miércoles, 29 de enero de 2020

Chile: la respuesta que demanda el Pueblo, va más allá de una nueva Constitución, en el marco de una convención constitucional para que nada cambie.


Chile: la respuesta que demanda el Pueblo, va más allá de una nueva Constitución, en el marco de una convención constitucional para que nada cambie.

Por: Jaime David Farías Delva/ Escritor, comunicador social/Telesur/ADDHEE.ONG:
Marzo 2020 se acerca a pasos agigantados y el Pueblo Chileno está ante un gran desafío, que es hacerse escuchar más allá del show de una nueva Constitución, que solo ha buscado ocultar el resolver de manera estructural el problema.
La clase político-empresarial sofofa Chilena, testaferra del capital buitre foráneo, de las empresas depredadoras multinacionales, de los bancos especuladores usureros y los paraísos fiscales, buscan adormecer  y moldear el imaginario público de quienes se reúnen y protestan contra los abusos, utilizando todos los medios posibles, desde la prensa servil oficialista, hasta leyes represivas, como la ley anti Barricadas, ley Anti Capucha, ley Anti Protesta y la idea o proyecto de ley Contra el Derecho a Reunión, el voto obligatorio, etc.
Cuando se plantea por redes o medios de prensa: “Que el sector dominante, la clase empresarial sofofa y su paniaguada clase politicastra, No ha escuchado nada”; en relación a las demandas básicas del pueblo, creo que es una frase e idea errada, pues la elite de los privilegiados, sabe muy bien lo que está tramando, para frenar al pueblo movilizado y así dejar todo como siempre ha estado. Los ricos se hacen más ricos y los de abajo más pobres, con sus deudas y bajos salarios.
Al parecer el poder político empresarial sofofo Chileno está obcecado en mantener un modelo, que con sus manos invisibles del mercado, represión, y leyes coercitivas y autoritarias, proyectan mantener todo un sistema sustentado en la teoría neoliberal, base de todos los abusos que vive el pueblo chileno en materia de AFP, educación, recursos naturales, salud, salarios, etc.etc.
Estamos en un momento en el cual la respuesta al pueblo ha sido falacia tras falacia,  por no decir que son una burla a la inteligencia de la gente. La situación que estamos enfrentando, me permite sentenciar y afirmar: “Que toda real solución, va más allá del intento de poner en marcha una nueva Constitución, a partir de una nueva convención constitucional para que nada cambie, la que como he dicho en columnas anteriores, está llena de trampas, en la idea de mantener, a como dé lugar, el modelo económico capitalista salvaje, extractivista, explotador, capitalista y patriarcal. Sí….la respuesta  va más allá de una nueva Constitución.
Las últimas declaraciones de Sebastián Piñera Echeñique, referentes a las AFP, que no tocan la esencia de estas administradoras de pensiones, con su temible letra chica,  y junto con esto, sus palabras que refuerzan leyes represoras y autoritarias, nos muestran una administración, un Estado, que en su totalidad está al servicio y al juego de los designios del mercado, engranaje fundamental en la puesta en escena de un modelo neoliberal, que requiere del servilismos de la clase empresarial sofofa dominante, a las multinacionales y transnacionales depredadoras extractivistas, que succionan y extraen todas nuestras riquezas naturales y esfuerzo laboral, a precio de huevo, retornando manufacturadas al país, con precios que les permiten seguir obteniendo grandes ganancias.
Esto nos va dibujando un cuadro, en el cual, congreso y régimen, saben que enfrentan una comunidad chilena que es altamente legalista y que responde siempre a estas amenazas envueltas en un manto de “legalidad”, con cierto miedo y temor, que a mi parecer, no permiten una real explosión social, que saquen “al Chile que despertó de su letargo”, y que nos lleve más allá del actual marco jurídico impuesto por la dictadura cívico militar, la constitución/artilugio de 1980, que permita realmente desestabilizar en su totalidad, los cimientos de un régimen, con un presidente que no cuenta con más del 5% de aprobación. Esto hace vislumbrar, que ante la tozudez de la clase político-empresarial chilena, que no desea soltar sus privilegios, una grave agudización del conflicto, que desde ya está en manos del pueblo resolver.
El dilema en el que se encuentra Chile, y que nadie quiere reconocer  sin grandes tapujos, es la desvinculación total de la clase política y empresarial sofofa con el pueblo, humilde y sencillo, salvo dos diputados, que dentro de la institucionalidad viciada y corrupta, como son Pamela Jiles y Florcita Motuda, osaron señalar estos días: “que tienen que irse todos del congreso; diputados y senadores, además del presidente y su régimen por medio de un Referéndum Revocatorio”. El diputado Alarcón (F.Motuda) afirmó: “Si miramos el porcentaje que tiene el régimen de un 6%, podríamos hacer una cosa interesante entre todos y llevar a un referéndum Revocatorio y salir todos los diputados, todos los senadores, el presidente, el tribunal constitucional, para que se hagan elecciones nuevas, todo de cero” señaló.
Para que nada cambie: Quórum de 2/3.
Lo concreto es que Marzo 2020 se acerca a pasos agigantados y el Pueblo Chileno está ante un gran desafío, que es hacerse escuchar más allá del show de una nueva Constitución, que solo ha buscado ocultar el resolver de manera estructural el problema, para así extirpar en su totalidad la maquinaria de abusos, que por más de 40 años ha soportado el Pueblo Chileno.
La reflexión de uno de los dirigentes de la toma Violeta Parra de Cerro Navia, Juan Caripan, en torno al tema de los desafíos del pueblo, expresa lo siguiente: “La transformación de nuestras propias consciencias. El proceso de desconstruir, de desarmar el llamado sentido común del opresor, que se reproduce en nuestras ideas y conductas, es la labor más dura y que, seguro, nos tomará más tiempo. No dejaremos de ser oprimidos hasta que no destruyamos al opresor que habita en nosotros. La formación de la lealtad colectiva a la independencia política de nuestros propios intereses como clase popular, es la lucha más demandante.”(ResumenLatinoamericano).
Lo subrayado es nuestro.

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