En medio del fragor de los
combates por intentar detener la ofensiva conservadora reaccionaria en el
planeta y en particular en América Latina y el Caribe, se hace necesario tomar
un tiempo para sistematizar la experiencia, estudiar los errores cometidos y
sacar las enseñanzas de cara al futuro. Las generaciones que tomarán el relevo
agradecerán tener los elementos de juicio que emanan del conocimiento de la
historia local, regional y global, a fin de aprehender formas y métodos de
lucha y entender de manera dialéctica que la batalla por la libertad y la
definitiva independencia es un proceso continuo en la historia.
¿La candidata del Frente Amplio,
no piensa lo que dice o lo dice sin pensar? La validez de esta aseveración se
constata, tras observar la actitud de la candidata presidencial del Frente
Amplio de Chile, Beatriz Sánchez, quien a pesar que su agrupación se auto
califica como de izquierda, tomó distancia de la figura del Presidente Salvador
Allende Gossens y en una entrevista para una revista de farándula, asumió la
visión de la derecha reaccionaria sofofa sobre los alcances que tuvo el
gobierno de la Unidad Popular para su pueblo. No se puede ser de izquierda en Chile ni en América Latina al margen de
la figura señera del Presidente Allende Gossens. Si el objetivo de Sánchez era captar voto, debió saber que ello es
imposible de esa manera, por lo menos entre aquellos que fuimos partícipes
agradecidos de la época más hermosa de la historia de Chile. Tal vez haya
sido esa, una de las causas de no haber cumplido las expectativas de participación
en las primarias que hizo su agrupación. Una Bachelet pudiera ser admitida,
pero dos, ya es demasiado. Hacer gala de ignorancia no exime de ser portador de
ella, por eso es importante dejar constancia de los hechos vividos, de las
epopeyas de los pueblos en el camino de su liberación, donde a cada generación
le toca jugar un papel acorde las circunstancias de cada momento.
La actual ofensiva reaccionaria
global, en la que se recurre a las prácticas terroristas propias del fascismo
no es, como muchos piensan, efecto de un poderío superior de las huestes de la
derecha mundial, por el contrario es expresión de su debilidad, de su
desesperación, de su necesidad de sobrevivencia, de su afán superlativo por
mantener su riqueza y sostener sus niveles de vida, incluso al costo de la
depauperación, miseria y exterminio de parte importante de la Humanidad.
Al observar los acontecimientos
actuales, vemos con preocupación que la política está siendo superada por la
irracionalidad, lo cual conduce a que la estabilidad del planeta se encuentre
en un momento extremadamente delicado. Los acontecimientos en Siria y el Medio
Oriente, en el mar del Sur de China, Ucrania y la Venezuela Bolivariana, por
poner algunos ejemplos denotan una desembozada actitud injerencista en algunos casos
y de apoyo al terrorismo en general, y de Estado en particular, de parte de
Estados Unidos y otros países como Arabia Saudita, Israel, Colombia, México y la
España profunda por mencionar algunos de los más connotados, los que avalados
por la mayor potencia mundial no sienten obstáculos en su afán de brutal
represión interna, mientras cumplen el mandato imperial de sostener grupos que
pretenden retrotraer la historia.
La irracionalidad es hoy la
norma, una rápida mirada en un buscador de internet poniendo el apellido del
presidente estadounidense y/o de su secretario de Estado, junto al nombre de
algunos países, arrojó que en referencia a Siria, el mandatario y su asesor se
han referido 13 veces a ese país dando opiniones distintas y en la mayoría de
las veces contradictorias. Otro tanto ocurrió con Rusia, 8 veces, Irán 5 y
Corea 6. Tras estas cifras se esconde una mezcla peligrosa de ignorancia,
estupidez, soberbia imperial y desprecio por la Humanidad que no da certezas
respecto de cuál puede ser la actuación de Estados Unidos frente a uno u otro
hecho y que es posible esperar lo peor.
En un hecho insólito, que da
cuenta de la preocupación, incluso de los otros poderes mundiales por el
desatino con que el régimen de Estados Unidos está manejando las relaciones
internacionales, en la reunión del Grupo de los 20 (G-20) que se celebra en
Hamburgo, Alemania, 19 países (menos Estados Unidos) decidieron prepararon un
borrador de declaración final en materia de defensa del clima planetario, que
recogerá la opinión contraria de éste, cuyo presidente decidió sacar a su país
del Acuerdo de París.
En ese marco de discursos y
actuaciones insensatos, en un acto realizado en Miami, el pasado 5 de julio,
Día de la Independencia de Venezuela el diputado opositor Juan Requesens, con
total desparpajo, afirmó que si se realiza la elección para los miembros de la
Asamblea Constituyente el próximo 30 de julio, eso sería el comienzo de una
guerra, pero que para llegar a ello en la forma de una intervención extranjera,
se debe pasar por la actual etapa de violencia.
Me preguntó que podría pasar en Colombia, España, México, Chile o en el
propio Estados Unidos si un diputado opositor, hace un claro llamado a la
intervención militar extranjera en su país, justificando las acciones violentas
de desestabilización como parte del proceso de creación de condiciones para un
evento fatídico con esas características, para cualquier país.
Casi simultáneamente, Arabia
Saudita después de recibir la visita del presidente Trump, acusó a Catar de
practicar el terrorismo, por lo que decidió romper relaciones con ese país,
además de imponerle férreas sanciones comerciales y económicas. Como dijera una
periodista británica, “es como si McDonald´s acusara a Burger King
de vender comida chatarra, como si Coca-Cola acusara a Pepsi de exceso de
azúcar…”. Con la total venia de Occidente, la monarquía wahabita desata
una criminal guerra contra Yemen que ha producido miles de víctimas en la
población civil y el mayor desastre humanitario de la actualidad, al mismo
tiempo que sigue armando financiando y organizando al terrorismo en todo el
planeta. Como premio, obtuvo un puesto en el Consejo de derechos Humanos de la
ONU.
¿Será que la Humanidad no puede
ponerse de acuerdo para ponerle coto a estos demenciales actos de destrucción y
muerte? O, ¿la voracidad capitalista salvaje globalizada terminará imponiendo
sus códigos de destrucción y avasallamiento? Es evidente que la política en sus
formas tradicionales no ha podido frenar los peligros que acechan al planeta.
La diatriba entre izquierdas y derechas ha sido superada por amenazas de
dimensiones superiores, cuando Estados Unidos sin ambages advierte de la
posibilidad de usar armas nucleares en la península coreana, poniendo en riesgo
a todo el planeta
La contribución de cada quien,
tal vez se circunscriba a su ámbito local, a su entorno más inmediato, a
generar condiciones políticas y económicas que impidan el éxito de la barbarie
capitalista salvaje globalizada, impedir la maldita guerra, evitar la
intervención, a través de una intensa movilización popular, pero también
mediante la organización y la formación de férreas estructuras de carácter
social y popular, como forma de contener el desenfreno de un modelo que ha
hecho del lucro y el consumo sin control, su razón de ser y su veneno maldito
para comprar conciencias y pulverizar voluntades.
Pero, sigo creyendo que a pesar
de todo, “…se abrirán las grandes alamedas por donde pase el Ser Humano libre
para construir una sociedad mejor” como preconizara el Presidente Salvador
Allende Gossens, en el momento de su paso inmortal a la historia.
Sergio Rodríguez Gelfenstein, Consultor y analista Internacional. Mag.
Relaciones Internacionales.
PS: Lo subrayado es nuestro.