Inicia la XVI Cumbre BRICS en Kazán, Rusia.
En la ceremonia de bienvenida a los jefes de las
delegaciones BRICS celebrada por el presidente ruso, Vladimir Putin, como parte
de la inauguración de la XVI cumbre BRICS en Kazán, Rusia.
Gentileza de Brics/Rusia
El jefe de Estado de Rusia y anfitrión de la Cumbre
Brics, Vladimir Putin, da el mensaje de bienvenida a los líderes y delegaciones
del mundo que arribaron a Kazán para participar del encuentro multilateral.
Líderes de los países miembros del BRICS y nuevos
integrantes se reúnen en Rusia para discutir proyectos de cooperación y
consolidar la expansión del bloque. La XVI Cumbre del bloque se inaugura este
martes 22 de octubre en la ciudad rusa de Kazán, con una ceremonia de
bienvenida a los líderes de los países miembros.
Este evento, que se extenderá hasta el 24 de octubre, marca
un hito en la historia del bloque con la participación de cuatro nuevos
miembros: Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía, quienes se
unen a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica.
El evento inaugural incluye un almuerzo informal y un
programa cultural para los mandatarios presentes. Para el 23 de
octubre, se prevé una sesión ampliada al mediodía, en la cual
participarán altos representantes de cada país, donde se discutirán temas clave
de cooperación multilateral.
La cumbre continuará el 24 de octubre con dos sesiones
plenarias, la primera a las 10:15, que estará enfocada en la cooperación con
países invitados, y la segunda a las 13:30. Estas sesiones brindarán
una plataforma para abordar cuestiones económicas y políticas de interés común,
destacando el lanzamiento del ‘BRICS Pay’, un sistema de pagos común que busca
fortalecer la independencia financiera entre los países del bloque.
La jornada culminará con una ceremonia de clausura por la
tarde, en la que se espera que los líderes presenten una declaración
conjunta, resumiendo los principales acuerdos alcanzados y el rumbo
futuro de la alianza. Con la presidencia rotativa en manos de Rusia desde enero
de 2024, se estima que 34 países han expresado interés en unirse al BRICS en el
futuro.
Este encuentro, que reúne a al menos 22 líderes de Estado y
representantes de seis organizaciones internacionales, es clave para definir la
estrategia del bloque en áreas como el comercio, las finanzas y la cooperación
política global.
LA CUMBRE DE LOS BRICS EN RUSIA.-
El presidente de Egipto, Abdel Fattah el-Sisi, en la
ceremonia de bienvenida a los jefes de las delegaciones BRICS celebrada por el
presidente ruso, Vladimir Putin, en el marco de la 16ª cumbre BRICS en Kazán.
La cumbre de los BRICS en Rusia evidencia el fracaso de
Occidente/USA/Union Europea/OTAN, Japon/Inglaterra para aislar a Moscú
Los BRICS se
consolidan en Kazán como una fuerza geopolítica global que reta a Occidente,
evita el repudio a Rusia, condena a Israel y apuesta por la paz negociada en
Ucrania.
El presidente ruso, Vladimir Putin, en la cumbre de los
BRICS en Kazán, Rusia. — MAXIM SHIPENKOV / REUTERS
La cumbre que esta semana celebran los
BRICS en la ciudad rusa de Kazán ha puesto de manifiesto que en el Sur
Global prevalece una apuesta común por la negociación para detener la
guerra de Ucrania, en contraposición con los esfuerzos de Occidente para
aislar a Rusia con sanciones y prolongar el conflicto armado para desgastar a
Moscú, aunque Kiev pierda finalmente la contienda. Los BRICS lo integraron
inicialmente Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, aunque en enero de
este año se unieron Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Etiopía.
La reunión en el corazón de Rusia de los países agrupados
bajo ese acrónimo pretende lanzar un desafío a la estrategia
geopolítica y económica occidental liderada por Washington en un
momento internacional clave: en la recta final de las elecciones
presidenciales estadounidenses, en medio de una crisis bélica no vista
desde hace décadas en Oriente Medio, con Israel campando a sus anchas
en el Líbano y Gaza, y con la guerra de Ucrania enfangada en el costado de
Europa.
La Rusia sancionada y condenada al ostracismo por su
invasión de Ucrania es el anfitrión del encuentro de Kazán, demostrando
que no está tan sola como pretenden Washington y sus aliados europeos,
y que, al contrario, junto a China sobre
todo, trata de ofrecer una alternativa también política y económica al actual
escenario mundial donde EEUU es el poder hegemónico que marca el paso.
"Esta cumbre de los BRICS es realmente un
regalo" para el presidente ruso, Vladímir Putin, indicó a la
cadena estadounidense CNN Alex Gabuev, director del Centro Carnegie Rusia
Eurasia en Berlín. El mensaje es claro, según Gabuev, "¿cómo se puede
hablar del aislamiento global de Rusia cuando (tantos) líderes acuden a
Kazán?".
Putin, un autócrata en su país y responsable directo de la
agresión a Ucrania, aparece así como el abanderado de un movimiento que crece
en fuerza y que pretende conducir a la comunidad global hacia un orden más
justo. En la capital de la república rusa de Tatarstán, el presidente ruso
recibió a una veintena de líderes de Asia, África y América
Latina. En este panorama es ciertamente difícil insistir en que el
líder ruso está aislado.
Piden una salida negociada en Ucrania y condenan a Israel
Si a la cumbre de los BRICS en Johannesburgo, el año pasado,
Putin asistió por teleconferencia, por pesar sobre él una orden de detención de
la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra en
Ucrania, en Kazán es el anfitrión del evento y el panorama mundial es muy
diferente.
Los BRICS no acaban de ponerse totalmente de acuerdo con lo
que ocurre en Ucrania, pues molesta la vulneración de la soberanía
territorial ucraniana por Rusia, pero sí que hay en sus filas una
condena unánime al genocidio cometido por Israel en Gaza y su flagrante
violación de la integridad de un estado soberano como es el Líbano.
China, Brasil e India han reclamado en Kazán una salida
dialogada al conflicto ucraniano
China, Brasil e India han reclamado en Kazán una salida
dialogada al conflicto ucraniano. Y el Kremlin ha subrayado en esta cumbre de
los BRICS que acepta la mediación de esos tres países, en
contraposición con la apuesta de Europa y EEUU que prefieren llevar la guerra
hasta sus últimas consecuencias.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, quien no
asistió personalmente a la cumbre, defendió por videoconferencia el inicio de
negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania.
Entretanto, el riesgo de un conflicto generalizado en
Oriente Medio ha llevado a los BRICS a centrar más su atención en esta zona que
en el este de Europa. Las matanzas de palestinos y libaneses llevadas
a cabo por Israel, sin que Estados Unidos haya hecho nada para detenerlas,
fueron condenadas sin paliativos por los BRICS este miércoles en su declaración
conjunta.
Es normal que crezca así el convencimiento en estos países
de que Washington no debe liderar la sociedad internacional, sobre
todo si es capaz de permitir ese genocidio para cubrirles las espaldas a sus
socios israelíes.
Un nuevo modelo de relaciones internacionales
Este club de los BRICS, que adolece ciertamente de la
cohesión de la Unión Europea o la OTAN, o la unidad de intereses comerciales y
productivos del G7 de las economías más potentes del mundo, sin embargo,
comienza a conformar alternativas que subrayan el peso creciente de los
países emergentes, también conocidos como el Sur Global.
Tras reunirse con el presidente chino, Xi Jinping, Putin
subrayó que la asociación contemplada por los BRICS es un "modelo de
cómo se deben construir las relaciones entre estados".
Fundado en 2009 por Brasil, Rusia, India y China, con la
adhesión en 2010 de Sudáfrica, los BRICS sumaron a sus filas el 1 de enero de
2024 a Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Etiopía e Irán. Al menos una docena de
países (entre ellos Turquía, miembro a su vez de la OTAN) han manifestado
su deseo de sumarse al grupo, que ya representa a casi el 50% de la
humanidad. En 2024, la fuerza económica de los BRICS supone ya el 36,7% de la
economía mundial.
En 2024, la fuerza económica de los BRICS supone ya el 36,7%
de la economía mundial
En el oeste no se ve con buenos ojos esta asociación, que
viene a retar las maneras de hacer europeas y estadounidenses
predominantes. Además, en su seno se cuentan dos de los países demonizados por
Occidente, Rusia e Irán, así como el contrincante global número
uno, tanto para estadounidenses como para europeos, que es China.
Con Rusia, la OTAN liderada por EEUU se encuentra enfrentada
en una guerra por delegación en Ucrania e Irán es el enemigo a
abatir por el principal aliado occidental en Oriente Medio, Israel, que prepara
una inminente represalia contra Teherán que podría llevar a una conflagración
regional sin parangón.
China se muestra como una doble amenaza para EEUU y sus aliados,
con sus prácticas comerciales poco sumisas a las normas occidentales y su presión
sobre Taiwán, isla convertida en el portaviones estadounidense en la región
de Asia Pacífico.
Además, dos de los BRICS, Rusia y China, se atreven a tratar
de tú a tú con el régimen ermitaño de Corea del Norte, condenado a
vivir en un gulag permanente por su propia dictadura y por el rechazo sin
paliativos que produce en el mundo democrático. Rechazo que ha pasado a la
inquietud tras saberse que podría estar enviando miles de soldados a combatir
en Ucrania bajo mando ruso.
Objetivo: tumbar el dólar como moneda internacional
En el ámbito económico, aunque no hay suficientes mecanismos
de actuación comunes, sí que existe una visión coincidente en la necesidad
de reducir la dependencia del comercio internacional liderado
por el dólar estadounidenses y el rechazo a las sanciones occidentales contra
cualquier país que se cruce en el camino de Washington o Bruselas a pesar del
daño que tales sanciones puedan ocasionar a la economía de los países menos
favorecidos.
De lo que hay pocas dudas, y esta cumbre lo ha subrayado más
que nunca, es que existe una voluntad de la mayor parte de la humanidad (son
muchos los países que se declaran más favorables a los BRICS que a las
prácticas de las instituciones militares y neoliberales occidentales) para
modelar un nuevo mundo "multipolar" sin la hegemonía
de la parte más rica del planeta, representada por Washington, Bruselas y el
G7.
La cumbre ha subrayado que existe una voluntad de la mayor
parte de la humanidad para modelar un nuevo mundo "multipolar"
La desconfianza permanece, pues China, Rusia e Irán no dudan
en ondear la bandera de los BRICS y sus amigos, como un eventual bloque
antioccidental, lo que disgusta especialmente a países que como la
India se nutren del comercio con Estados Unidos, por ejemplo.
Rechazo a las sanciones unilaterales occidentales
Pero hay otras coincidencias en sus políticas que aúnan esa
necesidad de oponerse a la arbitrariedad que muchas veces contienen las decisiones
occidentales.
En la declaración conjunta, los jefes de Estado de los
BRICS, entre los que se contaban el anfitrión Vladímir Putin, el chino Xi
Jinping, el presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, el primer ministro indio,
Narendra Modi, o el presidente iraní, Masud Pezeshkian, entre otros, condenaron
este miércoles la imposición por Occidente de sanciones unilaterales sin
el beneplácito de Naciones Unidas y pidieron el levantamiento de las ya
impuestas.
La referencia era directa a las sanciones que pesan sobre
Rusia e Irán, por la invasión de Ucrania o el programa nuclear iraní, o sobre
China en el ámbito económico. El argumento del rechazo a las sanciones es que
contradicen el derecho internacional y golpean a los sectores más
vulnerables de la población de los países castigados.
"Las medidas coercitivas unilaterales, incluyendo las
sanciones económicas unilaterales y las sanciones secundarias, que contradicen
el derecho internacional, tienen graves consecuencias para el ejercicio
de los derechos humanos, incluyendo el derecho al desarrollo", según
la declaración conjunta.
Esta declaración, con la condena de las sanciones
unilaterales, supone una severa crítica a Occidente y la constatación de que
sus acciones para castigar a un miembro de la comunidad internacional no
evalúan los daños colaterales que pueden tener sobre "la economía
mundial, el comercio internacional y el cumplimiento de los objetivos
de desarrollo estable".
Estas medidas, añade el texto, también socavan los estatutos
de la ONU e inciden negativamente en la seguridad alimentaria o la sanidad, e
impulsan la pobreza.
Es cierto que los miembros de los BRICS tienen profundas
diferencias entre ellos, por ejemplo China e India por cuestiones
fronterizas. Además, algunos de los miembros están más interesados en
fortalecer una economía global independiente de un dólar voluble utilizado como
arma por la política exterior de Estados Unidos, que en derivar la creciente
cohesión al tema ideológico, como frente antioccidental, tal y como defienden Rusia
y China.
Pero el paso dado en Kazán, a pocos días de las elecciones
de EEUU, en las que la situación internacional podría dar un nuevo
vuelco si Donald Trump llegara al poder, es una muestra evidente de que
buena parte de la sociedad internacional, en esos países emergentes en Asia,
África y América Latina, quiere un rumbo distinto al impelido en el mundo
durante décadas por Occidente.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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