Un 2020 de unidad y lucha, por una constitución plurinacional y paritaria sancionada soberanamente por el Pueblo Chileno en el marco de una Asamblea Constituyente.
La madrugada del
pasado 25 de noviembre, deberían haberse sentado a negociar Piñera con los
jóvenes que combatían en la Plaza Italia. Esos eran los verdaderos
protagonistas de la crisis social y política que afectaba y todavía afecta a
Chile. Sin embargo, se gestó un negociado entre integrantes de la elite
política, en la que todos los asistentes lo hacían por encargo, ya que ninguno
de ellos y ellas, eran participantes activos de los bandos en conflicto.
Obviamente, el tema a discutir debería haber sido la renuncia de Piñera, la
consigna principal que entonces y todavía, levantan las juventudes rebeldes.
Fue un absurdo que mostró a los protagonistas de la “cocina” en su real
dimensión y la historia deberá dar cuenta de sus gestores. N° 40 MARTES 31 DE
DICIEMBRE DE 2019.
Pero, no por
aquella traición el movimiento iba a detenerse, todo lo contrario, obligó a un
momento de reflexión y a la retoma de energías para una lucha que será larga.
No obstante, en los pocos meses de movilización la evaluación no puede ser más
óptima. El pueblo está esperanzado y expectante, mientras el empresariado sofofo
se encuentra aterrado, el régimen está a la defensiva absoluta y su
coalición dividida. Por otro lado, los partidos políticos tradicionales,
incluidos los de izquierda, están fuera de la coyuntura y tratan de ingresar
por la ventana al centro de una movimiento liderado por jóvenes Chilenos
y Mapuches que ya constituyen la generación 2019, más cercana a las
generaciones de jóvenes de los años 1970 y 1980.
¿Dónde estaba el
victimario Piñera Echeñique a comienzos de año? En Cúcuta, Colombia,
junto al presidente narcotraficante Duque, ambos incitados por John
Bolton, para invadir Venezuela y derrocar a Nicolás Maduro Moros. Hoy,
este trío de oro de la Derecha americana sufre el asedio de sus propios pueblos
y los actores sociales se toman las calles en una ofensiva que demolerá el neoliberalismo
salvaje capitalista. En Chile la movilización de la gente en muy poco
tiempo varió la situación y hoy surgen órganos embrionarios de poder
alternativo, la Primera Línea, reproducida en decenas de ciudades, es uno de
ellos. Los cabildos barriales constituyen el otro gran avance, el rescate de
las formas asamblearias por encima de la obediencia ciega a las cúpulas
partidarias es otra válida práctica, así como se articula, paso a paso, un
poder constituyente alternativo con la participación efectiva de la comunidad.
No hay duda alguna, se construye una nueva institucionalidad al margen del
poder establecido.
La generación
2019 tiene un futuro promisorio y, a diferencia de otras generaciones del
periodo de transición democrática, ya tiene un alto número de mártires,
indicativo de la profundidad de la lucha. La experiencia conserva tal nivel de
madurez y creatividad, irrumpiendo una especie de meta símbolos y de meta
iconografías, en las que el perro “negro matapacos” y la bandera mapuche del
Consejo de Todas las Tierras, constituyen su mayor expresión. Todo intento por
introducir símbolos políticos particulares ha tenido poco efecto, es ridículo
introducir una imagen partidaria en un movimiento que precisamente rechaza la
competencia exacerbada por el tipo de modelo capitalista salvaje que nos
rige.
¿Se extenderá el
poder alternativo que hoy está en sus orígenes? Esa debe ser la gran apuesta de
la gente. Ningún plebiscito, convención, acuerdos u otros meneos por parte del
poder constituido podrán servirle si el pueblo organiza su fuerza y se dota del
suficiente conocimiento para poder enfrentar exitosamente las futuras
movilizaciones. Al terminar el año y comenzar una nueva década, entregamos un
fuerte abrazo a quienes nos han acompañado en las 40 ediciones de nuestra
publicación. Las numerosas respuestas a nuestros correos y las miles de vistas
a los artículos subidos a las redes sociales, indican que contribuimos al
objetivo de romper el cerco mediático mercurial enajenante que se impone
a las manifestaciones del pueblo sublevado. De la misma manera, nuestro
propósito de contribuir a la comunicación alternativa, ha sido exitosa en la
medida que se complementa con los cientos de iniciativas que se desarrollan con
tal objeto, ya que nadie puede pensar que aisladamente podrá aportar al
fenomenal esfuerzo mediático mercurial que debemos desplegar para que se
escuche la voz de la gente. En dicho sentido, reiteramos nuestros saludos y
abrazos. Si el presente es de lucha el futuro es nuestro.
La persistencia de la catástrofe económica, política y social.
En declaraciones
de ayer, el victimario Piñera Echeñique señaló descaradamente que
“lo peor de la crisis ya pasó” y la
gente pensará que es otra de las tantas sandeces que habla. Sin embargo, sus
palabras no se dirigen a al pueblo, sino que al empresariado sofofo,
grupo social que se encuentra aterrado por la persistencia de la actual crisis.
Numerosas
columnas publicadas en el Líbero, Diario Financiero, Pulso o el cuerpo B del El
Mercurio, revelan sus opiniones, las que advierten el peligroso año que se les
viene encima. Lo relevante radica en que Piñera sólo mantiene la fidelidad de
la clase empresarial sofofa y la élite política y policial que
usufructúa del aparato de Estado.
Nadie, en su
sano juicio, podría señalar que recuperó a los grupos medios o que sectores
populares están silenciosamente apoyándolo.
En dicho
sentido, el problema está en que con tan reducida base de apoyo, no puede
implementar política alguna. Con el correr del tiempo, aunque todavía difusas,
los grupos sociales y políticos se están rearticulando sobre la base de cuatro
estrategias para resolver la catástrofe política, económica y social. En
dicho marco, el problema del régimen está en su extrema defensiva, que
no le permite diseñar su propia salida, vale decir ni siquiera puede aplicar
una de ellas. Y ante tal situación, sólo le queda solidificar al pequeño, pero
poderoso sector, que aún lo apoya.
Pero, la
credibilidad se le agota y sus adherentes se asustan y se dividen, por lo que
no le queda otra opción que enviarles mensajes de tranquilidad, aunque suenen
medio ridículos. Si Piñera Echeñique logra terminar su mandato, no será
por su fortaleza, sino por la incapacidad de sus opositores.
Lo subrayado es nuestro
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