo de   5 personas muertas a manos de agentes del estado, más de 2300 lesionadas, 220 con trauma ocular severo. Sumado a esto, la Fiscalía ha registrado más de 1.100 denuncias por tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes además de, al menos, 70 delitos de carácter sexual cometidos por agentes de seguridad. 
 En este contexto, Amnistía Internacional hace un llamado a las autoridades a: 
 1-     Cesar la represión de manera urgente, dando órdenes precisas a las fuerzas de seguridad para restringir el uso de la fuerza en línea con los estándares internacionales que rigen la materia. 
2-     Los órganos de justicia deben investigar las responsabilidades de mando en las violaciones y crímenes de derecho internacional cometidos en el contexto de esta crisis a manos del ejército y carabineros.
3-     Se hace urgente una re formulación profunda y seria de la institución de Carabineros de Chile con el objetivo de garantizar el respeto de los derechos humanos en cada una de sus intervenciones. 
Asimismo, solicitamos a las autoridades que aseguren que las demandas de la población sean atendidas al tiempo que se generan reformas de orden legislativo y de política pública.
Exige a las autoridades el cese definitivo de la represión, además de asegurar la investigación de las responsabilidades respecto de las graves violaciones de derechos humanos cometidos en el marco de las manifestaciones.
info@amnistia.cl

jueves, 28 de noviembre de 2019

Se abrió la caja de Pandora de la Sofofa: CIA/CNN-Chile, oráculo mercurial, entrevista al ex presidente de la Sofofa Orlando Sáenz Rojas:


Se abrió la caja de Pandora de la Sofofa: CIA/CNN-Chile, oráculo mercurial, entrevista al ex presidente de la Sofofa Orlando Sáenz Rojas:

Asonada de la Sofofa contra el súper Sofofo Piñera: ¿Algo nuevo?.
Los exabruptos del ex presidente de la Sofofa Orlando Sáenz Rojas: Contra los “Chilenos” cobardes, hipócritas y oportunistas.
Comentan nuestros asociados y otros.

El ex presidente de la Sofofa, Orlando Sáenz Rojas, conversó con CNN Chile sobre la crisis social en Chile y la visión que tiene sobre el Estado y sus acciones. En esta oportunidad, Sáenz aseguró que “un gobierno que no es capaz de controlar el orden público, o sea, que no es capaz de ejercer el imperium, ya no es gobierno. Asimismo, sostiene que el presidente Sebastián Piñera Echeñique es una “figura muy patética. Un hombre tan exitoso, tan inteligente, tan lleno de virtudes, que se encuentra de repente en una situación en que todo su mundo se vino abajo y sú única salida es aferrarse al programa de los otros. Botar todo lo que prometió, guardarlo y empezar a hacer lo que los otros querían”. Saénz Rojas además expresó que “eliminado el factor militar como solución, no existe una institución que sea capaz hoy día de mostrar una capacidad de crear un régimen autoritario mínimamente estable. ¿Qué va ocurrir? Va a ocurrir que probablemente eso emerja después de un gran conflicto social, de un gran quiebre social de algo muy parecido a una guerra civil”. “Esto si sigue así, va a terminar en una guerra civil”.

Dos cosas intolerables de los opinologos, plumarios mercuriales, escritorzuelos, el uso incorrecto, científicamente hablando, del idioma, el uso exagerado de las generalizaciones, de los estereotipos neoliberalismo, crisis, sistema, etc. En el caso del termino sistema lo usan repetidamente sin precisar, cuál es el sistema económico, político, sobre el cual están hablando o escribiendo. Su ignorancia y su hipocresía lo único que persigue es una lavado a la terrorífica/terrorista imagen del capitalismo salvaje, la tiranía más despótica, perversa e inmoral de los mercachifles oligarcas dueños de la Celestina Universal las empresas depredadoras multinacionales, los bancos especuladores y usureros y sus paraísos discales.

Basta ya de crisis, semánticamente crisis dice relación con un momento en un proceso o asunto en que está en duda su continuación o cese. Llamar “crisis” a la catástrofe política, económica y social del capitalismo salvaje, constituye una anomalía semántica, una supina ignorancia.

El neo liberalismo, otro estereotipo, creado por los testaferros socialdemócratas y demócratas cristianos, dos atajos sin salida, del liberalismo de Laissez-faire, privatiza las ganancias y sociabiliza las pérdidas para enajenar a las gentes y vender gatos por liebres. Tiene como base las perversas políticas de la austeridad fiscal, libre comercio, reducción del gasto social/público, privatización de las empresas el Estado, con un solo fin, que justifica los perversos medios, la explotación y enajenación de las gentes.

El nombre «Orlando Sáenz Rojas» nada dice a las nuevas generaciones, pero si a quienes vivieron el septiembre de 1973. Este individuo junto a Eduardo Frei Montalva, Patricio Aylwin Azócar, Agustín Edwards E., Jaime Guzmán Errazuriz, ideólogo del Opus Dei, constituyeron la parte civil más importante en el complot y el Golpe de Estado contra el gobierno de la Unidad Popular, ordenado por el régimen de los Estados Unidos.


Escuchar a Sáenz Rojas, lo que declara hoy en entrevista a CNN provoca una profunda preocupación. Es imposible evitar escucharlo y no sentir un cierto estremecimiento, pensando en el futuro inmediato de nuestro país. Es evidente el cambio de sus discursos en los últimos meses. Siendo Sáenz un personaje clave en las acciones de la derecha chilena en la última mitad de siglo pasado, es un ‘termómetro’ que hay que observar. Fieles a nuestra misión, entregamos a Ustedes una cantidad de enlaces a entrevistas y artículos suyos, con el fin de que ustedes los lean y saquen sus propias conclusiones. Aprender de la historia es vital para tratar de conquistar el futuro. Más aun, “quienes no aprenden la lección que le da la historia, están condenados a repetirla”.

“Sabemos que hay dos Chiles, viviendo en el mismo territorio. Cuando la sofofa habla de Chile, del país de la economía, de la “historia”, del futuro, se refiere y piensa en su Chile Virtual, en la economía de ellos, en la “historia oficial” de ellos, en el futuro a que ellos aspiran, y los problemas del país sólo se solucionaran cuando los privilegiados acepten hablar en primera persona plural, en nosotros, en nuestro, incluyendo a todos los que nacieron en este territorio o lo hicieron suyo”.
La Redacción de piensaChile.

Los exabruptos de Orlando Sáenz Rojas contra el Pueblo Chileno: “El pueblo chileno es cobarde hipócrita y extremadamente oportunista” ningún representante del régimen rechazo estos groseros ataques generalizados.


En conversación con Juan Pablo Cárdenas, el empresario y ex presidente de la Sofofa habló sobre su reciente publicación, el libro “¿Cuentos o Recuerdos?” Donde por medio de historias personales se entrelazan la realidad y la ficción.
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Nuestra juventud es una edad muy marcada por las posiciones. Siempre digo que en ese entonces no militar en un partido era sospechoso. No tener religión también era extraño, pero aquí, en el libro, da la sensación que pese a las diferencias entre ustedes, eran capaces de ser amigos. Creo que hoy eso ha cambiado mucho.
Ha cambiado, pero creo que también la vida te muestra la fuerza de las amistades profundas. Uno se encuentra con amigos que opinaron totalmente distinto a uno, y pasa el tiempo y se vuelve a producir esa hermandad. También he tenido episodios muy negativos, pero otros muy positivos en ese sentido.
Además, hay que reconocer que el chileno, pueblo del que no soy admirador, es un pueblo bastante despreciable en varios de sus rasgos, por ejemplo, el ser muy cobarde, hipócrita y extremadamente oportunista. Entonces, uno ve cosas que hacen reír, como temas relacionados a Pinochet. Hoy hay que hacer una encuesta para encontrar a un partidario de Pinochet de esa época. ¡Están todos escondidos! y niegan el haber apoyado al régimen cívico militar, pese a que votaron por él.

Tampoco logro entender cómo hay gente que ignoraba lo que pasaba con las violaciones a los derechos humanos. Para quienes estábamos en una posición alta en el régimen, era imposible de no advertir. Desconocerlo es hacerse el leso, y yo no nací con el don de hacerme el leso.

¿No será que los pueblos, en general, son así?. Otra estúpida generalización.

Puede ser, pero yo no tengo más experiencia que la propia y, el único pueblo que yo conozco es el chileno. Tiendo a creer que es un pueblo particularmente hipócrita, pero tal vez tienes razón y todos los pueblos son más o menos parecidos.

Pero cuando veo las actitudes del pueblo chileno, a veces, en muchas cosas, digo ¡caramba! la historia que me enseñaron en el colegio ¿será verdad?, ¿existieron hombres íntegros y valientes y pujantes como O´Higgins Riquelme o los Carrera Verdugo, o son fábulas?.

Estimados amigos asociados, por problemas de tiempo y espacio no pudimos publicar las andanadas de claridades que ustedes le lanzaron Sáenz Rojas, expresidente de la Sofofa. Las compartimos con ustedes cosas no hizo el régimen cesarista piñerista, porque es sabido quien calla otorga. Para el pueblo chileno que acaba de despertar en el contexto de la pasión del inefable mediocre Sáenz Rojas, la envidia es una adoración del individuo por las sombras, del mérito por la mediocridad, es el rubor de la mejilla abofeteada por la gloria ajena. Es el humor que emana de las heridas abiertas por el desengaño de la insignificancia propia.

El que envidia se rebaja sin saberlo, se confiesa subalterno. Esta pasión es el estigma psicológico de una humillante inferioridad sentida, reconocida. No lo es de alguien en algún sentido, es necesario sufrir del bien ajeno, de la dicha ajena, etc. en ese sufrimiento está el  núcleo moral de la envidia: muerde en corazón como un ácido lo carcome como una polilla, lo corroe como la herrumbre al metal.

Entre las malas pasiones de los politicastros corruptos ninguna aventaja a la envidia. Ninguno de estos individuos intrínsecamente perversos tiene el coraje de confesarse envidioso. Reconocer su propia envidia implica declarar inferior al envidiado.

Los filósofos griegos en la antigüedad creían que la envidia se confunde con el odio o nace de él. Plutarco aclaro la confusión: “Ambos sufren del bien y gustan del mal ajeno esta semejanza no basta para confundirlos. Solo se odia lo que se cree malo, nocivo, en cambio, toda prosperidad excita  la envidia.

Como colofón le recordamos a Orlando Sáenz rojas que el Dante consideró a los envidiosos indignos del infierno. En una sabia aplicación de penas y castigos los recluso en el purgatorio, lo que se aviene a su condición mediocre.

Después de la impertinente, insolente entrevista del inefable ex presidente de la sofofa Sáenz Rojas con una andanada de exabruptos contra el pueblo chileno, el régimen plutocrático cesarista despótico del súper sofofo Piñera, recoge el guante y propone la cantinela machacada por los medios mediáticos mercuriales, en especial CNN-LA Chile, denominada Acuerdo Transversal por la paz y la nueva Constitución. Un rechazo total recibió el acuerdo sibilino entre los herederos sofofos y los administradores de la infausta herencia de la dictadura cívico militar, nuevamente la clase politicastra corrupta quiere engatusar al Pueblo Chileno.

El régimen del súper sofofo Piñera Echeñique envía al congreso un bando que le permitirá a las fuerzas armadas –“la reserva moral de la sofofa” – en el contexto de la constitución/artilugio de  1980, reprimir al pueblo y proteger a la empresa privada. Nada nuevo, la “historia oficial” destaca las victorias de las fuerzas armadas contra el pueblo desarmado, el genocidio del Pueblo Mapuche conocido y machacado por los medios mediáticos mercuriales, como la pacificación dela Araucanía.
Basta ya de eufemismos. En Chile no habrá paz ni justicia social mientras esté vigente el mamotreto/desaguisado, la constitución/artilugio de 1980, de la dictadura cívico militar. Entonces, la prioridad para salir de la catástrofe política, económica y social la constituye la nueva constitución soberanamente sancionada por el pueblo en marco de una asamblea constituyente.

La nación, politicastros corruptos empieza en la Justica Plena en el marco del Estado de Derecho y una constitución soberanamente sancionada por el pueblo. Se sostiene de ella no vive sin ella. Como colofón, en ella  no cabe demora. Los pueblos no tienen nada que temerle, sino los que se resisten a ejercerla.

Como colofón, sin respeto y la certeza del derecho en la igualdad de todos ante la ley, no hay Estado de Derecho ni justicia.

El derecho es una creación humana, derivada de las necesidades sociales, un pacto de utilidad tendiente a que no nos lesionemos recíprocamente. La Justica Plena no significa algo que tenga valor en sí. Es el fin de toda discriminación contra la persona, es decir, igualdad de derechos ante la ley. En síntesis derechos a ser iguales en dignidad.

Hoy, para alcanzar la felicidad y la paz, hay que terminar con la desgracia del infausto capitalismo salvaje. Basta ya de estereotipos para venderles gatos por liebres a la gente y así lavar la imagen terrorista perversa del capitalismo salvaje.

Con esperanza y memoria.

LO SUBRAYADO ES NUESTRO.