lunes, 20 de enero de 2020

Ser anti capitalista, es ser antimperialista, en nuestra América Latina


Ser anti capitalista, es ser antimperialista, en nuestra América Latina
 

Por Prof. Humberto Trompiz Valles/ Historiador/ Barómetro Latinoamericano/ADDHEE.ONG:

El incendio social que hoy afecta al Cono Sur, donde los países tenidos como modelos triunfantes de los dos paradigmas capitalistas que se disputan los favores de los habitantes de esta parte del mundo se han venido abajo, Bolivia (progresismo nacionalista) y Chile (Capitalismo salvaje), retan al pensamiento crítico latinoamericano, a buscarle salidas políticas a la menguada situación socioeconómica de las Clases Trabajadoras.

Los desposeídos/marginados del continente Americano han visto en el progresismo nacionalista desde su época fundacional con la Revolución Mexicana de 1910, una llamita de esperanzas para redimir sus carencias sociales; sin embargo, las diferentes versione de este progresismo siempre terminan siendo repudiados por sus pueblos en las urnas electorales. “La maldición de la clase media burguesa” - constituida por la socialdemocracia y la democracia cristiana, dos atajos oportunistas, sincréticos, sin salida del capitalismo salvaje -  siempre dicta solución de continuidad a los regimenes progresistas de la región (Guillermo Oglietti. ¿La clase media burguesa muerde la mano que le dio de comer? ¿O la mano no entiende? https://www.alainet.org/es/articulo/178249)

La deficiencia estructural del progresismo nacionalista creemos encontrarla, entre otras determinantes, en la ausencia de una economía política que aclarare tanto el origen como el destino del excedente económico de las economías periféricas del sistema, en otras palabras, epistemológicamente les ha faltado una teoría de la renta del suelo internacional que dilucide el desarrollo del subdesarrollo en esta parte del mundo. La Teoría de la Dependencia fue un serio intento por aclarar esta cuestión, pero su vertiente marxista se olvidó del IV tomo de El Capital: Teorías de la Plusvalía, donde Dr. Karl Marx dedica gran parte al análisis de la categoría renta del suelo, clave para descifrar la cuestión económica de los países periféricos primario-exportadores.

El obstáculo epistémico en comento, más las inexorables tijeras del sistema-mundo capitalista salvaje, determinaron que el modo producción en las economías latinoamericanas contemporáneas, fuese tipificado como capitalismo dependiente y/o capitalismo rentístico, por parte de la clase media burguesa, social democracia democraciacristiana, testaferras de la oligarquía empresarial del capitalismo salvaje.

El colapso de este tipo de capitalismo en la región se ha intentado corregir a través de dos paradigmas: el progresismo nacionalista, de fundamentación keynesiana y el neoliberalismo salvaje impuesto por el dúo Hayek-Friedman, y puesto en práctica por el pragmatismo contemporizador de la socialdemocracia y de la democracia cristiana.  Estos recetarios económicos son los que hoy están en jaque por la mayoría marginal de los desposeídos en América Latina.

De desgracias en desgracias.


En atención a lo expuesto, podemos decir que el subcontinente pasara de la oscilación entre el progresismo nacionalista y   neoliberalismo salvaje, a la emergencia de un neoliberalismo con ropaje izquierdista-progresista, sin desdeñar una oleada neofascista continental, determinado por la catástrofe estructural del capitalismo salvaje mundial y por la falta de condiciones objetivas para la implantación de formaciones sociales socialistas marxistas. Tal circunstancia no debe llamar a la desmoralización de los explotados de estas tierras, pues, imperceptiblemente, nos movemos hacia la superación de la época del capitalismo salvaje. El comandante Chávez Frías nos alertó que esta transición duraría aproximadamente un siglo; de modo que no hay que desesperarse. La pregunta científica que surge de estas posibles eventualidades es la siguiente: ¿Cómo combatir al capitalismo salvaje decadente desde las entrañas nuestro continente americano?

Ser anticapitalista hoy, es ser antimperialista, socialista, marxista, situado dentro de los linderos de América Latina, exige impulsar movimientos políticos que enarbolen los siguientes postulados:

1.-Defender a ultranza la soberanía y la independencia nacional.
La hegemonía estadounidense afincada en su poder atómico y en la entronización del dólar en la economía mundial, exigen hoy más que nunca el apoderamiento de los bienes naturales de los países periféricos. El dólar sin el petróleo se derrumbaría como un castillo de naipes. A fin de evitar que la burbuja de petrodólares estalle, enterrando a occidente capitalista salvaje y propiciando la transición hacia el mundo euroasiático, el capital va a tratar de imponer la recolonización del Tercer Mundo. Sin soberanía e independencia seriamos pueblos políticamente castrados.

2.-Defender la Democracia participativa/protagónica y el Estado de Derecho. 
La catástrofe estructural del capitalismo salvaje demanda a nivel planetario, la implantación de la teología neoliberal, con la finalidad de recolonizar el planeta, buscando la desvalorización de las riquezas naturales y de la mano de obra, para de esta manera contrarrestar la caída tendencial de la tasa de ganancia a nivel céntrico. La globalización del capital y la agenda económica neoliberal, más el predominio del capital financiero, resultan así, antagónicas con la democracia tanto representativa como participativa. La cadena de golpes de Estado propiciados por el régimen de turno de los Estados Unidos en Latinoamérica para derribar a los gobiernos progresistas de la región, son prueba indiscutible de esta aseveración. La implantación del credo   neoliberal reclama dictaduras militares fascistas como la de Pinochet en Chile. El capitalismo salvaje y la democracia están hoy en acelerado proceso de divorcio.  (Marc Vandepitte. El neofascismo va de la mano del neoliberalismo: Golpe de Estado en Bolivia y noticias falsas- -12-11-2019-Rebelión- http://www.rebelion.org/noticia.php?id=262361)

Defender la democracia en sus formas más radicales es una manera de enfrentar al capitalismo tanto en el centro como en la periferia del sistema, pues es con la democracia y el Estado de Derecho que se logran concretar todos los postulados del anticapitalismo que aquí proponemos.

3.-Defender el empleo y la revalorización salarial de la fuerza de trabajo.
Uno de los grandes aportes de la Teoría de la Dependencia para el entendimiento del subdesarrollo latinoamericano, ha sido su tesis sobre la super-explotación del trabajo, donde los trabajadores de este subcontinente reciben entre diez y quince veces menos salarios que los de sus pares en los países desarrollados. (Marini Ruy Mauro. Dialéctica de la Dependencia. México. ERA. 1973)

Los países que viven de una copiosa renta internacional del suelo como Venezuela, vieron malograr su futuro industrialista que se había iniciado con la sustitución de importaciones en los años cincuenta del pasado siglo, por no tener claro el papel de los salarios en economías dependientes de ese emolumento internacional (Baptista Asdrúbal. Teoría del capitalismo rentista. Caracas. Caracas. BCV. 2010)

La redención salarial de los trabajadores tercermundistas es la clave para provocar la agudización de las contradicciones en la acumulación del capital mundial, mejorando el nivel de vida de los asalariados y propiciando la solidaridad de clase entre el mundo de trabajo del Centro y el de la Periferia. Este sería el terreno abonado para el surgimiento de la V Internacional del Trabajo propuesta por el comandante Chávez Frías. Sin esta mejora salarial en Latinoamérica, la transición al socialismo será un sueño de virgen loca en estos linderos.

4.-Promover la fundación de implantes socialistas en las entrañas del capitalismo salvaje periférico. 
Uno de los aprendizajes que no debemos desdeñar para empujar nuestros países hacia el socialismo es el aportado por el llamado constitucionalismo revolucionario que tuvo su origen en las primeras constituciones haitianas del siglo XIX y llega hasta la Constitución Bolivariana de 1999. Mediante este expediente, se le pueden abrir troneras al Estado liberal que permitan la erección de implantes socialistas en formaciones sociales dominadas por el modo de producción capitalista. Se pueden crear empresas de propiedad colectiva pertenecientes a los trabajadores y demostrar con ellas que las nuevas relaciones sociales allí concretada, son más beneficiosas para el trabajo que las dominadas por el capital.  Un implante socialista nos ahorraría millones de horas dedicadas a la teoría de la transición al socialismo.

5.-Impulsar la implantación de un Programa de Investigación que genere la episteme de la transición al socialismo
El derrumbe del Socialismo Real/ Stalinismo  y la mengua del Progresismo Nacionalista latinoamericano, nos están indicando que la teoría alimentadora de tales procesos históricos, presenta baches profundos que deben ser superados, si queremos abrirle paso a la economía política del trabajo y enterrar la economía política del capital. La entronización del capitalismo en Rusia y en China es prueba fehaciente de que la concepción materialista de la historia reclama varios ajustes. La tardía llegada de la categoría Renta Internacional del Suelo para el análisis de las economías primario-exportadoras, también nos alerta que el legado teórico del dúo Marx-Engels, no ha sido digerido en su totalidad por el pensamiento crítico que enfrenta al capitalismo.
Por consiguiente, se trata entonces de darle la vuelta a la Tesis Once de Feuerbach propuesta por Dr. Karl Marx en los siguientes términos: Los filósofos se han dedicados hasta ahora a la interpretación del mundo, de lo que se trata es de transformarlo. Creemos que el mismo Dr. Karl Marx le dio la vuelta a su tesis cuando en su intento por sepultar al capitalismo, consumió su vida en la interpretación del mismo y nos legó El Capital. En otras palabras, urge un proceso de interpretación de la realidad nuestra americana, para poder llegar a un proceso de transformación radical de la misma. Hoy los términos anti-imperialismo, izquierdismo, anti-neoliberalismo, socialismo del siglo XXI y revolución entre otros, deben ser deslastrados de su raigambre burguesa, para evitar confusiones teóricas que lleven a trágicos errores de praxis política.

La tarea política que nos conduzca por la expedita transición al socialismo, necesita nuevos conocimientos sobre el origen y destino del excedente de las economías del subcontinente; así como también, se necesita teoría sobre el Estado periférico, los movimientos políticos, la estructura de clases, el poder obediencial y tantas otras parcelas de la ontología social de estas tierras.

Este programa de investigación, inspirado en el formulado por el Dr. Marx, debe ser desarrollado tanto por las universidades como por las organizaciones del poder local/comunal. De lo que se trata es de parir la episteme, los cuadros, la organización y el mensaje que necesita la Clase Trabajadera nuestra América Latina para tomar el cielo por asalto. 

Como colofón, ser anticapitalista, es ser antiimperialista, en nuestro continente americano del presente significa matrimoniarse con el pensamiento marxista, con la teología de la liberación, con los saberes ancestrales de los Pueblos Criginarios, la epistemología del Sur, más los movimientos identitarios que el capitalismo salvaje intenta domesticar. Este maridaje debe conducir a la erradicación de la división social del trabajo, como determinación fundacional de la alienación/enajenación y del régimen del capital; desmarcándonos de las versiones edulcoradas del reformismo burgués, tales como el capitalismo popular, el capitalismo con rostro humano y el capitalismo amazónico, etc.

Trabajadores del mundo, escuchen y pongan en práctica de unas ves el legado del genio universal, el Dr. Karl Marx.

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