viernes, 26 de febrero de 2021

El Premio Nobel de la Pus


El Premio Nobel de la Pus

Lejos estaba Alfred Nobel de pensar -cuando instituyó el premio que lleva su nombre- que el mismo derivaría en una afrenta a la humanidad desde el momento que comenzó a entregarse con criterio político e ideológico y como instrumento de exaltación de los valores y las prácticas capitalistas.

Nobel estableció los premios en cinco áreas: física, química, medicina, literatura y de la paz. Este último con el objetivo de reconocer a la “persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz”. Por decisión de Nobel quien inventó la dinamita, razones desconocidas sujetas a especulaciones lo llevaron a estatuir que el premio de la paz fuera entregado por un comité noruego designado por el parlamento de ese país, a diferencia de los otros que son concedidos por Suecia.

Es posible que Nobel pensara que Suecia y Noruega, países que estaban unidos mientras él vivió, serían correctos garantes en la aplicación de los deseos expuestos en su testamento. Sin embargo, resulta paradójico e hipócrita que este país al mismo tiempo que entrega premios Nobel de la Paz y presume de ser sede y promotor de diálogos y negociaciones a favor de la misma, sea desde 1949, miembro fundador de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Incluso, en este momento, su secretario general es Jens Stoltemeberg, un político noruego. La vocación atlantista de este país está expresada en su membrecía a la OTAN y su ausencia de la Unión Europea.

En otro plano, resulta muy difícil suponer que un parlamento de aplastante mayoría conservadora y retardataria pueda nombrar una comisión del Nobel ecuánime e imparcial. Ha primado claramente un criterio político e ideológico para decidir el premio, sobre todo en los años más recientes.

Así, de las 128 personas e instituciones que lo han recibido, 41, el 32% son estadounidenses, británicos o franceses y 47, el 36,7% son europeos, si se suma a los 20 estadounidenses (entre ellos cuatro presidentes, un vicepresidente, además de Henry Kissinger que no se destacaron precisamente por su amor a la paz), tres israelíes, dos canadienses y un japonés que lo han recibido, reúnen al 57% de los premiados. Nadie puede creer que en 120 años, Europa, donde se desataron las dos guerras mundiales más salvajes de la historia de la humanidad, así como el club de países guerreristas y violadores de derechos humanos sean los que más esfuerzos hayan hecho por la paz. Es verdad que el premio se entrega a personalidades no a países, pero es muy particular que los dos chinos (uno de ellos el Dalai Lama que aparece como tibetano, un país que no existe) y el único soviético que lo recibieron han sido disidentes contrarios a los sistemas políticos de sus países.


Es justo reconocer que personalidades y organizaciones respetables como la Cruz Roja Internacional, Jean Henry Dunant su creador, Martin Luther King, Le Duc Tho (que dignamente lo rechazó mientras aún el napalm estadounidense caía sobre Vietnam), nuestros Adolfo Pérez Esquivel, Rigoberta Menchú y Alfonso García Robles, Nelson Mandela, Yasser Arafat, José Ramos Horta entre otros ganadores del premio, son merecedores de cualquier reconocimiento que se haga a la lucha de los pueblos por su libertad.

¿Alguien puede creer que en 120 años, solo seis latinoamericanos hayan recibido tal premio?...y qué entre esa media docena estén el expresidente de Costa Rica Óscar Arias a quien Estados Unidos se lo “compró” para escamoteárselo al Grupo de Contadora, verdadero gestor de la paz en Centro América en la década de los 80 del siglo pasado y Juan Manuel Santos, connotado promotor de grupos paramilitares y de violaciones de derechos humanos.

El premio fue entregado en 1991 a la birmana (actual Myanmar) Aung San Suu Kyi quien en 2015 aseguraba que “en todo el mundo, los intereses comerciales están por encima de los derechos humanos”. De la misma manera la encopetada premio Nobel se ha transformado en cómplice del genocidio contra la minoría musulmana rohingyas, a quienes odia desde el budismo fundamentalista mayoritario en Myanmar. Los rohingyas ni siquiera son reconocidos como grupo étnico en su país por lo que no tienen ciudadanía, es decir es como si no existieran, lo cual es aceptado por la flamante premio Nobel.

De igual manera en 2019 el premio se le entregó a Abiy Ahmed Ali, Primer ministro de Etiopía quien, al año siguiente, en solo dos días produjo la muerte de 600 ciudadanos en la represión de la provincia separatista de Tigray, causando además la huida de 50 mil refugiados al vecino Sudán. Pero eso es solo lo más escandaloso, también en otras localidades de Tigray como Humera, Dansha y la capital, Mekele se realizaron otras masacres. Para evitar el conocimiento de este desastre humanitario, el premio Nobel cerró la región a la prensa y a los organismos internacionales.

El caso de Juan Manuel Santos resulta difícil de comentar. En primer lugar uno se pregunta porque se le entregó solo a él. Las negociaciones de paz nunca son eventos unilaterales. Por eso, la comisión noruega se lo entregó a Kissinger y Le Duc Tho, en 1973; a Sadat y Begin en 1978; a Mandela y de Klerk en 1993; a Arafat, Rabin y Pérez en 1994. ¿Por qué entonces no se le entregó a las FARC y/o a su jefe que fueron la contraparte del gobierno en las negociaciones? ¿Es que acaso no hizo el mismo esfuerzo para poner fin al conflicto? Este caso es otro en el que Estados Unidos le compra los premios a sus súbditos como pago por servicios prestados. Santos ordenó junto a Uribe violar la soberanía de Ecuador para realizar una incursión armada en territorio extranjero; fue genio creador de la política de “falsos positivos” forma encubierta de asesinar a miles de jóvenes inocentes ajenos al conflicto con el fin de mostrar éxitos no obtenidos en el combate; además es el asesino confeso del Comandante Alfonso Cano, capturado vivo y asesinado bajo sus órdenes, hecho por el que se vanagloria permanentemente. Al parecer todos estos son requisitos válidos para obtener el premio.

Caso especial el de Barack Obama, receptor del premio en 2009 cuando solo llevaba 11 meses como presidente y a quien se le otorgó por “sus extraordinarios esfuerzos para fortalecer la diplomacia internacional y la colaboración entre los pueblos”. Nadie sabe qué hizo Obama en 11 meses para merecer este “reconocimiento”. Lo que si se sabe es que tras el fin de su mandato, 7 años después se transformó en el primer presidente estadounidense en completar dos periodos completos de su mandato teniendo tropas de su país en combate activo.

Obama lanzó la tercera guerra en Irak contra el estado islámico para terminar asociándose a éste y a Israel en el afán de derrocar al gobierno sirio, siguió en Afganistán,  e incrementó las operaciones “quirúrgicas” para asesinar terroristas que al no resultar tan “quirúrgicas” ocasionaron cientos de muertos entre la población civil. Así mismo, ordenó el bombardeo contra Libia e incursionó en Pakistán, Somalia y Yemen. En nuestra región firmó el decreto que declaraba -sin pruebas- que Venezuela era una amenaza "inusual y extraordinaria" a la seguridad nacional y a la política exterior de Estados Unidos, una estupidez que no resiste el menor análisis serio y responsable.

En este contexto, los hechos nos podrían llevar a afirmar que Aung San Suu Kyi, Abiy Ahmed Ali, Juan Manuel Santos y Barack Obama, como sus antecesores Teodoro Roosevelt y Woodrow Wilson, recibieron con aceptación y jolgorio el Premio Nobel de la Pus.

domingo, 21 de febrero de 2021

Los carabineros y su contribución a la delincuencia y la criminalización de la juventud y la infancia.

 

Los carabineros y su contribución a la delincuencia y la criminalización de la juventud y la infancia.

“La delincuencia: No es la existencia del delincuente la que delinque, mata y asesina, sino  su actividad delincuencial y ésta es producto  de una realidad social”….

Por Juan Pablo Cárdenas S. escritor, comunicador social, analista internalista internacional, Addhee.Ong

El senador independiente Alejandro Guillier ha advertido a los chilenos sobre aquellos reiterados delitos cometidos por carabineros en relación a la extraña desaparición de su armamento personal y hasta de una asociación ilícita entre los uniformados para entregar o vender armas de fuego a delincuentes y narcotraficantes. Al mismo tiempo, denuncia que el gasto en la adquisición de municiones es demasiado alto y no existe un arqueo de lo que efectivamente se usa para realizar su labor “disuasiva” cuando, además, se sabe que esta policía decomisa más de doscientas armas ilegales que terminan “perdiéndose” en las bodegas de la institución sin registro alguno.

Al país le consta, además, que desde el término de la Dictadura cívico militar (hace treinta años) la institución Carabineros de Chile no ha sido mayormente intervenida por las autoridades, después de que sus efectivos se caracterizaran por haber practicado el terrorismo de Estado en delitos que hasta ahora conmueven a la población y que obtuvieron, finalmente, altos grados de impunidad. Millonarios han sido, además, los desfalcos fiscales cometidos por la alta oficialidad, así como los casos de corrupción que han podido destaparse gracias, principalmente, a la acción del buen periodismo.

Para colmo, son también muchos policías los involucrados en estas últimas décadas por el horror de sus operativos para combatir la que llaman “insurrección terrorista” de la Araucanía, reprimiendo sin criterio alguno las protestas sociales, al grado que hoy sus “servicios especiales” se distinguen por ser uno de los más fieros del mundo, así como culpables de vaciarles las cuencas de sus ojos a decenas de jóvenes. Llegando al extremo de lanzar al río Mapocho a uno de los manifestantes dentro del  Movimiento Social 18 de Octubre  de fines del 2019.

En estos días ya se sabe la condena de ocho carabineros por el asesinado del comunero mapuche Matías Catrillanca, una operación que los comprometió como autores intelectuales, materiales y cómplices que incluso intentaron ocultar información y tergiversar los hechos, obstaculizando por largos meses la acción de los tribunales.

La misma complicidad de la clase política con las Fuerzas Armadas y su extendida corrupción ha favorecido ciertamente a la policía uniformada. Por lo mismo, hoy existe alto consenso en que ésta debiera someterse a una completa reestructuración, pero sin que hasta el momento el Gobierno y el Parlamento acometan una propuesta seria al respecto:  ¿Por qué?

De esta forma, el presidente Piñera Echeñique corre ya el riesgo de ser reconocido en nuestra historia como un genocida más en La Moneda en relación con la violencia policial descargado contra nuestras minorías étnicas, cuanto destinada a aplacar el descontento social del país. A la zaga, por supuesto, de gobernantes como Arturo Alessandri Palma y el propio dictador  Pinochet por sus reiteradas masacres en contra de la población chilena.

Más que con el ánimo de intervenir en favor de esta reestructuración, las autoridades se proponen recién ahora una reforma al respecto, de forma de evitar que esta tarea sea cumplida por la futura Convención Constituyente, y Carabineros de Chile sea disuelto en favor de varias instituciones policiales como ocurre en otros países. Junto con que el Estado proceda a renovar a sus integrantes, corregir sus procedimientos y poner a sus efectivos bajo el poder civil.

A esta altura de la complejidad social, no hay razón para que recaiga en un solo mando la responsabilidad de misiones tan diversas como garantizar el orden público, controlar los flujos del tránsito, velar por la soberanía geográfica y proteger a las autoridades, las empresas e instancias de todo orden en materia de educación, salud, trabajo y patrimonio cultural.

Justamente en estos días, hay un hospital público que pide la instalación en sus dependencias de una comisaría de Carabineros a objeto que sus funcionarios sean resguardados ante la airada acción de aquellos familiares de pacientes impedidos de acercarse a sus seres queridos cuando son tratados o fallecen por el Covid 19. Es cosa de imaginar cuántos policías se necesitarían tan solo para hacer guardia en todos los centros de salud, colegios, universidades, oficinas públicas y centros de producción y comercio.

Además de velar por el orden en las calles, avenidas, plazas, puentes, estadios, aeropuertos y carreteras, entre otros. Tan a merced en la actualidad de asaltantes y bandas armadas que han sofisticado sus armas a efecto del incontrolado contrabando y, por cierto, la acción y complicidad de los propios policías.

De lo que estamos seguros es que para todo esto habría más que duplicar o triplicar el número de carabineros y seguir desaguando el erario nacional en favor de ésta y de todas las ramas castrenses que se comen abusivos recursos en sueldos, pensiones y pertrechos que rápidamente caen en desuso o se utilizan en contra de nuestra propia población. Puede parecer un dato irrelevante, pero ¡vaya que nos consta la atractiva seducción que los uniformados ejercen para mantener solícitos a los gobernantes y muy especialmente a los ministros de Defensa! 

Es decir, a quienes vienen ocupando uno de los cargos más apetecibles dentro de la gran repartija de cargos públicos a cargo, por turno, de los partidos políticos. Gracias a las consabidas lisonjas de las cúpulas militares y policiales, como por los recursos que pueden acaudalar por sueldos, viáticos y dádivas durante sus correspondientes desempeños. Los que pueden resultar muy auspiciosos para solventar su escalamiento político.

juanpablo.cardenas.s@gmail.com

 Lo subrayado/ interpolado es nuestro.

sábado, 20 de febrero de 2021

RAUL VALDIVIA PIZARRO, Sociólogo, Vicepresidente de la Asociación por la dignidad, los Derechos del Ser Humano y del Entorno Ecológico, Organización NO gubernamental/ ADDHEE.ONG,  Ha Muerto

 



RAUL VALDIVIA PIZARRO, Sociólogo, Vicepresidente de la Asociación por la dignidad, los Derechos del Ser Humano y del Entorno Ecológico, Organización NO gubernamental/ ADDHEE.ONG,  Ha Muerto.  Encabezó la lucha por la recuperación del legado nerudiano que tiene  un solo heredero, el Pueblo Chileno. En especial su Antología Popular 1972. Le recordaremos en este tan triste día 12 de Febrero del 2021 con sus palabras:

A los compatriotas chilenos, a los amigos nerudianos del mundo, dirijo esta, mi Patriótica protesta. [Español/Alemán English]

R.V.P*

Sostengo que con el hurto/plagio/peculado de la Antología Popular/ 1972 del poeta Pablo Neruda, la cultura latinoamericana ha sufrido la mayor humillación y se ha agredido el patrimonio cultural del pueblo y la nación Chilena.

El mayor atentado a la cultura Chilena se ha perpetrado sin que ninguna autoridad de Chile haya procedido o actuado en defensa de parte de la obra de un compatriota, gloria nacional y latinoamericana.

A la editorial Edaf S.A., editor responsable Manuel Márquez de la Plata, con domicilio en Jorge Juan 30, 28001/Madrid España y Edaf Chile S.A con domicilio en Huérfanos 1178,Oficina  506, Santiago Chile, les recuerdo que: “El poeta Pablo Neruda, con fecha 06 de septiembre  de 1972 en carta dirigida al señor Presidente de la República de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens, regaló al gobierno de Chile y por su intermedio al Pueblo Chileno su Antología Popular 1972 al rubro señalada –el editor Losada, propietario del copyright  y el autor, según la misma carta antes señalada renunciaron a toda utilidad y derecho de autor-, con una única condición: “Que jamás ésta se ponga a la venta y que se regale entre la población escolar –escuelas, liceos, universidades-, sindicatos, las Fuerzas Armadas, etc.” … . A partir de ésta fecha la Antología Popular 1972, pasa a ser patrimonio del Estado de Chile y este tendrá la obligación de velar/proteger ésta obra en el marco del Estado de Derecho”.

Según mis investigaciones ningún Gobierno ni Ministerio de Educación de Chile, han autorizado, como corresponde por ser un bien del Estado de Chile la publicación de la Antología Popular 1972, de Pablo Neruda.

La fundación Pablo Neruda por boca de su Presidente vitalicio Juan Agustín Figueroa Yábar y el representante en España, Carmen Balcells/ Agencia literaria, aseguran que tampoco autorizaron dicha publicación que llevó a cabo, la Editorial Edaf en Madrid, México, Puerto Rico y Chile.

Esto me autoriza a concluir que todos los amantes de la justicia nos encontramos ante una apropiación indebida de un bien del estado de Chile y usted se preguntara: ¿Qué han realizado las autoridades chilenas y la mal llamada fundación Neruda al conocer el hurto/plagio/peculado de una obra tan especial para los chilenos?. Absolutamente nada.

Reitero, a todos los elementos que han participado en este atentado no les ha sucedido nada,  han cumplido con una de las metas de los Acuerdos de Santa Fe, creación norteamericana  para atentar contra nuestras expresiones culturales y esa actuación nos confirma  que somos fácil pasto de los mercaderes y representantes de la cultura occidental,  cuyo objetivo no es entregar cultura a los pueblos, sino solo desarrollar un sucio y jugoso negocio y evitar la difusión del pensamiento latino americanista .

Me levanto ante esta ignominia y desde lo más profundo de mi honor ultrajado protesto ante este atentado a nuestros valores agredidos. No acepto la manera vil en que la Editorial Edaf ,en su hurto/plagio/ peculado a la Antología Popular 72 incluye como prólogo, la carta que el Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens escribió al poeta Pablo Neruda con motivo de la entrega del Premio Nobel. Una burda manipulación.

Quede este trabajo como prueba de toda la falencia de principios éticos que llegamos a obtener en este capítulo tan oscuro en nuestra patria que comenzó con la destrucción de la Declaración de Independencia firmada por el General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme quemada en el asalto del Palacio de la Moneda en 1973 y destruida por los mismos elementos desquiciados que participaron en el salvaje asalto de la casa de Pablo Neruda en Santiago de Chile y la quema de miles de libros en las calles de las ciudades de Chile ,el mismo año.

Otros serán los que laven ésta y otras afrentas a nuestros sagrados intereses nacionales. 

Con esperanza y memoria que la historia la hacen los pueblos y los luchadores sociales consecuentes como  nuestro vicepresidente  Raul Valdivia Pizarro,(QEPD)

Firman:

Jorge Bustos B. Presidente Addhee.Ong

Ma. Cecilia Chinchón Canales, Vicepresidenta Addhee.Ong

Galvarino Jaramillo Plúcker. Vicepresidente Addhee.Ong

Héctor Cataldo Ávila. Vicepresidente Addhee.Ong

Certifico:

Prof. Moreno Peralta /Iwa, Secretario ejecutivo Addhee,Ong.

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jueves, 18 de febrero de 2021

La herencia maldita de Trump: el avance de la ultraderecha/fascista ¿en el nuevo orden mundial del capitalismo salvaje?

 

La herencia maldita de Trump: el avance de la ultraderecha/fascista ¿en el nuevo orden mundial del capitalismo salvaje?

Por Dr. Baltasar Garzón Real*, abogado, juez:

El odio que, en los últimos cuatro años, ha sembrado Donald Trump como presidente de Estados Unidos ha germinado en el terreno abonado de la ultraderecha, organizada en diferentes países del mundo a su imagen y semejanza, con el apoyo de lugartenientes económicamente bien dotados. Lo estamos viendo en Polonia, donde entra ya en vigor la prohibición del aborto pese a las multitudinarias protestas que han intentado frenar una medida tan regresiva. El Tribunal Constitucional sentenció en octubre de 2020 que era ilegal interrumpir el embarazo en el caso de malformación del feto, dando la razón a los parlamentarios del partido de extrema derecha “Ley y Justicia”.

En países como Brasil, la nula gestión de la pandemia ha llevado al límite a la ciudadanía, cuando los enfermos mueren asfixiados por falta de oxígeno en los hospitales, drama que es significativo en Manaos, en plena Amazonía, donde la población enferma se está ahogando literalmente. Los afines al presidente Bolsonaro, una copia ideológica de Trump, intentan conjurar el fantasma de un impeachment, todavía lejano, pero cada vez más verosímil.

Visto lo visto y lo que vendrá no cuesta esfuerzo afirmar que la ultraderecha agrede y asesina. En 2020, según un informe de la plataforma Antifaz International, se tiene noticia fehaciente de 810 ataques en diferentes países, provocados por «fanáticos, fascistas y violencia de extrema derecha», lo que se interpreta como una mínima parte de lo que en realidad sucede a diario en el mundo. Este informe, elaborado por cuarto año consecutivo, indica que, en referencia a 2019, se ha producido un incremento de un 39 % de violencia ultra. Tiroteos, palizas, ataques de diverso tipo, llevaron a la muerte a 325 personas y dejaron malheridas a 1.186.

Como un lobo con piel de cordero, la ultraderecha fascista se cubre con la democracia y, cuando tiene asegurado su objetivo, utiliza las garras sin contemplaciones, barriendo todo lo que escape a su control. Dentro de sus estrategias también cuenta con servirse de teorías conspirativas. Así, el virus es un invento de un laboratorio chino destinado a hacer una criba entre la raza humana. Estos bulos se desperdigan a través de las redes sociales, llegando a influir en un sector de la población, no necesariamente ignorante o candoroso.

Conspiraciones

De todas las teorías conspirativas, hay una especialmente peligrosa que reivindicaba el nazismo. “… ‘Un grupo de financieros judíos domina el mundo en secreto y está conspirando para destruir la raza aria. Diseñaron la revolución bolchevique, dirigen las democracias de Occidente y controlan los medios y los bancos. Tan solo Hitler ha logrado ver la realidad de sus trucos nefarios… y solo él puede detenerlos y salvar a la humanidad’”, explica el historiador Yuval Noah Harari en su artículo “Cuando el mundo parece una gran conspiración”.

Harari analiza que, por supuesto, existen muchas y verdaderas conspiraciones: “… Los individuos, las corporaciones, las organizaciones, las iglesias, las facciones y los gobiernos siempre están tramando y elaborando varias conspiraciones. Sin embargo, justo por eso es tan difícil predecir y controlar a todo el mundo”. Se me viene a la mente la conspiración judeomasónica que tanto juego dio a la dictadura franquista fascista para justificar la represión de cualquier opinión discrepante de la oficial del régimen.

“La historia oficial” se repite como farsa y después como tragedia:

Aunque no exactamente del mismo modo, sin duda la historia se repite. Las teorías conspirativas fueron antes, y siguen siendo hoy, un instrumento imprescindible para estos grupos. Lo primero es buscar a un enemigo, para después culparlo de todos los males posibles, demonizándolo. Una vez conseguido, el terreno está abonado y, aprovechando la desesperanza y la desesperación de las personas y colectivos, no resulta complicado esparcir la especie xenófoba, racista o sencillamente fascista que se pretendía.

Gobierno ‘social comunista’, ‘ilegítimo’, ‘okupa’, ‘socio de independentistas y terroristas’, son conceptos acuñados aquí en casa por Vox, que PP y Ciudadanos no han tenido reparo alguno en incorporar a su léxico, para luego apuntar a una conspiración internacional de izquierdas, con referencias al chavismo o la Cuba castrista, pero que por lo general se expresa con prudencia sobre Putin, abraza la causa de la oposición venezolana y no hace ascos a cobrar del exilio iraní, en el caso de Vox.

Borrar la memoria: “un pueblo sin memoria hitórica nada significa ni nada vale. “ Dr. Salvador Allende Gossens Presidente de Chile asesinado por orden del régimen de los Estados Unidos  y llevado a cabo por las fuerzas armadas de Chile

En los primeros estadios, Vox se asoció con el PP y con Ciudadanos, permitiendo gobiernos conjuntos. Sobre el papel no detenta puestos de poder, pero, en la práctica, marca el camino a sus socios. Ese es el método de trabajo.

En Andalucía se ha cerrado el camino a las políticas de igualdad, a la lucha contra la violencia de género y a los trabajos por recuperar la memoria histórica.

En Madrid, primero se eliminaron homenajes y recuerdos a Largo Caballero o a Indalecio Prieto; se borraron los memoriales del cementerio de La Almudena a los asesinados por el franquismo arrancando las poesías de Miguel Hernández con la misma rabia con que le quitaron la vida al poeta. Ahora le ha tocado la vez al feminismo con la decisión de borrar el mural situado junto a un polideportivo que reúne retratos de mujeres distinguidas por su firme decisión de luchar por la igualdad. El alcalde Martínez Almeida ejerce de muñeco ventrílocuo de Vox, con Ciudadanos como comparsa dubitativo. ¿En qué quedamos? Al final en lo que diga Vox. Pero no contaban con los vecinos.

Fueron los vecinos del barrio de Ciudad Lineal, donde se encuentra la obra gráfica feminista, los que, hartos de tanta ofensa salieron a la calle y plantaron cara a este despropósito. Gritaron contra la ignominia, y su grito tuvo eco a nivel nacional e internacional, hasta que consiguieron detener el desaguisado. El grupo municipal de Más Madrid y el PSOE, al que se unió Ciudadanos cambiando su opinión inicial, pararon la escabechina prevista e indultaron el muro. 

Eso sí, la vicealcaldesa Begoña Villacís, portavoz de la formación naranja, justificaba su nueva postura aclarando que el sectarismo no se borra con más sectarismo. Añadió: «No me gusta el mural, pero quiero un mural que recoja su feminismo, el mío, el feminismo de Vox y el del PP. Llámenle ustedes rectificación porque no me importa: no me asusta. Prefiero que se quede el mural y pintar otros murales». A estas alturas resulta difícil entender cómo se puede defender que el feminismo es algo cuestionable, que la lucha por los derechos de la mujer se puede orillar, que el machismo sea algo diferente a un mal que causa muertes y que debe ser erradicado frente a la igualdad necesaria.

La foto de la verdad

El argumento de Ciudadanos es pobre y alejado de los intentos de aparentar una imagen relativamente progresista, como pretende en ocasiones este partido político, haciendo malabares para aparentar que se aleja de sus socios de la derecha y la extrema derecha fascista. La foto de Colón con los representantes de los tres partidos en sonriente concurrencia les perseguirá siempre y refleja una realidad oportunista, sin paliativos, en el partido naranja hasta que sus dirigentes no hagan un desmarque claro, contundente y definitivo de aquellos. En algún momento habrá que pedir responsabilidades a estos políticos por sus actitudes de conveniencia que nos llevan a retroceder, perdiendo hitos de libertad conseguidos hace tanto tiempo que ni siquiera los percibimos, e incluso estas agresiones nos parecen de inicio chuscas y grotescas.

Ese es el peligro, que tardamos en darnos cuenta de hasta qué punto atentan contra la democracia. Vox va haciendo su labor hasta que es demasiado tarde, y lo que podrían parecer comentarios chocantes se convierten en realidades que cuesta después frenar… si es que se consigue. Mientras tanto, las víctimas que se recordaban en el memorial de la Almudena o los versos de Hernández que las arropaban han vuelto al silencio.

La amenaza está ahí. En Portugal, del escaso 1% de los anteriores comicios, en estas últimas elecciones en que la abstención ha sido considerable por efectos de la pandemia, la ultraderecha fascista   que encabeza André Ventura, el líder de Chega (Basta), ha conseguido un 12%. Algo impensable logrado mediante la agitación, la descalificación y el ataque al oponente. ¿Son los coletazos de una situación en la que el efecto Trump aún estaba presente? O, por el contrario, ¿es algo más profundo? Algo que ha arraigado ante la indiferencia de quienes tenían que oponerse a esa especie de plaga de langosta que se puede prevenir, pero que, una vez presente, es imposible detener. La esperanza radica en que fuera del juego presidencial, en la ciudadanía, pierda fuerza la ultraderecha que el anterior presidente de Estados Unidos alentó en Europa y en América Latina. Sobre todo, si flaquea la ayuda económica a la que antes se podía tener fácil acceso.

Pero resulta innegable que se han envalentonado. Los escaños conseguidos les dan fuerza e ingresos. Cataluña es el siguiente Rubicón para el partido que lidera Santiago Abascal. 

Unas elecciones extrañas marcadas por la pandemia y por la desesperación de los grupos independentistas que ven desmoronarse el frente que los llevó a declarar unilateralmente la independencia con los resultados de sobra conocidos.

Vox pretende pisar fuerte arrastrando a los votantes de la derecha convencional, motivo que irrita y desazona al PP y deja a Ciudadanos en el filo de la desesperanza. Vox no ha perdonado al PP la traición de no secundar la moción de censura contra el presidente del Gobierno. Por su parte, al PP le ha sentado manifiestamente mal que Vox permitiera con su abstención la convalidación del decreto que regulará el fondo europeo para la recuperación económica y social. Con esta acción, Vox se distanciaba del PP aun aproximándose a la postura del PSOE y de EH Bildu, paradojas de la política. Los populares se lanzaron contra la ultraderecha acusándoles de salvar a Sánchez, lo que, desde luego, no era la intención de los de Abascal, que fieles a su estrategia de desgaste y penetración bordaban la jugada y respondían de forma pragmática, alegando la urgencia de que esos fondos llegaran a quienes componen buena parte de su electorado, en el que figuran pequeños empresarios y autónomos.

La fuerza de la memoria

Pero no nos engañemos, fuera de algún episodio aislado fruto del marketing electoral, la ultraderecha envuelve la realidad que pretende con su red de mentiras para alcanzar su objetivo atacando con toda la fuerza de la intolerancia. El problema es que en nuestra sociedad muchos solo conocen sus efectos por la historia y que esta historia no se ha enseñado suficientemente, pesando sobre ella un interesado cúmulo de silencio y falsedades.

El filósofo y profesor Juan Manuel Aragües escribía hace unos días, en estas mismas páginas, que el crecimiento del fascismo en España y en Europa tiene mucho que ver con la cuestión de la memoria. Ha desaparecido, explica, el horror de lo ocurrido en el holocausto y resume: “la memoria colectiva se ha tornado extremadamente frágil”. De ahí, afirma, “la importancia de cultivar la memoria, tarea que, en nuestro país, donde los tics reaccionarios anidan en demasiadas instituciones, se convierte en condición inexcusable para la construcción de una sociedad de perfiles inequívocamente democráticos”.

Sin la memoria se repiten los hechos más luctuosos de la historia. Sin la cohesión social y la convicción de que es preciso hacer respetar la democracia, el fascismo avanza. Los manifestantes de Polonia que rechazaban las restricciones del Gobierno sobre la interrupción del embarazo y los que en Ciudad Lineal defendieron el mural, o los que luchan en las calles peruanas, guatemaltecas o salvadoreñas contra leyes restrictivas de los derechos reproductivos de la mujer, o quienes defienden en Hungría los derechos de la comunidad LGTBi o aquellos que mueren día a día defendiendo la libertad de expresión o los derechos de la naturaleza, representan los mismos valores a miles de kilómetros de distancia: 

 La fuerza de la verdad y de la justicia ante el poder sesgado hacia la intransigencia. Junto con ellos, debemos denunciar toda propuesta obscena de involución y fanatismo, rechazar el legado de los dictadores y repudiar el fascismo y su herencia maldita. De ahí la absoluta necesidad de consolidar, en nuestro país, la iniciativa de una verdadera ley de memoria democrática en la que los valores de la educación, la verdad, la justicia y la reparación sean los mecanismos adecuados para garantizar la no repetición ni la regresión en nuestros derechos.

utopia@robertosavio.info

Lo subrayado e intercalado es nuestro

Estimados amigos asociados: reiterando  que  España y Chile, no es lo mismo, `pero  es igual, al artículo  del Dr.  Baltazar Garzón Real le agregamos para ustedes  el artículo  del escritor/ analista internacional Juan Pablo Cárdenas para que ustedes saquen sus propias conclusiones:

“Los disparates de nuestra memoria histórica”

por Juan Pablo Cárdenas S., escritor, comunicador social, analista internacional / Addhee. ong

Los disparates de nuestra memoria histórica

Por Juan Pablo Cárdenas S.:

Los países del mundo acostumbran rendirle tributo a sus héroes, gobernantes y seres excepcionales mediante estatuas y otras construcciones, al tiempo que bautizan con sus nombres ciudades, avenidas, calles, teatros, estadios, parques y diversos sitios de afluencia pública. En el caso chileno estos nombres de repiten profusamente en todas las regiones, aunque los que se recuerdan en muchos casos no lo merezcan realmente.

Se trata de una forma de asentar soberanía e identidad nacional, destacando protagonistas y fechas significativas de nuestra historia, pero también se busca ideologizar, enfatizando efemérides y acontecimientos muchas veces con la intención de ocultar episodios mucho más significativos y trascendentales de nuestro recorrido como nación y estado.

En naciones europeas como Francia, Inglaterra y Alemania esta práctica de rememorar la historia muchas veces ha obligado a reemplazar los nombres otorgados a los diferentes sitios según vayan cayendo en descrédito los personajes que en un momento se quiso homenajear.

El nombre del mariscal Philippe Petain es uno de los más emblemáticos en tal sentido: subió a los altares de la fama con la Primera Guerra Mundial para después ser derribado de estos sitios luego del Gobierno de Vichy y su vergonzosa colaboración con Hitler. Primero héroe y luego acusado de traidor o villano, según la cambiante evolución e interpretación de los hechos históricos. También los reemplazos ocurren con los sucesivos cambios de propiedad respecto de tantos territorios del Viejo Continente o por la conformación de países que antes no dibujaban los mapas políticos.

Siempre hemos seguido con particular atención los artículos del sociólogo Felipe Portales Cifuentes y su enorme contribución a romper los mitos de nuestra historia, descubriendo el rostro real y hasta perverso de varios de nuestros ex jefes de estado y dirigentes. Poniendo en su lugar, por ejemplo, al todavía venerado presidente Arturo Alessandri Palma por su responsabilidad en crímenes y desacertadas acciones. A cien años de la Matanza de San Gregorio en el norte, desde luego, donde cayeran acribillados por orden de su Gobierno casi setenta trabajadores del salitre según se consigna en un reciente artículo suyo publicado por el prestigioso medio digital Polítika, en elclarín.cl y otros medios.

Claro: a esta altura no cabe duda que quien llegara a La Moneda en andas del pueblo se convirtiera en uno de los gobernantes más reaccionarios, tenebrosos y sanguinarios de nuestra República. Esto es, por quien nos legara la Constitución de 1925 redactada por él y aprobada por un plebiscito tan espurio como el convocado después por el dictador Pinochet para reemplazar precisamente este texto por la nueva Carta Magna de 1980.  Recordemos que a la Matanza de San Gregorio en Antofagasta se agregara la masacre del Seguro Obrero en Santiago, hechos luctuosos en que se hace imposible ocultar la criminal mano de Arturo Alessandri, cuyo hijo Jorge después arribara también a la Presidencia, así como hasta ahora varios de sus descendientes circulan por los pasillos de las principales instituciones del Estado.

Pese a sus criminales acciones y despropósitos en nuestra Plaza de la Constitución sigue en pie un vetusto monumento en su memoria, así como en el país un sinnúmero de estatuas, calles y otros lo recuerdan y hasta pretenden reconocerlo como uno de nuestros “estadistas”.

Tan pavoroso también nos parece que un genocida como el general Cornelio Saavedra, que tiñera se sangre mapuche nuestra Araucanía, todavía tenga estatuas en una ciudad como Mulchén. Aunque en este caso, debemos celebrar que algunos de estos bronces hayan sido derribados por jóvenes con buena conciencia histórica.  No sería tan improbable que el propio Pinochet y sus secuaces fueran reconocidos para la posteridad en calles, plazas o al menos cuarteles militares, mientras que el recuerdo histórico del Presidente Allende Gossens y tantos mártires de nuestra historia apenas alcanzan tímidos reconocimientos después de cuarenta o cincuenta años.

Es la política mezquina y cobarde la que ha postergado estos reconocimientos. También la “prudencia” de quienes no quieren afectar a los militares y a los grupos empresariales oligárquicos que alentaron el Terrorismo de Estado y luego siempre se han concertado para alentar la impunidad. Supuestamente en bien del país, la reconciliación nacional y el progreso, cuando ya se sabe que la verdad y la justicia son los mejores ingredientes de la paz.

 

Figuras como las que cayeron en la lucha contra la Dictadura, la defensa de los Derechos Humanos y hoy siguen sacrificando sus vidas por derogar el cruel y criminal sistema neoliberal es posible que demoren mucho en ser reconocidos mientras no sea realmente el pueblo chileno el que ingrese a La Moneda tras sus auténticos abanderados. 

Dirigentes sindicales y estudiantiles, periodistas y notables feministas, además de líderes espirituales, notables científicos, escritores y artistas, que esperan el reconocimiento histórico que merecen sus ejemplares vidas. Por su combate permanente e irrenunciable por la justicia, la libertad y el auténtico progreso. Cuanto por esa democracia que, en realidad, aguarda una oportunidad en la política chilena. 

juanpablo.cardenas.s@gmail.com

 Lo subrayado e intercalado es nuestro.