Militares Chilenos “la
reserva moral de la oligarquía empresarial sofofa”, de las fuerzas de paz de la
ONU, en Haití, acusados de abusar y embarazar a menores de edad…
Los Derechos Humanos y los Derechos
del Niño son de exclusividad para la
gente blanca y rica. El sátrapa Pinochet afirmo: “Gracias al clima, la raza
negra no ha podido mezclarse con nuestra raza blanca”. Prof. Moreno Peralta, Comité de Defensa de los
Derechos Humanos y Sindicales/ Berlín/DDR/ KOMITEE Zur Verteidigung der
Menschenrechte und der Gerwerschaft-Lichen Rechte Chiles in Berlín RFA.
Autor: Juan Pablo Andrews y Sergio Rodríguez
Según publicaciones de medios como The Washington Post y
The New York Times, la misión pacificadora en ese país engendró cientos de
niños, para luego abandonarlos a su suerte. El general de brigada (R) de
Ejército, Eduardo Aldunate, quien fuera segundo comandante de la Minustah entre
septiembre de 2005 y octubre de 2006, señaló que si esto "fuera efectivo,
y se llegara a comprobar, considero que se trataría de una situación
extremadamente grave".
Una dura acusación fue reportada
contra la misión de paz de la ONU en Haití. Según publicaciones de medios como
The Washington Post y The New York Times -citando un estudio del portal
académico The Conversation-, militares de diversos países pertenecientes a
la Minustah (Misión de Estabilización de la ONU en Haití), en los cuales
figura Chile, embarazaron a cientos de mujeres y niñas a cambio de comida o
dinero, para luego dejarlos a su suerte.
“En el verano de 2017, nuestro equipo
de investigación entrevistó a aproximadamente 2.500 haitianos sobre las
experiencias de mujeres y niñas locales que viven en comunidades que albergan
operaciones de apoyo a la paz. De ellos, 265 contaron historias que presentaban
niños engendrados por personal de la ONU”, señala el estudio publicado este
martes y firmado por la profesora de historia de la Universidad de
Birmingham Sabina Lee y por la científica clínico Susan Bartels, de la
Universidad de Queen, en Canadá.
“Un caso en el
pasado fue sobreseído. La ONU niega realizar pruebas de ADN.”
En el reporte no se especifica el
número exacto de casos de embarazos, debido a que -dice el informe- no se han
podido realizar pruebas de ADN, las que han sido negadas por la misma ONU.
Conocido el reporte, en el régimen chileno dijeron recibir con
“sorpresa” el informe y no tener más detalles. Un caso reportado en el pasado
fue sobreseído, indicaron.
En el estudio se aprecia que la
misión militar chilena en Haití figura en un lugar destacado de dicha
práctica, con lo que serían 20 casos. El listado, de 13 países y un “grupo
desconocido”, lo lidera Uruguay y le sigue Brasil. También se mencionan países
como Argentina, Nepal, Sri Lanka, Canadá, Francia y Bolivia, entre otros.
“Las narraciones revelan cómo las
niñas de apenas 11 años fueron abusadas sexualmente y embarazadas por las
fuerzas de paz y luego, como dijo un hombre, ‘quedaron en la miseria’ para criar
a sus hijos solos, a menudo porque los padres son repatriados una vez que se
conoce el embarazo”, dice parte del texto. A los nacidos de esos encuentros se
les conoce en Haití como “petits minustahs”, por el nombre de la misión
pacificadora.
Asimismo, en el reporte aparecen
testimonios sobre lo que sería el intercambio de comida o dinero por parte de
militares por sexo. “Un hombre casado de Cité Soleil describió un patrón común
en el que las mujeres recibían pequeñas cantidades de dinero a cambio de sexo:
Vienen, duermen con las mujeres, se llevan sus placeres, dejan a los niños en
sus manos, les dan 500 gourdes”.
“En otros casos de sexo
transaccional, las mujeres y las niñas recibieron alimentos a cambio de tener
relaciones sexuales con miembros de la Minustah, lo que pone de relieve la
extrema pobreza que contribuye a estos encuentros sexuales. Un miembro de la comunidad
masculina en Port Salut informó: ‘Tuvieron relaciones sexuales con las chicas
ni siquiera por dinero, es solo por comida, por una comida'”, se añade.
Además, se reportan casos de abusos
contra hombres y niños por parte de esa misión militar.
Reacciones
El general de brigada (R) de
Ejército, Eduardo Aldunate, quien fuera segundo comandante de la Minustah entre
septiembre de 2005 y octubre de 2006 señaló a La Terceraque, “si
este fuera efectivo, y se llegara a comprobar, considero que se trataría de una
situación extremadamente grave”.
Aldunate explicó que “la ONU
tiene regulaciones muy fuertes y estrictas respecto del involucramiento con la
comunidad residente de los lugares donde están desplegadas sus tropas de cascos
azules. Y también sanciones muy drásticas para quienes las rompen”.
“En mi época llegamos a tener un peak de 7 mil efectivos. Nunca
tuve avisos o denuncias por parte de la población hacia cascos azules respecto
de alguna situación irregular”.
“Si efectivamente ocurrieron
situaciones como las que se describen en la investigación, de intercambio de
comida por sexo y otras, por cierto que se debe investigar y sancionar si es
que se comprueban las eventuales responsabilidades”, expresó.
EL GENERAL (R) EDUARDO ALDUNATE Y
PARTE DE SU TROPA, EN EL PERÍODO QUE ESTUVO EN HAITÍ (2005-2006).
Por otra parte, el Departamento de
Operaciones de Mantenimiento de la Paz de la ONU, en una respuesta publicada
por el Washington Post, se refirió a la acusación. “Lamentablemente,
hemos visto casos relacionados con el personal de mantenimiento de la paz de
Minustah en los últimos años, aunque las acusaciones generalmente han
disminuido desde 2013”, dice parte de su comunicación, y añade que “nuestro
enfoque coloca los derechos y la dignidad de las víctimas a la vanguardia de
sus esfuerzos para prevenir y responder a la explotación y el abuso sexual”.
“La explotación y el abuso sexual por
parte del personal de la ONU pueden socavar la confianza de la población local
a la que tenemos el mandato de apoyar, ayudar y proteger. No podemos aceptar
esto ”, dijo a The Washington Post Nick Birnback, jefe de comunicaciones para
el mantenimiento de la paz de la ONU.
Por su parte, el régimen de
Haití anunció el jueves que pedirá a Naciones Unidas que aplique “acciones
correctas” para apoyar a las cerca de 2.000 víctimas de abusos sexuales por
parte de “cascos azules” desplegados en el país entre 2004 y 2017. El ministro
de Exteriores haitiano, Bocchit Edmond, pidió que los responsables deben rendir
cuentas y ha destacado que “el papel de un miembro de la fuerza de pacificación
es proteger a las comunidades, no explotarlas y abusar de ellas”.
El bla, bla bla, de
la burocracia en Naciones Unidas.
“Mantendremos discusiones con la ONU
para buscar respuestas y las acciones correctas sin retrasos para que las
víctimas puedan recibir el apoyo y la justicia que merecen”, indicó en un
comunicado enviado a Reuters.
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