- Trump intentará quebrar la alianza entre China y
Rusia
- Trump, Ucrania y el Plan Kellog: Estados Unidos primero, Rusia, Ucrania después, ¿Y el patio trasero latinoamericano/yanqui e Israel?
A diferencia de los globalistas, Trump tratará de
dividir la alianza ruso-sino-persa y buscará atraer a Putin sacrificando a
Zelenski, alejándose de Europa, para así concentrar toda su artillería en China
buscando debilitarla económicamente.
Aparentemente, la estrategia del nuevo mandatario
será dividir al bloque adversario principal, en este caso la Organización para
la Cooperación de Shanghái, OCS, diferenciándose de la seguida por el
globalismo, que lo ha enfrentado en su totalidad. En dicho caso, Trump
intentará atraer a Rusia en una operación en que deberá hacer concesiones y en
la que Zelenski y los halcones europeos y estadounidenses que lo manipulan,
serán sacrificados.
La lógica de tal decisión es simple, la tendencia
que al interior del partido republicano se opuso al avance hacia el interior de
Rusia, no saldrá derrotada con el fin de la guerra en Ucrania, a través de una
negociación adversa, tal costo político lo pagará el bando globalista. Es
palpable que Trump va a dejar como secundario el escenario europeo y se
concentrará en cambiar la correlación de fuerzas con relación a China y
asegurar a Israel como la cabeza del playa del capitalismo occidental en el
Asia Occidental, para lo cual debería debilitar a Irán, además, en tercera prioridad,
asegurará que América del Norte sea su feudo con Canadá y México como especie
de protectorados y que Latinoamérica continúe como su patio trasero, buen
abastecedor de materias primas sin condescender que otras potencias
intervengan, la doctrina Monroe en su máxima expresión, “imperialista/hegemonica”.
¿Qué se juega en Ucrania?
La pérdida de la guerra en Ucrania será fatal para
el globalismo, ya que a estas alturas, ya no solo se trata de que Rusia
defienda lo que considera su espacio vital, sino que está en juego quién será
la potencia dominante en Europa Oriental y, en tal contexto, los países de
Europa Occidental hoy quieren continuar con la hegemonía que ostentan, copando
sus economías y mercados, pero, por distintas razones, tal predominio es
rechazado por la mayoría de los países de la región, y algunos de ellos como
Polonia, han pretendido constituir su propio bloque con el proyecto de los Tres
Mares.
Otros como Hungría, Eslovaquia o Serbia, desean
actuar con una mayor independencia, de acuerdo con sus intereses nacionales,
por tanto, no se niegan a las relaciones normales con Moscú. En tal aspecto, el
temor del globalismo es volver al escenario de la Guerra Fría con una Rusia
fuerte y predominante en Europa Oriental, lo que sería un enorme retroceso.
En dicho plano, Trump está dispuesto a sacrificar
el “atlantismo” y dejar que Europa Occidental se “rasque con sus propias uñas”
y que se debilite para que no sea competitiva frente a los Estados Unidos. El
capital financiero en una tormenta perfecta.
Globalismo incendia el mundo
La movilización de los yihadistas y kurdos en
Siria, así como el golpe de Estado en Corea del Sur, junto a la autorización
para utilizar misiles de largo alcance y minas personales en Ucrania o la
ofensiva en contra de Venezuela, son maniobras que el capital financiero y el
complejo industrial militar desarrollan para recuperar terreno frente a la
pérdidas sufridas en el posicionamiento geopolítico, las que se suman a
gestiones directas en áreas con marcado retroceso como lo muestra la visita de
Biden a Angola.
El globalismo apuesta por la guerra y la
destrucción de los Estados para asegurar el circuito del crecimiento del
capital especulativo y configurar un escenario que obligue a Trump a “sofocar
incendios” y se desvíe de su objetivo principal. Así debilitan a sus dos
enemigos, el Sur Global y los ultranacionalistas. No obstante, en la compleja
situación, lo único seguro es la irrupción del nuevo orden mundial.
Trump, Ucrania y el Plan Kellog
Por Germán Gorraiz López*/ escritor, periodista y analista
internacional/ Red Latina Sin Fronteras/ ADDHEE.ONG:
Las prioridades de la Política exterior de Trump serían
implementar la Doctrina Monroe en el continente americano, el inicio de la
guerra contra Irán y el asedio económico y militar a China, por lo que Trump
estaría sopesando la necesidad de firmar un Acuerdo de Paz con la Rusia de
Putin, quedando de paso Europa como convidado de piedra.
Ucrania y el Plan Kellog
Trump ha nombrado al Teniente General retirado Keith
Kellog enviado especial para Ucrania y Rusia con el objetivo inequívoco de
sentar las bases para firmar un acuerdo de paz con Putin. Kellog fue jefe
de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante el
primer mandato de Trump (2017-2021) y su estrategia para Ucrania está recogida
en su informe ‘Estados Unidos primero, Rusia y Ucrania después» ¿e Israel?.
El Plan Kellog consistiría básicamente en «congelar los
frentes en su actual posición y condicionar el suministro de armas a Kiev a
cambio de forzar a Zelenski a negociar». Así, Trump afirmó que » podría
arreglar la guerra en 24 horas mediante un acuerdo con Vladimir Putin», pero
Zelenski sigue empecinado en involucrar a la OTAN en una guerra abierta contra
Rusia, por lo que se habría convertido para EEUU en un lastre del que conviene
desprenderse con inmediatez. Caso de que Zelenski no sea receptivo a las
propuestas del Plan Kellog, no sería descartable que fuera acusado de
corrupción y obligado a exiliarse en Gran Bretaña, tras lo que sería sustituido
por la Troika conformada por el teniente general Valerii Zaluzhnyi, el ex
ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba y el ex ministro de Infraestructuras,
Alexander Kubrakov.
Dicha Troika tendrá como tareas ineludibles negociar el
Acuerdo de Paz con Rusia, la posterior tarea de reconstrucción del país y
finalmente, el diseño de la nueva cartografia de Ucrania bajo supervisión
directa de Kellog.
¿Busca Trump atraerse a Putin para aislar a China?
Putin busca un Acuerdo de Paz que establezca que Ucrania no
entrará en la OTAN y que el contencioso ucraniano quede perfilado con la
división de Ucrania en dos mitades, quedando el Este del país, incluida Crimea,
el Donbás, Zaporiyia y Jersón bajo la órbita rusa y el Centro y Oeste de la
actual Ucrania bajo la tutela de Occidente.
En el supuesto de firmarse un acuerdo de Paz, asistiríamos
asimismo al levantamiento de las sanciones unilaterales impuestas a Rusia por
los países occidentales,incluyendo la supresión del veto impuesto por los
países atlantistas al petróleo y gas rusos.
Así, Rusia se incorporaría de nuevo a todas las
instituciones económicas mundiales y dejaría de ser «el paria de Occidente»,
mientras Trump exigiría a Putin el finiquito progresivo de la unión económica y
militar con la China de Xi Jinping para aislarla económica y
militarmente.
Así, la Organización de Cooperación de Shangái ( OCS), fue
fundada en 2001 por los Cinco de Shanghai (China, Rusia, Kazajistán, Kirgistán,
Tajikistán) a los que se agregaron posteriormente Uzbekistán, India y Pakistán
y sería junto con los países del ALBA e Irán el núcleo duro de la resistencia a
la hegemonía mundial de Estados Unidos y Gran Bretaña.En el plano económico,
Trump busca el finiquito de la Unión Euro-Asiática que inició su singladura el
1 de enero del 2015 como alternativa económica y militar al proyecto de EEUU de
crear una Asociación Transpacífico (TPP por sus siglas en inglés).
El plan de Trump consistiría en levantar el veto impuesto
por Occidente al petróleo y gas rusos a cambio de que Rusia abandone la Unión
Euro-Asiática, lo que conllevaría la asfixia energética de China tras secarse
sus fuentes de abastecimiento rusas.
* Analista económico y geopolítico, colabora
habitualmente en varias publicaciones digitales e impresas españolas y
latinoamericanas.
Lo subrayado interpolado es nuestro
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