miércoles, 29 de noviembre de 2023

Palestina Gaza: Etnocidio sionista israelí colonialista estadounidense


Palestina Gaza: Etnocidio sionista israelí colonialista estadounidense

PLAN DE LIMPIEZA ÉTNICA ISRAELÍ-ESTADOUNIDENSE
PARA SALVAR EL MODELO DEL “NUEVO MEDIO ORIENTE”

Robert Inlakesh/ Escritor, periodista, analista internacional/ Indymedia Argentina, Other News,  Sputnik,  RT, La Jornada de México, ACHEI, Addhee.Ong

Si bien los medios occidentales a menudo retratan el conflicto como una cuestión entre Israel y Hamas, trasciende las fronteras de la Palestina ocupada. y se erige como un escenario fundamental en una lucha global entre las potencias del llamado Oriente y el Occidente colectivo.

A la luz de las pruebas emergentes de un complot israelí para limpiar étnicamente a unos 2,4 millones de palestinos de la Franja de Gaza, Estados Unidos continúa desplegando refuerzos sin precedentes en el Mediterráneo, al tiempo que rechaza firmemente la consideración de una pausa humanitaria o un alto el fuego.

Además, los orígenes de la ofensiva de Hamás del 7 de octubre se remontan a décadas atrás y están entrelazados con dinámicas regionales contemporáneas que se extienden mucho más allá de las fronteras de la Palestina ocupada.

El 7 de octubre, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró formalmente la guerra a Hamás en la Franja de Gaza. Esta declaración estuvo acompañada de una declaración del ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, en la que mencionó que “no habrá electricidad, ni alimentos, ni combustible” para el pueblo de Gaza, y añadió: “Estamos luchando contra animales humanos, y estamos actuando en consecuencia.” Desde ese día, el líder israelí ha enfatizado constantemente que se espera que esta guerra sea “larga y desafiante” y que pueda extenderse durante “meses”.

Al leer entre líneas, el corte de la ayuda médica, el agua y el suministro de alimentos a la población civil de Gaza, una situación señalada por la Corte Penal Internacional (CPI), no sólo entra dentro de la jurisdicción de la corte como un crimen potencial sino que también podría interpretarse. como un intento de cometer genocidio. En su objetivo declarado de erradicar a Hamás, el gobierno israelí aún tiene que ofrecer una visión clara de lo que implicaría una victoria.

Por lo tanto, debemos examinar la evidencia disponible de las acciones de Israel y las discusiones en curso sobre cómo este conflicto podría llegar a su fin. Según algunas cifras, más de 9.000 palestinos han muerto por ataques aéreos israelíes en la Franja de Gaza, mientras que el Ministerio de Salud palestino informa que alrededor del 70% de las víctimas han sido mujeres, niños y ancianos.

Se ha impedido la entrada de medicamentos, alimentos y agua potable a Gaza, ya que el ejército israelí aún no ha hecho una mella significativa en las capacidades militares de Hamás. El regimen de Estados Unidos ha apoyado las acciones de Israel utilizando su poder de veto en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) para bloquear dos resoluciones de alto el fuego y proporcionando municiones y asistencia diplomática y logística al ejército sionista israelí colonialista.

Además, Israel ha iniciado una incursión terrestre que, hasta ahora, se ha limitado a zonas abiertas y ha evitado en gran medida las regiones densamente pobladas.

UNA “OPORTUNIDAD ÚNICA Y POCO COMÚN”

El 17 de octubre, un grupo de expertos israelí conocido como Instituto Misgav para la Seguridad Nacional y la Estrategia Sionista publicó un documento de posición en el que presentaba una propuesta para el desplazamiento forzado de hasta 2,4 millones de palestinos de Gaza.

El grupo de expertos afirmó que “actualmente existe una oportunidad única y poco común para evacuar toda la Franja de Gaza en cooperación con el gobierno egipcio”. Sin embargo, el presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi ha sido un obstáculo importante para este plan.

Rechazó con vehemencia la propuesta, que implicaría reubicar a los palestinos en ciudades de tiendas de campaña en la región egipcia del Sinaí. El 24 de octubre, surgió una revelación sorprendente cuando el medio de noticias hebreo israelí Calcalist reveló la existencia de un documento oficial del gobierno israelí que esbozaba un plan similar. Este documento mostraba de manera destacada el emblema oficial del Ministerio de Inteligencia israelí, presidido por Gila Gamliel, y posteriormente fue puesto a disposición en su totalidad por el sitio de noticias en hebreo Mekomit.

Si bien este Ministerio desempeña un papel en la configuración de la política israelí, vale la pena señalar que su autoridad es limitada. Por lo tanto, es posible que el documento no haya recibido el respaldo formal de los líderes israelíes. Sin embargo, el diplomático israelí Danny Ayalon ha abogado públicamente por la implementación de este plan de limpieza étnica, presentándolo como una “opción humana”, como se argumenta en el documento del Ministerio de Inteligencia.

El primer ministro israelí también hizo un llamado a los habitantes de Gaza para que “se vayan ahora”, antes de que los militares solicitaran a los palestinos que evacuaran la parte norte del enclave costero asediado. Esta estrategia se ha observado como un medio para lograr el objetivo final de la expulsión generalizada de civiles. Un impedimento adicional para ejecutar tal estrategia es el espectro inminente de un conflicto regional, con un potencial significativo para la participación del Hezbollah libanés. Este grupo se destaca como el actor con más probabilidades de intervenir en las acciones de Israel en Gaza y representa quizás la amenaza más inmediata a las capacidades militares de Israel.

Abarcando todo el Medio Oriente, incluidas áreas como el Golfo Pérsico y el Mar Rojo, el ejército estadounidense ha estado fortaleciendo su presencia, aparentemente para disuadir amenazas percibidas de múltiples fuentes, incluyendo Hezbollah, la República Islámica de Irán, Ansarallah en Yemen, Siria y las diversas organizaciones paramilitares iraquíes alineadas con Irán que en conjunto constituyen el Eje de Resistencia. Washington sostiene que este despliegue tiene como objetivo evitar una escalada hacia un conflicto regional más amplio.

El Pentágono ha hecho recientemente un anuncio importante sobre el despliegue de dos grupos de ataque de portaaviones en el Mediterráneo. El 8 de octubre, Washington reveló planes para enviar el grupo de ataque del portaaviones USS Gerald R. Ford, un conjunto formidable compuesto por cinco buques de guerra más pequeños y un complemento de aviones de combate.

Posteriormente se envió el grupo de ataque USS Eisenhower, reforzado por un crucero y dos destructores, junto con numerosos aviones de combate. Según un informe de Al-Monitor, el grupo de ataque inicial de portaaviones fue enviado para ayudar a Israel en sus esfuerzos por recuperar prisioneros de guerra capturados por Hamás el 7 de octubre.

El 16 de octubre, CNN informó que aproximadamente 2.000 miembros del servicio estadounidense habían sido estacionados. en un lugar no revelado frente a la costa de la Palestina ocupada. Además, el 23 de octubre salió a la luz que un general estadounidense de tres estrellas había sido enviado para guiar a las fuerzas israelíes en su invasión terrestre de Gaza.

Si quedaban dudas sobre la presencia de tropas estadounidenses en la campaña de Israel en Gaza, la Casa Blanca se vio obligada a enmendarla después de que se revelara una foto de Instagram, que inadvertidamente revelaba las identidades de las fuerzas especiales estadounidenses que estaban junto al personal militar israelí. En la imagen, se mostraba al presidente Joe Biden estrechando la mano de miembros de la discreta unidad antiterrorista de élite estadounidense, Delta Force.

Esta revelación involuntaria de fotografías no sólo expuso los rostros de estos agentes encubiertos sino que también desencadenó una ola de preguntas sobre la profundidad de la participación de Estados Unidos en el conflicto israelí en Gaza. Dos meses antes de la inesperada ofensiva de Hamás desde Gaza, Estados Unidos aprobó silenciosamente un proyecto multimillonario destinado a ampliar una base militar encubierta en la región de Naqab (Negev) conocida como Sitio 512.

A pesar de las garantías de la Casa Blanca de que Estados Unidos no desplegaría terrenos tropas para ayudar en el conflicto de Israel con Hamás, es esencial señalar que Washington también afirma no mantener ninguna base militar estadounidense dentro del territorio controlado por Israel. En 2017, tras una celebración de un general de la Fuerza Aérea israelí y de la Voz de América, financiada por el regimen estadounidense, con respecto a la apertura de una importante base estadounidense , el Pentágono rápidamente dio marcha atrás y afirmó que la instalación estaba situada dentro de una base israelí. Cuando se trata de bases militares estadounidenses, a menudo existe cierto grado de confusión sobre el número real de sitios.

Un ejemplo de esto es Australia, donde oficialmente afirman tener dos bases militares cuando, de hecho, operan en nada menos que 34 lugares en todo el país. A pesar de pruebas convincentes que indican una participación sustancial de Estados Unidos en la operación terrestre israelí en curso dentro de la bloqueada Franja de Gaza, los medios corporativos occidentales parecen estar inundados de declaraciones contradictorias de funcionarios estadounidenses sobre el alcance de la influencia ejercida por el Pentágono sobre las acciones terrestres israelíes.

UNA AMENAZA DIRECTA A LOS INTERESES ESTRATÉGICOS DE ESTADOS UNIDOS

La ofensiva de Hamás del 7 de octubre, como dijo el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, “ no ocurrió en el vacío ”. Más bien, fue una respuesta directa a una serie de acciones israelíes que planteaban amenazas al Pueblo Palestino, sus lugares sagrados y su causa nacional.

Sin embargo, lo que a menudo se pasa por alto es cómo este ataque sorpresa, cuyo nombre en código es ‘Inundación de Al-Aqsa’, trastocó efectivamente las políticas estadounidenses que ponía en peligro a toda la región. Actualmente, existe una cantidad considerable de posturas agresivas dirigidas a Irán, particularmente provenientes del interior del Partido Republicano, dentro de los pasillos de Washington, DC. Esta situación persiste, incluso cuando el presidente estadounidense Joe Biden ha advertido públicamente a Irán y sus asociados regionales. , diseñado para disuadir posibles ataques a los intereses estadounidenses-israelíes en toda la región.

Sin embargo, las verdaderas intenciones de la administración Biden con respecto a una confrontación más amplia siguen siendo inciertas. Lo que sí sabemos es que la Casa Blanca de Biden colocó su máxima prioridad política en Oriente Medio en la búsqueda de mediar en un acuerdo de normalización entre Arabia Saudita e Israel. En el sentido inmediato, el logro de tal objetivo le habría dado al Partido Demócrata de Joe Biden una victoria sustancial que podría haberse aprovechado en las elecciones de 2024. En un esquema más amplio, las ramificaciones duraderas de las relaciones normalizadas entre Riad y Tel Aviv habrían sentado las bases para una nueva manifestación de influencia estadounidense, que habría posicionado directamente a una coalición árabe-israelí contra Teherán y sus aliados.

A medida que se acercaba la perspectiva de normalización, los informes de la prensa internacional comenzaron a revelar las estipulaciones de Arabia Saudita para formalizar las relaciones con Israel. Entre estas condiciones estaba la búsqueda saudita de un tratado de defensa con Estados Unidos, inspirado en el Artículo 5 de la OTAN: un ataque contra uno sería tratado como un ataque contra todos. Si el gobierno de Estados Unidos hubiera respaldado tal tratado, casi inevitablemente lo habría enredado en una confrontación directa con Ansarallah en Yemen, una situación con un alto potencial de escalar a un conflicto regional más amplio.

CONFIGURANDO UN “NUEVO MEDIO ORIENTE”

A principios de este año, la reconciliación mediada por China entre Arabia Saudita e Irán provocó conmociones en la comunidad internacional, sofocando efectivamente las hostilidades que habían persistido durante décadas. El papel fundamental de Beijing para facilitar este acuerdo marcó un hito importante en la diplomacia global del país. En consecuencia, el éxito de la paz entre estas dos naciones tiene una profunda importancia. Si Arabia Saudita decidiera establecer relaciones normalizadas con Israel, casi con certeza provocaría una respuesta diplomática de Irán, poniendo potencialmente en peligro el acuerdo mediado por China. Dado que Teherán y Riad están preparados para unirse a la alianza económica BRICS a principios de 2024, cualquier escalada de tensiones entre ellos presentaría un desafío considerable para Beijing, ya que valora a ambos como socios regionales. Irán ha estado cosechando los frutos de este panorama multipolar en evolución.

Se unió a la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), estableció acuerdos con empresas rusas e inició un proyecto para construir un ferrocarril como parte del Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur (INSTC).

En marzo de 2021, Teherán consolidó aún más su posición al firmar una asociación estratégica de 25 años con Beijing, que se espera que resulte en inversiones sustanciales por un total de alrededor de 400 mil millones de China en Irán. Mientras tanto, Estados Unidos ha estado invirtiendo y aplicando activamente sus propias estrategias diplomáticas para fortalecer su iniciativa “Asociación para la Infraestructura e Inversión Global” (PGII), destinada a competir con el programa “La Franja y la Ruta” de China.

Para desafiar la influencia de China, Estados Unidos se ha esforzado por atraer inversores para nuevas empresas, incluidas rutas comerciales alineadas con el marco del “capitalismo de partes interesadas” del Foro Económico Mundial.

Una empresa destacada en este esfuerzo es el Corredor India-Oriente Medio-Europa (IMEC). Un paso crítico en la realización de este proyecto, que prevé el establecimiento de una ruta terrestre que se extenderá desde los Emiratos Árabes Unidos, a través de Arabia Saudita y Jordania, y hasta el puerto israelí de Haifa, donde las mercancías continuarían su viaje hacia Europa, depende de una ruta saudí- Acuerdo de normalización israelí. El reciente ataque de las inundaciones de Al-Aqsa procedente de Gaza ha interrumpido temporal o quizás permanentemente estos planes estadounidenses , generando incertidumbre sobre la viabilidad de tales iniciativas en una región profundamente inestable.

Por lo tanto, la batalla en curso librada por las facciones de la resistencia palestina en Gaza no sólo sirve a los intereses de Irán y sus aliados regionales sino que también contribuye a fortalecer la posición de China. Esto no necesariamente sugiere complicidad por parte de aquellos involucrados en el conflicto, sino más bien aclara por qué ciertas partes pueden beneficiarse estratégicamente al oponerse a las acciones de Israel en Gaza. Al frustrar los planes de Estados Unidos para un Asia Occidental fracturada, sujeta a la influencia de Washington, o como lo expresó el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu en su discurso de septiembre ante las Naciones Unidas, un “Nuevo Medio Oriente”.

Si bien los medios corporativos occidentales a menudo retratan el conflicto como una cuestión entre Israel y Hamas, trasciende las fronteras de la Palestina ocupada. Se erige como un escenario fundamental en una lucha global entre las potencias del llamado Este y el Occidente colectivo. Esta dinámica alimenta el apoyo inquebrantable del capital occidental a una escala sin precedentes, marcando un capítulo único en la historia de la búsqueda palestina de liberación.

Robert Inlakesh es un analista político, periodista y realizador de documentales que actualmente reside en Londres, Reino Unido. Ha informado y vivido en los territorios palestinos ocupados y presenta el programa ‘Palestine Files’. Director de ‘El robo del siglo: la catástrofe palestino-israelí de Trump’. Síguelo en Twitter @falasteen47

Cisjordania: aumenta la violencia sionista israelí contra palestinos

Por Tania Krämer

Mientras Israel continúa su operación militar en la Franja de Gaza, grupos defensores de los Derechos Humanos registran un alarmante aumento de la violencia de colonos en la Cisjordania ocupada.

Khirbet Susiya, un poblado en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania.

Khirbet Susiya, un poblado en las colinas del sur de Hebrón, en Cisjordania.Imagen: Tania Kraemer/DW

Las últimas semanas han sido muy difíciles, dice Halima Khalil Abu Eid. La madre de dos niñas pequeñas vive en Khirbet Susiya, un poblado en las colinas del sur de Hebrón, en la Cisjordaniaocupada por Israel. Hace un mes, mientras la familia dormía, colonos israelíes asaltaron su casa, golpearon a su marido y los amenazaron con un ultimátum. "Deben abandonar este lugar. Si no lo hacen, les dispararemos. Y deben destruir su casa”, cuenta Abu Eid que le dijeron.

Relata que, desde que empezó la guerra entre Israel y Hamás, los colonos han intensificado la presión sobre los habitantes de ese poblado. "Nos están saqueando, destruyendo y aterrorizando, y la última vez también atacaron a mi marido y a su cuñado", dijo.

Khirbet Susiya lleva años sufriendo el acoso de los colonos que viven en los asentamientos israelíes cercanos. Pero, desde el 7 de octubre, la Cisjordania ocupada ha sido testigo de un aumento "significativo" de la violencia de los colonos y del desplazamiento de palestinos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU, OCHA.

El 7 de octubre, Hamás -considerada una organización terrorista por la Union Europea, Estados Unidos y otros países- llevó a cabo un ataque que causó la muerte a por lo menos 1.200 personas que vivían en comunidades del sur de Israel próximas a la Franja de Gaza y tomó al menos 239 rehenes. Dicho ataque ha provocado ataques de represalia por parte de Israel y una ofensiva terrestre en la Franja de Gaza. Según el Ministerio de Sanidad dirigido por Hamás, los bombardeos israelíes han asesinado desde entonces a más de 11.000 palestinos en ese territorio, desde donde se siguen lanzando cohetes contra Israel.

Violencia de los colonos en la Cisjordania

La guerra entre Israel y Hamás también ha tenido impacto en la Cisjordania ocupada. Según OCHA, fuerzas israelís han asesinado allí a 168 palestinos, y otros ocho han sido asesinados por colonos israelíes. Tres israelíes han sido asesinados en ataques palestinos.

Según la ONU, unas 1.149 personas de 15 comunidades han sido obligadas a irse o demoler sus propias casas. Algunos ni siquiera pudieron llevarse sus pertenencias. Grupos defensores de los Derechos Humanos han documentado varios incidentes en los que colonos armados han entrado en aldeas palestinas y amenazado a los habitantes si no se marchaban.

Mujer de campo con velo en la cabeza. Al fondo, un corral de ovejas.Mujer de campo con velo en la cabeza. Al fondo, un corral de ovejas.

Halima Abu Eid.Imagen: Tania Kraemer/DW

Khirbet Susiya es una pequeña comunidad de familias palestinas, dispersas por el paisaje montañoso. La mayoría son granjeros. La sencilla casa de Abu Eid , sus tiendas y su corral tenían un aspecto tranquilo el día de la visita de DW. Pero la amenaza de la violencia de los colonos se cierne como una nube oscura. "¿Adónde debemos ir? ¿Qué quieren de nosotros? Sólo quieren quitarnos nuestras casas; lo sabemos por el pasado. ¿Adónde más podemos ir? Esta es nuestra casa, nuestro hogar, no podemos dejarlo", afirma Abu Eid.

Daños y acoso

"Fue el 16 de octubre cuando colonos uniformados y soldados vinieron aquí… Bloquearon todas las vías de acceso a Susiya y también dañaron dos cisternas de agua", explica Nasser Nawaj'ah, investigador del grupo israelí de Derechos Humanos B'Tselem, que también vive en Khirbet Susiya. Otra cisterna resultó dañada y también cortaron algunas tuberías de agua, explicó Nawaj'ah.

Hombre con barba en medio de un campo.Hombre con barba en medio de un campo.

El palestino Nasser Nawaj'ah trabaja para un grupo israelí de Derechos Humanos.Imagen: Tania Kraemer/DW

Algunos de los pobladores dependen ahora de la presencia de activistas israelíes, que permanecen en el pueblo vigilando las 24 horas del día. Pero estos mismos activistas han sufrido ataques en varias zonas y han sido acosados por colonos, algunos de los cuales vestían uniforme militar. Yehuda Shaul es un activista israelí y cofundador de la ONG israelí "Rompiendo el Silencio", que ahora trabaja para otra organización, Ofek. Shaul pasa actualmente gran parte de su tiempo en las colinas del sur de Hebrón para ayudar a los aldeanos.

"Durante años, el Ejército no intervino para proteger a los palestinos, pero, desde el 7 de octubre, cuando comenzó la guerra, tenemos hoy una realidad en la que los equipos de respuesta rápida de los asentamientos -se trata de colonos locales- fueron reclutados en el servicio de reserva, y ahora están en uniforme, con armas y equipo completo, con la autoridad de soldados", dijo Shaul a DW. "Los palestinos ya no tienen básicamente ninguna protección", añadió.

El Ejército israelí declaró en un comunicado que "la misión de las FDI (Fuerzas de Defensa de Israel) es mantener la seguridad de todos los residentes de la zona y actuar para prevenir el terrorismo y las actividades que ponen en peligro a los ciudadanos del Estado de Israel. En los casos de violaciones de la ley por parte de israelíes, el principal organismo responsable de tramitar estas reclamaciones es la policía israelí."

Añadió que, cuando están presentes en la zona, los soldados actúan contra los hechos de violencia dirigidos contra palestinos o sus propiedades. "En estos casos, los soldados deben actuar para detener la violación (de la ley) y, si es necesario, detener a los sospechosos hasta que la policía llegue al lugar. (...). En las situaciones en las que los soldados no cumplen las órdenes de las IDF, los incidentes se examinan minuciosamente y se aplican las medidas disciplinarias correspondientes", indicó el comunicado.

Aumento de ataques contra palestinos

De acuerdo con la OCHA, desde el 7 de octubre se han registrado más de 240 ataques de colonos contra palestinos, que han causado víctimas y daños materiales. Según la ONU, esto refleja un aumento significativo. La media actual es de siete incidentes diarios, frente a los tres que se producían antes del comienzo de la guerra.

Estos ataques han provocado el desplazamiento y desalojo de comunidades enteras, principalmente en la zona C, que constituye aproximadamente el 60 por ciento de Cisjordania ocupada. La zona C se creó en virtud de los Acuerdos de Oslo de 1995 y estaba previsto que se transfiriera gradualmente a la jurisdicción palestina, pero sigue bajo el control administrativo y de seguridad de Israel.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha condenado la violencia en Cisjordania: "Tiene que terminar. Tienen que rendir cuentas. Tiene que parar ya". En un reciente viaje a la región, la ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, visitó Cisjordania y advirtió que "no debe ser arrastrada a este torbellino de violencia".

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De Argelia a Palestina: la falsa equivalencia entre colonizado y colonizador

Tras los ataques que Hamás perpetró contra Israel el 7 de octubre de 2023, en los que 1.400 personas murieron, hubo una lluvia de advertencias de los medios masivos; políticos y analistas de Occidente insistían en que quien quisiera expresar una opinión sobre lo sucedido y los subsiguientes crímenes de guerra en Gaza, debía antes que nada denunciar a Hamás. No hacerlo explícitamente o intentar colocar a los eventos en su contexto histórico o destacar las causas profundas del conflicto era interpretado como una condonación de las acciones de Hamás (es decir, que quien expresara esa opinión era simpatizante de Hamás) y calificado de antisemitismo: El Chantaje.

https://www.elsaltodiario.com/opinion/argelia-palestina-falsa-equivalencia-colonizado-colonizador

PROVEEDORES DE ARMAS Al sionismo ISRAELí Y HAMÁS DEBERÍAN SER ACUSADOS DE CRÍMENES DE GUERRA. ¿LO SERÁN?

Por Thalif Deen* – Inter Press Service

*Corresponsal-jefe de la Oficina de las Naciones Unidas y Director Regional de IPS Norte América. Ex editor adjunto del Sri Lanka Daily News, fue redactor editorial senior en The Standard de Hong Kong. Ex Director de Mercados Militares Extranjeros en Defense Marketing Services (DMS); Analista Senior de Defensa en Forecast International; y editor militar de Medio Oriente / África en Jane’s Information Group.

NACIONES UNIDAS, Nov (IPS) – La matanza de miles de civiles en el actual conflicto de Medio Oriente es en gran medida el resultado de una batalla desigual: un sionista israelí colonialista con armas nucleares, equipado con algunos de los sistemas de armamento estadounidenses más sofisticados, que lucha contra un grupo heterogéneo de militantes, Hamás.

En este contexto, una destacada organización de Derechos Humanos hace un llamamiento a los principales aliados del sionismo israelí colonialista -entre ellos Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania- para que suspendan la asistencia militar y la venta de armas a Israel «mientras sus fuerzas cometan impunemente abusos graves y generalizados, equivalentes a crímenes de guerra, contra civiles palestinos».

Irán y otros gobiernos, afirma Human Rights Watch (HRW), con su oficina central en Nueva York, también deberían dejar de suministrar armas a los grupos armados palestinos, incluidos Hamás y la Yihad Islámica, mientras cometan sistemáticamente ataques equivalentes a crímenes de guerra contra civiles sionista israelí colonialistas.

Pero los asesinatos cometidos por los sionistas israelí colonialistas superan con creces a los cometidos por Hamás, según cálculos conservadores.  Desde el 7 de octubre han muerto unos 1400 sionista israelí colonialistas y otros ciudadanos, y más de 10 000 palestinos, 40 % de ellos niños.

«Se está castigando y asesinando a civiles a una escala sin precedentes en la historia reciente de Israel y Palestina», afirmó Bruno Stagno, jefe de incidencia política de HRW. «Estados Unidos, Irán y otros gobiernos se arriesgan a ser cómplices de graves abusos si continúan proporcionando ayuda militar a violadores conocidos», añadió.

Kenneth Roth, exdirector ejecutivo de HRW, fue citado diciendo que el hecho de que Israel lanzara varias bombas de gran tamaño en medio de un campo de refugiados densamente poblado iba a provocar de forma completa y previsible una pérdida significativa y desproporcionada de vidas civiles y, por tanto, un crimen de guerra.

Describiendo al ejército de Israel «como parte de la maquinaria de guerra de Estados Unidos», Norman Solomon, director nacional de RootsAction y director ejecutivo del Instituto para la Exactitud Pública, dijo a IPS que la sólida alianza de cimientos entre Israel y Estados Unidos ha asegurado la continuación de un acuerdo de 10 años que garantiza 38 000 millones de dólares en ayuda militar estadounidense a Israel.

La venta de armas y el narcotráfico son los dos mejores negocios de Estados Unidos en bancarrota.

Y ahora, mientras continúa la matanza en Gaza, señaló, Washington se apresura a proporcionar ayuda militar adicional por valor de 14 000 millones de dólares.

Durante las últimas semanas, dijo, el «Derecho Internacional Humanitario» ha sido una frase común del presidente Joe Biden al expresar su apoyo a las acciones militares de Israel.

“Es un absurdo orwelliano, como si decir esas palabras fuera suficiente, mientras se ayuda constantemente al sionismo israelí colonialista a violar el Derecho Internacional Humanitario de numerosas maneras”, afirmó Solomon.

HRW afirmó que las futuras transferencias militares Al sionismo israelí colonialista ante las continuas y graves violaciones de las leyes de la guerra corren el riesgo de convertir a Estados Unidos, Reino Unido, Canadá y Alemania en cómplices de estos abusos si contribuyen a ellos de forma consciente y significativa.

El suministro de armas a los grupos armados palestinos, dados sus continuos ataques ilegales, corre el riesgo de convertir a Irán en cómplice de esas violaciones.

Biden ha solicitado 14 300 millones de dólares para más armas a Israel, que se suman a los 3800 millones de ayuda militar estadounidense que Israel recibe anualmente.

El 2 de noviembre, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó un proyecto de ley que proporcionaría esa ayuda militar a Israel.

Desde el 7 de octubre, cuando se produjo el ataque terrorista de Hamás contra Israel, que llevó a Tel Aviv a una represalia bélica inclemente contra Gaza, Estados Unidos ha transferido o anunciado que tiene previsto transferir bombas de pequeño diámetro, kits para municiones de ataque directo conjunto, proyectiles de artillería de 155 mm y un millón de cartuchos de munición, entre otras armas.

El Reino Unido ha autorizado la venta de armas por valor de 539 millones de dólares a las fuerzas sionista israelí colonialistas desde 2015, incluidos aviones, bombas y munición. Canadá exportó 33 millones de dólares en armas en 2021 y 2022. Alemania emitió licencias por 916 millones de dólares en ventas de armas a Israel entre 2015 y 2019, según datos suministrados por HRW.

Los dirigentes de Hamás declararon públicamente en enero de 2022 que habían recibido al menos 70 millones de dólares estadounidenses en ayuda militar de Irán, pero no especificaron durante qué periodo de tiempo se proporcionó esta ayuda.

«¿Cuántas vidas civiles más deben perderse, cuánto más deben sufrir los civiles como consecuencia de los crímenes de guerra antes de que los países que suministran armas a Israel y a los grupos armados palestinos tiren del carro y eviten ser cómplices de estas atrocidades?», dijo Stagno.

Naciones Unidas describió en su día las muertes y la destrucción en la guerra civil de Yemen, que dura ya ocho años, como «el peor desastre humanitario del mundo».

Las matanzas, en su mayoría de civiles, se han estimado en más de 100 000, con acusaciones de crímenes de guerra contra una coalición liderada por Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos, cuyo principal proveedor de armas es Estados Unidos.

Y ahora, las matanzas de palestinos en Gaza han vuelto a colocar a los estadounidenses en una nueva zona de guerra.

Estados Unidos llevado ante la Corte Penal Internacional/CPI, por crímenes de guerra.

Pero incluso así, es improbable que Estados Unidos sea llevado ante la Corte Penal Internacional (CPI), ni que sea acusado por abusos contra los Derechos Humanos, torturas y crímenes de guerra cometidos en Afganistán e Irak en una época pasada.

«Si a los funcionarios estadounidenses no les importan los civiles palestinos que se enfrentan a atrocidades con armas estadounidenses, quizá les importe un poco más su propia responsabilidad penal individual por ayudar a Israel a llevar a cabo estas atrocidades», ha declarado Sarah Leah Whitson, directora ejecutiva de Democracia para el Mundo Árabe Ahora  (DAWN, en inglés), una organización estadounidense que promueve la Democracia y los Derechos Humanos en Medio Oriente.

«El pueblo estadounidense nunca firmó para ayudar a Israel a cometer crímenes de guerra contra civiles indefensos con bombas y artillería financiadas por los contribuyentes», señaló.

En octubre,  Josh Paul, funcionario de larga trayectoria en la oficina político-militar del Departamento de Estado, dimitió por lo que, en su opinión, era un apoyo inmoral de Estados Unidos y una ayuda letal a los bombardeos de Israel en Gaza.

Según el estadounidense Departamento de Estado, Israel ha sido designado Aliado Mayor No OTAN por la legislación estadounidense.  Este estatus proporciona a los socios extranjeros ciertos beneficios en las áreas de comercio de defensa y cooperación en seguridad y es un poderoso símbolo de su estrecha relación con Wahington.

En consonancia con los requisitos legales, la política de Estados Unidos es ayudar a Israel a preservar su ventaja militar cualitativa (QME, en inglés), o su capacidad para contrarrestar y derrotar cualquier amenaza militar convencional creíble de cualquier Estado individual o posible coalición de Estados o de actores no estatales, sufriendo daños y bajas mínimas.

Esto requiere un informe cuatrienal al Congreso, para las transferencias de armas que deben ser notificadas al Congreso, y la determinación de que las transferencias individuales de armas a la región no afectarán negativamente a la QME de Israel.

Para reforzar aún más su relación militar, Estados Unidos e Israel han firmado múltiples acuerdos bilaterales de cooperación en materia de defensa, entre ellos: un Acuerdo de Asistencia para la Defensa Mutua (1952); un Acuerdo General de Seguridad de la Información (1982); un Acuerdo de Apoyo Logístico Mutuo (1991); y un Acuerdo sobre el Estatuto de las Fuerzas (1994).

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UN OBJETIVO Y CUATRO PLANES DE ISRAEL PARA LA POSGUERRA DE GAZA

Por Nazanín Armanian* 

“Las tácticas sin estrategia son un ruido antes de la derrota”, Sun Tzu.

No hay ninguna duda de que la actual ronda de masacre palestina por Israel en Gaza no es una venganza ni un castigo colectivo a la criminal y estúpida Operación de Tormenta de Al Aqsa de Hamás, el 7 de octubre. Se trata de una nueva fase de la estrategia del imperialismo sionista israelí colonialista de borrar del mapa, y literalmente, a los palestinos: las dos anteriores tuvieron lugar en 2011 cuando Israel se convirtió en una República Judía, y en 2020, y cuando Donald Trump y Benjamín Netanyahu firmaron el “Acuerdo del Siglo” para dar una Solución Final a la causa palestina, para que Israel pudiera apoderarse del gas y del resto del territorio palestino, sin trabas.

El despliegue militar y político en curso para «aniquilar a Hamás» con el fin de «garantizar una seguridad duradera de Israel» (será para sus dirigentes que no de su pueblo), como afirma Tel Aviv, recuerda la “reacción” de los que llevaban tiempo preparando la Primera Guerra Mundial y sólo necesitaban un detonante, alguien que apretara el gatillo matando al archiduque de Austria Francisco Fernando, y su esposa, la duquesa Sofía Chotek, en Sarajevo en 1914.

Israel no sabe qué hacer con Gaza

La actual matanza de los palestinos por lo militares no responde a ningún plan elaborado por los políticos israelíes para el día después del fin de la invasión. De esta manera, los dirigentes israelíes están lanzado varios “globo sonda” para evaluar la reacción de su audiencia:

1. Organizar una cumbre internacional, dirigida por el primer ministro británico Rishi Sunak (que no por Joe Biden), y con los representantes de Israel, Jordania, Egipto, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Qatar y las Naciones Unidas, ¡sin los palestinos!, para formar un gobierno de transición en Gaza, la prisión convertida en cementerio.

2. Aplicar el modelo de Cisjordania a Gaza de forma progresiva:

– Entregar el poder a la Autoridad Palestina (AP), con el respaldo de las Fuerzas de Paz de la ONU y los principales Estados Árabes. Que el presidente de la AP Mahmud Abbas haya expresado su predisposición muestra que hay tanteo. Si el carismático líder de Al Fatah Marwan Barghouti, preso en Israel desde 2002, es liberado durante el canje de los rehenes civiles en mano de Hamás con los presos palestinos, podría significar que incluso se está elaborado un plan a más largo plazo, y con nuevos partidos palestinos en el escenario.

–Mantener una presencia militar “fluida”, que no permanente, en Gaza para que no se le llame “ocupación militar”, dividiendo la Franja en el área A, que estaría bajo el control palestino; área B administrado conjuntamente por Israel y Palestina, y el C bajo el dominio directo de las tropas ocupantes, protegiendo nuevos asentamientos ilegales. Esta zona haría también de “amortiguamiento” con el territorio oficial de Israel.

– «Hamás no sólo ya no estará en Gaza, sino que el territorio de Gaza también disminuirá» adelanta Eli Cohen, ministro de Relaciones Exteriores de Israel. Matar, hasta la fecha, a al menos 11.000 gazatíes y forzar a otros 1.4 millones a desplazarse, indica la ejecución de este croquis.

3. Trasladar a los gazatíes a la península Sinaí de Egipto. Esto es lo que propone una supuesta filtración de un documento del Ministerio de Inteligencia de Israel, fechada el 28 de octubre, desempolvando una vieja conspiración israelí, que trata de:

– una “Limpieza Étnica” en toda regla, que no “limpiar Gaza de Hamás”. Es decir, un Nakba II. Curioso: gracias a los reporteros palestinos y los móviles que muestran al mundo, en vivo y en directo, los crímenes de guerra cometidos por Israel, expulsándoles de sus casas, los historiadores de los vencedores no podrán falsificar otra vez la verdad como lo hicieron con el Nakba I, del 1948: en el que según ese relato los palestinos -unos vendepatrias-, además cobraron un buen dinero para dejar sus tierras a los judíos emprendedores llegados de Europa. El documento habla de llenar el norte del Sinaí de tiendas de campaña para más adelante construir viviendas permanentes. Así, los palestinos estarían 1) bajo el control férreo del presidente dictador Abdel Fattah Al Sisi, y 2) no tendrán derecho a moverse. En su nueva prisión, los palestinos estarían vigilados además por las tropas de EEUU, que ya llevan tiempo allí, al parecer para luchar contra un chollo llamado “yihadismo”. Al Sisi se niega, y no porque se trate de un descarado pogromo, sino porque:

– Una afluencia masiva de refugiados desesperados palestinos desestabilizaría a Egipto.

– A diferencia de los años 1948 a 1967, que al no existir partidos políticos palestinos y Egipto administraba aquellos territorios, hoy son numerosos. Por tanto, Palestina y los palestinos no necesitan tutela.

– Siendo Hamás la rama palestina de la Hermandad Musulmana (protegida por el Partido Demócrata de EEUU), contra quien Al Sisi hizo un golpe de Estado (patrocinado por Arabia Saudí), teme que convierta al Sinaí en su base de operaciones antisraelíes, arrastrando al país a una guerra con el poderoso vecino.

– Si la cuestión palestina no es un tema de Israel, tampoco la es de Egipto, piensa el faraón.

Que Israel bombardeara el norte de Gaza para empujar a la población hacia el sur, donde “casualmente” está la frontera egipcia, obedecía al Plan C.

4. Devolver Gaza a Hamás. En caso de que el Ejército israelí empezara a quedarse atrapado en el pantano gazatí, Netanyahu tendrá que tragarse varios sapos, y declarar el alto el fuego, renunciando a “destruir a Hamás”. De este modo:

– Se ahorraría la paliza de buscar un “gobernador” para lo que quede a los palestinos en Gaza.

– Rescataría al candidato Biden del suicidio, e incluso le regalaría la posibilidad de convocar una conferencia-pantomima de paz, que tanto gusta a los presidentes de Estados Unidos y que Biden se negó a pasar por el aro.

– Salvaría la cara de los países que han normalizado su relación con Tel Aviv, e irían ampliando el Acuerdo de Abraham.

La táctica de “bombero pirómano”

En su estrategia expansionista, Israel:

1. Patrocinó a Hamas, -una organización de extremaderecha teocrática que fantasea con la destrucción de Israel-, para debilitar a la Autoridad Palestina, que tenía un plan viable para instalar un Estado Palestino en las fronteras de 1967.

2. Luego tachó a Hamas de terrorista para quitar legitimidad a la lucha palestina y poder apoderarse de sus recursos naturales en el Mediterráneo. ¡Y lo ha conseguido! Para Hamás, los palestinos no están «oprimidos» porque estén bajo un brutal colonialismo israelí de corte medieval-apocalíptico, sino por ser perseguidos como musulmanes, por los judíos que además controlan su gran templo Al Aqsa (de allí el nombre de su operación del 7 de octubre). Así, el gobierno de Gaza y el de Tel Aviv se han ido retroalimentado, en perjuicio de sus propios ciudadanos.

Estados Unidos probó esta táctica en Afganistán. Colocó a los talibán en el poder en 1992, y al ver que no eran capaces de cumplir con su cometido, lanzó una campaña internacional sobre ¡cómo oprimían a sus mujeres! para después invadir y ocupar el país directamente. Después de 20 años, y tras ser derrotado por China en Asia Central, negoció con los talibanes en 2020 su regreso a Kabul, a cambio de mantener cinco bases militares y el control sobre los aeropuertos empezando la sexta etapa de la ocupación…y ¿dónde lo hizo? ¡En Qatar! El mismo país que está mediando entre Hamás e Israel.

Obviamente, sin la luz verde de EEUU (y sus catorce motivos de su respaldo incondicional a Israel), Israel no podrá llevar a cabo ninguno de sus planes, que son nada menos que un cambio en el mapa de Oriente Próximo. Joe Biden ha respaldado no sólo la condena a muerte de hambre y de sed de los 2,3 millones de gazatíes, sino que le ha enviado más armas para una mejor matanza indiscriminada de los palestinos, y la destrucción total de sus hogares, hospitales, y escuelas; lo único que le pidió, y para el bien de Israel y el suyo propio, fue que se pensara dos veces antes de una invasión terrestre al enclave. Y Netanyahu no le hizo caso: aquí mando yo, es lo que le advirtió a Joe Biden en 2010.

Este rompecabezas podría quedarse en nada si Irán entra en la guerra, deseando o cayendo en la trampa de EEUU-Israel. El régimen clerical-militar, también de extremaderecha semítica, que gobierna Irán está preparando la opinión pública con que “una guerra regional inevitable”, en palabras de su ministro de Asuntos Exteriores Amir Abdolahian.

Demasiadas incógnitas y una única certeza: una mayor militarización de Oriente Próximo, más guerras y un infinito dolor para cientos de millones de personas.

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*Nazanín Armanian es iraní, residente en Barcelona desde 1983, fecha en la que se exilió de su país. Licenciada en Ciencias Políticas. Imparte clases en los cursos on-line de la Universidad de Barcelona. Columnista del diario español on-line Público. Fuente:  http://www.nazanin.es/- Público.es. 15.11.23

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Lea también:

América Latina lidera la oposición a los crímenes de Israel

Bolivia rompió relaciones diplomáticas con Israel, mientras que Colombia, Chile y Honduras retiraron a sus embajadores. América Latina lidera la oposición a la guerra de Israel contra Gaza. Mientras aumenta la indignación en Estados Unidos, Canadá y Europa por la negativa de sus gobiernos a adoptar una postura firme contra las atrocidades que Israel está cometiendo contra Gaza, América Latina está abriendo el camino. Una cosa son las revueltas de Bolivia y Colombia, a la izquierda de la «segunda ola» de gobiernos progresistas de América Latina. Pero el presidente Gabriel Boric —decididamente más moderado, especialmente en asuntos exteriores— anunció que Chile también retiraba a su embajador.

https://jacobinlat.com/2023/11/15/america-latina-lidera-la-oposicion-a-los-crimenes-de-israel/

lunes, 27 de noviembre de 2023

La ONU debe desaparecer.

La ONU debe desaparecer.


Por Sergio Rodríguez Gelfenstein

Escritor, analista internacional/ Indymedia Argentina, Other News,  Sputnik,  RT, La Jornada de México, ACHEI, Addhee.Ong


En fecha tan lejana como el 25 de septiembre de 2011 escribí un artículo titulado “La ONU ha muerto”. Entre otras cosas allí decía que:  “Los acontecimientos de los últimos años signados por una unipolaridad cerrada […] dan cuenta de una ONU inoperante y plegado a la voluntad de los Estados canallas. La resolución unánime que condenó a Irán por la supuesta intención de construir armas atómicas contrasta la existencia de las mismas en países como Israel, India y Pakistán, que poseen la común característica de estar entre los mayores compradores de armas a los fabricantes que son básicamente los países miembros permanentes del Consejo de Seguridad”.

Continuaba más adelante: “La aprobación también unánime de las potencias para autorizar -a través de la resolución 1973- lo que derivó en el bombardeo indiscriminado a las ciudades libias y el asesinato de miles de ciudadanos, muestran una organización que ya no es garante de la paz sino promotora de la guerra. Igual hecho ocurrió durante los recientes acontecimientos en Costa de Marfil, donde el propio Secretario General de la ONU dio órdenes a los Cascos Azules de involucrarse militarmente bajo órdenes de las fuerzas armadas francesas que invadieron el país africano”.

Doce años después, el diagnóstico es el mismo pero la crisis es aún más profunda. La pandemia de Covid 19 evidenció ante el mundo la incapacidad de la organización para gerenciar el combate contra el virus que se constituyó en enemigo común de la humanidad.

En esta batalla, la Organización Mundial de la Salud (OMS fracasó estrepitosamente). En octubre de 2021, 20 meses después de haber comenzado la pandemia sólo el 57% de la población mundial había sido vacunada. La pandemia nunca pudo ser controlada a través de la distribución de vacunas. Los países ricos establecieron una clara distancia de los más pobres.  En enero de 2022, la OMS publicó una guía para priorizar la distribución mundial de las vacunas COVID-19 de manera justa pero ya era demasiado tarde y el plan era defectuoso. Primó la lógica del mercado, del lucro y la ganancia por encima de la lógica de la protección del ser humano, de su salud y su vida. Ello, porque la OMS depende principalmente de la buena voluntad de los países ricos y de las empresas.

Circunstancias similares ocurrieron en la actuación de la OMS durante la gripe A (subtipo H1N1) que atacó al mundo en 2009. Otro ejemplo de error reiterativo de la OMS fue su actuación en 2014 durante la crisis del Ébola. Su incapacidad es recurrente. En el primer caso los gobiernos que siguieron sus recomendaciones acumularon cantidades innecesarias de fármacos antigripales solo en beneficio de las empresas farmacéuticas. Y en el segundo, actuando con extrema pasividad ante la gravedad de la propagación del Ébola, infravalorando el problema . Solo cuando la epidemia estaba ya fuera de control en África Occidental, la directora general declaró una emergencia global.

Hay que decirlo, esa “buena voluntad” mencionada está en relación directa con la decisión de las empresas de actuar cuando observan que el contagio puede afectar sus ganancias y las de los países ricos. Este hecho es violatorio del enciso 3 del artículo 1, Capítulo 1 de la Carta de las Naciones Unidas que establece los propósitos y principios de la ONU y que señala que la organización debe:  Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión”.

Así mismo, el pésimo trabajo de la ONU en el manejo de la pandemia atenta flagrantemente con el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU que establece que: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”. La ONU ha demostrado que no es capaz de garantizar ese derecho y, ni siquiera cumplir con los propósitos que le asigna la Carta.

En este contexto, la operación militar de Rusia en Ucrania y el reciente conflicto en Palestina pusieron sobre el tapete la inoperancia de la ONU. En ambos casos la organización fue incapaz de impedir que se proyectaran y ejecutaran sendos genocidios sobre los pueblos del Donbass y de Palestina respectivamente. En Ucrania hicieron de la “vista gorda” durante 8 años mientras con extrema crueldad hordas nazi fascistas exterminaban a la población ruso parlante.

El asunto palestino es mucho peor porque la ONU es causante directa del mismo al crear ilegalmente el Estado de Israel cuando no es potestad suya -según la Carta- crear países, pero incluso después de haber decidido tal esperpento jurídico, no ha sido capaz de hacer cumplir la resolución 181 de la Asamblea General, del 29 de noviembre de 1947 que establecía la partición de Palestina en un Estado judío, un Estado árabe y una zona bajo régimen internacional particular. En este caso, tal vez más que en ningún otro, se ha hecho patente el uso de la ONU como un instrumento de la política exterior de Estados Unidos. La ONU ha fallado en su responsabilidad primigenia que era promover y consolidar la paz en el planeta.

En otro ámbito, uno podría preguntarse qué sentido tiene la existencia de la Organización Mundial del Comercio (OMC), otra agencia de la ONU si hasta agosto de 2023, se habían aplicado 26.162 medidas coercitivas unilaterales (mal llamadas sanciones) por parte de Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá Reino Unidos, Suiza y otros países afectando a 30 Estados en todo el mundo. Así, el 28% de la población mundial está impedida de desarrollar su vida con total normalidad.

Vale decir que en este caso, la Asamblea General de la ONU en su 78° periodo de sesiones, aprobó con 128 votos a favor y 54 en contra una resolución sobre la promoción y protección de los derechos humanos frente a las medidas coercitivas unilaterales.

Sin embargo, todo es en vano. Las relaciones internacionales no son de derecho sino de poder. La ONU es una estructura sustentada en el poder atómico de 5 países que imponen esa condición al mundo. La institución del veto es una práctica antidemocrática que establece que el mundo tiene que vivir bajo la dictadura de 5 países por la única razón que tienen capacidad de destruir el planeta. Así, esa capacidad es la que establece y sostiene al sistema internacional y su estructura. El planeta vive bajo la permanente contradicción entre el carácter democrático de la Asamblea General y el carácter dictatorial del Consejo de Seguridad.

En la actualidad hay varios casos que exponen el carácter retrógrado de la ONU además de los ya conocidos en Ucrania y Palestina, En este sentido, la República Popular Democrática de Corea (RPDC) ha opinado en torno a que el Comando de la ONU, responsable de vigilar el cumplimiento del armisticio después de la Guerra de Corea de los años 50 del siglo pasado, debe disolverse para “evitar el inicio de una nueva guerra y defender la paz y seguridad en la península de Corea.

De acuerdo con el comunicado emitido por el gobierno norcoreano, el comando no representa “más que un instrumento de confrontación de Estados Unidos porque no tiene nada que ver con la ONU”. Según Pyongyang,  el comando “vuelve a revelar su naturaleza agresiva, buscando preparar una declaración de confrontación simulando la segunda Guerra de Corea”. Ya en 1975, la Asamblea General de la ONU aprobó dos resoluciones que estipularon la disolución del comando y la retirada de las tropas estadounidenses de la región e incluso, dos antiguos secretarios generales de la ONU, Butros Butros Ghali y Kofi Annan, afirmaron que “el organismo no está bajo el control de Naciones Unidas, sino de Washington”. Ahora -según la denuncia de la RPDC- el Comando “se reactiva como un instrumento de guerra plurinacional, encabezado por Estados Unidos. Se trata de graves acontecimientos que ponen en peligro la seguridad en la región Asia-Pacífico, la península de Corea incluida”. Parece evidente que la ONU está permitiendo ser usada por Estados Unidos para generar otro escenario de conflicto en el planeta.

No podía ser de otra manera cuando el secretario general de la ONU es un hombre proveniente de un país de la OTAN. Hay que recordar que cuando fue primer ministro de Portugal acompañó todas las tropelías de esta agrupación belicista ente ellas la guerra de los Balcanes y la invasión de Afganistán. Difícilmente un personaje de esta estirpe puede tener la ecuanimidad y la neutralidad necesaria para tratar los asuntos que incumben a la organización.  Un mundo justo jamás debe tener a un guerrerista como su máximo líder.

Ya en el pasado,  Europa nos dio ejemplos del liderazgo que la representa. Entre 1972 y 1981, Kurt Waldheim, un político austríaco de extrema derecha fue designado secretario general de la ONU. No importó que Waldheim hubiera sido miembro de la Liga de Estudiantes Nacional-Socialistas Alemanes, una estructura del partido nazi de su país que lo llevó a que incluso formara parte las SA, las tropas de choque del partido nazi que bajo las órdenes directas de Hitler sembraban el terror en los países ocupados. Nada más y nada menos que un nazi fue enviado por Europa para ser secretario general de la ONU.

La actuación respecto de Venezuela no está ajena a su impronta. La ONU ha violentado el Acuerdo de Ginebra que establece una solución amistosa y satisfactoria para las dos partes en el conflicto del Esequibo. Las gigantescas reservas petroleras descubiertas en 2015 en ese territorio en reclamación movilizaron al gobierno de Estados Unidos que ejerciendo presión sobre la ONU logró que el caso fuera enviado de forma ilegal a la Corte Internacional de Justicia (CIJ), un órgano de la ONU que ha decidido actuar sin tener jurisdicción sobre el caso.

Ya, el anterior secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, un títere de Washington,  había decidido de forma unilateral e ilegal ponerle fin a la figura del buen oficiante. Dando continuidad a esta aberración jurídica, Antonio Guterres -casi desde el mismo momento de su designación- aceptó la demanda que Estados Unidos había iniciado ante  su predecesor, favoreciendo unilateralmente la decisión de Guyana que en realidad es la decisión de la empresa ExxonMobil, que pretende explotar ilegal y unilateralmente los recursos del Esequibo. Guterres es cómplice de este intento de despojo, de la misma manera que lo es la CIJ que, poniéndose al margen de la ley pretende avalar la demanda de Guyana.

Guterres debió consultar a Venezuela para obtener su conformidad respecto de la jurisdicción de la CIJ, tal como lo establece el Acuerdo de Ginebra. Vale agregar que Venezuela no es firmante del protocolo sobre jurisdicción obligatoria de la CIJ por lo que no está obligada a acatar la decisión que tome este organismo. No es Venezuela la que se ha puesto al margen de la ley. Ha sido la organización de Naciones Unidas, una vez más.

Tal vez nadie como el presidente de Brasil, lo ha señalado con tanta precisión: “La ONU de 1945 ya no vale nada en 2023". Lo dijo espantado por la incapacidad de la organización para detener el genocidio israelí en Palestina. Como es habitual, la dictadura anacrónica del veto ejercida por Estados Unidos he impedido incluso que se detengan las acciones armadas en Gaza. Al respecto Lula dijo: "Solo un país tuvo derecho a vetar y la vetó [la propuesta], y fue Estados Unidos. Esto es incomprensible, no es aceptable. Por eso luchamos para cambiar la ONU” y agregó: "Por eso queremos cambiar el número de [miembros] y cómo funciona y acabar con el derecho de veto"

En este contexto fue el propio gobierno israelí el que se puso al margen del derecho internacional al reconocer públicamente que posee armas nucleares, lo cual le está vedado por la Carta de la ONU. No obstante, la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), otro ente perteneciente a la ONU, tan activa queriendo auditar y controlar a Rusia en el conflicto en Ucrania, ha dado vuelta la cabeza para evitar dar una opinión sobre esta otra situación que…otra vez, pone en entredicho la neutralidad de la ONU y su apego al derecho internacional todo lo cual deteriora la seguridad global, colocando en grave riesgo el régimen de control internacional de armas que la ONU debe sostener, defender y aplicar.

 Washington se ha colocado por encima de la ONU avalando todos los desmanes cometidos por Israel, país que por cierto no ha firmado el Tratado de No Proliferación. Sus 300 bombas termonucleares son un verdadero peligro no sólo para el pueblo palestino sino para todo el planeta, cuando se sabe que las mismas están en manos de estos nuevos nazis del siglo XXI, desbordantes en odio, ávidos de matar y carentes de todo sentido de humanidad.

La ONU ha fracasado, no tiene sentido de existir. Un mundo nuevo está naciendo. Una organización nueva le debe acompañar.

Desde Sudáfrica si pide a la Corte Penal Internacional investigar crímenes de guerra de Israel en Gaza. El presidente Ramaphosa llamo a la comunidad a trabajar por un cese al fuego inmediato


El mandatario aseguró que “están cometiéndose crímenes de guerra” mientras resaltó el caso del Hospital Al Shifa.

El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, solicitó a la Corte Penal Internacional (CPI) iniciar una investigación sobre los "crímenes de guerra" cometidos por Israel en la Franja de Gaza cuando se registran más de 11.500 personas asesinadas desde el pasado 7 de octubre.

"Nos sumamos a muchos otros países y organizaciones para pedir a la CPI que investigue lo que está sucediendo y, de hecho, podemos ver con nuestros propios ojos en Israel", declaró el mandatario ante medios locales.

A su vez, el jefe de Estado sudafricano aseguró que “están cometiéndose crímenes de guerra” mientras resaltó el caso del Hospital Al Shifa, el cual se encuentra completamente bloqueado por las fuerzas israelíes sin agua, electricidad y alimentos.

En este sentido, Ramaphosa llamó a la comunidad internacional a trabajar en aras de "un cese al fuego de inmediato", así como a tomar las medidas necesarias para la protección de la población civil.

De igual forma, denunció el incumplimiento por Israel de las normas establecidas en el derecho internacional, entretanto, subrayó que no existe "precedentes en la historia" de una guerra que haya cobrado la vida de tantos niños inocentes en tan poco tiempo.

"Aborrecemos lo que está ocurriendo ahora en Gaza, que se ha convertido en un campo de concentración y se está produciendo un genocidio", enfatizó el presidente.

La semana pasada, el Gobierno sudafricano anunció que retiraría a todos sus diplomáticos de Israel para sostener consultas como método para expresar el rechazo a la situación en Gaza.

Lo subrayado es nuestro