¿Qué se esconde tras el Acuerdo comercial/leonino entre Estados Unidos y la Unión Europea/Union Europea?
Por: German
Gorraiz López/escritor, economista y analista internacional/ADDHEE.ONG:
Prolegómenos:
¿Quién se
llevará la parte del león?,¡El emperador
Trump, seguro!
La clase
empresarial o0ligarca financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista de la
Unión Europea/OTAN y sus testaferra la
clase burguesa politicastra/castrense – partido democratacristiano y
socialdemócrata-, no entienden o no quieren entender en el contexto de su
rastrerismo que ”Estados Unidos no tiene amigos sino intereses ...”
Prof. Moreno
Peralta /IWA
Secretario
ejecutivo ADDHEE. Ong
El acuerdo comercial alcanzado entre Estados Unidos y la Unión
Europea sería un claro éxito para Trump y un completo fracaso para los países de
la Unión Europea que verán incrementarse su IPC y su déficit comercial con Estados
Unidos.
Acuerdo comercial asimétrico
Europa y Estados Unidos representan casi el 30% del comercio
global de bienes y servicios y el 43% del PIB mundial y según Eurostat, el
comercio transatlántico de bienes y servicios alcanzó los 1,6 billones de euros
en 2023.
El Acuerdo comercial alcanzado entre Trump y Von der Leyen
impone un arancel fijo del 15% a todos los productos fabricados en la Union
Europea incluidos los de la industria automotriz, arancel que en los práctica
se dispararía hasta el 30% dada la apreciación del euro frente al dólar.
Por su parte, Europa impone un arancel cero a las
importaciones estadounidenses que en realidad sería un -15% dado la devaluación
del dólar frente al euro amén de la obligación para Europa de comprar gas
licuado a Washington por valor de unos 750.000 millones de euros así como
inversiones europeas en Estados Unidos por un monto de 600.000 millones de
euros.
Caso de concretarse definitivamente los términos del pacto,
dicho acuerdo comercial sería un gran triunfo para Trump y un completo fracaso
para los países de la Unión Europea que verán incrementarse el IPC y el déficit
comercial con Estados Unidos.
Tras la firma del asimétrico acuerdo comercial con Estados
Unidos estarían las presiones de Alemania y Francia para conseguir un arancel
del 15% a sus exportaciones de vehículos y componentes automovilísticos, así
como la exoneración de aranceles a las empresas farmacéuticas.
Crisis industria automotriz
Tras una etapa dulce impulsada por favorables vientos de
cola, la crisis de la industria automotriz provocará un choque de las placas
tectónicas del sector industrial europeo que podrían hacer tambalear a los
buques insignias de marcas como Renault, Mercedes y Volkswagen y que podría
tener como efecto colateral la entrada en recesión de la economía europea en el
horizonte del 2030.
Así, la Asociación de la Industria Automovilística Alemana
(VDA por sus siglas en alemán) prevé en Alemania un desplome de las ventas del
12% en 2025 dada la incertidumbre reinante en el mercado lo que podría tener
como efecto colateral la suspensión por las grandes marcas europeas de sus
planes de producción de coches eléctricos.Así, tanto Renault como Mercedes y
Volkswagen se estarían planteando la revisión de su estrategia que pasaba por
fabricar únicamente vehículos eléctricos en el año 2030 y estiman que la
producción de modelos de combustión se mantendrá durante los primeros años de la
próxima década.
Ello podría desembocar en el declive de la industria
automotriz en Europa que emplea a cerca de 13 millones de personas y representa
el 7 % del PIB europeo, con lo que podríamos asistir a un vertiginoso
incremento de las tasas de paro, a la drástica reducción de los ingresos
estatales y consecuente incremento de los Déficits (la industria del automóvil
es responsable del 10% del total de las exportaciones europeas) y la posterior
entrada en recesión de las economías europeas en el horizonte del 2030.
Riesgo de
deslocalización de empresas y desertización productiva en Europa
El arancel del 15% pactado con Trump supone de facto el
encarecimiento de las exportaciones europeas lo que podría podría provocar un
éxodo industrial de fábricas europeas a suelo estadounidense y el consecuente
cierre de las factorías asentadas en territorio europeo.
Así, la llamada Mesa Redonda Europea para la Industria
(European Round Table) ha publicado una encuesta que asegura que «el 57% de las
grandes empresas europeas se estaría planteando mudarse o desplazar inversiones
a Estados Unidos en los próximos dos años».
En consecuencia, se antoja urgente adoptar medidas para
evitar la masiva fuga de empresas a Estados Unidos y países del Magreb, así
como diseñar las líneas maestras de la inevitable reconversión industrial que
se avecina en el horizonte del próximo quinquenio con el objetivo de evitar la
desertización productiva de Europa y su transformación en un inmenso Parque
Temático para turistas.
Indignidad Europea ante el Engaño
Trumpista con el chantaje de los aranceles
Por Prof. Juan Torres López/Universidad de Málaga, España
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el
de Estados Unidos, Donald Trump, acaban de escenificar una auténtica y
desvergonzada obra de teatro.
PROLEGOMENOS:
¿Hasta cuando el Género Humano
seguirá soportando la tiranía de la celestina universal/el dólar, que impone la
plutocracia empresarial oligarca financiera-bancaria/agiotista, agrícola
monopolista estadounidense a través de su
régimen de turno?
Hablar de dignidad, honestidad con la
tiranía despótica estadounidense en el
contexto de su nuevo orden mundial capitalista determinista
globalizado/hegemónico, escandalosamente injusto, que no tiene futuro y se
disfraza de destino, hay que ser muy ingenuo o estúpido. En el arcadia
estadounidense de la libertad, la democracia, el narcotráfico y la felicidad,
el individuo masa enajenado, tiene derecho a elegir su modo de morir de hambre, de aburrimiento o
drogado. La desesperanza de la mayoría enajenada de la Humanidad no nace ante
una obstinada adversidad, ni en el
agotamiento de una lucha desigual, proviene de que no se perciba, más las
razones para luchar, incluso de que no
se sepa, si hay que luchar: ¿Quién pudiera sacudir de su enajenación a tanta gente alienada?
“Solo merecen la libertad y la vida
quienes cada día las conquistan”
Prof. Moreno Peralta/IWA
Secretario
ejecutivo ADDHEE. Ong
Como ha hecho con otros países, Donald Trump no ha buscado ahora con la Unión Europea un buen acuerdo comercial para los intereses de la economía estadounidense, como él se empeña en decir. Y en lo que ha cedido von der Leyen no es en materia arancelaria para evitar los males mayores de una escalada de guerra comercial, como afirman los dirigentes europeos.
El asunto va por otros derroteros.
Los aranceles del 15 por ciento acordados para gravar casi todas
las exportaciones europeas los pagarán los estadounidenses y, en algunos casos,
con costes indirectos aún más elevados.
Eso pasará, entre otros productos, con los farmacéuticos que se
ven afectados. Puesto que en Estados Unidos no hay producción nacional
alternativa y siendo generalmente de compra obligada (los economistas decimos
de muy baja elasticidad de la demanda respecto al precio) los consumidores
terminarán pagando precios más elevados. Suponiendo que fuese posible o
interesara la relocalización de las empresas para irse a producir a Estados
Unidos (lo que, desde luego no está nada claro), sería a medio plazo (lo
expliqué en un artículo
anterior).
Los aranceles a los automóviles europeos serán del 15 por
ciento, pero los fabricantes estadounidenses deben pagar otros del 50 por
ciento por el acero y el cobre, y del 25 por ciento por los componentes que
adquieren de Canadá y México.
Sería posible, por tanto, que los coches importados de la Unión
Europea sean más baratos que los fabricados en Estados Unidos y que a los
fabricantes de este país les resulte mejor producirlos en Europa y llevárselos
de vuelta.
Además, la mayoría de los automóviles de marcas europeas que se
venden en Estados Unidos se fabrican allí, de modo que no les afectarán los
aranceles, mientras que en Europa apenas se venden coches estadounidenses, no
por razones comerciales sino más bien culturales o de gustos.
Otros productos en los que Europa tiene ventajas, como los
relativos a la industria aeroespacial y algunos químicos, agrícolas, recursos
naturales y materias primas no se verán afectados.
En realidad, en términos de exportación e importación de bienes
generales, el «acuerdo» no es favorable a Estados Unidos. Como explicó hace
unos días Paul Krugman en un artículo titulado El arte del acuerdo
realmente estúpido, el que suscribió con Japón (y se puede decir
exactamente lo mismo ahora del europeo y de todos los demás) «deja a muchos
fabricantes estadounidenses en peor situación que antes de que Trump iniciara
su guerra comercial».
No obstante, todo esto tampoco quiere decir que Europa haya
salido beneficiada. Las guerras comerciales no suele ganarlas nadie, y muchas
empresas y sectores europeos (los del aceite y el vino español, por ejemplo) se
verán afectados negativamente.
Pero no perderán porque Trump vaya buscando disminuir el déficit
de su comercial exterior, sino como un efecto colateral de otra estrategia aún
más peligrosa.
La realidad es que a Estados Unidos no le conviene disminuirlo
porque este déficit, por definición, genera superávit y ahorro en otros países
que vuelve como inversión financiera a Estados Unidos para alimentar el negocio
de la gran banca, de los fondos de inversión y de las grandes multinacionales
que no lo dedican a invertir y a localizarse allí, sino a comprar sus propias
acciones.
El déficit exterior de la economía estadounidense no es una
desgracia, sino el resultado deliberadamente provocado para construir sobre él
un negocio financiero y especulativo de colosal magnitud.
La celestina universal/el dólar como referencia global hegemónica
en el sistema de pago internacional...
Lo que verdaderamente busca Estados Unidos con los «acuerdos»
comerciales no es eliminar los desequilibrios mediante aranceles. Eso es algo
que no se ha conseguido prácticamente nunca en ninguna economía. El objetivo
real de Estados Unidos es hacer chantaje para extraer rentas de los demás
países, obligándoles a realizar compras a los oligopolios y monopolios que
dominan sus sectores energético y militar y, por añadidura, humillarlos y
someterlos de cara a que acepten más adelante los cambios en el sistema de
pagos internacionales que está preparando ante el declive del dólar como moneda
de referencia global.
En el
«acuerdo» con la Unión Europea (como en los demás), lo relevante ni siquiera
son las cantidades que se han hecho públicas. Los aranceles son una excusa, un
señuelo, el arma para cometer el chantaje.
Lo que de verdad importa a Trump no es el huevo que se ha
repartido, sino el fuero que acaba de establecer. Es decir, la coacción, el
sometimiento y el monopolio de voluntad que se establecen, ya formalmente, como
nueva norma de gobernanza y dominio de la economía global y que Estados Unidos
necesita imponer, ahora por la vía de la fuerza financiera y militar debido a
su declive como potencia industrial, comercial y tecnológica.
Siendo Donald Trump un gran negociador, si quisiera lograr
auténticas ventajas comerciales para su economía no habría firmado lo que ha
«acordado» con Europa (y con los demás países), ni hubiera dejado en el aire y
sin concretar sus aspectos más cuantiosos.
La cantidad de compras de material militar estadounidense no se
ha señalado: «No sabemos cuál es esa cifra», dijo al escenificar el acuerdo con
von der Leyen.
El compromiso de compra de US$750.000 millones en productos
energéticos de Estados Unidos en tres años sólo podría obligar a Europa a
desviar una parte de sus compras y tampoco parece que se haya concretado lo
suficiente.
Y la obligación de inversiones europeas por valor de US$600.000
millones en Estados Unidos es una quimera porque la Unión Europea no dispone de
instrumentos (como el fondo soberano de Japón) que le permitan dirigir
inversiones a voluntad y de un lado a otro.
Además, establecer esta última obligación sería otro disparate
si lo que de verdad deseara Trump fuese disminuir su déficit comercial con
Europa: si aumenta allí la inversión europea, disminuirán las compras de Europa
a Estados Unidos, y lo que se produciría será un mayor déficit y no menor.
Lo que han hecho
von der Leyen y Trump (por cierto, en Escocia y ni siquiera en territorio
europeo) ha sido desnudarse en público. Han
hecho teatro haciendo creer que negociaban cláusulas comerciales, pero en
realidad se han quitado la ropa de la demagogia y los discursos retóricos para
mostrar a todo el mundo sus vergüenzas manifestadas en cinco grandes
realidades:
1.-El final del gobierno de la economía global y el comercio
internacional mediante reglas y acuerdos y el comienzo de un nuevo régimen en
el que Estados Unidos decidirá ya sin disimulos, a base de chantaje,
imposiciones y fuerza militar.
2.- A Estados Unidos no le va a importar provocar graves daños y
producir inestabilidad y una crisis segura en la economía internacional para
poner en marcha ese nuevo régimen. Quizá, incluso lo vaya buscando, lo mismo
que buscará conflictos que justifiquen sus intervenciones militares.
¡La Unión Europea una colonia, satrapía del imperio
estadounidense!
3.- La Unión Europea se ha sometido, se arrodilla ante el poder
estadounidense/global hegemonico y renuncia a forjar cualquier tipo de
proyecto autónomo. Como he dicho, a Trump no le ha importado el huevo, sino
mostrar que Europa ya no toma por sí misma decisiones estratégicas en tres
grandes pilares de la economía y la geopolítica: defensa, energía e inversiones
(en tecnología, hace tiempo que perdió el rumbo y la posibilidad de ser algo en
el concierto mundial). Von der Leyen, con el beneplácito de una Comisión
Europea de la que no sólo forman parte las diferentes derechas sino también los
socialdemócratas (lo que hay que tener en cuenta para comprender el alcance del
«acuerdo» y lo difícil que será salir de él), ha aceptado que la Unión Europea
sea, de facto, una colonia del imperio de estadounidense
global/hegemónico.
4.- Ambas partes han mostrado al mundo que los viejos discursos
sobre los mercados, la competencia, la libertad comercial, la democracia, la
soberanía o la paz eran lo que ahora vemos que son: humo que se ha llevado el
viento, un fraude, una gran mentira.
5.- Por último, han mostrado también que el capitalismo se ha
convertido en una especie de gran juego del Monopolio regido por grandes
corporaciones industriales y financieras que han capturado a los Estados para
convertirse en extractoras de privilegios, en una especie de gigantescos
propietarios que exprimen a sus inquilinos aumentándoles sin cesar la renta
mientras les impiden por la fuerza que se vayan y les hablan de libertad.
Unión Europea Q.E.P.D
La
Unión Europea se ha condenado a sí misma. Ha dicho adiós a la posibilidad de
ser un polo y referente mundial de la democracia, la paz y el multilateralismo.
Ahora hace falta que la gente se entere de todo esto y lo rechace, lo que no
será fácil que suceda, pues a esos monopolios se añade el mediático y porque,
como he dicho, esta inmolación de Europa la ha llevado a cabo no sólo la
derecha, sino también los socialistas/socialdemócratas europeos que, una
vez más, traicionan sus ideales y se unen a quien engaña sin vergüenza alguna a
la ciudadanía que los vota.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.





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