jueves, 27 de septiembre de 2012

EL GENOCIDIO DEL PUEBLO MAPUCHE

E-Mail:cesal_ev_berlin@yahoo.de
Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta
Director
Casilla 8129, Viña del Mar 2, Chile.

                                                                                  Berlín, 26 de  Junio de 1980.





Señores Fundación Bertrand Russell/Londres/Inglaterra



Acusación contra la dictadura fascista militar de Chile, presentada al IV Tribunal Russell, por la señora Gerda Böttcher, Directora de la revista “Latinoamerica un Pueblo Continente”, Berlín, Alemania.  Fue preparada por el director de la Fundación Cesal e.V Berlín /Alemania y Secretario ejecutivo de Codehs/Chile/Berlín  República Democrática alemana, Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta.






EL GENOCIDIO DEL PUEBLO MAPUCHE




            



Chile, fértil provincia, y señalada
En la región antártica famosa
De remotas naciones respetadas
Por fuerte, principal y poderosa,
La gente que produce es tan granada,
Tan soberbia, gallarda y belicosa,
Que no ha sido por rey jamás regida,
ni a extranjero  dominio sometida.
La Araucana”, de Alonso de Ercilla


            Este vibrante poema de Alonso de Ercilla, nos permite apreciar hasta que punto el colonialista español se sintió conmovido, por la voluntad de una raza indígena que mostró conciencia de su destino. Para la oligarquía reaccionaria chilena, el Mapuche ha sido y es flojo, atrevido, borracho y ladrón, así queda demostrado en una carta del 19 de enero de 1857, dirigida por un terrateniente a su reaccionario régimen, “ya que el supremo gobierno no quiere o no puede prestarnos el debido apoyo, esperamos que nos deje con las manos libres, para arreglar estos asuntos con los indios araucanos, que bien pueden ser reducidos a la obediencia por la fuerza, pero civilizados jamás por los medios pacíficos”…

            El genocidio de este pueblo indígena, iniciado por el colonialista español y continuado después por parte de los regimenes reaccionarios chilenos, y que tienen en la dictadura de Pinochet al más bárbaro enemigo, ha encontrado un enemigo más, los historiadores oficiales y la prensa mercurial reaccionaria, objetivista y vende patria de complacencia narcisista y chovinista, quienes con su rapacidad  conocida y su lenguaje hipócrita, servil y rastrero han tratado siempre de minimizar la tragedia de esta minoría indígena. ¿Hasta qué extremo el escritor, el historiador y el periodista han sido cómplices de este genocidio de la clase oligárquica chilena, como testaferros de ésta? La característica de los escritores, historiadores oficiales y periodistas ha sido y es parasitaria mayoritariamente, dentro de la sociedad capitalista, más aún, en las sociedades subdesarrolladas. Son muy pocos los intelectuales progresistas que han tenido la entereza moral y la dignidad para llamar las cosas por sus nombres y denunciar la tragedia del Pueblo Mapuche. El escritor, historiador  y el periodista oficiales creen que escribir bien significa usar el lenguaje que no le moleste a la oligarquía empresarial, agrícola y citadina, testaferra del imperialismo yanqui. Terminemos con las discusiones bizantinas, es verdad que el poeta y el escritor carecen de los instrumentos para cambiar las estructuras inhumanas, injustas e insolidarias del capitalismo salvaje y de su modelo irracional de sociedad de consumo. Pero, en la medida en que crean la conciencia y el clima favorable al cambio, liberan, desencadenan fuerzas y así profundizan, dinamizan, y aceleran el proceso de transformación de la sociedad, por medio de la experiencia propia de las contradicciones reales, objetivas, después, en palabra y ficción por medio de la proyección y concientización visionaria de las nuevas relaciones entre el mundo, la persona y la sociedad, y por medio de la formación concientizada de la nueva realidad humanizada, en todo el amplio espectro del Ser Humano integral.  El escritor y el poeta pueden darle sustancias y orientación decisiva al proceso de transformación revolucionario. Como colofón, acentúo que el estilo del suscrito es duro y apasionado, pues su vida ha sido así: Nada se le ha regalado, todo lo ha conseguido luchando. Cuando escribo estoy luchando por la liberación de mi país, de la dictadura militar fascista, estoy defendiendo mis ideas. Nada me une, todo me separa de los exquisitos contemporizadores pragmáticos, opinólogos trepadores, renovados/renegados, delictantes natos que viven manipulando la historia, la ciencia, para quienes les pagan más.

            Pienso que, al igual que el Maestro José Martí Pérez: “mientras no ande nuestro indígena de esta América morena, no comenzará a andar nuestro continente”. Pero, éste andar no dependerá de la incorporación del indígena a la cultura del hombre blanco, aceptando con esto la destrucción de su propia cultura, de sus tradiciones, de su mentalidad y de su lengua: Esto es aculturación. Seamos honestos para ser justos, este proceso denunciado persigue sólo hacer  desaparecer la raíz etnológica del Pueblo de Chile, el Pueblo Mapuche.

            En Chile, estimo que el único camino correcto está en la real afirmación de la minoría indígena mapuche, como punto de partida de nuestra raza. Este Pueblo indígena chileno, tiene derecho a identificarse en la diferencia, teniendo en cuenta su realidad objetiva: Unidad nacional en la diversidad...

            A la llegada del colonialista español, en el año 1540, la población formada por españoles no alcanzaba a las 200 personas. La población mapuche era de más o menos 1.100.000 personas. Cincuenta años más tarde la población europea era de 7.000 españoles y otras nacionalidades, y de 500.000 indígenas rebeldes. Así comienza la “evangelización, la pacificación de la Araucanía”. Esto quiere decir, que 350.000 indígenas habían sido asesinados por el colonialista español. Este es el inicio del genocidio de este digno y heroico  pueblo indígena chileno, quienes jamás han aceptado enajenar su libertad, por la esclavitud que significa incorporarse a la sociedad de los ocupantes de su país, perdiendo su calidad étnica, su cultura, sus costumbres, etc..

            Después de cuatro siglos de lucha contra los regimenes reaccionarios que están decididos a disolver al Pueblo Mapuche a través de la negación de esta minoría socio-cultural, éstos tienen un gobierno popular que preside el Dr. Salvador Allende Gossens, quien afirmó “el problema indígena chileno, es la preocupación esencial de mi gobierno y debe serlo también para todos los patriotas chilenos. Siempre  los mapuches han sido tratados como problema, y siempre se ha buscado la solución al problema, sin pensar jamás en los problemas de la solución”. Más aún, el Presidente mártir asesinado por orden del imperialismo yanqui, por la dictadura militar fascista, acentúo: “la solución integral de los problemas, que por larga data afectan al Pueblo Mapuche, pasa porque lo reconozcamos como nuestra raíz etnológica, les devolvamos su tierra- es impensable un Mapuche sin ella-, respetemos su cultura, sus tradiciones,  y su mentalidad. El indígena Mapuche, es la base, es el punto de partida del común denominador que unifica al Pueblo Chileno y le otorga una gran profundidad histórica”.

            Frente al colonialista español sediento de oro, el Pueblo Mapuche resistirá al invasor por más de 300 años en una de las guerras más largas que recuerda la historia, la que a la corona española le costó, más en dinero y hombres que toda la guerra colonialista en el continente americano.

            Para los mapuches la frontera de su país, Arauco o la Araucanía, con los españoles, los huinkas (gente extraña, mala y enemiga), lo constituía el río Bio-Bio, como límite norte. En la lucha por defender su territorio el Pueblo Mapuche va a tener héroes como Caupolican, Lautaro, Pelantaru, Lincoyan, Michimalongo, etc. Para ser  honestos seamos justos, reconozcamos  la valentía y el heroísmo de la mujer mapuche en esta lucha, Fresia, Guacolda, etc., entre otras, verdaderos símbolos de la lucha libertaria contra el bárbaro colonialista español, la que seguirán otros hijos de este pueblo indígena contra los regimenes reaccionarios chilenos.
           
            Después de la mal llamada independencia de Chile, porque los criollos  nunca pretendieron independizarse de la monarquía española, ya que la Junta  que nombraron el 18 de septiembre de 1810, tenía como un sólo objetivo, luchar por la liberación del rey, Felipe VII, de España, derrocado y preso por el emperador Napoleón Bonaparte.

            Un triste y trágico episodio de la historia de Chile lo constituye lo que los historiadores burgueses oficiales denominan “la pacificación de la Araucanía”, que no fue otra cosa que el asesinato masivo nuevamente de mapuches, ahora de mano del “glorioso ejercito chileno” que acaba de poner fin a su guerra imperialista contra los hermanos pueblos de Perú y Bolivia. Acentúo que la guerra del Pacifico fue una guerra imperialista, porque fue planeada por el imperialismo inglés y el imperialismo yanqui, y ejecutada por los regimenes reaccionarios chovinistas de los tres países antes citados.

            El plan de la “pacificación de la Araucanía”, fue elaborado por el intendente de Arauco, Cornelio Saavedra y aceptado por el régimen de Manuel Montt. El plan consistía en: 1) terminar con la línea fronteriza, 2) realizar la subdivisión y venta de los territorios mapuches, con el fin de terminar con la idea de comunidad indígena que tienen los mapuches hasta nuestros días, 3) entregar los terrenos expropiados, robados a los mapuches a colonos extranjeros. Como se puede ver, éste es el patriotismo de la oligarquía agrícola/citadina chilena: sus ideales y patriotismo lo llevan en la cartera.

            En 1871, el coronel Urrutia al mando de unos 3.000 soldados, que estaban listos para viajar a Perú, tuvieron que ser enviados rápidamente al sur de Chile, para someter a sangre y fuego a los mapuches que no aceptaban el plan de pacificación de Cornelio Saavedra. Los historiadores oficiales de esa época se sintieron orgullosos con el “heroico ejercito chileno” (igual como se sintieron orgullosos los periodistas, escritores oficiales, burgueses, mercuriales  con el asesinato del Pueblo de Chile de manos de sus “gloriosas fuerzas armadas”, el 11 de septiembre de 1973), porque mientras éste se hallaba en plena campaña en Perú, un regimiento en el sur de Chile daba un ejemplar “escarmiento a los indios Araucanos sublevados”.

            El pueblo chileno jamás ha tenido un ejército, marina, aviación o servicios policiales que defiendan sus intereses y su soberanía. Las fuerzas armadas “chilenas” siempre han estado al servicio del capital extranjero y de la plutocracia dominante. Como una excepción podemos citar a algunos militares como: Bernardo O´higgins (General libertador de Chile, la oligarquía/burguesía lo llamaba, el huacho), el coronel /jurista Manuel Rodríguez  y Erdoiza, el General René Schneider Cherau, el general Carlos Prats González, el General Alberto Bachelet, el Comandante  Arturo Araya Peters, el Coronel Cantuarias, el Teniente Pérez, etc., quienes con su gesto noble y consecuente dieron una lección de cual debe ser la conducta de un militar que verdaderamente ama y defiende a su pueblo y a su patria.

            La política contumaz de los regimenes reaccionarios chilenos contra los mapuches a partir de “la independencia” de los colonialistas españoles estará orientada a someter al mapuche a las estructuras nacionales y regionales del poder económico y político, para subyugar al mapuche como subproletario del campesino, logrando con esto su desaparición como minoría nacional, y  dejar así, al Pueblo Chileno, sin su raíz etnologica. Entonces la plutocracia chilensis y sus paniaguados y cipayos, la clase política, asumirán como raíz etnológica la del colonialista español…

            Después del genocidio de los mapuches, conocido como la “pacificación de la Araucanía”, frente al despojo que hicieron objeto a los mapuches, tanto los terratenientes como los colonos extranjeros, el régimen reaccionario de turno dictó una ley el 4 de Diciembre de 1866, que prohíbe la compra a los particulares de terrenos indígenas que no tienen títulos de dominio. Se les exige a los mapuches presentar un título de dominio, pero tanto en la teoría como en la práctica, obtener éste era casi imposible, por el aislamiento geográfico y cultural de los mapuches y a causa de las ambigüedades de la ley. Los terratenientes y colonos protestaron por la aprobación de la ley antes citada, según ellos, el otorgar legalmente a los “indios araucanos” el derecho de propiedad en forma comunitaria, crearía muchos problemas. Pero lo que los terratenientes y colonos olvidaban es que la ley no creó la comunidad indígena, sino que ella preexistió antes, desde hace siglos en la vida del mapuche.

            Para obtener una idea de la forma como han actuado los regimenes reaccionarios contra esta minoría étnica nacional, basta decir, que desde 1884 hasta 1929, se otorgaron 3.078 títulos con 475.423 hectáreas a 77.751 mapuches, lo que representa aproximadamente un 6.1 hectáreas por indígena. Pero, por otra parte el régimen de turno, de la oligarquía, entregó a colonos extranjeros 9.000.000 de hectáreas que representan las superficies de las provincias de Bio-Bio hasta Llanquihue, restándole la superficie entregada a los mapuches (6.1 hectáreas), le correspondió a cada colono 500 hectáreas. Así han protegido a la minoría étnica nacional, los regimenes reaccionarios chilenos y la oligarquía vende patria.


LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS MAPUCHES:

            Como minoría étnica nacional los mapuches constituyen una cultura con matices propios y diferenciados de la cultura mayoritaria en el país. La población mapuche se estima en unas 650.000 personas, de las cuales 500.000 estarían repartidas en el sector rural y 150.000 en el sector urbano. Este último grupo humano de indígenas está distribuido entre: Concepción, Valparaíso y Santiago, donde son miserablemente explotados, discriminados, viviendo al margen de la sociedad chilena.

            Como colofón acentúo que la política de los regimenes reaccionarios chilenos siempre ha estado dirigida a obtener la desaparición del Pueblo Mapuche como minoría étnica, destruyendo las comunidades indígenas, dando paso a un proceso de mini asentamientos que termina con un mapuche transformado en un grupo de subproletarios del campesino chileno.

            En resumen, la historia del Pueblo Mapuche ha sido la historia de la persecución, del despojo y de la dominación como raza y como clase social. Podemos calificar sin temor a equivocarnos que la política denominada de incorporación a la sociedad mayoritaria de los mapuches, por parte de los regimenes reaccionarios chilenos, ha sido fascista, comparable con la persecución de los judíos durante la Rusia zarista, la Alemania nazi y la de los palestinos por el sionismo nazi hebreo. Los mapuches han constituido una minoría marginada, oprimida, y dominada como clase y como raza, a través de la historia de Chile, con la excepción del gobierno popular  del Presidente Dr. Allende.

            El Presidente de Chile, el Dr. Salvador Allende Gossens, el mejor presidente que el Pueblo de Chile se haya dado, consecuente con el compromiso contraído con el Pueblo Mapuche durante la campaña presidencial del año 1970, asistió personalmente al Congreso Nacional de los mapuches de ese año, en el cual, se le entregó el proyecto de ley que deseaban los mapuches, para solucionar globalmente sus problemas. En palabras emocionadas, el consecuente  presidente de Chile Dr. Allende le dijo al Pueblo Mapuche “desde este momento hago mío este proyecto y no descansaré hasta verlo convertido en ley”, lo que ocurrió en mayo de 1971.
La ley aprobada por el Poder Legislativo y Ejecutivo, que solucionaba en gran parte los problemas del  Pueblo Mapuche, fue derogada por la dictadura fascista de Pinochet. Esta postulaba las siguientes líneas de acción:

  • Rápida incorporación de los mapuches a las actividades económicas, políticas y sociales de la comunidad nacional.
  • Eliminación de toda discriminación y trato con la minoría étnica.
  • Puesta en marcha de inmediato de un programa de educación bilingüe, de asistencia técnica, sanitaria y económica, para los mapuches.
  • Recuperación y aumento de las tierras que le fueron usurpadas a los mapuches.
  • Sustitución del sistema de minifundio, que trataron de imponerles los regimenes anteriores a los mapuches, por un sistema cooperativo que de ninguna manera cambie el sistema comunitario indígena, sino que por el contrario, los convierta en COMUNIDADES PERFECTAMENTE ORGANIZADAS DE PRODUCCION.
  • Regionalización y unificación de la labor del Estado, frente al problema indígena, en busca de soluciones a los problemas que por décadas afectan al pueblo mapuche.

            Dos obras muy significativas para el Pueblo Mapuche, llevadas a cabo por el Gobierno Popular del presidente Dr. Allende, lo constituirán la creación del Instituto de desarrollo Indígena y el Instituto de capacitación laboral de Temuco.

            La acción del Gobierno Popular del Presidente Dr. Allende, frente al problema de la recuperación de la tierra de los mapuches, fue clara: La minoría étnica recuperará su tierra, esto porque, para el Gobierno Popular, el problema de la tierra estaba en relación directa con la naturaleza de la personalidad étnica del mapuche, este sin sus tierras no es más que un ser abandonado a su propia suerte, a merced de las fuerzas destructoras de una sociedad que jamás le ha reconocido su calidad de Ser Humano, y que jamás le ha ofrecido un lugar en ella, por considerar a este como “un individuo inferior”.

                EL PROBLEMA EDUCACIONAL.

            Quiero dedicarle algunas líneas de esta acusación, al problema de la educación de los mapuches. Si bien es cierto, la marginalidad de ese pueblo indígena de la sociedad  chilena, fue y es absoluta, en lo referente a la educación y la cultura, fue y es ignorada, con excepción del gobierno del Presidente Dr. Allende.

            En lo referente a la educación nacional, los planes y programas fueron concebidos por los regimenes reaccionarios, para la mayoría nacional y jamás se pensó en la minoría étnica, en que había un grupo humano con otra lengua, con otra cultura. El presidente de Chile, Dr. Allende reparó esta injusticia y ordenó desarrollar un plan educacional para la minoría indígena en su lengua, teniendo muy en cuenta la cultura y las tradiciones del pueblo mapuche. El español, como idioma, debe ser para las minorías indígenas de Chile y de todo el continente, un medio de comunicación con la mayoría, jamás un elemento de destrucción de la lengua autóctona, de su cultura y de sus tradiciones.

            Estos fueron los criterios con que actuó el gobierno del Dr. Allende, frente al problema educacional de la minoría étnica. Existe una gran diferencia entre esta política del presidente Allende, en vista a hacer justicia al pueblo indígena chileno y la conducta de los gobiernos reaccionarios del continente. Ningún presidente en Chile y en nuestro continente americano, tuvo en el pasado y tiene hoy en el presente, una política honesta, consecuente y honrada de incorporación del indígena a la sociedad, que signifique una real oportunidad de incorporación, sin perder, sin destruir su cultura, su lengua, y sus tradiciones: unidad en la diversidad. De una u otra manera los regimenes reaccionarios del continente americano han entendido que la incorporación del “indio” debe significar para éste la transformación en un Subproletario del campesinado, con el fin de obtener los terratenientes mano de obra barata. Para la clase dominante, la oligarquía/burguesía, “el indio” siempre ha sido y es un ser inferior, al que han querido hacer entrar a la civilización por la puerta del peonaje, de la servidumbre.

            La política del gobierno popular del Presidente Dr. Allende frente a la minoría étnica chilena, consistió en el reconocimiento de la diferencia, en la unidad de la Nación chilena. El Dr. Allende le repitió varias veces a los dirigentes del Pueblo Mapuche, “que la injusticia, el despojo, la tragedia de nuestro heroico pueblo indígena que se remonta a siglos, no podemos repararla en un año, pero, fuera de las acciones inmediatas, proyectaremos junto con ustedes, con sus consejos, la solución  en un futuro cercano, de vuestros problemas. Este es el compromiso de mi gobierno que es el gobierno del Pueblo de Chile”.

            El gobierno popular del Presidente de Chile Dr. Allende, junto a los dirigentes del pueblo mapuche pensaba que eran tres las líneas fundamentales a trazar en la solución de la problemática de la minoría étnica:
  1. La devolución de la tierra a los mapuches, con implementación de ayuda crediticia y técnicas.
  2. Evolución de la comunidad indígena, hacia una comunidad de producción.
  3. Participación de los mapuches en todos los niveles de la vida política, de la cultura, y del aspecto económico y social de la nación chilena, pero siempre teniendo en cuenta la diferencia étnica en la unidad de la Nación Chilena. El Dr. Allende afirmó que “la comunidad mapuche no es otra cosa que el cimiento geográfico y material de una organización que debemos respetar, pero creo que el Pueblo Mapuche debe redefinirla, esto lo digo convencido, además que, no aceptaré, otra como modelo final, sino la que los mapuches definan y decidan democráticamente como la nueva comunidad indígena”.

Creo sinceramente  que no es un error pensar que la lucha revolucionaria del Pueblo Chileno se apoye en el reconocimiento de la minoría étnica chilena, los mapuches. Todos los chilenos patriotas debemos luchar por el resurgimiento de la comunidad mapuche, como minoría étnica, con el sagrado derecho a identificarse en la diferencia.  Sinceramente, esto es posible dado la originalidad de nuestro proyecto socialista aceptado por el Pueblo Chileno y rechazado por el imperialismo yanqui, y  su testaferra  oligarquía empresarial fascista chilena/ Sofofa y los yanakonas  de la junta militar fascista Pinochetista. Insistir en el proyecto socialista a la chilena, la construcción de una PATRIA SOCIALISTA LIBRE, DIGNA y SOBERANA, como lo señalara a su pueblo el Dr. Allende, llegando simultáneamente a una forma superior de transición al socialismo y de transición hacia la nueva comunidad mapuche reformada, hacia la nueva fase de la evolución histórica del pueblo de Lautaro, del Pueblo Mapuche, es nuestro desafío como Pueblo, como Nación.


        La dictadura de Pinochet contra el pueblo Mapuche:

            Como era de esperar el 22 de marzo de 1980, el dictador fascista de Pinochet, firmó el decreto ley 2.568, que los cínicos y fascistas militares chilenos, que desgobiernan Chile, denominaron la “nueva ley Mapuche”. El Huinka Pinochet afirmó: “esta ley está destinada a terminar de una vez con el problema Araucano”. Esto significaba, para cualquier persona honesta, el exterminio del Pueblo Mapuche. (Yanakona: Indio mestizo cobarde que se vendió al hombre blanco. Huinca: Gente mala, extranjera).

            El obispo chileno Sergio Contreras dijo: “cada vez que leo, este decreto ley, me parece peor”. Pareciera que el deseo que está detrás de todo, es que desaparezca el Pueblo Mapuche.

            De más está decir, que la oligarquía reaccionaria chilena está de fiesta con el decreto-ley de Pinochet, porque materializa su viejo proyecto antimapuche, que consiste en eliminar a la minoría étnica nacional, lo que desde hace siglos lo está procurando.

            El decreto-ley de Pinochet contra los mapuches es de corte fascista, tiene puntos muy claros, racistas, que representan los anhelos de la oligarquía parasita chilena. A este grupo pertenece la mayoría de los oficiales: del ejército, de la aviación, de la marina y de Carabineros de Chile, quienes según Pinochet, “son herederos de la pura raza chilena fortalecida con la mezcla del inmigrante blanco europeo”.

            Esta presentación, no pretende ser un estudio antropológico, ni etnológico de la minoría nacional chilena, para ser presentado  en el IV Tribunal Russell, creo que referente a estos temas se ha escrito, más que suficiente. Esta presentación justa y noble, a la cual ningún ser humano puede  decir que no,  aunque moleste a más de un fascista, por el lenguaje, no pretende ser otra cosa, que un llamado a la consciencia democrática del mundo para detener el genocidio del indígena del Continente Americano, en general y del Pueblo Mapuche en particular.

            Para nuestro pueblo, para el trabajador, manual e intelectual progresista, la mujer y la juventud de Chile, siempre estará presente el recuerdo inolvidable del Pueblo Mapuche, forjador, pilar fundamental de nuestra raza. Los mapuches con su heroico ejemplo de lucha en defensa de su Patria, de su tierra, frente al bárbaro colonialista español, nos señalaron como debía defenderse: “la Libertad y la Patria”, cuando ésta  está en peligro. Lo afirmó el libertador del Pueblo Mapuche, el gran Toqui Lautaro, “la liberación de mi pueblo, esta ligada a la liberación de cada hermano mapuche. Somos instrumentos para reivindicar los sagrados derechos de nuestra raza y de nuestro pueblo, amenazados, por los huinkas españoles”.

            Hoy frente a los bárbaros fascistas que dirige Pinochet, en medio de la muerte, del despojo, del dolor colectivo, nuestro Pueblo Mapuche, ama y lucha por recuperar su libertad y su democracia y su tierra en el marco de la luz, de la esperanza, esa llama de fe, de fe en la tierra, fe en el destino del pueblo mapuche, que siempre ha sabido alzarse por encima de todas sus miserias, con la fuerza que le da su dignidad, la dignidad de un pueblo soberano, siempre unido y libre por naturaleza.

            El Pueblo Chileno espera  que el cuarto Tribunal Russell, acoja la acusación de genocidio contra la dictadura fascista de Pinochet y contra todos los regimenes reaccionarios del continente americano, que han sido los continuadores de la infausta obra del colonialista español, en contra del “indio” de Latinoamerica y del Continente americano.

            El Comité de Defensa de los Derechos Humanos y Sindicales de Chile, CODEHS-CHILE y CODEHS en Berlín RFA, Cesal e.V Berlín, República democrática Alemana y la revista “Latinoamérica un Pueblo Continente” RFA, han estado denunciando periódicamente los crímenes que comete la dictadura de Pinochet contra los mapuches.

            Codehs-Chile, Codehs-Berlín R.F.A, y Cesal e.V Berlín/DDR., acusan que los crímenes antes citados, que empezaron con el colonialista español fueron continuados el 11 de septiembre de 1973, en las  provincias del sur de Chile donde más del 60% de los presos políticos de la dictadura de Pinochet eran Mapuches. Muchos de ellos desaparecieron, ahí están los nombres de; Luis Mahuida, Luis Calfuquir, Pedro Curihual, Mónica Llanca, Joel Huaiquinir, etc.

            Codehs-Chile y Cesal e.V.Berlin y la Iglesia Evangélica Alemana denunciaron que el 84% de los niños mapuches están desnutridos.

            El pueblo de Chile, espera que el IV Tribunal Russell acuse y condene a la dictadura terrorista de Pinochet por el  Genocidio contra el pueblo Mapuche, solicitado por  Codehs-Chile , Codehs-Berlín RFA , y Cesal e. V Berlín/DDR.

            Hoy a pesar de la tragedia que agobia el Pueblo de Chile, un nuevo espíritu anima al Pueblo Mapuche, su raíz etnológica, el mismo que prende en todo Chile, en su clase trabajadora, en la mujer, en su juventud, y en sus intelectuales progresistas. Tenemos fe, que la raza a la que cantara Alonso de Ercilla, que tan gallarda, digna, belicosa, como siempre lo fuera, más ahora, se levante hoy, para terminar con la noche negra del fascismo militar que tanto dolor ha causado a nuestro Pueblo.

            El Pueblo Mapuche sabe muy bien que, “cuando más pequeño es un pueblo, es mayor su confianza en si mismo y su sentido de la dignidad”.

            Este pueblo indígena chileno, el Pueblo Mapuche jamás va aceptar la enajenación cultural a la que lo quiere someter el tirano Pinochet: La aculturación.

            El Pueblo Mapuche defenderá sus tradiciones, su tierra, su libertad, su mentalidad, y  su actuar, sin presiones ni manipulaciones de ninguna especie, de la  oligarquía, de la clase política y su paniaguado régimen de turno.

            Con el término de la noche negra del fascismo militar, cuando se abran las alamedas, será nuestra obligación, la obligación del Pueblo de Chile, revindicar los sagrados derechos del Pueblo Mapuche.

            La presente acusación al IV Tribunal Russel, mi pueblo, sus consecuentes dirigentes, la fundamentan que tanto el decreto-ley contra el Pueblo Mapuche, como en la acción de la dictadura terrorista de Pinochet, persigue sólo el exterminio de la raíz etnológica del Pueblo Chileno.

            Al terminar esta presentación  nosotros  deseamos  testimoniar nuestros más sinceros agradecimientos por la solidaridad recibida del querido Pueblo Alemán, de sus estudiantes, de sus trabajadores, de sus intelectuales, especialmente de la Universidad de Humboldt, en defensa del Pueblo Chileno y de su raíz etnologica, el Pueblo Mapuche. No me queda duda que el Pueblo de Lautaro comparte las palabras del genio universal Dr. Goethe, quien afirmó:

                                               “Abre los ojos a tiempo,
                                               La gran rueda de la dicha
                                               Rara vez se detiene,
                                               o te impones o te arrollan,
                                               hay que ganar y mandar
                                               o someterse y perder
                                               o resignarse o triunfar
                                               o ser yunque o ser martillo”

            En nombre del Pueblo Chileno, de Lautaro, del General Bernardo O´higgins Riquelme, del Jurista/Coronel Manuel Rodríguez y Erdoiza, de Gabriela Mistral, de Pablo Neruda, del Presidente Dr. Salvador Allende Gossens, agradecemos a la Fundación Bertrand Russell, y al IV Tribunal Russell, por la solidaridad recibida y por la constitución de esta judicatura mundial, para enjuiciar al terrorista Augusto Pinochet Ugarte y su taifa de criminales civiles y militares, responsables del asesinato del Presidente Dr. Allende y miles de ciudadanos, del genocidio del Pueblo Mapuche y de la muerte del poeta Pablo Neruda.

            Para construir una paz verdadera en Chile y en el mundo asolado, devastado por el imperialismo yanqui es imprescindible verdad y justicia, para que nunca más se cometan crímenes contra la Humanidad, en resumen, para que las nuevas generaciones puedan construir el futuro, sin miedos, con memoria, sin discriminaciones y sin impunidad. Construir una sociedad basada en estos valores irrenunciables, para todo ser Humano, puede parecer una utopía, pero es un esfuerzo, un desafío que siempre valdrá la pena intentarlo.

Con esperanza y memoria.


                                                       Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta
                                                             Director Cesal e.V Berlín/Alemania.  
                                                      Secretario Ejecutivo Codehs/Berlín/Alemania



Berlín, Junio 1980

Traducción señora Gerda Böttcher al alemán, francés e inglés.

CC: Señor Theo C. Van Boven, Director Dirección of Human Rights.
       Señor Abdoulage Dieye Special Repporteur or Human Rights en Chile.
       United Nations office at Geneva. Palais del Nations Geneve/ Suisse.
       Prof. Dr. Pedro Vuskovic Bravo, Universidad Autónoma de México, D.C México.
       Prof. Dr. Viterbo Osorio Santelices, Universidad Católica, Santiago de Chile.
       Prof. Dr. Héctor Muñoz Cruz, Universidad Autónoma Metropolitana, D.C. México.
      Prof. Dr. Egardo Enriquez Frodden, Universidad de Oxford, Londres, Inglaterra.
      Prof.  Ing. Enrique Kirberg B., Universidad de Columbia, N. York, USA.
      Prof. Arq. Fernando Castillo Velasco, Santiago de Chile.















El sueño americano ya no exixte

El sueño americano* ya no existe, asegura  Prof. Dr.Joseph Stiglitz

Premio nobel de economia 2001
Un academico talentoso,con coraje civil que ha puesto la ciencia al servicio del ser humano

Por Sandro Pozzi
El escritorio de Joseph Stiglitz es caótico, con papeles en todas direcciones. Es imposible ver el fondo. Sobre ellos, dos latas de Coca-Cola Light. No quedaba otra que poner la grabadora sobre tan frondoso forraje, de casi cuatro dedos de espesor. Su despacho en la Universidad de Columbia mira a la biblioteca. Está en la octava planta, altura suficiente para ver el perfil de Manhattan, corazón del capitalismo. Pero el calor pegajoso del  verano se ocupó de poner una capa blanca de humedad para evitar distracciones.
Stiglitz, economista  jefe del Banco Mundial hasta 2000 y Nobel de Economía en 2001, publica en España su último libro, en el que explica las causas por las que la desigualdad crece tan rápido en EE UU y trata de anticipar su impacto económico. Una obra que nace de un artículo que escribió en Vanity Fair, un vehículo poco usual para los académicos, y cuyo título se convirtió hace un año en el lema del movimiento social de protesta Ocupemos Wall Street. “El 1% de la población tiene lo que el 99% necesita”, señala el autor. De alguna manera, este trabajo es una vuelta a su origen, ya que la desigualdad en un contexto de crecimiento económico fue el tema de su tesis doctoral. Ahora explica que los mercados no son ni eficientes ni estables y tienden a acumular la riqueza en las manos de unos pocos. Trata de lanzar un debate en torno a El precio de la desigualdad. Cómo la división social pone en peligro nuestro futuro (Editorial Taurus).
Como si tratara de inyectar moralidad al capitalismo. El día de la entrevista, la revista New York lanzaba en su portada una pregunta que, por un lado, revela la nostalgia que los estadounidenses tienen sobre su pasado y, por otro, evidencia en su respuesta la polarización actual del debate en una sociedad inmersa en una batalla ideológica constante.
¿Está América muerta? [Se ríe] Eso es una hipérbole, una exageración.
Pero ¿incita a la reflexión? Cierto, porque claramente algo no funciona.
¿No cree que hay cierta obsesión de los estadounidenses con su propio declive? Hay un consenso amplio y muchas obras escritas sobre la cuestión. Resaltan que el concepto que tiene América de sí misma -ser número uno en todo- ya no está tan claro como antes. Seguimos siendo la economía más grande del mundo, pero China lo será en breve y no hay nada que se pueda hacer contra eso. Ya no somos la economía que crece más rápido, ni tenemos la renta por habitante más alta. Somos la mayor potencia militar, pero no somos capaces de resolver ningún problema. Mi libro aborda esa preocupación general. Además del sentimiento de ser número uno, EE UU se veía como un país con igualdad de oportunidades, como una sociedad justa. Esos eran los principios básicos sobre los que pensábamos que nos distinguíamos de los demás.
La igualdad de oportunidades, la idea de llegar a lo más alto, es una de las bases del sueño americano. Es una noción muy fuerte de una sociedad justa. Fue lo que hizo que la gente emigrara hacia EE UU, buscando sus sueños. Ya no es cierto y es devastador para el concepto que los americanos tienen de sí mismos.
¿Pero el sueño americano es diferente para cada persona? ¿No significa necesariamente llegar a lo más alto? Hay varios aspectos. El esencial es que cada generación va a ser mejor que la que le precedió, que cada persona va a mejorar cada año. Y eso tampoco es válido ahora. El sueldo de un asalariado adulto en EE UU es hoy inferior al que existía en 1968. El hijo de un empleado que entonces trabajaba en una planta de ensamblaje en Detroit gana menos que su padre.
Ese problema lo tiene también España. Es cierto que otros países están en una situación similar. Pero el problema para EE UU es que esto formaba parte de su identidad. Éramos una sociedad dinámica. Pero ahora EE UU es la sociedad con menos igualdad de oportunidades entre todas las naciones avanzadas.
¿Cuándo se produjo ese cambio? El punto de inflexión, el principio del fin, fue 1989. Cuando se marchó Ronald Reagan y llegó George Bush. En lugar de una comunidad que luchó junta contra Hitler, se convirtió en cada persona luchando por sí misma. Empezaron a romperse los sindicatos. Se quitó de en medio a gente como Paul Volcker [expresidente de la Reserva Federal], que entendía las finanzas, y se puso en su lugar a Alan Greenspan, favorable a la desregulación. Se rebajaron los impuestos a los ricos. No pasó de la noche a la mañana, fue un proceso que dura hasta hoy.
La severidad de la crisis económica refuerza esta idea de declive. ¿Dónde está la voz de esa rabia? El movimiento Ocupemos Wall Street se esfumó. El gran problema que tuvo ese grupo de protesta social es que no creyó en la organización. Vieron a los partidos políticos como una fuente de los problemas actuales y no quisieron imitarlos. Es simple, no se puede cambiar la sociedad sin organización. Se distanciaron del sistema actual, y eso les hizo menos atractivos como movimiento. El momento fue también equivocado, porque con las elecciones la gente pone más esfuerzos en la esperanza de que quizá haya un cambio político, pero saben que no será así.
Un cambio que prometió hace cuatro años Barack Obama, utilizando precisamente la esperanza como lema. Cierto. Hay mucho pesimismo entre los jóvenes y el electorado en general, porque Obama no resolvió los problemas y ven también que tiene a gente muy cercana a la banca, en particular [Timothy] Geithner [secretario del Tesoro]. Quizá lo haga [Mitt] Romney [aspirante republicano a las presidenciales de noviembre], pero creo que es peor su alternativa porque no refleja los valores y las preocupaciones de la mayoría. Al menos, Obama dice que los millonarios deben pagar tantos impuestos como la gente que es pobre. Romney paga impuestos inferiores al 15%, como el 1% que está en lo más alto, lo que es menos que la gente que se gana la vida trabajando. Como dice Warren Buffett, eso no es justo. Para Romney, sin embargo, está bien.
LOS DADOS DEL ÚLTIMO CENSO de población en EE UU revelan que 150 millones de personas son pobres o tienen una renta por debajo de la media. Eso equivale a casi uno de cada dos habitantes. Y esto sucede mientras la paga media de los grandes ejecutivos de Wall Street subió un 20% el último año. Al inicio de su libro, el profesor Stiglitz cita la ingente fortuna de la familia Walton -propietaria de la cadena comercial WalMart- como ejemplo de esta brecha social; dicho con sus palabras: “Lo bien que están los que están más arriba y lo pobres que son los que están abajo del todo”. En este caso en concreto, la riqueza que acumulan los seis herederos, casi 70.000 millones de dólares, equivale a la del conjunto del 30% de la sociedad estadounidense con menos recursos.
Los ricos hablan de lo que devuelven a la sociedad con obras filantrópicas. ¿Qué valor tiene eso? No es suficiente, no es una alternativa. Al no pagar impuestos, no contribuyen de manera justa a la sociedad, a la educación, a las infraestructuras, a la investigación. Primero abusan de sus empleados, pagándoles bajos salarios, y después abusan del sistema público, al no dar la cobertura sanitaria necesaria a sus empleados. Es decir, usan los recursos del resto y luego dan una pequeña parte de su fortuna. Donar no es la respuesta.
Una empresa se crea para generar riqueza. Pero en ese 1% también hay muchos políticos, elegidos por el ciudadano y que no responden a sus problemas. Ese es el gran peligro del sistema político: gente muy rica usa el dinero para ser elegida y luego para asegurarse de que seguirán siendo ricos, rebajando impuestos. Hay gente, como Buffett, que dice que tenemos un sistema que está corrupto y cree que hay que cambiarlo. Desafortunadamente, hay gente que da mucho dinero a candidatos políticos que quieren mantener el poder económico y político de las élites. Eso es lo peligroso. Es una sociedad dividida que se refuerza a sí misma.
Esta desigualdad de oportunidades, ¿cómo mina la democracia de un país que pretende exportarla? Una manera de describir lo que está sucediendo en EE UU es saber precisamente lo que produce una democracia: debe haber un compromiso, y ese compromiso debe reflejar la visión del votante que está en el centro. Unos quieren más educación, otros menos. Unos quieren más gasto, otros menos. El sistema actual no refleja a la persona que está en el centro. El sistema se ha desplazado de una persona un voto hacia un dólar un voto. El político ya no va puerta a puerta para ganarse el apoyo del electorado. Lo que hace es comprar espacios publicitarios, usa una variedad de mecanismos. Los ricos invierten y después exigen un retorno. Son los que dictan la política.
Es la vía que usan los dos partidos en EE UU. Cierto. Porque quieren ganar y esa es la manera. Y ese círculo vicioso entre economía y política es el que trato de describir. Solo hay que fijarse en el electorado joven. Solo el 20% vota. ¿Por qué una proporción tan baja? Porque miran a demócratas y a republicanos y ven que son los banqueros, los grupos que manejan el dinero, los que dictan el rumbo del país. Hay, sin embargo, una diferencia. Muchos demócratas se encuentran incómodos con esto, no creen que las corporaciones representen los intereses de la gente, ni creen que deberían tener libertad ilimitada para pagar a las campañas. Los republicanos, sin embargo, sí creen que se pueden comprar votos.
Se puede criticar a los republicanos, pero es un demócrata el que está en la Casa Blanca y durante su mandato el desequilibrio social ha crecido. También es cierto, por eso el sentimiento de frustración. Pero también lo veo de otra manera. La gente a la derecha ha hecho que las cosas estén mucho peor. Los excesos de Bush, recortando impuestos a los ricos, fueron mucho peores que los de Clinton. Los jueces del Tribunal Supremo que dictaminan que las corporaciones puedan gastar el dinero que quieran son republicanos. Por eso creo que es erróneo decir que demócratas y republicanos son lo mismo. El problema es que socialistas en Europa y demócratas en EE UU han fallado. Pero para mí, al menos, tienen una visión que es injusta para alguien que hace más de un millón de dólares, y eso es todo un reto en el sistema actual.
¿Visión? ¿No cree que la gente espera resultados? Obama ha sido una decepción. Asunto por asunto, fiscal, política medioambiental, salud, se puede decir que no ha hecho tanto como me hubiera gustado. Pero con un republicano de presidente iremos hacia atrás.
Al final, EE UU es un verdadero campo de batalla de ideas. Más que de ideas, también de dinero, ideología e intereses. Si fueran solo ideas, tendría muy claro quién va a ganar las elecciones.
Capitalismo, por tanto, al servicio de todos. Pero la desigualdad no es exclusiva de una economía de mercado. Puedes tenerla en muchos tipos de sociedad. La hubo, y mucho, durante el comunismo y en las dictaduras. Pero el argumento es que, siendo democracias, debemos asegurarnos de que se dan las oportunidades para crear una sociedad más igual. Y lo sorprendente es que nuestras democracias, que deberían responder al ciudadano corriente, no están teniendo éxito en esto. Eso muestra lo cortos que nos quedamos en cuanto a nuestros ideales democráticos. Un dólar un voto es la máxima expresión del fracaso de nuestras democracias.
Si el poder sirve a la avaricia, ¿cómo puede romperse ese círculo vicioso del que habla? En EE UU hemos puesto el logro de ganar dinero por encima de cualquier otra cosa. En una sociedad que destaca la retribución monetaria, tenemos un mal equilibrio. En mi libro hablo de los planes de incentivos y su efecto destructivo. Mucha gente que trabaja no lo hace para ganar dinero, sino para vivir. Pero si eres el presidente de una compañía, ¿por qué no haces lo mismo? El argumento de que es porque tienen un trabajo más duro es absurdo. El trabajo hay que hacerlo bien. Los incentivos son importantes, pero no son la vía.
El ejemplo podría ser Wall Street, donde parece que se premia más el fracaso que el buen trabajo. Por eso hay que tener reglas que permitan poner freno a los abusos. Siempre habrá gente que solo piense en enriquecerse. Y en una industria que se dedica a ganar dinero, entonces esperas que esos abusos sean aún mayores. Nadie lo espera de un profesor que se dedica a educar a niños. Pero si trabajas para un banco, vas a hacer dinero, por eso hay que ser más cauto en el sector financiero.
Su Premio Nobel fue por la teoría de la información asimétrica. ¿Se puede aplicar al escándalo de Barclays por la manipulación del tipo interbancario? Totalmente. En Barclays sabían lo que hacían, manipulando el tipo de interés y ganando dinero con ello. Transparencia en el sector bancario es un sinónimo del concepto de información asimétrica. En el caso del Libor, no había transparencia, porque con transparencia hay más competencia y con competencia se reducen los beneficios. Es la avaricia.
Pero en este caso de nuevo fallaron los reguladores. Incluso el Tesoro de EE UU sabía lo que pasaba, pero se limitó a mandar una carta como respuesta en lugar de actuar. Se sabía lo que ocurría, pero no lo fácil que era manipularlo. Por eso el aspecto realmente preocupante de este caso es que el regulador tenía la competencia de investigar lo que estaba pasando más en profundidad y no lo hizo. Ni siquiera Geithner volvió a preguntar si se había corregido el problema. La admisión del secretario del Tesoro de que sabía lo que pasaba y no hizo nada, más allá de mandar un e-mail, es consistente con la visión que tiene el público de que están todos en la misma cama. Y esta es otra fuente de desigualdad: coger dinero de otro de una manera que destruye riqueza. Por eso es importante, muy importante, tener un sistema bancario del que te puedas fiar.
Usted considera que la solución a la crisis en Europa no es adecuada porque retira la demanda del sistema y no restaura la confianza. La austeridad es uno de los temas de debate también en la campaña electoral en EE UU. La austeridad va a tumbar la economía. Se está viendo en España, en Grecia, en Reino Unido. Tratar de reducir el Gobierno va a empujar a EE UU hacia el mismo experimento que está haciendo Europa, y eso será desastroso. Hasta el Fondo Monetario Internacional se dio cuenta de eso y dice que la desigualdad es mala para la economía, porque eleva la inestabilidad. Esto no se escucha decir de los líderes europeos ni de los estadounidenses, y eso que la ciencia es muy clara al respecto. Obama lo dice poco. Se ignora la cuestión públicamente. La austeridad en periodos económicos como el actual es mala por varios motivos. La gente que no tiene trabajo se empobrece. Y con un alto nivel de desigualdad, los salarios bajan. Y la austeridad lleva a cortar gasto en cosas importantes, como la educación y la salud. Por eso estos planes de austeridad acrecientan los problemas de la desigualdad, lo que a su vez es una de las razones de la debilidad económica actual.
Es un equilibrio complicado, porque, en el caso de España o de Italia, debes convencer al mercado de que estás haciendo los ajustes para que te den la financiación que necesitas. Cuando lo haces, porque lo haces. Y cuando no, porque no. La noción de que la austeridad hace feliz a los mercados es equivocada. Fitch rebajó precisamente a España tras presentar su plan de austeridad porque pensó que debilitará su economía. Y lo harán con Reino Unido por lo mismo.
Standard & Poor’s recortó la nota a EE UU porque, entre otros motivos, no hay un plan creíble de ajuste fiscal. Eso fue político. EE UU siempre paga sus deudas, por el simple hecho de que es dueña de su propia máquina de hacer dinero.


*América es el nombre del continente dado  a éste por el cartógrafo Martin Waldseemüller al publicar su mapa en 1507,en homenaje a Américo Vespucio. El 1% de los ricos sibaritas satisfechos de los Estados Unidos se han apropiado del nombre "América ". Lo han usado en forma inconsulta ,irreflexiva y reiterativa. Este plagio es una distorsión geográfica  histórica ,política y social. Prof.Morenoperalta.Cesal eV /Berlín/ Republica Democrática Alemana

cuando la parodia raya en tragedia

Cuando la parodia raya en tragedia
Prof. Dr. Noam Chomsky
Instituto Tecnologico de Massachusetts / Cambridge /  USA.
Departamento de  Lingüística y Filosofia

Un ser humano digno ,ejemplar ,talentoso y con coraje civil.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

No es fácil escapar de nuestra piel y ver al mundo de una forma diferente a como se nos presenta día con día. Pero es útil intentarlo. Probemos con algunos ejemplos.
Los tambores de guerra están batiendo cada vez con más fuerza respecto de Irán. Imaginemos que se invirtiera la situación.
Irán está librando una mortífera y destructiva guerra de bajo nivel contra Israel, con participación de las grandes potencias. Sus líderes anuncian que las negociaciones no están llegando a nada. Israel se niega a firmar el tratado de no proliferación nuclear y a permitir inspecciones, como ha hecho Irán. Israel sigue rechazando los abrumadores exhortos internacionales para establecer una zona sin armas nucleares en la región. A lo largo de todo el proceso, Irán cuenta con el apoyo de su padrino, la superpotencia.
Los líderes iraníes anuncian entonces sus intenciones de bombardear a Israel. Destacados analistas militares iraníes señalan que el ataque podría ocurrir antes de las elecciones en Estados Unidos.
Irán puede utilizar su potente fuerza aérea y los nuevos submarinos enviados por Alemania, armados con misiles nucleares y estacionados frente a la costa de Israel. Sea cual fuera el calendario, Irán cuenta con que la superpotencia que lo respalda participe en el ataque, si es que no lo encabece. Leon Panetta, secretario estadunidense de Defensa, declara que si bien no está en favor de un ataque de esa naturaleza, como país soberano Irán puede actuar conforme más le convenga.
Todo esto, por supuesto, es impensable aunque de hecho está sucediendo con los personajes invertidos. Es verdad, las analogías nunca son exactas y ésta es injusta... para Irán.
Al igual que su padrino, Israel recurre a la violencia a voluntad. Persiste en los asentamientos ilegales en los territorios ocupados, algunos de ellos ya anexados, en un desafío descarado del derecho internacional y del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. En repetidas ocasiones ha lanzado ataques brutales en contra de Líbano y de la enclaustrada población de Gaza, matando a decenas de miles de personas sin ningún pretexto creíble.
Hace 30 años, Israel destruyó un reactor nuclear iraquí, acto que recientemente ha recibido encomios, evitando las sólidas evidencias, incluso de los servicios secretos estadunidenses, de que ese bombardeo no le puso fin al programa de armas nucleares de Saddam Hussein, sino más bien lo inició. El bombardeo de Irán podría tener el mismo efecto.
Irán también ha lanzado agresiones, pero en los últimos siglos sólo lo hizo durante el régimen del sha, que contaba con el apoyo de Estados Unidos, cuando conquistó las islas árabes del golfo Pérsico.
Irán emprendió su programa de desarrollo nuclear con el sha, con el fuerte apoyo oficial de Estados Unidos. El gobierno iraní es brutal y represivo, como lo son los aliados de Washington en la región. Su aliado más importante, Arabia Saudita, es el régimen fundamentalista islamita más extremo y gasta enormes fortunas para difundir sus doctrinas radicales wahabitas en otros países de la región. Las dictaduras del golfo Pérsico, también aliados favorecidos por Estados Unidos, han reprimido durante cualquier intento popular por participar de la primavera árabe.
El Movimiento de los Países No Alineados –los gobiernos de la mayoría de la población mundial– se reunió recientemente en Teherán. El grupo ha endosado fervorosamente el derecho de Irán a enriquecer uranio y algunos de sus miembros, como India, por ejemplo, aplican el duro programa de sanciones estadunidenses sólo de forma parcial y con reticencias.
Los delegados del Movimiento de los Países No Alineados reconocen la amenaza que domina la discusión en Occidente, articulada lúcidamente por el general Lee Butler, ex jefe del comando estratégico de Estados Unidos: Es peligroso en extremo que, en el caldero de animosidades que llamamos Medio Oriente, una nación se equipe con armas nucleares, lo cual inspira a otras naciones a hacer lo mismo.
Butler no se refería a Irán, sino a Israel, que en los países árabes y en Europa se considera que constituye la mayor amenaza para la paz en la región. En el mundo árabe, Estados Unidos está clasificado en el segundo lugar de las amenazas mientras que Irán, aunque no lo quieren, provoca mucho menos miedo. Efectivamente, muchas encuestas señalan que la mayoría considera que la región sería más segura si Irán tuviera armas nucleares para contrarrestar las amenazas que perciben.
Si Irán efectivamente está avanzando para dotarse de armas nucleares –cosa que hasta ahora no saben los servicios secretos estadunidenses–, podría deberse a que se siente inspirado a hacerlo por las amenazas israelíes y estadunidenses, emitidas sistemáticas en violación explícita de la Carta de Naciones Unidas.
¿Por qué entonces el discurso occidental oficial presenta a Irán como la mayor amenaza para la paz mundial? La razón principal es reconocida por las fuerzas armadas y los servicios secretos estadunidenses e israelíes: Irán podría disuadir a Estados Unidos e Israel de recurrir a la fuerza.
Aun más, Irán debe ser castigado por su exitosa rebeldía, que fue la acusación de Washington contra Cuba hace medio siglo, y que sigue siendo la fuerza motriz de los ataques estadunidenses contra la isla, a pesar de las condenas internacionales.
Otros eventos que se presentan en la primera plana de los diarios podrían beneficiarse también si los vemos desde otra perspectiva. Supongamos que Julian Assange hubiera publicado documentos rusos que revelaran información importante que Moscú quisiera ocultar del público, y que las demás circunstancias fueran idénticas.
Suecia no titubearía en realizar su único interés anunciado, aceptando el ofrecimiento de interrogar a Assange en Londres. Declararía que si el fundador de Wikileaks regresara a Suecia (como él mismo ha aceptado hacer) no sería extraditado a Rusia, donde son muy escasas las posibilidades de que tenga un juicio justo.
Suecia sería reconocida por su posición conforme a sus principios. Julian Assange sería elogiado por realizar un servicio público; lo que, por supuesto, no obviaría la necesidad de tomar las acusaciones en su contra tan en serio como en cualquier otro caso de ese tipo.
La noticia más destacada del día en Estados Unidos son las elecciones. Louis Brandeis, juez de la Suprema Corte estadunidense, ofreció una perspectiva muy apropiada con estas palabras: Podemos tener democracia en este país, o podemos tener la riqueza concentrada en manos de unos cuantos, pero no podemos tener las dos cosas al mismo tiempo.
Guiados por esa perspectiva, la cobertura de las campañas electorales deberían concentrarse en el efecto de la riqueza en política, analizado ampliamente en el reciente estudio de Martin Gilens, Prosperidad e influencia: La desigualdad económica y la fuerza política en Estados Unidos. Él encontró que la gran mayoría es incapaz de influir en la política del gobierno cuando sus preferencias divergen de las de los ricos, los cuales básicamente obtienen lo que quieren cuando algo les importa.
No es sorprendente, pues, que en una reciente clasificación de los 31 miembros de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico, Estados Unidos haya quedado en el lugar número 27 en términos de justicia social, a pesar de sus extraordinarias ventajas.
Ahora bien, el tratamiento racional de los asuntos tiende a evaporarse en las campañas electorales, en formas que a veces rayan en la comedia.
Para poner un ejemplo, Paul Krugman asegura que el tan admirado Gran Pensador del Partido Republicano, Paul Ryan, reveló que sacó sus ideas sobre el sistema financiero del personaje de una novela de fantasía –Atlas Shrugged, de Ayn Rand–, que aboga por el uso de monedas de oro en lugar de papel moneda.
Solamente queda inspirarnos en un escritor realmente distinguido, Jonathan Swift. En Los viajes de Gulliver, los sabios de Lagado llevan consigo a cuestas todas sus pertenencias, que utilizan en los trueques sin las molestias del oro. Entonces la economía y la democracia podrían florecer verdaderamente. Y, lo mejor de todo, las desigualdades se reducirían notablemente, lo que sería un regalo para el espíritu del juez Brandeis.