El Grupo de la Haya y la batalla legal por Palestina que lideran Colombia y Sudáfrica
Con la presencia de ministros del Grupo de la Haya, Colombia y Sudáfrica lideran una ofensiva jurídica y política histórica contra la impunidad de Israel.
Los días 15 y 16 de julio de 2025, Colombia y Sudáfrica,
como copresidentes del Grupo de La Haya, convocaron una cumbre ministerial de
emergencia en Bogotá para coordinar acciones más firmes contra el genocidio en
Palestina.
El presidente Gustavo Petro, comunicó la iniciativa a través
de una columna publicada en The Guardian, y advirtió que «los gobiernos como el
mío tienen el deber de enfrentar a Israel». Petro criticó la pasividad de la
comunidad internacional y recordó que, en septiembre de 2024, la Asamblea
General de la ONU exigió a Israel retirarse de los territorios palestinos
ocupados en un plazo de 12 meses. «Si no actuamos ahora, no solo traicionaremos
al pueblo palestino, sino que seremos cómplices de las atrocidades de
Netanyahu», escribió.
A la cumbre asistirá Francesca Albanese, la relatora
especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los derechos humanos en
los territorios palestinos ocupados. Albanese fue sancionada recientemente por
los Estados Unidos por sus denuncias contra el genocidio y la limpieza étnica
en Palestina. Entre las medidas en su contra se encuentran el retiro de su
visado y el bloqueo de activos financieros.“Es un honor para mí viajar a Bogotá
en apoyo del Grupo de La Haya y de su búsqueda de la justicia y la paz -basadas
en los derechos y las libertades- que un número cada vez mayor de países están
finalmente adoptando tras décadas de retórica política vacía”, afirmó Albanese
a través de su cuenta oficial de X.
Colombia a la cabeza de una coalición global contra el
genocidio
El 31 de enero de 2025, Colombia, junto a Bolivia, Cuba,
Honduras, Malasia, Namibia, Senegal y Sudáfrica, formó el Grupo de La Haya, una
alianza internacional guiada por la Carta de las Naciones Unidas y el deber de
prevenir el genocidio. En su declaración inaugural, los países adoptaron tres
medidas contundentes: 1) Cumplir las órdenes de arresto de la Corte Penal
Internacional (CPI) contra Benjamin Netanyahu y Yoav Gallant por crímenes de
guerra; 2) Imponer embargos de armas y combustible para evitar que Israel
continúe su ofensiva; 3) Bloquear el atraque de buques sospechosos en puertos
bajo su jurisdicción, evitando el tráfico de armamento hacia Israel. Esta
iniciativa refleja un compromiso con la justicia internacional y una crítica
frontal a la impunidad de Israel, respaldada históricamente por las potencias
occidentales.
Como respuesta a la solicitud de orientación jurídica
presentada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 19 de diciembre de
2024, que solicita a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) una opinión
consultiva sobre la legalidad de las acciones de Israel en el territorio
palestino ocupado, el pasado 29 de abril Colombia asumió una postura de
vanguardia en La Haya, denunciando las acciones de Israel como una violación
sistemática del derecho internacional y un ataque directo a la soberanía de los
pueblos. El vicecanciller de Asuntos Multilaterales, Mauricio Jaramillo Jassir,
nieto de palestinos y figura clave en la política exterior colombiana, ha sido
enfático al señalar que Israel no solo ha creado una crisis humanitaria en
Gaza, sino que ha bloqueado deliberadamente la asistencia internacional,
dejando a la población palestina en un estado de vulnerabilidad extrema.
«Colombia sostiene que Israel ha incurrido en escaladas que
han puesto a la población palestina en una situación imposible», declaró
Jaramillo ante la CIJ el 25 de mayo de 2025. «Este país ha impuesto serios
impedimentos para que organizaciones internacionales y Estados puedan cumplir
con sus obligaciones de asistencia. Israel ha hecho que Palestina quede
exclusivamente bajo su poder, obstaculizando el trabajo de las agencias
humanitarias, que son la única protección para una población que enfrenta
guerra, destrucción y la negación de derechos básicos como la salud y la
educación».
Desde que Jaramillo Jassir tomó posesión de su cargo en
febrero, la Cancillería colombiana ha radicalizado su estrategia nacional por
la paz y el reconocimiento de Palestina. El vicecanciller de Asuntos
Multilaterales ha sido un actor clave en esta avanzada diplomática. En
entrevistas y discursos, el también académico, ha denunciado las estrategias de
Israel, refiriéndose a su influencia en medios, gobiernos y organismos
internacionales para silenciar las críticas. «Colombia no puede seguir
indiferente ante el apartheid, la limpieza étnica y el genocidio en Gaza»,
afirmó a través de las redes del ministerio a propósito de la convocatoria del
Grupo de la Haya en Bogotá.
Críticas y represalias: el lobby sionista colonialista
israelí contra Colombia
La postura de Colombia no ha estado exenta de ataques. El
Centro Simon Wiesenthal, una ONG del cabildeo internacional sionista, calificó
la cumbre de Bogotá como un «tribunal inquisitorial contra Israel». Ariel
Gelblung, su director para América Latina, acusó a Petro de «propagar odio
contra la existencia misma de Israel» y de ignorar los ataques de Hamás del 7
de octubre de 2023.
Por su parte, Marcos Peckel, director de la Confederación de
Comunidades Judías de Colombia, tildó la cumbre de «sesgada y peligrosa»,
argumentando que Petro «no condena a Hamás» y que su retórica pone en riesgo a
las comunidades judías en Latinoamérica.
Mientras organizaciones como la DAIA (delegación de
asociaciones israelitas) en Argentina judicializa acciones pro-Palestina
—llegando a criminalizar comentarios en las redes sociales como «dejen de matar
bebés en Gaza»—, el gobierno colombiano insiste en que la defensa de los
derechos humanos no puede ser selectiva. El Centro Simon Wiesenthal y
otros lobbies estarían actuando como brazos de intervención e
imposición de los intereses internacionales de Israel y amenazando a los
Estados que osan denunciar sus crímenes.
La cumbre de Bogotá no es solo un evento diplomático: es un
punto de inflexión en la lucha contra la impunidad de Israel. Con Petro y
Jaramillo al frente, Colombia se consolida como un líder global en la defensa
de la justicia internacional, desafiando a las potencias tradicionales y
recordando que ningún Estado está por encima de la ley.
*Diana Carolina Alfonso, historiadora y doctoranda.
Analista internacional.
Leer también: https://www.cadtm.org/Destacados-economistas-respaldan-el-informe-de-Francesca-Albanese-sobre-la
Lo subrayado interpolado
es nuestro.





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