El 'Plan de la victoria' de Zelenski acorrala a la
OTAN y la empuja a la guerra con Rusia: “¡Zelenski no esta en sus cabales!”
Volodímir Zelenski saluda al secretario general de
la OTAN, Mark Rutte, este jueves en Bruselas. — Olivier Hoslet
El cacareado Plan de la victoria del
presidente ucraniano, Volodímir Zelenski,
es una huida hacia delante que exige a la OTAN y sus aliados europeos que crucen todas las líneas rojas con Rusia y avancen
hacia la guerra abierta con Moscú. Esta hoja de ruta apuesta
también por convertir a Ucrania en un futuro en el
"garante de la seguridad" en Europa y el brazo armado
de Estados Unidos en el viejo continente.
Zelenski ha presentado ya su Plan de la victoria a Estados Unidos, que mantiene un ominoso silencio sobre el mismo, al Parlamento
ucraniano, a la OTAN y este jueves ante el Consejo Europeo, en Bruselas, al que
pidió "unidad" para sacar adelante los postulados ucranianos,
calificados por Rusia como irracionales.
Lo más probable es que todos los
interlocutores de Kiev den largas a un peligroso planteamiento de todo o nada,
que ignora la situación actual del conflicto, con Ucrania en retroceso en el
frente de batalla y con otras crisis, como la de Oriente Medio, que apartan la
atención de los aliados de esa guerra.
Los avances rusos en el
frente y las dudas de EEUU empujan a Ucrania hacia la negociación
Forzar a Rusia a la paz… aunque Ucrania
vaya perdiendo
Según dijo Zelenski antes de participar este jueves
en la cumbre del Consejo Europeo y después en un encuentro de los ministros de
Defensa de la OTAN, la intención de su plan es
"forzar a Rusia a la paz", con la perspectiva de 2025 como
el año en el que concluir la guerra.
Difícil cometido cuando el ejército ruso tiene la
iniciativa en el campo de batalla, se está imponiendo en el este, en
Donetsk, con captura tras captura de localidades, y cuando el Kremlin ha puesto
en marcha una economía de guerra que puede permitir a Moscú mantener la actual
contienda durante varios años más, algo que Ucrania no puede garantizar ni
siquiera con la ayuda armamentística actual de sus socios.
Entre las demandas del plan de Zelenski se
incluye la inmediata entrada de Ucrania en la OTAN en
cuanto termine la guerra y el despliegue por Estados Unidos, Gran Bretaña,
Francia, Alemania e Italia de armas estratégicas en Ucrania, aunque no sean
nucleares.
Otros
puntos reclaman la autorización occidental y especialmente de Estados Unidos
para usar misiles de largo alcance contra territorio ruso, el derribo por parte de países de la
OTAN de drones y misiles rusos en el cielo ucraniano, el suministro de más
defensas antiaéreas y de armamento más potente para llevar la guerra a Rusia y
la entrega a Ucrania de información de inteligencia referente a Rusia "en
tiempo real".
También defiende un acuerdo que permita explotar conjuntamente el potencial económico ucraniano, incluidos
los recursos naturales, para así, encaminar a Ucrania a la entrada
en la Unión Europea.
Ucrania quiere sustituir a EEUU como
garante de la paz
Pero el más inquietante de los apartados del Plan de la victoria apuesta porque Ucrania asuma
tras la guerra el papel de "garante de la seguridad europea"
actualmente desempeñado por Estados Unidos, incluida la sustitución por tropas
ucranianas de los efectivos que Washington tiene actualmente desplegados en
Europa.
Con un cierto toque megalómano, el Plan de la victoria de Zelenski insiste en que
Ucrania tiene vocación de gran potencia militar y es esencial para garantizar
la seguridad europea y mundial. Es decir, habría soldados ucranianos armados
hasta los dientes distribuidos por toda Europa, allí donde hoy día hay bases
estadounidenses.
Según Zelenski, hay otras "tres peticiones
secretas" en el plan que solo han sido reveladas a Estados Unidos y
otros aliados "cercanos".
Buena parte de estas condiciones ya habían sido
calificadas por Rusia desde que invadió Ucrania en febrero de 2022 como motivos suficientes para una confrontación directa con la OTAN,
si sus miembros las adoptaban. El rápido avance hacia la adhesión de Kiev a la
Alianza fue uno de los motivos alegados por Moscú para justificar la invasión.
El Kremlin exige que Ucrania mantenga una
neutralidad que no aceptan ni los ucranianos ni la mayor parte de los países
europeos o
EE.UU., promotor originario ya en 2007 de la entrada de Ucrania y la república
transcaucásica de Georgia en la OTAN, aunque en los últimos tiempos haya
moderado ese discurso considerado como casus belli por Moscú.
Rusia: Zelenski no está en sus cabales
Sobre el Plan de la victoria,
el Kremlin señaló que Zelenski, para lograr la paz con Rusia, primero debe
"recuperar el juicio". Moscú calificó como
"ilusorio" el que llamó "plan para la desgracia de Ucrania" y
subrayó que llevaría a una escalada sin retorno entre Moscú y la OTAN.
En la misma sintonía se manifestó el primer
ministro húngaro, Víktor Orbán, para quien el plan del
presidente ucraniano es "más que aterrador". El líder
ultranacionalista húngaro instó a la Unión Europea a cambiar "su
estrategia de guerra por una estrategia de paz", en lo que se refiere al
conflicto de Ucrania.
Este jueves, el secretario general de la
OTAN, Mark Rutte, dio largas a Zelenski sobre esa exigencia
de incorporar Ucrania a la Alianza de forma inmediata al concluir el conflicto.
Aunque dijo que Kiev será miembro de la OTAN "en un futuro",
señaló que en estos momentos no se puede saber cuándo se producirá esa
integración.
Incluso el propio Zelenski reconoció tras asistir
al Consejo Europeo que la incorporación de Ucrania a
la Alianza Atlántica "es un tema sensible en Estados Unidos",
pues teme que "pueda arrastrar a Washington a la guerra y hay ciertas
líneas rojas a la hora de invitar a Ucrania".
La OTAN no respalda el Plan Zelenski
El propio Rutte ya indicó el miércoles, cuando
Zelenski reveló públicamente su Plan de la victoria ante la Rada del Parlamento
ucraniano, que no estaba de acuerdo con algunos de los puntos del mismo y que,
aunque respaldaba a Kiev en su lucha contra Rusia, no podía apoyarlos.
"Eso sería un poco difícil porque hay muchas
cuestiones, por supuesto, que tenemos que entender mejor", dijo Rutte en
una rueda de prensa previa a la reunión de ministros de Defensa de la OTAN que
se celebra este jueves y viernes en Bruselas.
Tampoco está de acuerdo la Casa Blanca. Durante la visita que en septiembre
Zelenski hizo a Estados Unidos, le presentó el plan al presidente Joe Biden.
Sin embargo, no consiguió el permiso de Washington para que Ucrania utilice los
misiles de largo alcance donados por el Pentágono para atacar blancos en el
corazón de Rusia. EE.UU. quiere evitar una escalada de tensión con el Kremlin
que pueda acabar en un choque directo.
Sobre la "defensa
conjunta" que quiere Zelenski para derribar con los
sistemas antiaéreos de Polonia o Rumanía los misiles y drones rusos mientras
sobrevuelan el cielo ucraniano, ya el anterior secretario general de la
OTAN, Jens Stoltenberg, quien cedió el puesto a Rutte el 1 de
octubre, dijo que de ninguna forma la Alianza quería convertirse en parte
directa del conflicto.
Zelenski quiere resultados
contrarreloj, antes de 2025
Este Plan de la victoria,
según ha insistido el propio Zelenski, pretende torcerle el brazo a
Rusia en el campo de batalla (o al menos asustarla lo
suficiente) para obligar al Kremlin a negociar y reconocer
abiertamente su derrota en una cumbre internacional de paz que
el presidente ucraniano quiere que se celebre en los próximos meses, en todo
caso antes de 2025, que es cuando Zelenski quiere haber finiquitado la guerra.
Tras la celebrada en Suiza en junio pasado, en esta
próxima cumbre de la paz (Zelenski ya habló de noviembre como posible fecha),
el jefe de Estado ucraniano pretende que los asistentes respalden sus
condiciones posbélicas, es decir, la retirada total rusa de los
territorios ocupados en Ucrania, incluida la península de Crimea anexionada en
2014, el pago de compensaciones de guerra e incluso el
enjuiciamiento del presidente ruso, Vladímir Putin, quien ordenó la invasión el
24 de febrero de 2022.
El Plan de la victoria no
concreta cómo Ucrania, que
está perdiendo la contienda, tal y como empiezan a reconocer incluso sus
propios aliados, puede doblegar al ejército de una superpotencia mundial
dotada de armas nucleares. Armas que el Kremlin ya ha indicado que utilizaría
si se ponen muy mal las cosas para Moscú.
Salvo, claro está, que la
OTAN entre directamente en la contienda (con el potencial
nuclear incluido), que es lo que Zelenski viene
reclamando desde hace tiempo por activa y por pasiva.
Pero eso no va a ocurrir.
Ni siquiera se va a mantener en los próximos meses el nivel de apoyo militar y
armamentístico actual a Ucrania. La crisis de Oriente Medio, con la invasión
israelí de Gaza y el Líbano, y la amenaza de un choque de Irán contra Israel y
sus guardaespaldas estadounidenses han cambiado todo. El altísimo riesgo de una
guerra a gran escala en esta región puede relegar a la crisis ruso-ucraniana
como un conflicto postsoviético sin más.
Armas occidentales, sí. Iraníes y
norcoreanas, no.
El postulado que defendió este jueves Zelenski ante
los líderes europeos es que está ya en marcha una guerra
mundial, debido a la participación de Irán y Corea del Norte en la contienda de
Ucrania, con armamento, como drones y misiles, e incluso con
soldados, como es el caso del régimen de Kim Jong-un, según denunció el líder
ucraniano.
Zelenski volvió a repetir, en una rueda de prensa
tras su reunión con los líderes europeos, que ya hay efectivos
norcoreanos luchando en Ucrania y que Pyongyang se prepara para enviar a 10.000 de sus soldados en apoyo
de Rusia.
Y en el caso de Irán, "le da [a Rusia] drones
y misiles, pero no personas. Y aquí vemos cómo éste es el primer paso para una
guerra mundial", agregó Zelenski.
Ni Estados Unidos ni la OTAN han corroborado la
presencia de militares norcoreanos en Ucrania peleando junto a las tropas rusas.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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