lunes, 8 de febrero de 2021

LA IDENTIDAD EN AMERICA LATINA

 

LA IDENTIDAD EN AMERICA LATINA

Conferencia Internacional: Columbia University/ N.Y/ USA. Institute of LatinAmerican Studies  1979.

Conferenciantes: Prof. Ing. Enrique Kirberg Baltiansky y  Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta/ Gast professor

La llegada al Continente Americano de Cristóbal Colón, el 12 de Octubre de 1492,  por larga data,  ha sido aceptada como el arribo a las Indias Orientales (la India).  Los españoles las llamaron “Indias Occidentales” y  a sus aborígenes “indios” para asegurarse el dominio del Continente Americano, con la venia del Vaticano. No tuvieron conciencia que habían llegado a un nuevo continente. En 1566 el sacerdote Bartolomé de las Casas afirmaba: “El designio  de Dios, nos permitió descubrir un nuevo mundo “… Fue Martín Waldseemuller, cartógrafo, quien en su libro “Cosmographia Introductio” (1507), da  el nombre de América al nuevo continente, por la admiración que sentía por su maestro Américo Vespucio. Su obra se basó en la Novus Mundos (1503) del florentino navegante.

Por fin, el sabio alemán , Prof. Alexander Von Humboldt,  con sus tesis  desmistificadoras (1843-1844),  en  “COSMOS”, afirma: “ el Continente Americano es parte del cumplimiento pleno de la historia. Así, como la historia tiene un sentido,  en el  se inscribe “el descubrimiento de América”. Esta tesis muy congruente con el sentido de la historia, desbordó el pensamiento progresista del genial sabio alemán de la época.

No cabe duda que el Continente Americano en la construcción de su identidad ha sido objeto de diversas tendencias y opiniones caracterizadas por ubicar “el nuevo mundo”  no a partir  de su especificidad, sino  de la función que debía cumplir en el conjunto de la política mundial.

Cuando el Continente Americano salía de un periodo de incertidumbres, de indeterminación cayó en otro peor,  que los criollos (hijos de españoles nacidos  en el continente americano), europeos avecindados e “historiadores oficiales “llamaron  “procesos independentistas”. En sus cabildos “los independentistas”, se constituyeron en Junta de Gobierno, para luchar por la vuelta al trono  del borbón Fernando VII apresado por Napoleón Bonaparte, durante su invasión a España.  Una “independencia muy peculiar y singular”. La misma  oligarquía empresarial agrícola citadina y la burguesía  politicastra paniaguada, de espalda a la historia celebraron el  2010, el “bicentenario de aquella independencia”.

Desde 1810 a 1900 se celebró en Madrid el congreso social y económico hispanoamericano, el debate central fue encontrar el nombre adecuado que expresara la nueva realidad continental, ya que  se utilizaban diversos calificativos: Hispanoamérica, Iberoamérica, Latinoamérica, etc.  Hasta la fecha no se ha podido lograr un consenso  en la materia. La España profunda monárquica franquista que encabeza el borbón de turno, la oligarquía empresarial/patronal y la clase  politicastra  y sus epígonos, insisten  en que América sigue siendo una colonia satrapía de su imperio y la llaman Hispanoamérica.  La mayoría de los Pueblos Latinoamericanos, insisten  en llamarla América Latina /Latinoamérica, porque pertenece al mundo latino. La idea de latinidad es anterior  al Congreso antes señalado, entre 1853 y 1856, el chileno Francisco de Bilbao y el editor Alejandro Magariño, uruguayo, en la publicación llamada” Revue De  Races Latines” y el poeta José Mario Torres, en su poema “ Las dos Américas”, son los primeros intelectuales en nombrar así al continente, para precisar la especificidad de lo que es éste. En esto se basa la búsqueda de la propia identidad, en cuanto no es lo que distingue al nuevo mundo y además lo define. El movimiento social por la Patria Continente en la década de los 60,  asumió en el Continente Americano y en Europa el concepto de América Latina / Latinoamérica.

La odiosa  oligarquía empresarial agrícola citadina  estadounidense, el 1%, y su régimen de turno, en forma irreflexiva y reiterativa, se han  apropiado del nombre del Continente Americano: América. Esto es un plagio, una distorsión geográfica, histórica, política y social. Es falso, de falsedad absoluta, llamarles americanos a los habitantes de Estados Unidos.  Americanos son todos los habitantes nacidos en el Continente Americano desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Los habitantes de los Estados Unidos, se llaman estadounidenses. Pero, ya lo afirmó el maestro libertador  Lic. José Martí Pérez, “el aldeano ignorante zafio y fatuo cree que el mundo entero es su aldea….”

La identidad de América Latina.

A menudo nos preguntamos: ¿Qué somos , ¿Quiénes somos? ¿De donde vinimos?, ¿Cómo nos definimos?, ¿Cuál es nuestra esencia ¿ cuales son nuestras raíces?,¿Cuál es nuestro punto de partida. Solo contestándonos estas preguntas, podemos descubrir nuestro mundo propio en relación con el mundo circundante. Para encontrar repuesta a estas preguntas no se necesita un decreto imperial monárquico, ni menos un milagro del Vaticano, por  lo arcaico del primero y porque el segundo no existe.

La construcción de nuestra identidad y la memoria histórica: Tupac Amaru, Lautaro, Geronimo, Cuauhtemoc, etc.

El presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens brutalmente asesinado  el 11 de septiembre de 1973 por la dictadura cívico militar en su  legado nos recuerda el  1º de diciembre de 1972,  en el Congreso de la Unión México, “los pueblos sin memoria histórica nada significan ni nada valen. Hay que honrara a aquellos seres humanos que dieron sus vidas y su existencia  por  darle  contenido,  forma y perfil a nuestras nacionalidades”….

Para los latinoamericanos, dos elementos contribuyen a la construcción de nuestra identidad: el espacio y el tiempo, los cuales ya eran categorías fundamentales en la visión del mundo, para los pueblos Mayas, Aztecas, Incas, Aymaras, etc. Las cosas se captan en el orden que poseen, en la sucesión del tiempo y en el lugar que ocupan en el espacio.

La identidad supone una continuidad de intereses que hacen consciente a un grupo humano de su propia existencia, el origen de nuestras maneras de pensar y actuar.

Nuestra concepción de la identidad está referida al patrón de la lógica Aristotélica. Identidad consigo mismo,  es darse cuenta plena de lo propio. La peculiaridad frente a lo universal. Es la reivindicación del mundo particular frente a otro  que aparece como el único válido. Así,  se deberá plantear la especificidad del territorio que surgió con la llegada  a las inexactas “indias orientales” de los europeos,  asumiendo por parte nuestra, el carácter propio ”la Patria continente América Latina y el Caribe “.

Desgraciadamente nuevos y odiosos imperios, el inglés y después  el estadounidense/yanqui han enajenado nuestra identidad latinoamericana con la complicidad y sumisión  de la oligarquía empresarial  farisea agrícola/citadina y la burguesía  politicastra  ambas apolíticas parásitas dependientes del capital buitre foráneo.

Recuperar nuestra identidad en plenitud, nuestra humanidad devaluada,  pasa por reconocer nuestras raíces etnológicas, los pueblos indígenas, sus culturas, sus costumbres y devolverles sus tierras.

El único camino viable para alcanzar nuestra identidad,  es tomar  en nuestras manos  nuestra propia realidad que parte  de su  especificidad, es decir,  en el espacio y en el tiempo,  como categorías que marcan lo histórico en lo permanente que tiene.

Este es un proceso de regulación de lo nuevo. Nosotros los Pueblos Latinoamericanos tenemos que exponer nuestros argumentos en cuanto nuevo mundo en el momento en que entramos a la historia”. La historia oficial “de las  oligarquías empresariales impuesta por la monarquía  franquista española y posteriormente por el imperialismo yanqui,  no es nuestra historia. La única historia que reconocemos es la historia que hacen los pueblos libres, dignos, cultos y soberanos.

La llegada del colonialista europeo y la dificultad para reconocer a América Latina, ha hecho presente en el mundo actual una manera diferente de entender los problemas ya legitimados, una visión de la cual los Pueblos Latinoamericanos, mayoritariamente no somos responsables. Pero sí, los que amamos la Patria Continente América Latina y el caribe estamos  comprometidos  cambiar, terminar con ésta impostura.

 La América nuestra, “ la Patria Continente, América Latina y el Caribe “ reclama, exige el fin  de los problemas seculares que la tienen en el atraso, en el subdesarrollo por causa  de los coloniajes de los imperios antes citados y de su  oligarquía empresarial agrícola citadina y su burguesía  politicastra parásitas apátridas, que la han expoliado, enajenado y marginado,  revalorizando las formas propias de nuestros mundo.

Debemos dar  a conocer  como debe ser entendida y como ella misma quiere ser interpretada. América Latina  puede y debe mostrar  al mundo su manera propia de reflexionar, de hacer filosofía, de educar, de otorgarse su propio parámetro a partir de un proceso en que se haya implícita la conciencia de su propia especificidad. Este es nuestro gran desafío,  nuestra utopía, - entiéndase por utopía “el desafío que se opone al realismo moderno. Ella se alcanza con el cambio revolucionario que trata la justicia social”, el sueño  despierto Aristotélico.

La identidad de América Latina.

La identidad de América Latina no es una falacia antropológica, ni una metáfora antropomórfica. Es un proceso mucho más profundo que no empezó con la llegada del colonizador europeo, sino que viene de muchos siglos pretéritos y que  continuará en la lejanía de la historia.

Cuando los intelectuales progresistas de América latina reflexionan sobre nuestro continente y sus originarios/autóctonos habitantes, no se trata de un gesto retrógrado, ni de un lenguaje de simple seducción, sino que representa un esfuerzo de reflexión fundamental: la búsqueda de nuestras raíces, es indispensable si  queremos hablar  de  la identidad de América Latina  científica e históricamente. Sin raíces  no hay un punto de partida, no hay un pueblo originario, autóctono.  No podemos hablar del  desarrollo del árbol y su vida ,sin partir desde sus raíces.

La unidad en la diversidad, concepto cultural y la democracia plena  a nivel político , son las ideas que nos pueden permitir comprender la complejidad de nuestra actual situación histórica.

Como colofón acentúo   que dos corrientes se unieron para dar nacimiento a nuestra identidad, los Pueblos autóctonos indígenas y los que llegaron de otros continentes, no sólo de Europa, especialmente de África.

Según el “Consejo de Indias de Sudamérica”, en su reunión efectuada en Lima el 30 de Octubre de 1988, los pueblos indígenas  representan una población de  cuarenta y dos millones de seres humanos que podría alcanzar a sesenta millones, referida a toda América Latina y a comienzo del presente siglo. Para los indígenas, el problema fundamental dice relación con la recuperación de la identidad anonadada/ degradada por el proceso de aculturación a que los pueblos aborígenes fueron sometidos por los colonizadores europeos, españoles, ingleses, franceses, alemanes, y hoy, por los colonizadores del imperio estadounidense/yanqui “del patio trasero”. Evidentemente, junto con la indiscutible reivindicación anterior, hay que agregar la devolución de sus tierras robadas, usurpadas, etc.

El Pueblo Mapuche raíz etnológica del Pueblo Chileno.

El Presidente de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, refiriéndose a la solución de los problemas que afectan al Pueblo Mapuche manifestó: “ La solución integral de los problemas que por larga data afectan al Pueblo Mapuche pasa, porque  lo reconozcamos como nuestra raíz etnológica, le devolvamos sus tierras y le respetemos su cultura y sus tradiciones. El indígena mapuche es la base, el punto de partida del común denominador que unifica al pueblo chileno y le otorga una gran profundidad histórica”.  El colonialista español y sus paniaguados – las oligarquías empresariales agrícolas citadinas, sus testaferros  la burguesía politicastra y los cipayos  mamelucos, los  apodaron “araucanos”,  cambiando  el nombre a estos seres humanos y como después lo hicieron costumbre para mostrar que las cosas cambian. El sabio alemán el Prof. Dr. Albert Einstein, afirmó,: “ reconozco dos cosas infinitas las distancias en el universo y la estupidez humana….”

“Mientras no camine el indígena no caminará el  Continente Americano/ nuestra América Latina.” Lic. José Martí Pérez. Maestro Libertador de la Patria Continente América Latina y el Caribe.

No se trata de reivindicar la reconstrucción cristalizada del antiguo sistema de vida o de toda su cultura ancestral de los pueblos indígenas del Continente Americano, sino la recuperación de sus tierras, de un sistema abierto, donde las reivindicaciones/ reparaciones exigidas por los pueblos indígenas sean acompañadas por transformaciones decididas soberana y democráticamente por ellos.  Evidentemente el punto de partida es el pasado histórico de estos pueblos. Sin pasado ,no hay presente, ni futuro. Además, se deben reconocer y respetar sus tradiciones consolidadas por siglos. Todo este proceso debe darse en el marco de la autodeterminación de los pueblos indígenas en el seno  de un Estado Plurinacional con una democracia plena, en el marco de la República de todos con iguales deberes y derechos, en la que ellos sean protagonistas, con una Justicia Plena  de la certeza del Derecho de la igualdad de todos ante la ley.

El desafío, la utopía antes señalada no se enmarca en bellas nostalgias, sino en la esperanza concreta por alcanzar un modo de vida comunitario, basado en la solidaridad entre el indígena y la naturaleza, sus costumbres y la libertad plena…

Las personas  que tienen la capacidad de entender, se han dado cuenta que el asunto de los problemas de los indígenas pasa, reitero, por recuperar sus tierras, y el respeto por su cultura, costumbres y sus tradiciones que son muy importantes. Además,  ellos no pueden estar ausentes en la construcción de un nuevo modelo alternativo de sociedad socialista a escala humana en el irrestricto respeto por la dignidad, los derechos del ser humano y del entorno ecológico, que exige la mayoría de la Humanidad, después del fin del sistema capitalista salvaje globalizado.

Absolutamente nada tienen que decir o hacer  en este proyecto las oligarquías empresariales agrícolas citadinas  ni sus testaferros  menos aún, el imperialismo  yanqui globalizado.

El triunfalismo y el exitismo de la monarquía borbónica franquista, de la plutocracia española /patronal y sus epígonos peninsulares y latinoamericanos que quieren obtener obstinadamente un sofisticado y paternalista – todo paternalismo es un escupitajo a la dignidad  del ser humano- , control imperial sobre los pueblos latinoamericanos, nos parece una inmoralidad, una desvergüenza, un insulto a la dignidad de los Pueblos Latinoamericanos que sobreviven del genocidio secular del que fueron víctimas de los colonialistas europeos, los que ni siquiera han pedido perdón por los crímenes cometidos a millones de seres humanos asesinados, sus culturas saqueadas y destruidas en todo el Continente Americano durante siglos.

La Patria Continente América Latina y el Caribe, legado del General Libertador Simón Bolívar Palacios y Blanco

Este desafío  se funda en el hecho de que existen las coordenadas que validan las ideas  de identidad  latinoamericana:

-          La misma raíz demográfica e histórica nacida de la mezcla de pueblos, culturas que dieron origen a nuestros libertadores: General Simón Bolívar Palacios y Blanco,  General José Gervasio Artigas Arnal, General José de San Martín Matorras, General Francisco Miranda y Rodríguez, General Bernardo O’Higgins Riquelme, etc., no podemos olvidar al sacerdote  Miguel Hidalgo y Costilla, y al jurista Coronel Manuel Rodríguez Erdoiza y una larga  etc. También frente a la historia debemos denunciar  la taifa de tiranos cívicos /militares que a lo largo de la historia han servido rastreramente al  imperialismo  de turno del capital buitre foráneo por algunas monedas.

-          Las mismas lenguas español, portugués y francés, portadoras de la religión católica. Frente al genocidio de los pueblos indígenas por parte del colonizador español hay que reconocer la obra del sacerdote  Bartolomé de las Casas y muy en especial de la Compañía de Jesús en defensa de los pueblos aborígenes del Continente Americano. Esperemos que más temprano que tarde se les haga justicia, especialmente a los jesuitas como precursores y libertadores del Continente Americano y Latinoamericano en particular.

La identidad latinoamericana, la unidad en la diversidad.

La identidad latinoamericana como proceso es posible comprender a través del concepto de unidad en la diversidad, por cuanto, si América Latina tiene una existencia real, también es cierto que no hay dos pueblos latinoamericanos semejantes. Junto a una historia, cada pueblo tiene la suya. Pero, no es  menos cierto que las historias de los pueblos latinoamericanos se han mezclado a través del tiempo.

Para hacer consecuente y realista, para alcanzar nuestra identidad debemos apoyar todo los acuerdos económicos y culturales que han sido sancionado por los pueblos y sus gobiernos democráticamente elegidos: el Mercosur el Alba, Celac, etc. , aportando nuestra contribución al proceso unificador en el marco de una filosofía latinoamericana que se basa en un pensar que parte de nuestra propi realidad, de nuestra propia  alteridad que sirve como hilo  rojo a nuestro proceso en marcha de  identificación cultural, siendo conscientes de nuestra dificultad de ser ,que deriva de  éstos casi doscientos años de “historia  oficial” impuesta por las oligarquías empresariales agrícolas citadinas y sus testaferros las burguesías politicastras gobernantes y sus cesarista regímenes reaccionarios que cada año se preparan para celebrar  el bicentenario de  la mal llamada “independencia,” de la Madre Patria, la España profunda monárquica franquista”.

Partiendo de las especificidades de cada país, podemos concebir una búsqueda epistemológica de lo que es propio y común, más allá de la historia, de la lengua, de la religión, tradiciones, etc., compartidas para integrarnos más como Latinoamérica y también  al resto del mundo,  es una  actitud positiva  hacia los grandes cambios económicos, políticos, ecológicos que hoy exige la humanidad.

El proceso de identificación cultural no se lleva a cabo contra ningún país del planeta, podemos aprovechar las experiencias integradoras de la Comunidad Europea, pero no como modelo para imitar, así como rechazar cualquier plan imperialista que pretenda incorporarnos a un proyecto de explotación, aculturación y enajenación ajeno a los intereses de los pueblos latinoamericanos. En el aspecto ideológico en el contexto de un pensamiento propio podemos señalar con orgullo, dos aportes importantísimos para la construcción del nuevo sistema alternativo de sociedad, de la Republica de todos, sociológicamente hablando: la teología de la liberación del sacerdote Camilo Torres Restrepo y el socialismo latinoamericano : en  la Cuba socialista del maestro José Martí Pérez y de los Comandantes Fidel Castro Ruz y Ernesto Guevara de la Serna,  el Gobierno Popular socialista del Presidente Dr. Salvador Allende Gossens, en la Nicaragua socialista del General de seres  humanos libres  Augusto Sandino, y recientemente en el socialismo bolivariano venezolano del Comandante Hugo Chávez Frías y en el socialismo aymará /inca boliviano del Presidente Evo Morales Ayma.

Es imprescindible  introducir una modernización que permita el desarrollo de las fuerzas productivas, la racionalización de nuestra economía y de la vida comunitaria dentro del concepto de Estado solidario para terminar con la odiosa marginación de sectores mayoritarios de la sociedad impuesta por el sistema capitalista salvaje globalizado.  Así lograremos el verdadero modo de ser del latinoamericano: digno, solidario, culto, soberano y libre que le hará ser latinoamericano sin  más. Cuando yo hablo de democracia, justicia y libertad,   lo digo en el sentido pleno, rechazo totalmente la falacia de “ en la medida de lo posible”. Cuando hablo de libertad no me refiero a la libertad del arcaico fenecido liberalismo ni del instrumento  el neoliberalismo ni del positivismo del sistema capitalista salvaje globalizado, sino de la libertad plena y creadora.  Alcanzada esta meta, se puede avanzar en la identidad, es decir, la capacidad de autodeterminación sin dependencia de ningún centro hegemónico.

Un pueblo sin raíz etnológica, sin identidad no es pueblo.

La identidad es un problema histórico – de “la historia que hacen los pueblos dignos y soberanos” - y para alcanzarla tenemos que poner en funcionamiento la memoria histórica de los arquetipos que las unen a sus raíces.

Una vez que tengamos nuestra identidad, un modo de ser propio, y no como hasta ahora, en que una parte de la Humanidad posee  el verbo, mientras  que la otra , la subdesarrollada, no puede hacer otra cosa que pedirlo prestado, podremos terminar con cualquier tipo de coloniaje encubierto o por venir.  Solo por este camino alcanzaremos la construcción de la Patria Continente América Latina y el Caribe y podremos vivirla en plena democracia,  libertad, solidaridad y justicia vivible para todos y no como ahora que lo es  solo para algunos, como lo acentuara Pablo Neruda, poeta del amor y la esperanza de nuestra América Latina.

Con esperanza y memoria

Prof. Dr. Hugo Moreno Peralta

Director Fundación Cesal e. V. DDR

Secretario Ejecutivo  Codeh-Codes Chile/Berlín DDR

 Esta conferencia se llevó a cabo también en :

-Fundación  Cesal e.V. Berlín DDR. Universidad Von Humboldt/ en Junio 1978,

-Universidad Lomonosov. Moscú/URSS, Septiembre 1978

- Conferencia conjuntamente con el Prof. Ing. Enrique Kirberg Balteansky, Columbia University N.Y.USA. Institute Of. Latinamerican Studies/1979

-Cepla Chile, Universidad de Valparaíso /1995

-Conferencia Internacional “Los desafíos del Nuevo Milenio”, organizado por  la Asociación americana de Juristas/Rama Valparaíso Aconcagua. Con la convocatoria internacional de la Fundación Heinrich Böll Berlín/Alemania. Valparaíso 1999

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