Siria, muchas preguntas y pocas respuestas.
Por Sergio Rodríguez
Gelfenstein/ escritor, historiador y analista internacional/ADDHEE.ONG:
Debo confesar que en mis 44 años vinculado a las relaciones
internacionales, nunca me había topado con un problema tan complejo de estudiar
y comprender como el que se vincula a los hechos recientes en Siria. He
consultado a mis fuentes habituales en
la región y nunca antes había recibido opiniones tan distintas y hasta
contradictorias entre personas que en lo general suelen coincidir en el
análisis.
Me maravilla observar colegas que el mismo domingo 8 de diciembre, día
del desenlace de los acontecimientos ya tenían opiniones acabadas sobre lo que
había ocurrido, lo que estaba ocurriendo y lo que ocurrirá en el futuro. Imagino
que poseen fuentes de información y capacidad de comprensión que, -debo
decirlo- yo no tengo.
Tal vez me he impregnado tanto de la filosofía china que he comenzado a
cultivar el don de la paciencia y la cautela. Siempre recuerdo que durante una
entrevista el siglo pasado, le consultaron al dirigente chino Zhou Enlai su
opinión sobre la revolución francesa y dijo que era un hecho muy reciente para
saberlo. Aunque después se conoció que en realidad se estaba refriendo a los sucesos del “mayo francés” de 1968, la
respuesta estableció la mesura con que se deben analizar los hechos históricos.
En particular, en un acontecimiento como esté en el que participan
tantos y tan disimiles actores, que tienen tan variados intereses, que a su vez
han generado multiplicidad de variables, tener una idea conclusiva sobre el
pretérito, el presente y el porvenir que este hecho generará me resulta muy
difícil, cuando solo han transcurrido tres días de la consumación de un evento
impactante para los escenarios local, regional y global.
Creo que al día de hoy hay muy pocas certezas y mucha incertidumbre. Trataré de exponerlas para que cada quien vaya
sacando sus propias conclusiones. La principal certeza es que este es un hecho
negativo para Siria, para la región y para el mundo. Si lo acoplamos a las
acciones de Israel desde el 7 de octubre del año pasado y la actitud de
Occidente al respecto, podemos palpar sin ambages su bancarrota en términos
éticos y morales.
Nunca antes como hoy, el sistema capitalista había manifestado con tanta
transparencia su verdadera catadura y su propuesta de futuro para la humanidad.
Exponer a Netanyahu, el asesino de más de 17 mil niños y al “rebana cabezas” Al
Jolani como adalides de la democracia y la libertad y como símbolos del camino
que se debe seguir, revela hacia donde quieren llevar al mundo. Los venezolanos
en particular, debemos constatar que la oposición terrorista y su líder María
Machado han saludado ambos acontecimientos como expresión del camino que
quisieran para Venezuela, en caso de llegar al poder.
Por supuesto, Estados Unidos y hasta la ONU han comenzado el proceso de
“blanquear” a los terroristas. Ahora hay terroristas malos (ISIS) y buenos (Al
Qaeda). Ya vivimos eso en Afganistán cuando ellos mismos crearon Al Qaeda para
combatir a la Unión Soviética y después se embarcaron durante 20 años en una
inútil guerra en la que fueron derrotados.
Algunas fuentes consultadas directamente en la región me han señalado
que hay más preguntas que respuestas. Apuntan que Siria
y el conflicto sirio fueron un lastre para el eje de resistencia. El beneficio
fue solo a nivel logístico, por lo cual, decir que el derrocamiento de al-Ássad
ha destruido a la resistencia es un deseo y una exageración divulgada por
fuentes occidentales y de las monarquías sunitas. Para Irán, sostener a Siria,
significaba un poco más de 700 millones de dólares
mensuales, que la República Islámica
distribuía para pagar salarios y servicios en Siria (más de 8 mil millones de dólares
anuales que ahora podrán ser utilizados para otros objetivos.
No obstante es
legítimo preguntarse ¿Por qué cayó el régimen de al-Ássad? ¿Qué sigue? ¿Por qué
cayó tan rápidamente el régimen? ¿Por qué Irán no intervino para salvar a al-Ássad?
¿ Por qué Rusia tampoco lo hizo? ¿Por qué no intervinieron las Fuerzas de
Movilización Popular de Irak? ¿Irán vendió a al-Ássad? Hay muchas preguntas
sobre la aceleración de los acontecimientos en Siria. Trataré de dar algunas
pistas ¿Por qué el régimen de al-Ássad cayó tan rápidamente en tan poco tiempo?
La respuesta es que el ejército sirio no luchó en ninguna batalla en estos días
finales, retirándose fácilmente, mostrando que no tenía voluntad de combatir.
Alguien podría decir que la oposición fue apoyada por Turquía, Israel y Estados
Unidos con diversos tipos de armas. Es cierto, pero el ejército sirio podría
haber resistido al menos varios días en cada frente. Sin embargo, estuvo claro
que el ejército no estaba interesado en defender las ciudades y no prestó
atención a lo que estaba sucediendo. Esta fue la razón principal de este rápido
colapso.
¿Por qué no
intervinieron Irán, Rusia y las Fuerzas de Movilización Popular? Irán estaba
listo para salvar al régimen, y anunció que estaba dispuesto a enviar fuerzas a fin de apoyar a al-Ássad. Otras
organizaciones como las Fuerzas de Movilización Popular de Irak y el resto de
las facciones de la resistencia también estaban disponibles, pero no se puede
luchar en un país cuyos dueños no quieren defenderse a sí mismos. Irán no podía
ser una alternativa al ejército sirio. Era simplemente un aliado de apoyo que no puede sustituir a los dueños de casa.
Lo mismo ocurrió con
Rusia. No podía luchar si los elementos del régimen no estaban preparados para
defenderse. ¿Por qué pasó todo esto? Bashar al-Ássad hizo un mal calculo
durante los años posteriores a la derrota de los grupos armados de oposición en
2018, no logró la reconciliación nacional, no alivió las estrictas medidas de
seguridad y no aprovechó el período de calma para fortalecerse. Por tanto, el
pueblo sirio no estaba dispuesto a defenderlo.
.¿Qué pasará en
Siria? Las cosas estarán tranquilas durante algunos días y luego habrá un caos.
Dado que los grupos terroristas son parte de la fuerza que derrocó al régimen,
intentarán imponer su agenda sobre el terreno, y esto llevará a conflictos
sangrientos y conducirá a la posibilidad de dividir Siria en suníes, kurdos y
alauitas, según su ubicación.
Los países de la
región e incluso los de afuera intentarán impedir esto. Saben el riesgo que
tiene “dar alas” a los terroristas. El peligro para el Asia Occidental y para
Europa es inminente, especialmente en los casos de Jordania e Irak. Se supone
que todos trabajarán para eliminar a estos grupos terroristas. Es probable que
Siria enfrente un largo ciclo de violencia, como ocurrió antes en Irak tras la
caída del régimen de Saddam Hussein. Si no hay fuerzas racionales entre las que
tomaron el poder, (y no las hay entre las que hegemonizan) y si no presentan un
discurso nacional que tranquilice a todos los componentes -lo cual es poco
probable-, entonces Siria se encaminará hacia una era oscura que durará años.
Una fuente informada
reveló que un acuerdo de 7 puntos llevaría al presidente sirio Bashar al-Ássad a
entregar la capital, Damasco sin ninguna resistencia. Durante las 72 horas
previas a la madrugada del 8 de diciembre se celebraron reuniones privadas en 3
capitales árabes que sentaron las bases de un acuerdo patrocinado por varios
países. El régimen había llegado a una etapa de debilidad en sus capacidades de
controlar el país, lo cual se manifestó especialmente tras los continuados colapsos en Alepo, Hama y Homs,
lo cual derivó en que se pusieran de acuerdo -con anuencia de al-Ássad- para
poner fin al régimen de una “manera menos trágica” y evitar un gran baño de
sangre que podría tener profundas repercusiones en toda la región.
Se produjeron
negociaciones entre Rusia, Irán, Turquía, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, Egipto y Catar que permitieron
alcanzar un acuerdo final, cuyo resultado se concretaría el martes 10 de
diciembre cuando se entregaría el poder a la oposición. Pero eso no alcanzó a
ocurrir ante la traición de las monarquías árabes y Turquía que viendo la
debilidad de al-Ássad ordenaron una fuerte ofensiva que tomó por sorpresa al
ejército que a partir de entonces actuó de forma desorganizada provocando la
salida del presidente 3 días antes de la fecha acordada en Doha. Vale decir que
estas negociaciones se produjeron bajo los auspicios de Rusia y Estados Unidos. De
ahí el rumor de que Putin y Trump se habían puesto de acuerdo, lo cual no tiene
asidero, por lo menos conocido.
Los puntos más
importantes del acuerdo eran:
1.
Garantizar una salida
segura de al-Ássad, su familia y los pilares de su gobierno hacia Abu Dabi.
2.
Evitar la exposición de
santuarios religiosos sagrados o minorías religiosas y sectarias.
3.
Preservar las
instituciones estatales, el Primer Ministro sirio seguiría gestionando el
gobierno con los ministros, con garantía turca.
4.
No permitir
operaciones de limpieza étnica, revueltas o saqueo de instituciones, y mantener
el ejército.
5.
Proporcionar
compromisos para prevenir cualquier amenaza que afectara a los países vecinos.
Es decir, al-Ássad abandonaría
Damasco bajo un acuerdo político de no atacarlo y se dirigiría a un país árabe,
subrayando que todas las capitales de la región sabían de la hora cero del
colapso del régimen. El acuerdo para derrocar a Assad fue la “mejor solución”
para evitar que Siria cayera en una guerra interminable que podría llevar a
laberintos difíciles. Vale decir que Washington estuvo de acuerdo con estas “soluciones”
y fue quien presionó a varias partes internas y externas para seguir adelante
con ellas.
La decisión fue transmitida
al Primer Ministro sirio Muhammad Al Jalali que informó que esperaba que prevaleciera una
nueva era y que estaría en el Consejo de Ministros listo para cualquier
procedimiento. El Consejo Nacional de Gobierno de Transición en Siria emitió la
Declaración Número Uno en la que prometió su compromiso de construir un “Estado
libre, justo y democrático” en el que todos los ciudadanos fueran iguales sin
discriminación.
La hasta entonces
oposición y ahora gobierno participaría en la gobernanza como alternativa a los
terroristas. Se garantizaría la unidad y soberanía de Siria y la protección de
los ciudadanos independientemente de sus afiliaciones. Se trabajaría para
reconstruir el Estado y sus instituciones sobre la base de la libertad, la
justicia y el trabajo para lograr intereses nacionales integrales. Así mismo,
se proponía devolver a los refugiados a sus hogares en condiciones de seguridad
y dignidad.
Nada de eso ocurrió y
fueron los terroristas los que tomaron el poder aupados por las monarquías
árabes, Turquía, Estados Unidos e Israel. El escenario real que ha emergido a
partir del 8 de diciembre, muestra a Israel en un desenfreno total ante la
desaparición del Estado sirio. Habrá que ver hasta cuando la entidad sionista
tiene capacidad para sostener este nuevo esfuerzo bélico.
Evidentemente, una
vez culminada su misión de acabar con la infraestructura y el armamento de las
fuerzas armadas sirias, el ejército israelí volverá a su otro objetivo
estratégico: destruir Palestina y el Líbano. Aunque Netanyahu y Al Jolani
fueron aliados en la lucha contra al-Ássad, una vez desaparecido éste, habrá
que ver que deriva toman sus relaciones. (En un artículo posterior evaluaremos la
situación de Israel y de la resistencia tras los últimos acontecimientos.
En estos tres días
han emergido algunos hechos que se deberán seguir observando porque aún no se
conoce lo que emanará de ellos:
1.
Rusia está negociando
sus bases en Siria (una naval y una aérea) fundamentales para su despliegue en
el Mediterráneo y en el flanco sur de su dispositivo estratégico de defensa. Se sabe que tiene comunicación y está
hablando con todas las fuerzas participantes del gobierno.
2.
Ya existen
contradicciones entre los grupos armados que tomaron el poder. Vale decir que
además de la antigua oposición siria, participaron del derrocamiento de
al-Ássad, el pro turco Ejército Nacional Sirio (SNA); los kurdos anti turcos
apoyados por Estados Unidos agrupados en las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS)
y Hayat Tahrir al-Sham (HTS) organización terrorista vinculada a Al Qaeda que
son las que han hegemonizado el poder. Todas ellas son enemigas entre si y
ahora se enfrentarán al Estado islámico (ISIS) que no participaba de la alianza
anti al-Ássad.
3.
Irán también está en negociaciones con el
nuevo gobierno para delimitar el marco de sus relaciones. Es falso que la
embajada de Irán en Damasco fuera asaltada y quemada. Hoy ya comenzó a
funcionar y a ejecutar sus funciones diplomáticas y consulares.
4.
Habrá que ver cómo
asume el nuevo gobierno sus relaciones con Israel que ha destruido totalmente
la fuerza militar y la infraestructura del país y que ha ocupado parte de su
territorio avalado por Estados Unidos.
5.
Para los aliados de
Siria, este ha sido un duro golpe político y geopolítico, además de doloroso,
pero suponer que eso conlleva a una debilidad estratégica, es falso. Rusia ha liberado una gran cantidad de
armamento, aviones y altos oficiales que tenía comprometidos en la lucha contra
el terrorismo y que ahora podrá trasladar a Ucrania para culminar exitosa y
definitivamente ese conflicto.
6.
El nuevo gobierno
sirio deberá enfrentar la amenaza de Israel desde el sur, la de los pro
turcos del SNA ubicados en el noroeste, la
de los kurdos apoyados por Estados Unidos que han terminado por ocupar todos
los pozos petroleros del país y a la insurgencia de ISIS.
7.
A lo mejor somos
sorprendidos y Al Jolani tiene que terminar recurriendo a Rusia e Irán para
enfrentar tantas amenazas.
8.
Al Jolani tendrá que
negociar con Turquía acerca de la ocupación de territorio sirio por el ejército
de Erdogan. Así mismo deberá discutir con el líder otomano cómo manejar su
interés en destruir a los kurdos protegidos por Estados Unidos
9.
Washington continuará
en su labor de destruir los Estados nacionales y elaborar un “nuevo mapa del
Medio Oriente”, objetivo trazado durante el gobierno de George W. Bush,
elaborado siniestramente por Condoleezza Rice y sostenido auspiciosamente tanto
por gobiernos republicanos como por demócratas por casi 25 años. Se trata de
que no existan Estados nación, sino territorios sectarios, débiles y en lucha
permanente con sus vecinos. Eso se está realizando a través de lo que Samuel
Huntington llamó “guerra de civilizaciones”. Lo logró en Libia, también en Irak
y ahora en Siria, en el Líbano existe desde hace 50 años. Su objetivo final,
crear un Estado kurdo que opere como un nuevo Israel en la región, con la
diferencia que éste existirá en un
territorio rico en petróleo. De hecho, la ocupación de los pozos petroleros
sirios por los kurdos, garantiza un abastecimiento seguro de energía para
Israel.
10. Por
otro lado, el derrocamiento del régimen de al-Ássad posibilita la concreción
del gasoducto de Catar, a través de
Arabia Saudita y Siria hasta Turquía y de ahí a Europa, creando una importante
alternativa para el abastecimiento del Viejo Continente que ya no necesitará
que su energía transite por vía marítima a través desde el golfo Pérsico, a
través del mar Rojo y el canal de Suez hacia el mar Mediterráneo. Así mismo, este
gasoducto es una opción para no seguir dependiendo del gas de Rusia.
Lo
subrayado/interpolado es nuestro
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