Palestina: Francesca Albanese sobre la «economía del genocidio» en Gaza
Prof. Moreno peralta/IWA
Secretario
Ejecutivo ADDHEE.ONG
Destacados economistas respaldan el informe de Francesca Albanese sobre la «economía del genocidio» en Gaza
La semana pasada, la relatora especial de la ONU Francesca
Albanese fue noticia de todos los medios del mundo por
revelar las decenas de empresas que, según ella, se han beneficiado del
genocidio de Israel en Gaza. El informe de Albanese para la ONU, titulado «De
la economía de la ocupación a la economía del genocidio», va más allá de los
típicos culpables, los fabricantes de armas, y señala a instituciones
financieras, educativas y empresas tecnológicas, entre ellas Alphabet Inc.
(Google), Amazon, IBM, Palantir y muchas otras.
En respuesta, la Misión de Estados Unidos ante la ONU renovó sus
llamamientos al secretario general de la ONU para que condene a Albanese y la
destituya como relatora especial para los derechos humanos en los territorios
palestinos ocupados.
Ahora, economistas de renombre mundial, entre ellos el
exministro de Finanzas griego Yanis Varoufakis, el economista francés Thomas
Piketty y el estadístico y ensayista libanés-estadounidense Nassim Nicholas
Taleb, elogian a Albanese por su informe.
Zeteo ha obtenido una copia exclusiva en inglés
de la carta abierta de los economistas sobre el informe de Albanese, en la que
acusan a las empresas de «mantener el régimen de apartheid y permitir el
genocidio posterior». Lea la carta completa a continuación.
ECONOMISTAS ELOGIAN EL INFORME DE LA RELATORA ESPECIAL
FRANCESCA ALBANESE A LAS NACIONES UNIDAS: «DE LA ECONOMÍA DE LA OCUPACIÓN A LA
ECONOMÍA DEL GENOCIDIO»
La historia nos enseña que los intereses económicos han sido
motores y facilitadores clave de las empresas coloniales y, a menudo, de los
genocidios que perpetraron. El sector empresarial ha sido intrínseco al
colonialismo desde sus inicios, y las empresas han contribuido históricamente a
la violencia, la explotación y, en última instancia, el despojo de los pueblos
y las tierras indígenas, un modo de dominación conocido como capitalismo
colonial racial. La colonización israelí de los territorios palestinos
ocupados no es una excepción.
El reciente informe de
Francesca Albanese, relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación
de los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados desde 1967,
constituye una importante contribución a la comprensión de la economía política
del Estado de apartheid de Israel, la limpieza étnica de los palestinos y,
ahora, su genocidio. Por ello, creemos que debe ser estudiado y debatido
ampliamente y con libertad.
En vista de la carta enviada por
el Gobierno de los Estados Unidos al Secretario General de las Naciones Unidas,
en la que se exige la destitución de la Señora Albanese y la anulación de su
excelente informe, con un tono virulentamente hostil e intimidatorio, hemos
considerado necesario expresar nuestro firme apoyo a la Señora Albanese y
animar a las Naciones Unidas a que desestime las estridentes exigencias de los
Gobiernos de los Estados Unidos e Israel.
Siguiendo una trayectoria bien conocida de negación del
genocidio y de intimidación de cualquiera que cuestione el derecho del poder
colonial a desposeer a los pueblos indígenas, los gobiernos de Estados Unidos e
Israel, con la mayoría de los gobiernos europeos demasiado tímidos para adoptar
una postura, exigen que la comunidad internacional haga la vista gorda ante el
genocidio en curso y, en particular, ante el papel clave que desempeñan las
empresas multinacionales y nacionales en el mantenimiento del régimen de
apartheid y en la facilitación del genocidio posterior.
Como economistas, sentimos el deber de destacar tres
conclusiones clave que el informe de la Señora Albanese revela con claridad y
precisión.
En primer lugar, la ocupación y el genocidio son muy
lucrativos para los conglomerados. Entre ellos se encuentran no solo las
grandes empresas de armas y «defensa» habituales (por ejemplo, Lockheed-Martin,
el principal fabricante de los F35, ELBIT, fabricante de armas de Israel, y
Palantir, la empresa de software cuyos algoritmos han sido probablemente
cruciales en la selección de «objetivos» en Gaza), sino también marcas muy
conocidas (por ejemplo, Caterpillar, BNP Paribas, Barclays, Allianz, Chevron,
BP, Petrobas, A.P. Moller-Maersk A/S). A medida que se duplicaba el presupuesto
de defensa de Israel, con el apoyo activo del Gobierno estadounidense, se concentraron grandes
«inversiones» en la maquinaria asesina israelí a través de esta red
internacional de conglomerados cómplices en la que miles de empresas israelíes
están entrelazadas con megacorporaciones estadounidenses, europeas, coreanas e
incluso brasileñas. Esto explica por qué las acciones israelíes subieron un 161
% en un momento de caída de la demanda, la producción y la confianza de los
consumidores.
La segunda conclusión del informe de la Señora Albanese que
merece un estudio exhaustivo es que los territorios palestinos ocupados por
Israel han funcionado como el laboratorio y campo de pruebas ideal para las
grandes empresas tecnológicas, una función que la transición de la ocupación al
genocidio no ha hecho más que acentuar. Ningún país, por ejemplo, ha dado tanto
acceso a los datos biométricos de su población como Israel a IBM. Desde el 7 de
octubre de 2023, Microsoft, Amazon, Alphabet y Palantir han ampliado sus
servicios de capital en la nube a un ritmo vertiginoso. El software de
reconocimiento facial, los algoritmos de selección de objetivos y los sistemas
de ejecución automatizada se están probando en tiempo real, a voluntad y con
menos restricciones éticas que en el caso de los experimentos con ratas de
laboratorio. ¡Las grandes tecnológicas no podrían estar más contentas!
La tercera conclusión clave es que las principales
universidades estadounidenses y europeas dependen financieramente de seguir
vinculadas al apartheid y a la economía política de ocupación y conflicto
permanente de Israel. Muchas de las principales instituciones de Estados Unidos
y la Unión Europea se enfrentarían a graves dificultades financieras si dejaran
de apoyar el genocidio de Israel. Hay que elogiar el informe de la Señora
Albanese por poner de manifiesto esta sórdida dependencia de las prestigiosas
universidades e instituciones de investigación occidentales (entre ellas la
Universidad Técnica de Múnich, los Laboratorios del MIT y la Universidad de
Edimburgo). Los pueblos de Europa y América tienen derecho a saber que algunas
de sus instituciones académicas más preciadas dependen financieramente de
ayudar a Israel a reproducir su economía política de ocupación y genocidio.
¡Se es genocida
por acción u omisión!
Dentro de unos años, casi todo el mundo afirmará que se
opuso a este genocidio. Pero es ahora cuando las personas con conciencia deben
tomar partido. Como economistas, hoy nos solidarizamos con Francesca Albanese,
la relatora especial de la ONU atacada por los Gobiernos de Estados Unidos e
Israel porque su reciente informe arroja
una luz indescriptiblemente importante sobre la economía política de la
ocupación y el genocidio de Israel.
Yanis Varoufakis, exministro de Finanzas de
Grecia
Thomas Piketty, autor de «El capital en el
siglo XXI»
Nassim Nicholas Taleb, autor de «El cisne
negro»
Michael Hudson, presidente del Instituto
para el Estudio de las Tendencias Económicas a Largo Plazo (ISLET)
Guy Standing, profesor investigador
asociado, SOAS, Universidad de Londres
Jayati Ghosh, profesora de Economía en la
Universidad de Massachusetts Amherst
Giuseppe Mastruzzo, director del Colegio
Universitario Internacional de Turín (IUC)
Jomo Kwame Sundaram, asesor de
investigación del Instituto de Investigación Khazanah
Robert H. Wade, profesor de Economía
Política y Desarrollo en la London School of Economics and Political Science
Christopher Cramer, profesor de Economía
Política del Desarrollo en la Universidad SOAS de Londres
Nidhi Srinivas, profesora asociada de
gestión en la Escuela de Política, Gestión y Medio Ambiente de Milán
Hambruna en
Gaza: Van por pan y les dan balas
Aún no hay medidas concretas para evitar la matanza de
palestinos que ponen en riesgo sus vidas por algo de comida.
Como Abdullah Jendeia, al menos 24 palestinos
hambrientos fueron asesinados por disparos e incluso granadas del
Ejército israelí este sábado mientras buscaban comida para sus familias en Gaza.
En los últimos días, el Ministerio de Sanidad de
Gaza ha registrado 127 muertes de palestinos por inanición y
desnutrición, 15 de ellas en un periodo de 24 horas. Informó que 85 de las
víctimas resportadas hasta ahora son infantes. En la jornada de sábado
los hospitales de la Franja registraron 5 nuevas muertes por esta causa en las
últimas 24 horas.
En medio de esta terrible crisis los palestinos,
principalmente los hombres, sean jóvenes o adultos, ponen en riego sus vidas
para conseguir una ración mínima de alimentos en los puntos de falsa ayuda
humanitaria, cuyos espacios se encuentran a más de cinco kilómetros de
los campos de refugiados en Gaza, trayectoria que las personas deben recorrer a
pie, pues la falta de combustible hace imposible acudir en trasnporte mecánico.
En estas semanas es común ver a los pocos cientos de
palestinos que logran evadir la muerte con sacos de comida sobre sus
espaldas, andando entre el polvo y los escombros a un compás lento, como
quien lleva cargada la propia vida sobre los hombros. Vuelven a
sus refugios inseguros —pues los ataques y mapas de evacuación de Israel prueban
que toda la Franja es insegura—, luego de haber conseguido, con algo
de suerte y mucha fe, un saco de harina para sus familias.
El camino no es fácil. Y no son todos los que terminan con
la suerte de alcanzar comida. Algunos marchan de vuelta a esperar un nuevo día;
una nueva oportunidad para comer, aunque sea un pedazo de pan.
Otros, simplemente, no regresan.
“Fue a buscar comida y nunca regresó”
Eran las cuatro de la tarde, cuando la hermana de Abdullah
Jandeia, Nadreen, descansaba en la casa deteriorada de su madre en Al-Sabra,
en el centro de Gaza. No tenían suficiente comida para los próximos días.
Su hermano insistió en ir a buscar al menos un poco de
harina esa misma tarde.
Abdullah Jendeia, de 19 años, fue asesinado por el Ejército
israelí tras acudir a buscar comida para su familia.
«Le dije: ‘Come las pocas lentejas que nos quedan, pero
se negó'», relata Nadreen.
Abdullah partió, acompañado de dos de sus hermanos y algunos
cuñados, y caminó más de 5 kilómetros hacia el norte en busca de un camión de
ayuda humanitaria que llega cada semana al corredor de Netzarim, una zona
militar que separa el norte de Gaza de la zona sur.
Al caer el sol, Nadreen no había recibido ninguna
noticia de su hermano.
Sobre las 11 de la noche, uno de los hermanos, Mahmoud,
llamó a Nadreen para decirle que mientras esperaban junto al camión de ayuda
humanitaria, los soldados israelíes habían abierto fuego de repente contra
ellos.
Mahmoud le dijo a Nadreen que Abdullah había muerto y
que él y el otro hermano habían resultado heridos.
«Le encantaba el fútbol y el deporte», recuerda Nadreen.
Abdullah solía trabajar con los tenderos locales, ayudándoles a transportar
frutas y verduras, y «soñaba con abrir un nuevo negocio después de la
guerra».
La Resistencia Palestina afirmó que los disparos israelíes
habían matado a un total de 93 personas y herido a decenas más en
toda Gaza ese día, principalmente cerca de los puntos de ayuda.
Al referirse a un incidente específico en el norte de Gaza,
el Ejército israelí confirmó que había lanzado “disparos de advertencia” contra
una multitud «para eliminar una amenaza inmediata».
Testigos afirmaron que los muertos y heridos ese día solo
eran civiles hambrientos.
Comida disfrazada de muerte
Durante la madrugada de este sábado al menos 24
personas murieron y más de 300 resultaron heridas por el fuego de
ametralladoras del Ejército sionista cerca del puesto militar de Zikim, al
noroeste de la urbe de Beit Lahia, mientras esperaban la llegada de camiones
con ayuda, informó el hospital Al Shifa.
Un exmilitar que trabajó en un centro de distribución de
comida en Gaza confirmó la matanza de palestinos desarmados por parte
de las fuerzas israelíes y sus colegas estadounidenses. Se trata del teniente
coronel Anthony Aguilar, exboina verde, quien fue reclutado para trabajar en la
GHF (Fundación Humanitaria para Gaza), un programa gestionado por Israel y
EE.UU. establecido para impedir la distribución de alimentos de las
Naciones Unidas en Gaza, y provocar la muerte a los gazatíes a causa de la
desnutrición.
En declaraciones a la agencia BBC, el teniente coronel
presenció cómo las fuerzas israelíes atacaban a multitudes de palestinos, “disparando
munición principal de un tanque contra un vehículo que transportaba
civiles y morteros contra multitudes de personas hambrientas que esperaban
comida”.
“Sin duda, presencié crímenes de guerra por parte de las
Fuerzas de Defensa de Israel (FDI). Usar munición de artillería, mortero y
tanque contra civiles desarmados es un crimen de guerra”, afirmó Aguilar al
explicar por qué dejó el trabajo en Gaza.
Junto a esta declaración del teniente coronel, se encuentra
la de dos contratistas estadounidenses que custodiaban los sitios de
la GHF, que ofrecieron testimonios similares bajo condición de anonimato.
Declararon que los guardias estadounidenses lanzaban
rutinariamente granadas aturdidoras y gas pimienta contra las multitudes. Uno
de los contratistas aseguró que se disparaban balas en todas direcciones: al
aire, al suelo y, en ocasiones, hacia civiles.
Las palabras no salvan vidas
Tras conocerse la noticia de los asesinatos de civiles en
puntos de ayuda humanitaria, un portavoz de la Oficina de Derechos Humanos de
la ONU, Thameen al Kheetan, ofreció una sesión informativa en Ginebra
condenando el sistema.
«La militarización de la entrega de alimentos para civiles,
además de restringir o impedir el acceso a servicios básicos, constituye un crimen
de guerra«, aseguró al Kheetan.
Por su parte, el director de la agencia de la ONU para los
refugiados palestinos (UNRWA), declaró: «El supuesto mecanismo recién creado es
una abominación que humilla y degrada a personas desesperadas. Es una trampa
mortal que cuesta más vidas de las que salva».
Sin embargo, aún no hay medidas concretas para evitar la
matanza de palestinos que ponen en riego sus vidas por algo de comida para
sobrevivir en el infierno en el que Israel ha convertido a Gaza. Las
palabras no salvan vidas.
Mientras tanto, Mahmoud al Ghura, un padre de cuatro hijas,
contó a medios de prensa internacionales que su familia se limitaba a comer pan
y sal, pero que no arriesgaría su vida para acudir a los centros de ayuda del
GHF.
«Las llaman zonas de la muerte«, dijo al Ghura, quien
habita en la ciudad de Gaza.
«Mi hijo ya ha sido martirizado. Me temo que, si fuera a
buscar un saco de harina, volvería con mi cuerpo metido en un saco. Todos los
días la gente va allí y muere. ¿Qué vamos a hacer?«.
Autor: teleSUR - cns - JDO
Fuente: ONU – Hispan TV – Agencias
Genocidio sionista colonialista israelí en Palestina:
Netanyahu y sus aliados, Trump y los regímenes de la Unión Europea contra los
recién nacidos
Genocidio sionista colonialista
israelí en Palestina
El genocida Netanyahu contra los recién nacidos
El médico Thaer
Ahmad intentó llegar a Gaza con leche de fórmula para bebés que lo necesitan
con urgencia, pero Israel le negó el ingreso, lo que es una práctica
sistemática de este país.
“Las madres de Gaza
también padecen malnutrición severa y no pueden amamantar a sus hijos,
y los hospitales se están quedando sin leche de fórmula porque Israel
está impidiendo su entrada” indica Ahmad.
Compartimos el
testimonio del doctor Thaer Ahmad y el pedido del equipo de Avaaz para unir
firmas y pedir y presionar a los gobiernos clave para que acaben con el bloqueo
humanitario de Israel.
Avaaz es una red
global de campañas de 70 millones de personas que trabaja para garantizar
que las opiniones y valores de la gente en todo el planeta modelen los procesos
de toma de decisiones a nivel mundial.
“Avaaz” significa
“voz” o “canción” en muchos idiomas. Los miembros de Avaaz son de
todas las naciones del mundo y su equipo está ubicado en 18 países a lo largo
de 6 continentes y opera en 22 idiomas.
Querida comunidad de
Avaaz:
Me llamo Thaer
Ahmad, soy médico y acabo de regresar de la frontera de Gaza. No me
dejaron entrar con la leche de fórmula que llevaba conmigo y que los
recién nacidos necesitan desesperadamente.
Las madres de Gaza
también padecen malnutrición severa y no pueden amamantar a sus hijos,
y los hospitales se están quedando sin leche de fórmula porque Israel
está impidiendo su entrada.
Mientras lees estas
líneas, 580 bebés prematuros están a punto de morir de hambre. Debemos actuar
rápidamente: ¡no puede morir ni uno más!
La presión
internacional ya consiguió que Netanyahu permitiera la entrada de ayuda
humanitaria con cuentagotas, incluida leche de fórmula en dosis contadas. ¡Pero
no es ni de lejos suficiente y los hospitales de toda Gaza están dando la voz
de alarma!
Suma ya tu nombre
para que Avaaz y una delegación de médicos llevemos esta petición
directamente ante gobiernos clave:
Firma aquí: Que llegue la leche a Gaza
Los hospitales
llevan más de una semana alertando de la situación. Mis colegas me cuentan que
tienen que racionar la comida a los neonatos porque no hay suficiente para
todos. Los médicos están operando sin anestesia y los pacientes durmiendo en el
suelo.
¡Ya
basta! Debemos acabar con este horror y con el sufrimiento inimaginable de
la gente en Gaza.
Únete ya a nuestra
petición y se la entregaremos a gobiernos clave para aumentar la presión
sobre Netanyahu y reclamar sanciones que rompan el bloqueo humanitario y
acaben con la ocupación de una vez por todas.
No olvides firmar aquí:
https://secure.avaaz.org/campaign/es/let_milk_into_gaza_loc/
Irán exige acción internacional urgente para frenar el
genocidio en Gaza
Imagen de desplazados palestinos en
un punto de reparto de comida en Gaza.
El ministro de Salud
de Irán, Mohamad Reza Zafarqandi, pidió este domingo 27 de julio una intervención
inmediata de la comunidad internacional ante la catástrofe humanitaria que vive
la Franja de Gaza. En una carta dirigida a organismos globales, el
funcionario denunció que Israel lleva a cabo una “destrucción
deliberada de la esencia de la vida humana”, mediante bombardeos, bloqueo
de ayuda y ataques sistemáticos contra la población civil, con saldo de 59.821 gazatíes
asesinados y 144.851 heridos desde el 7 de octubre de 2023.
Zafarqandi alertó
sobre el colapso total del sistema de salud en el enclave, donde
mujeres dan a luz entre escombros, sin electricidad ni agua, y donde los recién
nacidos mueren en brazos de sus madres por desnutrición. Según datos
presentados en la misiva, más del 32 % de los niños menores de dos años
padece desnutrición aguda, la tasa de hambruna de más rápido crecimiento
jamás registrada.
La carta insta
a establecer hospitales de campaña, facilitar vuelos humanitarios de la ONU y
levantar de inmediato el bloqueo de medicinas y alimentos. También exige que
la Organización de Cooperación Islámica apruebe resoluciones vinculantes y
destine recursos logísticos y financieros de emergencia en un plazo máximo de
48 horas.
Desde octubre de
2023, al menos 59.733 palestinos han muerto en Gaza, en su mayoría mujeres y
niños, y más de 144.000 personas han resultado heridas en los ataques israelíes
Autor: teleSUR-ah-JDO









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