martes, 30 de noviembre de 2021

El épico triunfo de Fabiola Campillai Rojas muestra el camino a seguir en el futuro: “el presente es de lucha, el futuro es nuestro”

 


Fiel representante del pueblo que lucha

El épico triunfo de Fabiola Campillai Rojas muestra el camino a seguir en el futuro: “el presente es de lucha, el futuro es nuestro  Addhee.ong

Su elección como senadora, obteniendo la primera mayoría, no solo es destacable por los méritos sino por la forma en que encaró su campaña, una demostración de que se puede desarrollar una forma distinta de hacer política desde el pueblo y sin depender de altos recursos financieros ni mediáticos.

No debería haber sido una sorpresa para nadie, pero tanto la prensa como la TV institucional destacaron su triunfo, ya que no adhirió a ningún pacto y se presentó como independiente reuniendo patrocinios. El postular en solitario la perjudicaba porque no podía acumular la votación de algún compañero de bloque, pero asumió que representaba una opción distinta y que si bien la norma electoral la desfavorecía, igual debería participar. No obstante, su gran ventaja estaba en el factor moral que representaba, una obrera de la fábrica Carozzi que habita en una población popular y que fue agredida por los carabineros mientras se encaminaba a su trabajo una noche en que su barrio era escenario de una fuerte protesta con la consecuente represión. Quedó ciega irremediablemente y desde su condición de víctima evolucionó al de luchadora social que ubica en la denuncia de los atropellos policiales y en la defensa de los derechos fundamentales de trabajadores y pobladores, su principal plataforma política. Es más, su sola participación en las elecciones la ubica como integrante de un conjunto de personas que desde la base social no desea quedarse al margen de acontecimientos que, desde distintas dimensiones, les afecta directamente y deben asumir.

Hasta el momento Fabiola Campillai es un ejemplo y es de esperar que continúe con su consecuente postura, ya que puede revertir el desaguisado que provocó la Lista del Pueblo.

Fabiola Campillai Rojas se encuentra en un proceso de adaptación a su dramática nueva realidad con entereza, jamás optó por la victimización y sorprendió con su postulación, lo que indica un alto grado de audacia, tanto de ella como de su familia y su círculo de cercanos. Sin dudas es un ejemplo a seguir y es de esperar que continúe con su firme posición política, ya que la lucha es larga y no se reduce a las elecciones o a un puesto en el Senado, institución que por lo demás, puede desaparecer, pero que en tal caso, no disminuirá en lo más mínimo la épica de su triunfo en contra del sistema de partidos que autoreproducen su dominio sobre la sociedad, sino que lo convertirá en un transcendental paso en el avance de la lucha social y popular, esta vez transitando hacia lo político. La debilidad de la centroizquierda y el relativo fortalecimiento de la Derecha, hace necesario más que nunca fortalecer el movimiento popular y en dicho proceso el claro liderazgo de Fabiola Campillai es fundamental y necesario.

Su notable elección puede ser un eje de recomposición del movimiento popular si coloca su liderazgo a disposición del proceso de construcción de la alternativa que busque transformar el modelo y el sistema e instaurar una nueva sociedad. Fabiola Campillai debería ser clave en la reconstrucción del proyecto popular.

Seguramente la elite del poder nunca pensó en que era posible el triunfo de Fabiola Campillai, una trabajadora de origen diaguita, no obstante en su constante ninguneo en contra de quienes no pertenecen a la casta, deslizó su falta de preparación “técnica” como los impedimentos de su ceguera para pertenecer al pequeño y distintivo grupo del Senado chileno. Es la constante descalificación clasista y excluyente frente a quienes ascienden a niveles que consideran exclusivos de su ralea. Seguramente, hoy no le preocupa su participación en el Congreso porque la suma a la centroizquierda o derechamente la ignora, sin embargo, ni siquiera sospecha la dimensión de su triunfo ya que supone que en el particular ambiente congresal será muy poco lo que podrá hacer. Puede que en cierto sentido tenga algo de razón, porque su principal labor se encuentra fuera de los salones del Parlamento, los que serán solo uno de los tantos lugares en donde enfrentará al fascismo pinochetista que renace, ya que su principal labor deberá estar en los territorios, en la cotidiana y compleja tarea de rearticular al pueblo, dotándolo de un programa y una organización con la cual logre afrontar las futuras luchas, vale decir, en la reconstrucción del proyecto alternativo. Debería ser la lógica evolución desde su audaz incursión y esperanzador triunfo electoral y, tal como afirmó en su primera declaración después de resultar elegida, desde abajo y hacia la izquierda.

En un escenario que, a pesar de todo lo que señalan los analistas de Derecha y de la izquierda moderada, aún tiene como telón de fondo la grave crisis social y política cuya resolución no llegará en los marcos del modelo neoliberal, continúa como un factor esencial para el pueblo la elaboración de un programa alternativo que permita articular una fuerza política y social que impulse los cambios. En tal proceso el liderazgo de Fabiola Campillai será esencial, tal como el que deberían ejercer numerosos dirigentes que hoy están en la Convención y miles de actores sociales que han activado innumerables acciones que les ha permitido acumular gran experiencia y necesaria solidez para conducir las futuras acciones.

¿Ganó realmente el pueblo?¡No!

¿Ganó realmente el pueblo?¡No!

Ganó la oligarquía empresarial sofofa/la derecha

Juan Pablo Cárdenas S. escritor, comunicador social, analista internacional. Semanario el SurAndino/ Addhee.Ong.

Quienes fueron a sufragar el domingo lo hicieron en la convicción de que tendrían que volver a las urnas para dirimir entre los dos candidatos que obtuvieran la mayor cantidad de votos. Las encuestas, y no las manifestaciones populares, tenían resueltos los nombres que posiblemente irían al próximo balotaje y la prensa como la opinión pública se fue conformando con estas predicciones que, como se sabe, en Chile resultan muy poco certeras. Prácticamente, desde el comienzo de esta corta competencia se dio por seguros a algunos postulantes y se relegó a los que fueron considerados con muy pocas posibilidades. La ciudadanía se enteró casi a última hora de que los candidatos tenían programas de gobierno y ciertamente no fueron estas propuestas las que motivaron a los votantes. Se trató de una campaña centrada en nombres, más que en partidos o idearios. En candidatos que tampoco despertaron el fervor popular de otras contiendas del pasado, tanto así que muchos decían que había que votar por el que pareciera menos malo. Lo que es plenamente explicable por el enorme desprestigio de la política y la falta de credibilidad de sus partidos y caudillos. De aquí que los niveles de abstención (52%) de nuevo resultaran altos para un país que presume de democrático y del alto espíritu cívico de su población, lo que hace prever, en cualquier escenario, que el próximo mandatario no va a obtener un respaldo efectivo de más del 25 o 30 por ciento de los chilenos con derecho a voto.

Tendremos un gobierno minoritario, con un parlamento que le será muy poco dócil, y con una enorme cantidad de expectativas sociales que lo más seguro es que vuelvan a encender la protesta social. Con el agravante de que la pandemia para nada está controlada, que las arcas fiscales simplemente no dan para resolver todas las demandas que siguen pendientes y conun Poder Legislativo al que le costará consentir con lo que se proponga el Ejecutivo. Todos los candidatos estaban advertidos que, de ganar, les costaría mucho gobernar. Así como les sería demasiado difícil hacer frente a los conflictos radicados en varias zonas del país, especialmente en la Araucanía. Que el fenómeno de la violencia y la delincuencia que realmente asolan al país, muy difícilmente podrían ser mitigados sin la posibilidad de que se avance efectivamente en justicia social y equidad, conceptos que de la boca para afuera están posicionados en todos los discursos desde la ultraderecha hasta la extrema izquierda. Sin que se resuelva, con urgencia, mejorar drásticamente los ingresos de los trabajadores y de las familias. Sin que las nuevas autoridades resuelvan acabar con las abusivas AFP, se suba drásticamente el piso de las pensiones y la salud deje de constituir el lucrativo negocio de las isapres para garantizar la atención médica y hospitalaria a toda la nación. Es decir, se le dé curso a lo que se ha prometido transversalmente en las tres últimas décadas, sin avance alguno y con el agravante de que para, aliviar la crisis, se tuviera que echar mano de los escuálidos fondos de los futuros jubilados, con lo que sus expectativas de un retiro digno se hacen ahora más inciertas. Salvo la excepción conocida, ningún candidato prometió revisar en serio los gastos de defensa, que dan origen a una desigualdad flagrante entre uniformados y civiles. Ni siquiera se habló de reducir las adquisiciones de armamento, como muy poco se aludió a los innumerables casos de corrupción entre la oficialidad y las policías. Tampoco se prometió esta vez derogar el IVA a los libros, una vieja demanda burlada por todos los gobiernos.

De esta forma, el debate sobre el destino del país a ratos pareció circunscrito a la posibilidad de dictar una nueva y más permisiva ley de aborto, a ponerle más reconocimiento legal a las relaciones entre parejas del mismo sexo como a otros asuntos que, siendo importantes, en realidad no están en las prioridades de una población que vive tantas carencias socioeconómicas y ahora se muestra aterrada respecto de la inflación que se hace sentir con ganas y puede perfectamente desembocar en próximos estallidos sociales. Se dijo que el país estaba altamente polarizado, que estábamos en peligro de elegir entre un nacionalsocialista y un marxista leninista, al grado que los candidatos de centro no demostraron mucho éxito en parecer morigerados y ganar a esos chilenos todavía impactados por lo que fue la dictadura pinochetista y lo que se le ha dicho respecto de los horrores que vive Venezuela, Nicaragua y Cuba. Para lo cual la prensa adicta al sistema miente y exagera a través de sus ignorantes y desinformados analistas, cuanto los mismos animadores de la televisión. Lo cierto es que más allá de sus “lugares comunes” y propuestas puntuales y de suyo demagógicas, todos los candidatos, salvo la excepción conocida, fueron de visita ad limina ante los grandes empresarios y más allá de las cámaras hasta sostuvieron con ellos sospechosas conversaciones bilaterales que no fueron advertidas por la prensa.

Unos fueron a arrodillarse ante los hombres de negocios y otros en la esperanza de sensibilizarlos frente a las urgencias sociales del país, sobre todo para obtener recursos para financiar sus campañas. Ante ellos no se habló de expropiaciones ni de grabarlos con los justos impuestos que se hacen ahora imperativos. Y muy tibiamente se les reprochó respecto de sus nuevos actos de colusión evasión o elusión tributaria. Menos, todavía, se les exigió fortalecer el sindicalismo. Hasta hubo candidatos que en el pasado de manifestaron en contra del imperio del mercado y que esta vez guardaron sacrosanto silencio y, en las horas previas a la elección, el gobierno decidió desahuciar una licitación pública ganada por un grupo chino y alemán para confeccionar nuestras cédulas de identidad y pasaporte. Nada más que para agradar a los Estados Unidos, potencia ciertamente molesta y de la cual se temió represalias ante un acto soberano chileno. Todo esto a pesar de que la nación asiática es nuestro principal socio comercial. A lo anterior, agreguemos que hasta la expresión “neoliberalismo” desapareció de los discursos y debates presidenciales, salvo la excepción de aquel candidato que se atrevió a decir de todo, a sabiendas de que no tendría chance alguna de llegar a La Moneda. Vendrá ahora una segunda vuelta en que se exacerbarán los temores, se elevarán las descalificaciones y los candidatos -Kast y Boric- harán todo lo posible por ganar el apoyo de los perdedores, los que en conjunto sumaron más votos que cada uno de los contrincantes de la segunda vuelta. Se nos hablará del peligro que representa al triunfo del adversario y se nos retraerá a la época de Pinochet y de la Guerra Fría, cuando la inmensa mayoría de los sufragantes no vivieron aquello y en algunos casos apenas saben de oídas lo ocurrido tantas décadas atrás. Sin embargo, de verdad es que es muy poco probable que el nuevo Presidente pueda realmente dar paso a una “era nueva”, como se ha prometido y, salvo las consabidas fluctuaciones accionarias y del precio del dólar, todo indicaría que el país va a seguir gobernado por la clase política, como que el sacrosanto mercado seguirá siendo nuestro soberano. Con el aval de los gobernantes y de la casta militar o guardia pretoriana. Toda vez que ahora se impondrá un proceso de negociaciones cupulares que podrá borrar con el codo algunas de las buenas intenciones. Cuento aparte es lo que siga sucediendo en la Convención Constituyente si es que todavía se puede tener confianza en que podrá seguir ejerciendo libremente enfrente de un Gobierno y un Parlamento nuevo y empoderado, pese a su escasa representatividad. Después de una elección que, como de costumbre, fue altamente determinada por la propaganda electoral, el sesgo de los poderosos medios de comunicación y, hay que decirlo, un país muy desmotivado respecto de una democracia que no resuelve sus problemas. Más desigual, ciertamente, de un gobierno a otro. Cada día más convencido que es la calle y no el voto el que puede abrir sus anchas alamedas. De allí que sea tan alentador, la enorme mayoría que obtuvo la candidata independiente, Fabiola Campillai, una de las más severas víctimas de la represión piñerista.

Lo subrayado/interpolado es nuestro

sábado, 27 de noviembre de 2021

Silvio Rodríguez: 75 años… y los que faltan.

 

Silvio Rodríguez: 75 años… y los que faltan.


Sergio Rodríguez Gelfenstein, escritor, analista internacional/Addhee.Ong

En 1980 apareció el álbum de Silvio Rodríguez “Rabo de Nube”. Una de sus canciones es “Testamento”. Contrario a la tradición, en su testamento, Silvio no habla de lo que va a dejar, sino de lo que le faltaba por hacer, que era bastante si se considera que para ese entonces aún no llegaba a los 35 años. Se dice que escribió este tema porque ante su traslado a Angola en plena confrontación bélica contra el colonialismo y el apartheid, era real y objetivo un posible encuentro con la muerte.

Han pasado más de 40 años, la vida ha seguido trazando su rumbo, los años dan cuenta de que se está más lejos del final que del comienzo. Yo no soy cantor, trato de hablar escribiendo y en esa medida -parafraseando a Silvio- debo decir que le debo una crónica en el momento en que también he hecho mi testamento acerca de las cosas que me faltan por hacer.

Lo escribo ahora a pocos días de que Silvio cumpla 75 años. En realidad, lo debí haber hecho un lustro atrás cuando inició su octava década de vida, pero la intempestiva partida de Fidel nos estremeció -a él y a mi-. Se lo dije cuando conversamos unos días después. Fue muy lacónico: “No estamos para celebraciones”. Y así era, el dolor nos carcomía, paralizando cualquier esfuerzo creativo. Vale entonces ahora, a modo de recuerdo, relatar algunas anécdotas no sabidas que retratan al ser humano que yo aprecio, imbricadas con el compositor y poeta que todos echan de ver.

Conocí a Silvio a mediados de los años 70 cuando todavía vivía en el apartamento de 23. Aunque no teníamos encuentros frecuentes, las veces que lo hice, se producían intensos debates acerca de mi “extraño” quehacer. Eran tiempos en los que yo hacía los primeros pinos de mi formación militar. La rareza venía dada por mi condición de extranjero que tenía acceso a las academias militares cubanas.

En esas tempranas conversaciones, pude percibir la calidad de un ser excepcional. Aunque su música comenzó a acompañarme y ha estado presente en mi vida desde ese momento y hasta hoy, no creo que me haya acercado a él tanto por su condición de músico inigualable como por su condición humana y su extraordinaria sensibilidad que lo hace poseedor de un espíritu internacionalista, dueño de un sentimiento de solidaridad inquebrantable con aquellos que luchan “no importa dónde” porque somos sus hermanos, como señaló Camilo.

En el trasfondo, podía adivinar que Silvio envidiaba sanamente las posibilidades que la vida me había dado. Yo era muy joven, no era nadie (sigo siendo nadie) y él ya era SILVIO RODRÍGUEZ, así con mayúscula aunque no le interesara en ese entonces, ni le interesa ahora, hacérselo sentir a nadie. En esa ápoca no tenía la capacidad retórica ni la facultad de discernimiento que proporcionan los años, pero si podía percibir que Silvio aspiraba a desatar ese sentimiento internacionalista con algo más que la guitarra.  Lo dice precisamente en su Testamento:

“Le debo una canción a una bala

A un proyectil que debió esperarme en una selva.

Le debo una canción desesperada

Desesperada por no poder llegar a verla”.

Posteriormente vino la guerra y la revolución en Nicaragua. Después del triunfo del 19 de julio, en septiembre, un amigo que a la sazón trabajaba en la transformación de la desaparecida “Radiodifusora Nacional” en “La Voz de Nicaragua”, sabedor de que viajaría a Cuba, me pidió que le trajera discos de la Isla porque había recibido la tarea de crear una hemeroteca musical. Al llegar a La Habana fui a ver a Silvio y le comenté el encargo que tenía. Me preguntó cuando regresaba a Managua y me dijo que pasara un día antes. Al hacerlo, se había dado el trabajo de grabar en casetes un amplio compendio de música cubana (no sólo de la suya), que fueron parte de los primeros discos que constituyeron el acervo de la nueva radio de la Nicaragua Revolucionaria.

Por cierto, el día que fui a la casa de Silvio a buscar los casetes, estaba ensayando y grabando algunas canciones en un modesto equipo en su casa. Estuve un buen tiempo escuchándolo, casi al finalizar, cuando ya debía partir, sacó el disco del aparato y me lo regaló. Conservé ese casete -en el que había algunas canciones todavía hoy inéditas - por 40 años, devolviéndoselo hace algún tiempo atrás.

Unos años después, en 1983 Silvio viajó a Nicaragua para participar en el II Festival de la Nueva Canción Latinoamericana también conocido como “Concierto por la paz en Centroamérica”. Por razones que desconozco se hospedaba en un pequeño hotel del kilómetro 9 de la carretera sur de Managua. Allí lo fui a buscar varias veces para llevarlo al hotel Las Mercedes en las proximidades del aeropuerto Sandino donde estaban la mayoría de los invitados. De la mano de Silvio conocí a grandes exponentes de la música latinoamericana como Alí Primera, Amparo Ochoa, Gabino Palomares, Mercedes Sosa y Daniel Viglietti entre otros.

Silvio me hizo recorrer obnubilado las mesas donde compartían esa pléyade de artistas comprometidos con los pueblos de América, a quienes me presentaba como un amigo latinoamericano. Tal vez nunca pudo saber la emoción que me produjo conocer de cerca a esa constelación de estrellas entre las que yo pasaba inadvertido a pesar de mi esplendoroso uniforme verde olivo de joven combatiente internacionalista. Esos días junto a Silvio aprendí acerca de la grandeza y modestia de los que serán inmortales de nuestra historia, no solo por la gloria de su música, mucho más por haberla puesto al servicio de los pueblos, de los humildes y de la paz.

Yo pisaré las calles de Santiago nuevamente….

Quiero finalmente, relatar una curiosa anécdota que tal vez retrate a Silvio como ninguna otra. En marzo de 1990, recién inaugurada la democracia en Chile, viajó a ese país por primera vez desde 1972 durante el Gobierno Popular de Salvador Allende Gossens. Por un mecanismo que habíamos establecido me lo hizo saber con antelación, incluso inquiriendo mi opinión sobre la situación del país y la conveniencia de realizar este viaje. Le contesté que me parecía muy importante que lo hiciera porque transmitiría una ola de frescura popular a la transición y sería un símbolo del regreso a Chile no solo de él sino de toda Cuba dando a conocer –en los hechos- que su páis siempre había estado con el pueblo chileno en los difíciles momentos de la dictadura. Así mismo, me permití solicitarle que evaluara la posibilidad de que -sin sin que implicara consecuencias políticas negativas para él y para Cuba- fuera a la cárcel y visitara a los presos políticos condenados por luchar contra la dictadura cívico militar.

Silvio recibió el mensaje. Su única respuesta fue que ojalá pudiéramos vernos durante su estadía en Santiago. Aunque ya yo estaba legal y habíamos iniciado un proceso de negociación de nuestra inserción en el sistema democrático con el nuevo gobierno de Patricio Aylwin, una parte importante de la organización continuaba siendo clandestina. Le hice saber esto, le envié una forma de contacto, pero le dije que valorara la factibilidad real de encontrarnos en sin que ello significara riesgo alguno para su integridad.

Lamentablemente, llegado el día, surgieron algunos contratiempos motivados en problemas de seguridad que me llevaron a decidir que no era conveniente producir el encuentro. Pero, cuando le envié la información a Silvio a través de un mensajero, ya había abandonado el hotel. De acuerdo a las “instrucciones” que le envié y que él cumplió al pié de la letra, debía abandonar el hotel con antelación y cumplir un “plan de caminamiento” que lo librara del seguimiento de periodistas y fans que lo esperaban en las puertas del hotel, tenía que entrar y salir de galerías y calles hasta detectar que no era seguido, antes de dirigirse al lugar del encuentro: un apartamento en el que vivía una pareja de ancianos colaboradores.

Ellos estaban advertidos que recibirían un visitante al que debían atender. Me preguntaron quien era y les dije que era una persona a quien conocerían tan pronto lo vieran. La llegada de Silvio casi les produce un infarto. Ya les había informado que yo no podría asistir y que por favor se lo explicaran y le ofrecieran alguna bebida. Silvio comprendió la situación, amablemente accedió a tomarse el café con los sorprendidos dueños de casa que no podían salir de la sorpresa que significaba tener en su casa a uno de los más respetados y admirados artistas de América Latina. Eso fue lo que me dijeron. No se produjo el encuentro, pero creo que Silvio pudo saborear por unos minutos las mieles de la tensión, emoción y pasión con que se enfrenta la lucha popular en condiciones de clandestinidad o semi clandestinidad como era el caso.

Unos días antes, Silvio había visitado la Cárcel Pública, donde compartió con más de 400 presos políticos -algunos en huelga de hambre- cantando para ellos en un concierto que tal vez ha sido uno de los más cortos y más improvisados de su vida, pero que sembró en la mente y en el corazón de muchos combatientes (entre ellos el mío) el respeto infinito por aquellos –como él- que en ninguna condición dejan de enarbolar el compromiso con los que luchan, porque “no importa donde, son nuestros hermanos”.

Feliz cumpleaños hermano querido, deseo que tras arribar a los tres cuartos de siglo, tu vida siga siendo próspera y pura como hasta ahora, que tu inquebrantable amor por Cuba y su pueblo continúen siendo bandera de los que seguimos creyendo que tu patria es el faro de la libertad de América. Que tu canto perdure para que los que tienen dudas, las superen, y los que creen, lo sigan haciendo. Que el pedestal de amistad y solidaridad que has erigido, se mantenga sólido e indestructible. Que tu música y tu poesía continúen sembrando la vida, el alma, la conciencia del ser latinoamericano y caribeño. Que tu preclaro espíritu martiano y fidelista transformados en canción, sea inspiración de todos los que te respetamos y te queremos.

Recibe todo el afecto de un necio para otro necio. Que tengas salud y vida por muchos años más

Contestando tu carta sobre: ¿Qué hacer con la tragedia del Pueblo Chileno que sobrevive mayoritariamente, en el contexto de la Constitución/1980, impuesta por la dictadura cívico militar?

 

Contestando tu carta sobre: ¿Qué hacer con la tragedia del Pueblo Chileno que sobrevive mayoritariamente, en el contexto de la Constitución/1980, impuesta por la dictadura cívico militar?

Estimado amigo Florencio Hunt Leiva:

Desde 1990, se me viene haciendo la misma pregunta, ante la tragedia orwelliana que sobrevive mayoritariamente, al rubro señalado el Pueblo del General Libertador Bernardo O'Higgins Riquelme, del Toqui Lautaro y del compañero Presidente Dr. Salvador Allende Gossens. Contesto, que yo asumí el desafío de mis inolvidables maestros   el compañero Presidente Dr. Salvador Allende Gossens y su asesor jurídico, el genial maestro en las ciencias del Derecho, Prof. Dr. Eduardo Novoa Monreal:   la solución principal, pasa porque la ciudadanía de los Pueblos Chileno y Mapuche en el marco de una Asamblea legislativa Constituyente se den una nueva Constitución plurinacional, paritaria, elaborada y sancionada soberanamente en el marco de ella. Científicamente, el Derecho es una ciencia, ningún Pueblo se puede dar una Constitución, si a éste se le ha negado  su soberanía.  éste poder político, en una verdadera Democracia reside en el soberano. Pero  la maldición de los pueblos latinoamericanos en general, y de Chile en especial es que, de larga data su destino  ha sido arrancado por la oligarquía empresarial sofofa al servicio incondicional del capital buitre foráneo en general y del régimen  estadounidense/yanqui en especial,  que ha  depredado las riquezas naturales y saqueado las arcas fiscales con la complicidad por acción u omisión de la burguesía politicastra/castrense corruptas y sus medios mediáticos mercuriales de ( in) comunicación globalizados, especialmente la telebasura e internet...

Yo fui testigo de la decisión del compañero Presidente Dr. Salvador Allende Gossens de llamar al pueblo el 11 de septiembre de 1973, a un plebiscito por una nueva constitución soberanamente elaborada y sancionada por éste, en el marco de una asamblea Legislativa Constituyente. Su decisión significó que la oligarquía empresarial sofofa diera junto  con las fuerzas armadas fascistas el golpe de Estado con  el asesinato al presidente constitucional de Chile, comandante en jefe  de las FFAA...

Como colofón, desde 1990, cada cuatro años la oligarquía empresarial sofofa y su testaferra la burguesía politicastra  corrupta montan el show de “la alegría ya viene”, que ha significado para este país más depredación de sus riquezas naturales, saqueos de sus arcas fiscales, más hambre, pobreza y enajenación para este pueblo ocupado por las fuerzas armadas desde el nefasto y fascista golpe de Estado desde el 11 de septiembre de 1973. Todo esto, en el contexto de una Constitución / Artilugio de 1980,  una aberración jurídica, ilegítima en su aprobación y antidemocrática en sus conceptos, que hoy por segunda vez la oligarquía empresarial sofofa con la complicidad  de la clase burguesa politicastra/castrense corrupta, pretende reformar  en el contexto de una  insólita, inconcebible entelequia- ficción para el filósofo alemán Leibnis- , denominada convención constituyente  que vende “ una nueva constitución a gentes enajenadas ,masoquistas y sin patria.

Con esperanza y memoria, que más temprano que tarde, la Ciudadanía Chilena y Mapuche  conscientes y amantes de su Patria se darán una nueva Constitución soberanamente elaborada y sancionada por el pueblo en el marco de una  asamblea legislativa constituyente,  porque “ la historia la hacen los pueblos y los pueblos chileno y mapuche un 18 de Octubre del 2019, empezaron a escribir  una etapa  importantísima de su historia exigiendo un Plebiscito y una nueva  Constitución en el marco  de una asamblea  legislativa constituyente, que dará vida  a la Nación Plurinacional Chilena Mapuche  con iguales  deberes y derechos para todos sus ciudadanos.

Prof. Hugo Moreno Peralta

Secretario Ejecutivo Addhee.Ong.

PS. Estimado Amigo Florencio, otros juristas, mis profesores jesuitas, sacerdotes de la teología de la Liberación, etc.,  me han hecho la misma pregunta,  por lo que, tu respuesta la haré pública.

Cc.: Padre Eugenio Pizarro Poblete, Dr. Víctor Barberis Yori, Dr. Luis Ravanal Cepeda, Dra. Ximena Pey, abogado Bernardino Escudero Ahumada, abogada Celia Morgunovsky Gómez, Prof. Dr. Noam Chomsky, Ernesto Moreau AAJ Buenos Aires. Argentina, Raudilio Martin, Habana Cuba, abogado Adolfo Pérez Esquivel/Buenos Aires/ Argentina, Observatorio de DDHH, Corte Penal  Internacional / Holanda, Corte Internacional de Derechos Humanos de Latinoamérica/San José / Costa Rica, etc.

martes, 23 de noviembre de 2021

Nicaragua: Crónica de una victoria anunciada, de un Pueblo digno, libre y soberano, que eligió a sus representantes, el Pueblo del General de seres humanos libres César A. Sandino.

Nicaragua: Crónica de una victoria anunciada, de un Pueblo digno, libre y soberano, que eligió a sus representantes, el Pueblo del General de seres humanos libres César A. Sandino.


Por: Tony López R. escritor, comunicador social, politólogo y analista internacional. Addhee.ong

Prolegómenos:

La profesora Gabriela Mistral  abanderada del ejercito de Liberación del General de seres humanos libres Cesar A. Sandino nos habla de su admiración por este luchador social, su lucha por la liberación de su Patria que tanto amó:  Pide solidaridad y apoyo concreto a los Pueblos latinoamericanos y a sus juventudes: “ para mí el General Sandino es un héroe. Nicaragua ya dio a Rubén Darío y al General Sandino.  Solo faltó que hubiera nacido ahí el Libertador  de la Patria Continente Latinoamérica y el Caribe, el General Simón Bolívar Palacios y Banco. El general Sandino carga sobre sus hombres vigorosos de hombre rústico, sobre su espalda viril de herrero/forjador con la honra de todos los latinoamericanos.  Gracias a él, la derrota nicaragüense será un duelo y no  una vergüenza. Gracias a él, cuando la zancada de la bota de siete leguas, que es la yanqui vaya bajando hacia el Sur, los del Sur se acordarán de los mil sandinos libertarios para  detenerla”…

La aplastante victoria electoral del Frente Sandinista el pasado 7 noviembre, es una firme y fuerte respuesta del pueblo nicaragüense a la campaña, qué Estados Unidos y sus aliados nacionales e internacionales, han venido desplegando   contra el reelecto presidente Daniel Ortega Saavedra y su vice presidenta Rosario Murillo.

Campaña cargada con grandes dosis de falsedades, tergiversando y manipulando los hechos de lo sucedido con determinados sujetos qué, vendidos al oro yanqui, estaban conspirando contra el pueblo y gobierno nicaragüenses, no son presos políticos, sus delitos contra los poderes del Estado, fueron muy bien documentados y probados sobre el financiamiento de Estados Unidos a esas campañas a los candidatos a la presidencia, ente ellas a la señora Chamorro,  son políticos corruptos y   mercenarios al servicio del imperio.

Por otras partes los llamados presos políticos, esos están cumpliendo condenas no es de ninguna manera por tener posiciones políticas distintas. No, fueron por los hechos criminales protagonizados en el 2018, las guarimbas y bandas delincuenciales que provocaron numerosas muertes y heridos y muy especialmente contra los agentes de la policía y militantes sandinistas algunos totalmente indefensos.

Es una crónica de una victoria anunciada, porque el gobierno sandinista, encabezado por el comandante Daniel Ortega Saavedra, presenta en la actualidad, frente a las dificultades económicas y a la pandemia de la Covic 19, indicadores, que no es más que la expresión de un gobierno que está al servicio y trabajando en beneficio de su pueblo y este respondió votando a favor del FSLN.

Alguien se ha preguntado que hicieron los gobiernos neoliberales durante los 17 años que ellos gobernaron en Nicaragua. Nada, esos gobernantes que conspiraron contra la Revolución Sandinista, se dedicaron a eliminar los logros de la Revolución Sandinista en salud, educación, vivienda, crecimiento económico y empleo, y eso, fue lo que hizo la señora Violeta Chamorro, imponer el modelo neoliberal cuando asumió la presidencia, y como candidata de Estados Unidos, su gobierno se puso al servicio de Washington, al igual que sus sucesores y junto a eso favorecer al sector oligarca  empresarial y la corrupción.   

La preocupación de Estados Unidos sobre el triunfo de Daniel Ortega, es porque su gobierno continuará garantizando su soberanía e independencia y su ejemplo de trabajar en función de construir una sociedad con justicia social, ese es un mal ejemplo y lo convierte en un país socialista.  Por otra parte, la política de Estados Unidos contra el pueblo y el gobierno de Nicaragua, es una estrategia global, y en sus enfermas mentes piensan que pueden derrotar a los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia y en su lugar colocar a sus socios/colonos mentales  de derecha.   

Que los pueblos voten a favor de una propuesta progresista y de izquierda, no, eso no le es permitido a los pueblos de la región, tal es así que la política de Estados Unidos y los gobiernos aliados en la región, se han dedicado a desconocer a los países que realizan sus elecciones y al perder en las urnas, se dedican a acusar de fraude y a desarrollar acciones de desestabilización y desconocerlos, como sucede con Venezuela y ahora con Nicaragua.  Hasta Donald Trump, trató de aplicársela a Joe Biden, al que acusó de fraudulento y aún continua en esa historia.  

En ese plan y en  una clara y abierta injerencia en los asuntos internos de Nicaragua, el Secretario General de la OEA, el inefable tartufo Luis Almagro, convocó, por orientaciones  del Secretario de Estado, Anthony Blinken, a una reunión para tratar el tema de los resultados electorales en Nicaragua. El propio Bliken presidio la reunión de la OEA,  y luego de diversas intervenciones de los embajadores acreditados en esa desprestigiada organización regional, 25 países votaron por la propuesta de resolución de declarar ilegitima las elecciones en Nicaragua. 6 abstenciones.

Los países que respaldaron esta resolución fueron Belice, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Dominica, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, Granadas, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana, San Cristóbal y Nieves, Santa Lucía, Surinam, Trinidad y Tobago, Venezuela, Antigua y Barbuda y Barbados.


En esa votación sí, se produjo un fraude, porque el Estado de Venezuela, no es miembro de la OEA desde abril del 2019. El señor Luis Almagro siguiendo el guion gringo, violando la Carta Fundacional de la OEA, acreditó a un embajador del inexistente regimen de Guaidó.  A esa inmoralidad se ha llegado y por esa razón la OEA, carece de toda autoridad y prestigio y su Carta Fundacional burlada.

Los países que se abstuvieron en dicha votación, fueron Barbados, Bolivia, México, San Vicente y Las Granadinas y Argentina.

Una vez más se pone de manifiesto la conducta de subordinación de muchos de nuestros gobiernos a los dictados e intereses de Washington, cuyo objetivo en los momentos actuales es promover la expulsión de Nicaragua, de esta infame organización colonial.

O sea, recordemos que hace 60 años atrás, cuando esta despreciable OEA, expulsó a Cuba, solo por pensar distinto y asumir un modelo político diferente al que Washington imponen en la región la cacareada “democracia representativa”.  Puede ser que Nicaragua se despida como lo hizo el canciller de la Dignidad cubano Raúl Roa, cuando al retirarse del salón, expresó en muy alta voz, “Cuba se va de este ministerio de colonia de Estados Unidos y con Cuba se van los pueblos de América Latina”.

En declaraciones realizadas por Almagro, antes de las elecciones el 7 de noviembre, este comento: “En Nicaragua no hay ni siquiera condiciones mínimas para elecciones”. Una opinión superficial e injerencista, pero motivada políticamente para descalificarla, es lo que está haciendo ahora.   Y en otro de sus comentarios, expresó que: “el caso de Nicaragua no es un asunto que solo le corresponde a esta nación, pues se trata de un asunto que repercute en el estado de salud de la democracia en la región”. “Se debe reinstitucionalizar el país”.

De cual salud de la democracia habla el señor Almagro, si alguien ha atentado contra la democracia en nuestra América Latina es él, que tiene el primer lugar en atentar contra la democracia o fue acaso saludable el “Golpe de Estado” que él organizó y ejecutó en Bolivia en el año 2019. O velar por la salud de la democracia, ha sido todo lo que él realizó desde la OEA, para provocar una intervención supuestamente “humanitaria” en Venezuela.

Tal es así que llegó a organizar, el ya casi fenecido Grupo de Lima, donde 12 países latinoamericanos, se concertaron para promover una intervención militar en Venezuela y los gobiernos corifeos que apoyando a Estados Unidos y a la Unión Europea, desconocen al gobierno del presidente Nicolas Maduro y reconocen al fraudulento e impostor Juan Guaidó

Y podría alguien decirme cual es la democracia representativa que existe hoy en Colombia, donde solo en lo que va de año, se han cometido 87 masacres con más de 375 líderes sociales y ex combatientes firmantes de la paz, asesinados. O en Chile, donde en el año 2019 en las manifestaciones perdieron la vida más de medio centenar de chilenos y unos 300 jóvenes perdieron la vista, porque la orden a Carabinero fue de disparar perdigones a la cara del manifestante.  

De cual democracia hubo en Ecuador presidida por Lenin Moreno y en lo que va de gobierno Guillermo Lasso. O la democracia del gobierno Paraguay debe responder por el asesinato de dos niñas argentinas, y del desalojo de campesinos pobres. Y que decir de Brasil, donde los valores democráticos de su presidente Bolsonaro, están totalmente cuestionado, al igual que su gestión frente a la pandemia de la Covid-19, país hermano donde debe lamentarse la muerte de más de medio millón de brasileños.

De estos gobiernos, ni la OEA, ni la alta comisionada de Derechos Humanos de la ONU, y por último en el caso de Colombia, la Corte Penal Internacional, ha resultado muy sospechoso que el  nuevo Fiscal de la CPI, de origen británico Karim Khan, luego de solamente mantener conversaciones con el Gobierno decidió cerrar  las investigaciones que durante 17 años la CPI llevaba  sobre los falsos-positivos contra siete divisiones del ejército, y de otros crímenes que involucran a otros altos funcionarios gubernamentales solo  a cambio de que el presidente Duque garantice cumpla  la justicia.

O sea, el acuerdo del Fiscal Khan y el presidente Duque, en realidad es, según las víctimas y  analistas políticos colombianos y extranjeros,  garantizar la impunidad para los criminales de los falsos-positivos y para los máximos jefes de los gobiernos que ejercieron desde el año 2002 al 2021, culpables de miles de asesinatos y desapariciones, incluyendo los más de 3 mil jóvenes que hoy están encarcelados acusados de participar en el paro y las manifestaciones de los últimos meses de este año en Colombia. Lógicamente las victimas quedaran desamparadas, se conoce que Fiscalía de la República y la Justicia Ordinaria, responden a los intereses del gobierno. La Justicia Especial de Paz, (JEP) cuestionada por el gobierno por su independencia, puede ser disuelta por el Congreso y sobre eso al parecer se está trabajando.         

Sin embargo, cuando el Fiscal Khan visitó Venezuela y luego de recibir toda la información del poder judicial bolivariano, y de la oposición, pero donde no existen pruebas y crímenes de la fuerza pública, semejantes a los de Colombia.  Khan luego de salir del país y regresar a Europa, declaró que en el caso de Venezuela la CPI, sí se ocuparía de investigar y tratar los distintos casos. Ahí tienen cómo funcionan, políticamente motivados, los organismos internaciones, la decisión de no investigar en Colombia, es una muestra clara de las posiciones derechistas de estos altos funcionarios.

La irresponsabilidad y las motivaciones de tendencias neofascista llegan a tal punto que el ministro de Relaciones Exteriores de España José Manuel Alvoes, aseguro que: “lo celebrado en Nicaragua el 7 de noviembre no se pueden llamar elecciones, afirmó que era  una burla al pueblo nicaragüense, a la Unión Europea a la comunidad internacional y a la democracia”. Y añadió, “no ha habido elecciones justas, ni competidas y recordó que los que deseaban competir están en la cárcel”.  

El canciller español al parecer se ha olvidado que hace más de 200 años nuestra América Latina se quitó el criminal yugo de la monarquía española, y que hoy están saliendo a la luz y denunciado públicamente los gravísimos actos de genocidio, que, en nombre de esa dictadura monárquica, se cometieron.  El señor canciller que habla de tanta democracia, es esa dictadura monárquica la aún que manda en su país, por cierto, bastante corrupta, y sino que le pregunten a Juan Carlos I de Borbón, hoy huyendo de la justicia española en Republica Dominicana.

Mis lectores deben saber que la participación electoral en Nicaragua fue, del 65.% y que de ese electorado, el 76 % votó a favor de la candidatura del FSLN, y eligió a Daniel Ortega Saavedra y a Rosario Murillo, presidente y vicepresidenta de Nicaragua. Elecciones que fueron monitoreada por 167 observadores Internacionales que certificaron la regularidad de los comicios, y de 67 periodistas internacionales que la gran mayoría, coincidieron en la regularidad y normalidad dicho evento electoral.

Quiero poner un ejemplo, importante porque las comparaciones dicen muchas cosas, en Colombia el padrón electoral esta  considerado en unos 32 millones de electores en edad de votar y en las últimas elecciones, hablo de las celebradas desde  1998, a la fecha, la abstención electoral esta marcada en mas de 15 millones de electores y solo votan  entre un 50 y un 52 por ciento y ningún país y menos ningún canciller español, las ha cuestionado, al contrario desde Washington, siempre  se ha dicho que Colombia es un ejemplo de democracia.

El presidente Joe Biden calificó las elecciones nicaragüenses como una pantomima, o sea no solo atacó al FSLN, también a los otros cinco partidos que participaron en estos comicios. Por ironía de la vida, a Biden se le olvido, que por acciones como esas de acusar de fraudes o ilegitimidad las elecciones el 6 de enero del 2020, Donald Trump dijo lo mismo, provocó un violento y terrorista acción contra el congreso donde hubo que lamentar varios muerto y heridos.

El ejemplo del gobierno sandinista no quiere que se repita, el haber bajado la pobreza del 48.5 % al 24 %, y la pobreza extrema del 17 % al 7%, eso no lo puede perdonar, y mucho menos la construcción de 20 hospitales y la gratuidad de la salud, que el 52 % de la población menores de 2 años, vacunada contra la Covid, tampoco es buen ejemplo. La educación gratuita y la distribución de 1,2 millones de meriendas escolares. Tampoco la entrega de títulos de propiedad a 427,434 viviendas a los mas necesitados y el 92 % de la soberanía alimentaria.  Ese ejemplo es el que no podía continuar.  

Es aquí la real razón, por lo que Washington no puede permitir que estos gobiernos de proyecciones socialistas, sean tomado de ejemplo en la región, hoy totalmente convulsionada y despertando de lo que es en realidad  el modelo neoliberal.

Lo subrayado/interpolado es nuestro