Senado
decadente aprueba el neocolonial Tratado Chile-Unión Europea: ¡Una
impudicia!
Nuestro Prolegómeno:
“Cuando los intereses venales se sobreponen al ideal
de los espíritus educados, cultos y patriotas que constituyen el alma de una Nación,
el sentimiento nacional degenera y se corrompe. La patria es explotada,
saqueada en sus riquezas naturales y en sus arcas fiscales y el Pueblo enajenado.
Cuando las miserias morales asolan a un país, como en el Chile Virtual, la
culpa es de todos los que por falta de educación/cultura, y de ideales no han
sabido amarlo como patria. De todos los que han sobrevivido y sobreviven de
ella sin trabajar por y para ella: levántate Chile.
En votación prácticamente unánime, el Senado de
Chile aprobó el 13 de noviembre el Tratado Chile-Unión Europea, bajo la
suma urgencia impuesta por el gobierno del Presidente Boric y por Ursula von
der Leyen de la Comisión Europea. Se trata de un claro indicador del
sometimiento neocolonial de Senado y gobierno, impulsores de una tramitación
escandalosa por su carácter antidemocrático, frívolo y superficial. Esta
votación express o de fast track se permitió
ceder la soberanía del país y alinear a Chile tras la OTAN y una Europa
decadente.
El tratado asegura la transición energética europea
regalando el litio, el agua y energía en forma de hidrógeno verde, e
ignorando la destrucción de la naturaleza, y la generación de nuevas zonas de
sacrificio. Las políticas públicas quedan subordinadas a la inversión,
y se pone en riesgo la soberanía alimentaria y la autonomía energética de
nuestro país. Los senadores votaron por perpetuar y profundizar el
modelo extractivista y neoliberal vigente que no da respuesta a las
demandas sociales, sindicales y ambientales, y genera más cesantía y
dependencia, como se ve en el reciente cierre de Huachipato.
Sólo el calor de la rebelión social popular
permitió en otros tiempos que las organizaciones movilizadas pusiéramos en
jaque el Senado y detuviéramos por dos años la aprobación del TPP. Como
rescoldo de aquello, en 2023 hubo diez votos en contra, de senadores que hoy
cambiaron de bando. La aprobación del Tratado con la Unión Europea
tiene lugar en momentos de profundo descreimiento de los ciudadanos y
ciudadanas agobiados por las alzas, los incendios, las leyes de gatillo fácil,
la falta de vivienda, los hospitales sin medicamentos, y los liceos sin condiciones
mínimas para la educación. Es un hito que marca y profundiza la distancia
entre la clase política, y las y los trabajadores y las comunidades, que no lo
olvidarán a la hora de votar.
Al examinar los pasos de esta tramitación, se revela
claramente que el senado está secuestrado por los intereses del gran capital y
de las corporaciones nacionales y transnacionales, y sus intereses geopolíticos
y comerciales. Concluimos que el senado es una institución que debió
desaparecer en 2022, tiene la peor evaluación ciudadana, y quedó en pie sólo
por la campaña mediática y financiera levantada por el rechazo a la convención
constitucional ese año. Pero los días del senado y de estos políticos están
contados aunque ellos nuevamente no lo vean venir... Representan una
institucionalidad elitista, privilegiada y descompuesta, sorda a la voluntad
ciudadana e indiferente a los reales problemas de las comunidades. Ninguno de
sus partidos puede ser alternativa al fascismo ya que precisamente fortalecen
esas tendencias al ignorar las demandas de los sectores populares por salarios
y previsión justa, por vivienda, educación, por agua, salud y respeto a los
seres vivos y su entorno. El Partido Comunista no escapa a ese
secuestro neocolonial, ya que en el senado sus representantes optaron por
abstenerse o ausentarse, como hicieron en la Cámara de Diputados, donde sí
hubo algunos votos dignos de diputados.
Esta elite gobernante habita el país de los privilegios, con
"izquierda" y derecha unidos como facilitadores de los intereses
empresariales. Están desconectados de la realidad, sosteniendo que tenemos
valores compartidos con una Unión Europea que está en recesión y se prepara
para la guerra. Este "socio" ha dejado de lado los derechos humanos y
es cómplice del genocidio contra Palestina que lleva adelante Israel apoyado
por Estados Unidos.
Junto a las y los trabajadores y los movimientos
sociales, Chile Mejor sin TLC seguirá demostrando que los tratados
operan como un pilar del modelo implantado por los poderosos, y buscando
nuevos caminos para dificultar su avance, siempre atentos a las necesidades de
los pueblos.
Son tiempos de
crisis ecológica planetaria y de profundas disputas por la hegemonía global.
Las clases dominantes han elegido un camino contrario a nuestra historia, pero
las y los trabajadores y las comunidades no hemos votado en favor de ese
tratado que carece de toda legitimidad democrática. Seguiremos denunciándolos y
exigiendo se auditen con seriedad los impactos que generan estos mecanismos de
dominación.
¡Nuestros acuerdos son con las organizaciones de América
Latina y el Caribe!
¡A fortalecer las economías populares!
A fortalecer la soberanía alimentaria y una economía productiva
con propiedad social!
¡A defender los derechos de las comunidades y la naturaleza!
¡El agua, la vida y la paz valen más que los negocios!
Lo subrayado interpolado es nuestro
La imputación de los altos mandos de Carabineros: Un precedente
histórico para Chile y la región
“Las victimas merecen Justicia y la
sociedad merece garantía que estos hechos no volverán a repetirse”...
“sin el respeto, ni la certeza del
Derecho y la igualdad de todos ante la ley, no hay Justicia no Estado de
Derecho”...
Por
Bernardita Boock, presidenta de Amnistía Internacional Chile
Chile
fue testigo de graves y masivas violaciones de derechos humanos en octubre de
2019 y también de la impunidad de estos hechos a manos de agentes estatales
durante los últimos cinco años. Sin embargo, hoy, con la reciente formalización
de tres ex altos mandos de Carabineros, estamos ante un momento histórico que
podría transformar esa realidad, no solo en Chile, sino en toda la
región. Este hecho marca un antes y un después en la
búsqueda de justicia por las graves violaciones a los derechos humanos
cometidas durante ese periodo.
El
proceso judicial iniciado contra Mario Rozas, Ricardo Yáñez y Diego Olate, las
máximas autoridades de Carabineros en ese momento, comenzó con la formalización
por la imputación por el delito de apremios ilegítimos con figura omisiva, es
decir, cuando un funcionario policial, abusando de sus atribuciones y sin
cumplir las formalidades indicadas por la ley, priva a un tercero su libertad
personal o incluso realiza vejámenes o tormentos en medio de la situación y,
además, siendo personas con cargos de alta responsabilidad y teniendo
conocimiento de aquello no tomaron las medidas necesarias para evitarlo y
sancionarlo como corresponde.
Durante
las recientes audiencias, se manifestó que los altos mandos habrían incumplido
con su deber en al menos cuatro áreas: en el control y reglamentación del uso
de armamento y municiones, en la promoción y cumplimiento de los derechos
humanos, en la supervisión de sus subordinados y en el mantenimiento de la
disciplina dentro de la institución, de acuerdo a lo señalado por la Fiscalía
en su formalización.
En
cuanto al control del uso de armamento, la falta de reglamentación adecuada y
el uso indiscriminado de la fuerza llevaron a miles de personas a sufrir
lesiones irreparables. Los informes técnicos y las advertencias previas, como
la del Colegio Médico el 20 de octubre de 2019, no fueron suficientes para que
las autoridades tomaran medidas efectivas. En lugar de proteger a la
ciudadanía, se habría permitido el uso masivo de municiones peligrosas, como
los 114.073 cartuchos disparados solo en octubre de ese año. Si este cálculo se
reduce a las horas de manifestaciones durante las jornadas, hablamos de 680
cartuchos por hora y 11 cartuchos cada minuto. De acuerdo a la información
proporcionada por la Fiscalía cuando un jefe policial intentó restringir el uso
de las escopetas antidisturbios, Mario Rozas habría anulado esa decisión.
Por
otra parte, los espacios formativos sobre derechos humanos, que deberían ser
una prioridad en cualquier fuerza de seguridad, no cuentan con ningún registro
de asistencia ni evaluación.
En
relación al deber de supervisión, como parte de la obligación y responsabilidad
de un alto mando de esta institución, consta que, a pesar de que las
autoridades de Carabineros tenían la obligación de vigilar la conducta de sus
subordinados, no lo habrían hecho. La Circular 1.832, que establece que
cualquier uso indebido de la fuerza genera responsabilidad en los mandos
superiores, no fue aplicada con rigor. Incluso cuando finalmente se adoptaron
medidas para registrar las acciones policiales, como el uso de cámaras
corporales, no se establecieron mecanismos para revisar y sancionar los abusos
registrados en video, según se desprende de la formalización.
Por
último, el deber de disciplina, esencial para mantener el orden y la
responsabilidad dentro de la fuerza policial, también habría sido incumplido. A
pesar de que los informes de contingencia mostraban cifras alarmantes de
civiles heridos, los altos mandos no habrían tomado medidas suficientemente
eficaces para investigar ni sancionar los abusos. En el periodo, 1.794
querellas fueron interpuestas contra Carabineros. Sin embargo, los procesos
administrativos por el mismo período fueron sólo 1.460. Apenas un 7,7% de los
517 sumarios y un 5,6% de las 943 investigaciones sumarias terminaron con
sanciones.
Lo
que sucedió en Chile durante el la rebelión social no fue un hecho aislado. A
lo largo de las Américas hemos sido testigos de manifestaciones donde los
derechos humanos son violados de manera reiterada por las fuerzas de seguridad
como ocurrió en Perú en las marchas en diciembre de 2022 o en Colombia en mayo
de 2021 donde la represión policial a manifestantes fue desproporcionada y
brutal.
Chile tiene la oportunidad de sentar
un precedente que sirva en el camino hacia la justicia a otros países de la
región. La impunidad no puede seguir siendo la
norma y esta imputación lo demuestra. El camino hacia la justicia es largo y,
como hemos visto, todavía queda mucho por recorrer. Actualmente, los tres
imputados deberán permanecer en el país con arraigo nacional y firmar
quincenalmente en la Fiscalía hasta que el periodo investigativo concluya. Los
120 días de investigación que se han acordado son solo el comienzo, pero es
posible que la investigación se extienda, teniendo como plazo legal de dos
años. Las víctimas merecen justicia y la sociedad merece garantías de que estos
hechos no volverán a repetirse.
La lucha por la justicia no termina
con la imputación de los responsables, pero es un gran paso y muy necesario
para construir un futuro donde las fuerzas de seguridad estén al servicio de la
ciudadanía y no en su contra
Lo subrayado
interpolado es nuestro.
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