Prof. Jeffrey
Sachs
Director del Centro para el Desarrollo Sostenible
Estados Unidos
Entrevista Professor Jeffrey Sachs: ¿Por qué ha terminado la hegemonía occidental/USA, Unión Europea/OTAN, Canadá, Inglaterra, Japón y el patio trasero latinoamericano/yanqui?.
Estimado
Professor Sacks:
Cuando los
pueblos se domestican/enajenan y callan por cobardía, oportunismo o resignación, los grandes forjadores de
ideales levantan su voz. Una ciencia, un arte, un país, una raza, estremecidos
despiertan por su eco. Es lo que ocurre con sus sabias reflexiones de la
entrevista y de la carta abierta al sionista ministro de asuntos exteriores israelí
al epígrafe señaladas, que han sido asumidas y transformadas en una clase
magistral. En lo referente a su carta
que le dirigiera al Ministro
sionista de Relaciones Exteriores Gideon Sa'ar israelí, la mayoría del Género
Humano, la Humanidad ha dicho basta a las malditas guerras imperialistas que
imponen los dueños de la celestina universal/el dólar, la plutocracia
empresarial, el 1%, desde el Estado profundo estadounidense/yanqui. Basta de las matanzas, el genocidio del Pueblo
Palestino /Gaza y Cisjordania que llevan a cabo los genocidas Trump y
Netanyahu. Es hora ya, que todos los pueblos libres, dignos y democráticos
reconozcan al Estado Palestino libre y soberano, y terminar con la falsificación
de la historia que imponer el sionismo colonialista israelí con la complicidad
del Estado profundo estadounidense/yanqui. La tragedia que sobreviven la
mayoría de los pueblos de nuestro desgraciado planeta, la democracia ha sido un
espejismo, con todas las
abstracciones que pueblan la fantasía de
los ilusos o forman el capital de los mendaces de la plutocracia cesarista empresarial con su
maquiavelismo, fría avaria y su profunda
inmoralidad...
Con esperanza y memoria, el genial escritor
Miguel de Cervantes y Saavedra reflexionó,
pero nadie hasta hoy le ha escuchado: “cuando la ignorancia y la prepotencia de los dueños de la celestina universal
pretenden convertirlas en Derecho, la
idea, el desafío de cambiar el mundo, no es una locura, ni una utopía, sino Justicia Plena”.
Con cordiales
saludos, “luchar es vivir”, lo está demostrando el Digno, Pueblo Palestino que asume que “solo meren la libertad y la
vida, quienes cada día las conquistan”...
Prof. Moreno
Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo
Addhee.Ong
- CC/profesora María Hernández – Sampelayo/Universidad
Camilo José Cela/España: msampelayo@ucje.edu
- Reflexiona el Prof. Jeffrey Sacks: ¿Por
qué ha terminado la hegemonía occidental/USA, Unión Europea/OTAN,
Canadá, Inglaterra, Japón y el patio trasero latinoamericano/yanqui?.
- Entrevista Josephine Ma/Sur y sur. Escritora,
periodista y analista internacional/ADDHEE.ONG
Entrevista con EL
CATEDRATICO DE LA UNIVERSIDAD DE
COLUMBIA PROF. Jeffrey Sachs: Por qué ha terminado la hegemonía occidental
En esta larga e interesante entrevista centrada en los Estados
Unidos de Trump, el economista aborda diversos temas, desde la guerra
arancelaria hasta la política exterior estadounidense, gestionada en realidad
por el Estado profundo con una continuidad sustancial entre los distintos
presidentes, pasando por la difícil relación con China, que considera un
elemento clave para la transición energética global hacia una energía con cero
emisiones de carbono, especialmente en los mercados fuera de Estados Unidos y
Europa.
– La tregua arancelaria entre China
y Estados Unidos debería concluir en agosto. ¿Qué cree que sucederá después? ¿Y
qué pasará con las
relaciones comerciales entre China y Estados Unidos durante el resto del
segundo mandato del presidente estadounidense Donald Trump?
–
Estados Unidos ha aprendido que no puede imponer su voluntad a China. La amenaza de las
tierras raras fue suficiente para que Estados Unidos
reconsiderara la situación. Por lo tanto, casi inmediatamente después de
imponer los elevados aranceles, Estados Unidos dio marcha atrás.
Y
ambas partes saben que tienen cierta influencia sobre la otra. Por esta razón,
podríamos esperar que las dos partes mantengan ciertos límites a las tensiones
comerciales en los próximos años.
Habrá,
por tanto, una especie de acuerdo, pero no estará definido en detalle, y las
tensiones seguirán aumentando y disminuyendo, sin que ninguna de las dos partes
imponga definitivamente su voluntad a la otra. La razón fundamental es que
ambas partes se benefician mutuamente de la continuación del comercio. Espero
que prevalezca un poco de racionalidad.
El
mayor reto, por supuesto, es el comportamiento de Estados Unidos. Fue Estados
Unidos quien inició esta guerra comercial. No se trata de dos partes que luchan
entre sí, sino más bien de Estados Unidos luchando contra China. Debemos
recordar esto.
Estados
Unidos debe mostrar cierta prudencia en este momento. Sospecho que hay una
actitud de humildad entre muchos altos funcionarios estadounidenses. El propio Trump
es impredecible.
Tiene
un umbral de atención muy corto. Los acuerdos con Trump no duran. Por lo tanto,
no preveo un período de calma, pero sí algunos límites a la competencia, porque
cada parte puede perjudicar a la otra y ambas tienen motivos de peso para
alcanzar cierto grado de cooperación.
Me gustaría añadir otro punto. Desde
una perspectiva a largo plazo, China no debería considerar en absoluto a
Estados Unidos como un mercado en crecimiento para sus exportaciones.
Estados
Unidos limitará de una forma u otra las exportaciones chinas a Estados Unidos.
La relación no será armoniosa. Estados
Unidos no será amistoso con China, ni fiable.
China
simplemente debería asegurarse de ampliar sus exportaciones a otros mercados y
no centrarse excesivamente en intentar penetrar en el mercado estadounidense, o
incluso en el europeo.
El rápido crecimiento de las
exportaciones chinas se centrará en África, el sudeste asiático, el sur de
Asia, Asia occidental, Asia central y América Latina, y no en Estados Unidos y Europa
occidental.
– ¿Cuáles son sus previsiones para las elecciones de
mitad de mandato en Estados Unidos? ¿Será una dura batalla para Trump?
¿Puede comentar en qué medida está más dividido Estados Unidos que antes de las
elecciones de Trump del año pasado?
–
Creo que los demócratas probablemente recuperarán el control de una o ambas
cámaras del Congreso, porque ese suele ser el patrón en las elecciones de mitad
de mandato.
Incluso
sin entrar en los detalles del contexto actual, el partido que ocupa la Casa
Blanca casi siempre pierde terreno en las elecciones de mitad de mandato, y la
mayoría republicana en ambas cámaras del Congreso es muy reducida.
Dicho
esto, también debemos entender que Trump gobierna principalmente por decreto ejecutivo,
no por ley. Incluso si los demócratas recuperaran una o ambas cámaras del
Congreso, Trump continuaría con sus decretos.
En
mi opinión, Estados Unidos no tiene actualmente un sistema constitucional que
funcione. Se trata de un gobierno monocrático basado en las declaraciones de
emergencia de Trump.
Los
decretos suelen comenzar con la frase: “Con
la autoridad que me confieren la Constitución y las leyes de los Estados Unidos
de América, por la presente ordeno”.
Se
trata de una especie de dictadura blanda, no de un sistema constitucional. Los
tribunales inferiores se oponen, pero el Tribunal Supremo deja que Trump haga
lo que quiera. El Congreso está casi moribundo.
Incluso
si los demócratas recuperaran cierto control de la Cámara de Representantes o
del Senado, eso no detendría gran parte de lo que Trump está haciendo.
También debería añadir que, aunque
los estadounidenses están polarizados, en general no les gustan ninguno de los
dos partidos políticos.
La
mayoría de los
estadounidenses están insatisfechos con la dirección que ha tomado el país. Desconfían
de los políticos. Nuestras instituciones políticas no funcionan correctamente y
por eso hay un alto nivel de desconfianza.
Otro
punto que considero importante comprender es que las oscilaciones entre
demócratas y republicanos no cambian la política exterior estadounidense.
[El
expresidente Barack] Obama inició las políticas antichinas durante su mandato.
Luego llegaron los aranceles de Trump durante su primer mandato.
Biden
mantuvo los aranceles de Trump y adoptó una política hostil hacia China. Ahora
Trump está retomando donde lo dejó Biden.
Es el Estado profundo el que dirige
la política exterior, no la opinión pública ni los presidentes.
En
resumen, no tengo muchas esperanzas de que un cambio en las elecciones de mitad
de mandato cambie mucho el rumbo de la política estadounidense. Incluso un
cambio en la Casa Blanca dentro de cuatro años difícilmente cambiará mucho la
política estadounidense.
Nuestros
problemas están arraigados. Nuestras deficiencias institucionales son
profundas. Quizás se necesiten 20 años para elaborar esta solución. No se trata
de un fenómeno propio de Trump.
– ¿Qué efecto tendrá el One Big Beautiful
Bill en la economía
estadounidense?
-El
One Big Beautiful Bill debilita a Estados Unidos de dos maneras.
En primer lugar, agrava los ya cuantiosos déficits presupuestarios con
nuevos recortes fiscales que benefician principalmente a los
estadounidenses ricos y a la clase empresarial. Estos recortes fiscales
aumentan considerablemente el déficit presupuestario y se compensan en parte
con recortes en la asistencia sanitaria para los estadounidenses más
pobres. Por lo tanto, el proyecto de ley es dramáticamente injusto y
poco prudente en su impacto sobre el déficit y la desigualdad.
En segundo
lugar, la ley elimina gradualmente algunos de los modestos esfuerzos
realizados anteriormente por Estados Unidos en materia de energía con bajas
emisiones de carbono y modernización de las infraestructuras.
Por
lo tanto, la
ley supone un retroceso de Estados Unidos en el liderazgo de las tecnologías
del siglo XXI.
En
esencia, la administración Trump es un regalo para China, ya que las políticas
de Trump le dicen a China: “China debe estar a la vanguardia de la seguridad
climática, la energía con bajas emisiones de carbono, los vehículos eléctricos
y todas las tecnologías verdes y digitales que el mundo necesita, mientras que
Estados Unidos ignorará el futuro».
Por
lo tanto, nada de esto es un proyecto de ley grandioso y maravilloso. Es
un desastre que refleja los fracasos del sistema político estadounidense.
–Cuáles
son las implicaciones de las repercusiones entre el multimillonario Elon Musk y
Trump?
Trump
no tiene relaciones a largo plazo con nadie, salvo con sus familiares más
cercanos. Trump se pelea con todo el mundo. ¿Recuerdan a Steve Bannon? En su
día fue el asesor más cercano de Trump. La cosa terminó rápidamente. Casi todos
los asesores de Trump son despedidos tarde o temprano. Trump no es una persona leal a largo plazo con nadie.
Las
disputas individuales no significan gran cosa. Romper con Musk no significa
romper con Silicon Valley. Silicon Valley llevó a Trump de vuelta a la Casa
Blanca con un enorme apoyo financiero a su campaña.
Todavía
hay decenas de miles de millones de dólares en contratos gubernamentales
destinados también a Elon Musk, Peter Thiel y otros operadores de las grandes
tecnológicas.
La
relación básica entre Silicon Valley y Washington sigue intacta porque el
Pentágono cree que necesita la IA y que no puede desarrollarla por sí solo.
Aunque Trump ha reducido el apoyo a los vehículos eléctricos, incluido Tesla,
el Pentágono seguirá dependiendo de SpaceX, de Musk, durante muchos años.
Y
lo mismo ocurre con la dependencia del Pentágono de las capacidades de
inteligencia artificial de las grandes empresas tecnológicas en general.
– En otras entrevistas, usted ha
afirmado que Trump no ha adoptado una estrategia coherente en política
exterior, incluida su gestión de China. ¿Por qué piensa así? ¿Y qué ve en el
futuro de las relaciones entre China y Estados Unidos?
La
tendencia más fundamental de la economía mundial es el rápido ascenso de las
economías no occidentales, lideradas por China e incluyendo a Rusia, India, el
sudeste asiático y, en las próximas décadas, África.
Estados Unidos está luchando por
mantener su predominio en un mundo en el que las economías emergentes están
creciendo rápidamente. Estados Unidos no podrá impedir el surgimiento del
multipolarismo, pero lo intentará. Trump intentará
una cosa u otra, pero sin éxito ni coherencia. El multipolarismo ya ha
llegado.
El
amplio modelo de convergencia económica, en el que las economías emergentes
reducen o colman la brecha de ingresos con los países occidentales de altos
ingresos, significa que la hegemonía occidental ha llegado a su fin.
Esto está causando una profunda frustración, no solo en la clase política
estadounidense, sino también en Europa.
China
supera con creces a Estados Unidos en la producción de bienes industriales
avanzados, como vehículos eléctricos, energía solar, eólica, nuclear avanzada,
baterías, 5G de bajo coste y muchas otras tecnologías clave. China integra la
inteligencia artificial en los procesos de producción avanzados más que Estados
Unidos.
– Muchos
líderes europeos creen que, si se alinearan con Estados Unidos contra China y
Rusia, tal vez la hegemonía occidental continuaría. En mi opinión, esto es
ilusorio, pero de todos modos crea mucho ruido, fricciones y riesgos de
conflicto. Sin embargo, ninguna de estas estrategias es coherente.
Estados
Unidos no tiene una estrategia para mantenerse un paso por delante de China. De
hecho, no puede lograrlo. Se oyen muchos rumores de amenazas por parte de
Estados Unidos contra China, Rusia y los países BRICS.
Todo
esto es peligroso. Creo que la retórica acalorada puede convertirse en sí misma
en una profecía de guerra que se cumple a sí misma. Hay mucha gente ignorante
en el liderazgo político estadounidense y me preocupan mucho su ingenuidad y
sus ilusiones.
En
mi opinión, este es esencialmente el origen de la “guerra comercial”.
Entre 2010 y 2015, Estados Unidos decidió que China representaba una amenaza
para su primacía. Estados Unidos ha intentado varias estrategias para frenar el
continuo ascenso de China, entre ellas: un refuerzo militar en Asia
oriental; restricciones a la exportación de bienes de alta tecnología, en particular
chips avanzados; sanciones económicas contra importantes empresas chinas;
restricciones a las inversiones de empresas estadounidenses y restricciones a
la propiedad de empresas chinas en Estados Unidos; elevados aranceles sobre las
exportaciones chinas; y otras medidas.
Pero nada de esto detiene el ascenso
de China. El desarrollo de China es el resultado del trabajo duro, el ingenio,
las altas tasas de ahorro, las altas tasas de inversión, una planificación a
largo plazo muy eficaz y una generación de líderes empresariales muy
cualificados y emprendedores, especialmente jóvenes. Estas fortalezas
fundamentales persisten a pesar de las políticas antichinas de Estados Unidos.
Las
políticas de Trump están acelerando la transferencia de científicos de alto
nivel a China. Mi opinión general es que Trump está haciendo mucho ruido y
creando peligros reales, pero sin una estrategia real y sin ninguna posibilidad
de éxito en frenar el ascenso de China.
Esto
es algo bueno. El resto del mundo se beneficia del éxito económico de China,
incluido Estados Unidos.
– En su última entrevista en
Open Questions, habló del “Estado
profundo”, un complejo grupo de
intereses creados en la industria, el ejército y otros ámbitos. ¿Quiere el
Estado profundo un conflicto militar con China? ¿Y los gobiernos extranjeros,
como China y Rusia, creen en la existencia de un Estado profundo, que muchos
descartan como una teoría conspirativa?
–
El Estado Profundo es el sistema de
seguridad permanente de Estados Unidos y sus socios en Europa y Asia oriental,
incluidos Japón, Corea y otros lugares donde Estados Unidos tiene bases militares
y otras instituciones de seguridad.
Incluye
el ejército, la CIA, los contratistas militares y los políticos al servicio del
complejo militar-industrial.
¿Existe un Estado profundo?
Sí. Estados Unidos tiene alrededor de 750 bases militares en el extranjero,
muchas de ellas en Asia oriental. Estados Unidos cuenta con importantes
contratistas militares que mueven cientos de miles de millones de dólares al
año en negocios con el Gobierno estadounidense.
Estados
Unidos libra guerras abiertas y secretas prácticamente sin descanso, algunas de
ellas guerras por poder (en las que Estados Unidos arma y financia a Ucrania
para combatir a Rusia) y, en ocasiones, conflictos abiertos con una fuerte
implicación de Estados Unidos, como en Irak y Afganistán.
Estados Unidos cuenta con las vastas
redes globales de la CIA y la DEA, otras instituciones de inteligencia y
secretas. Todo esto constituye el Estado profundo.
Los
presidentes van y vienen, pero la política exterior subyacente es coherente y
se define en gran medida fuera de la vista del público, sin ninguna referencia
a la opinión pública.
Cuando
Obama sustituyó a Bush Jr., y Trump sustituyó a Obama, y Biden sustituyó a
Trump, y Trump sustituyó a Biden, a nivel de relaciones públicas se dijo que
había habido un cambio, pero en realidad se produjo un cambio muy limitado en
la política exterior.
Por
ejemplo, ¿cuánto cambió la política exterior cuando Obama sucedió a Bush Jr.?
Muy poco. Obama inició muchas guerras, al igual que Bush. El equipo de Obama participó activamente en
el golpe de Estado de 2014 en Ucrania, que allanó el camino para la guerra en
Ucrania. Obama entró en guerra contra Libia. Obama ordenó a la CIA derrocar al
Gobierno sirio. Todo ello fue una continuación de las políticas del periodo
Bush.
Trump continuó con la
mayor parte de esas políticas. Trump siguió reforzando el ejército ucraniano.
La administración Trump rechazó el acuerdo de Minsk 2, que podría haber
impedido la escalada de la guerra en Ucrania. No ha habido grandes cambios
entre Obama y Trump.
Cuando
Biden asumió el cargo, volvieron a afirmar que habría una nueva política
exterior, pero no ha sido así. ¿Qué ha hecho Biden con China? Ha continuado con
los aranceles de Trump. Ha continuado con la retórica intransigente de Trump.
Biden
ha dividido absurdamente el mundo entre las llamadas democracias y autocracias,
un enfoque increíblemente ingenuo, como he dicho desde el principio.
Biden
ha intensificado la guerra en Ucrania. Ha rechazado todos los intentos de
negociaciones de paz, incluido el proceso de Estambul, que podría haber puesto
fin a la guerra en Ucrania en 2022. En cuanto a Oriente Medio, Biden ha sido
cómplice del genocidio que se está produciendo en Israel. Por lo tanto, Biden
ha hecho muy poco diferente de Bush Jr., Obama y Trump antes que él.
Ahora,
Trump ha vuelto. ¿Cuál es la verdadera diferencia? Trump
es diferente en su estilo, en su imprevisibilidad, maldad, egocentrismo y en
sus continuos cambios de opinión. Sin embargo, en términos de política exterior básica, Trump no es muy
diferente de sus predecesores.
– En
este sentido, por “Estado profundo” estadounidense se entiende una
coherencia constante de las instituciones de seguridad estadounidenses que
gestionan la política exterior estadounidense.
La
política exterior estadounidense no está determinada por la opinión pública, el
Congreso ni, en gran medida, por el presidente. Piensa más bien en la CIA y
la DEA, el Pentágono y otros componentes del Estado profundo.
El Estado profundo estadounidense
también determina la política de los Estados vasallos de Estados
Unidos. Muchos observadores consideran que Japón es un país ocupado por
Estados Unidos, con una política exterior fundamentalmente subordinada a la
estadounidense. Lo mismo puede decirse de muchos otros países. Allí donde
Estados Unidos tiene bases militares, los países anfitriones tienden a actuar
como países ocupados, plegando su política exterior a la estadounidense.
El Estado profundo
estadounidense es profundamente arrogante, convencido de que puede dominar el
mundo. El Estado profundo estadounidense cree que puede dominar no solo a los
aliados de Estados Unidos, lo cual es típicamente cierto, sino también a China,
Rusia, Irán, Brasil y otros.
Cuando
la arrogancia de Estados Unidos se vuelve demasiado fuerte, se corre el riesgo
de un desastre. Eso es lo que ha ocurrido en Ucrania. Estados Unidos pensaba
que podía doblegar a Rusia a su voluntad.
No
lo ha conseguido. El intento de afirmar el poder de Estados Unidos en Ucrania
ha llevado a la guerra. La arrogancia de Estados Unidos me preocupa
profundamente. Trump no es precisamente
un estratega. No existe un plan a largo plazo. Estados Unidos está jugando al
póquer, pero no muy bien ni con mucha sensatez. A menudo fanfarronea. Todo este
enfoque puede conducir a la guerra.
– China está elaborando ahora sus
políticas económicas para los próximos cinco años. Usted ya ha asesorado a
muchos países en el pasado. ¿Qué consejo le daría a China ante esta tensión y
la guerra arancelaria mundial?
–
Mi principal consejo para China es que
mire al mundo no occidental para conseguir las alianzas más sólidas en materia
de comercio, inversiones y diplomacia, al menos durante un tiempo.
La
alianza liderada por Estados Unidos (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, la
Ue, Japón, Corea, Australia y Nueva Zelanda) representa alrededor del 13% de la
población mundial. China representa otro 17%. El 70% restante del mundo, en
Asia, África y América Latina, quiere unas relaciones económicas y diplomáticas
buenas y sólidas con China.
Este
70% de la población mundial quiere modernizarse y China proporciona a estos
países los medios para un rápido crecimiento y modernización. China es
fundamental para la transición energética mundial hacia una energía con cero
emisiones de carbono, especialmente en los mercados fuera de Estados Unidos y
Europa.
Las economías emergentes y en
desarrollo de Asia, África y América Latina serán los mercados en los que China
desarrollará rápidamente sus exportaciones en los próximos años.
China desempeñará un papel
fundamental a nivel mundial en estas economías, construyendo economías verdes y
digitales avanzadas, utilizando tecnologías chinas de vanguardia. Será una gran
victoria para el mundo, porque China seguirá creciendo rápidamente, al tiempo
que favorecerá el rápido crecimiento de los países emergentes y en desarrollo.
Lamentablemente, en mi
opinión, Estados Unidos no tendrá un papel significativo en esta modernización
en la próxima generación. Los Estados Unidos bajo Trump se están retirando
de las tecnologías verdes y de la responsabilidad global.
Los
Estados Unidos no pueden competir con China en el mercado global de las
energías renovables. No pueden competir con China en el mercado global de la
conectividad digital. No pueden competir con China en el sector ferroviario de
alta velocidad o en el transporte marítimo con bajas emisiones de carbono. En todos estos sectores, Trump está
cediendo el comercio y el liderazgo mundial a China.
En
cuanto a los mercados estadounidenses, China debería, sin duda, tratar de
alcanzar un acuerdo comercial adecuado con Estados Unidos, pero no debería
preocuparse demasiado, en cualquier caso. Estados Unidos ya representa una
pequeña parte de las exportaciones chinas, quizás alrededor del 10-12%. Es muy
probable que esta cuota de las exportaciones chinas disminuya aún más.
Espero
equivocarme y que Estados Unidos recupere un poco de sentido común, se una al
esfuerzo mundial por la transformación ecológica y restablezca la normalidad de
sus relaciones comerciales con China.
Sin embargo, no creo que esto vaya a
suceder antes de muchos años, y no creo que China pueda, ni deba, basar sus
políticas en un retorno a la normalidad de sus relaciones comerciales con
Estados Unidos. Más concretamente, apoyo la expansión de la Iniciativa del
Cinturón y Ruta de la Seda [china]. Defiendo que China debe interactuar con los
grupos regionales, entre ellos la ASEAN, la Unión Africana, la Liga Árabe y la
Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Las relaciones de China
con estos grupos regionales pueden ser muy estratégicas, ya que los grupos
regionales pueden, y deben, estimular la interconexión de las infraestructuras
entre todos los miembros del grupo. Para China, será más fácil interactuar con
planes regionales que con un país cada vez.
De
hecho, ningún Estado de la ASEAN, Oriente Medio o América Latina puede
modernizarse por sí solo sin fuertes vínculos con sus vecinos a través del
comercio, las finanzas y las infraestructuras.
En
el caso de la ASEAN, por ejemplo, se necesita realmente un sistema energético a
nivel de la ASEAN, y no sistemas energéticos separados para Laos, Camboya,
Vietnam, Tailandia, Malasia, Indonesia, etc.
Estos
países necesitan una red eléctrica interconectada y China desempeñará un papel
clave en la consecución de una red a nivel de la ASEAN. Por lo tanto, la
diplomacia entre China y la ASEAN es muy beneficiosa para ambas partes.
También
creo que Hong Kong tendrá un papel de liderazgo enorme y verdaderamente único
en la transformación global. Hong Kong es vital para los crecientes vínculos de
China con la ASEAN, la Unión Africana y más allá.
La
Gran Área de la Bahía (GBA) combina el liderazgo mundial de Hong Kong en
finanzas internacionales, educación superior y gestión global con el liderazgo
de Shenzhen en tecnologías de vanguardia y la producción avanzada de Dongguan,
Guangzhou y otras ciudades de la GBA.
Al
unir estas fortalezas, la GBA se convierte en el corazón de la transformación
verde global, con energía sin emisiones de carbono, robótica, fabricación
basada en inteligencia artificial, conectividad digital y mucho más. Todo ello
contribuirá a impulsar el rápido crecimiento de China, y de Hong Kong, durante
la próxima generación.
– Este año se cumple el 80º
aniversario del fin de la segunda guerra mundial. ¿Cómo está cambiando el
orden mundial de la posguerra y cómo será el nuevo orden mundial?
–
Hay tres
escenarios posibles. El primero es crear un mundo verdaderamente multilateral.
Para ello, necesitamos una Organización de las Naciones Unidas 2.0. Necesitamos
un sistema internacional actualizado en el que todas las principales potencias
acepten invertir en el Estado de derecho internacional y en la resolución
pacífica de los conflictos. Esto requerirá una actualización del Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas y, en general, de las instituciones de la ONU.
Me
gustaría ver un importante campus de las Naciones Unidas en China, para ayudar
a impulsar la transformación verde y digital en todo el mundo.
Me
gustaría que China y la India colaboraran estrechamente en las Naciones Unidas,
también en lo que respecta al puesto de la India en el Consejo de Seguridad.
Me
gustaría que China apoyara a la Unión Africana para que desempeñara un papel
mucho más importante en la gobernanza mundial. Me gustaría que China, Japón y
Corea pusieran fin a las divisiones geopolíticas y formaran una alianza fuerte
en el noreste asiático. En este escenario, lo más importante es que Estados
Unidos y Europa acepten el papel creciente de China, India y el resto del mundo
no occidental.
Un segundo
escenario prevé que el mundo occidental/USA/Unión Europea/OTAN,
Inglaterra, Canadá y Japón, se encierre en sí mismo. Se vuelve
proteccionista y Estados Unidos intenta dividir el mundo en bandos. Esta
es quizás la estrategia probable de Estados Unidos, pero creo que
es significativamente peor para Estados Unidos y para el resto del mundo que el
primer escenario. Creo que Estados Unidos debe abandonar por completo la idea
de construir bandos que compitan entre sí.
El tercer
escenario es que no tengamos ningún sistema
global, sino más bien un caos creciente debido al cambio climático, las guerras
y los conflictos geopolíticos. Este escenario desastroso es una
posibilidad real.
Cualquiera
de estas tres trayectorias es posible. Deberíamos aspirar a la primera. Estados
Unidos y Europa deberían dar un suspiro de alivio y acoger al mundo no
occidental en un liderazgo global compartido.
Las
grandes potencias —Estados Unidos, Europa, Rusia, China, India— deberían
ponerse de acuerdo para evitar enfrentamientos.
Estados Unidos debería detener la
ampliación de la OTAN y dejar de suministrar armas a Taiwán. Estas acciones son
provocadoras y conducen a conflictos entre grandes potencias que amenazan la
seguridad y la protección del mundo entero.
En
resumen, Occidente debería dejar de preguntarse “¿Quién es el primero?” y
preguntarse en cambio: “¿Cómo puede el mundo entero
colaborar por el bien común global?”
Según
mi experiencia, China, Rusia y otras naciones apoyarían con entusiasmo un
esfuerzo de cooperación global de este tipo, basado en la seguridad y el
respeto mutuo.
*Originalmente
publicado en:
·
South China Morning Post.
·
Red Latina sin fronteras.
·
ADDHEE.ONG.
·
Other News.
·
En red_ sin froteras.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
Entrevistado
* Jeffrey Sachs es profesor de Economía y director del Centro para el
Desarrollo Sostenible de la Universidad de Columbia. Es presidente de la Red de
Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Ha sido asesor
especial del secretario general de las Naciones Unidas y ha asesorado a
numerosos gobiernos sobre transición económica, soluciones a la crisis de la
deuda y políticas de reducción de la pobreza.
Entrevistadora
* Josephine Ma es editora jefe de la sección de China y lleva
más de 20 años cubriendo la actualidad china para The Post. Como
corresponsal en Pekín, ha informado sobre todo tipo de temas, desde la epidemia
de SARS de 2003 hasta los disturbios de Lhasa y los Juegos Olímpicos de Pekín
de 2008. Vive en Hong Kong desde 2009. Tiene un máster en Estudios del
Desarrollo por la London School of Economics y una licenciatura en Lengua
Inglesa por la Universidad China de Hong Kong.
Carta abierta del professor Jeffrey Sachs catedrático de la Universidad de
Columbia al ministro de asuntos exteriores de Israel, Gideon Sa'ar
Puede que cree que las
armas nucleares y el Gobierno de Estados Unidos son su salvación, pero el poder
bruto será efímero si continúa la grave injusticia de Israel hacia el Pueblo
Palestino . Los profetas judíos enseñaron una y otra vez que los Estados injustos
no sobreviven mucho tiempo.
Sr. Gideon Sa’ar, Ministro de Asuntos Exteriores
Gobierno de Israel
Estimado señor ministro:
Le escribo en relación con su discurso pronunciado
en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas el 5 de agosto. Asistí a la
sesión, pero no tuve oportunidad de hablar con usted al término de esta.
Quisiera compartir con usted algunas reflexiones sobre su discurso.
“En mi nombre NO!”
En su discurso, no reconoció por qué casi todo el mundo,
incluidos muchos judíos como yo, estamos horrorizados por el comportamiento de
su Gobierno. En opinión de la mayoría del mundo, con la que coincido, Israel
está cometiendo asesinatos en masa y provocando hambrunas; usted no lo habría
sabido por su discurso.
No reconoció que Israel ha causado la muerte, hasta la fecha, de
unos 18.500 niños palestinos, cuyos nombres han
sido recientemente publicados por The Washington Post.
Usted culpó a Hamás de todos los asesinatos en masa de civiles por parte de las
fuerzas israelíes, incluso cuando el mundo ve cada día vídeos en los que se ve
a las fuerzas israelíes asesinando a sangre fría a civiles hambrientos
que se acercan a los puntos de distribución de alimentos.
Lamentó la hambruna de 20 rehenes, pero no mencionó la hambruna
de 2 millones de palestinos provocada por Israel. No mencionó que su propio primer ministro ha trabajado activamente
durante años para financiar a Hamás, como ha documentado The Times of
Israel.
Ya sea que sus omisiones sean el resultado de la obtusidad o de
la evasiva, serían una tragedia solo para Israel si no fuera porque usted
intentó involucrarme a mí y a millones de otros judíos en los crímenes contra
la humanidad de su gobierno.
Usted declaró en la
sesión de la ONU que Israel es “el
Estado soberano del pueblo judío”. Esto es falso. Israel es el Estado soberano de sus ciudadanos.
Soy judío y ciudadano de los Estados Unidos. Israel no es mi Estado y nunca
lo será.
El lenguaje que utilizó en su discurso sobre los judíos
traicionó el abismo que nos separa. Se
refirió al judaísmo como una nacionalidad. Se trata, sin duda, de una
construcción sionista, pero contraria a 2.000 años de creencias y vida judías.
Es una idea que yo y millones de judíos rechazamos. Para mí y para innumerables personas fuera
de Israel, el judaísmo es una vida de ética, cultura, tradición, ley y
creencias que no tiene nada que ver con la nacionalidad. Durante 2.000 años,
los judíos vivieron en todas partes del mundo, en innumerables naciones
Los grandes sabios rabínicos del Talmud babilónico prohibieron
explícitamente el retorno masivo del pueblo judío a Jerusalén, y le dijeron que
viviera en sus propias tierras (Ketubot 111a).
Lamentablemente, los sionistas llevaron a cabo campañas masivas,
que incluían subsidios financieros y tácticas intimidatorias, para inducir a
las comunidades judías a abandonar sus propias tierras, lenguas, culturas
locales y relaciones con sus vecinos, con el fin de atraerlas a Israel.
He viajado por todo el mundo visitando sinagogas casi vacías y
comunidades judías abandonadas, en las que solo quedaban unos pocos judíos
ancianos, quienes insistían en que sus
comunidades habían vivido en paz y armonía con las mayorías no judías.
El sionismo ha debilitado o acabado con innumerables comunidades vibrantes de
nuestros correligionarios en todo el mundo.
Es irónico que, cuando los sionistas convencieron al Gobierno
británico en 1917 para que emitiera la Declaración Balfour, el único judío del
Gabinete, Sir Edwin Montagu, se opuso
enérgicamente, afirmando que era un ciudadano británico que
resultaba ser judío, no miembro de una nación judía: Afirmo que no existe una
nación judía. Los miembros de mi familia, por ejemplo, que llevan generaciones
en este país, no tienen ningún tipo de comunidad de opiniones o deseos con
ninguna familia judía de ningún otro país, más allá del hecho de que profesan
en mayor o menor medida la misma religión.
En este contexto, también conviene recordar que la Declaración Balfour
establece claramente y de forma inequívoca que “no se hará
nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades
no judías existentes en Palestina”. El sionismo ha suspendido esa
prueba. Su Gobierno está comprometido con la ocupación permanente de toda Palestina y
se opone de forma violenta e implacable a un Estado soberano de Palestina. La plataforma fundacional del Likud en 1977
no oculta nada al respecto, declarando
abiertamente que “entre el mar y el Jordán solo habrá
soberanía israelí”.
Para lograrlo, Israel demoniza al Pueblo Palestino y lo aplasta físicamente mediante el hambre
masiva, el asesinato, la limpieza étnica, la detención administrativa, la
tortura, la confiscación de tierras y otras formas de represión brutal. Usted
mismo declaró vergonzosamente que “todas las facciones
palestinas” apoyan el terrorismo.
Su homólogo en la sesión del Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas, el embajador palestino Riyad Mansour, declaró justo lo
contrario. Afirmó claramente: La solución es poner fin a esta ocupación
ilegal y a este conflicto desastroso; es la realización de la independencia y
la soberanía del Estado palestino, no su destrucción; es el cumplimiento de
nuestros derechos, no su continua negación; es el respeto del derecho
internacional, no su pisoteo; es la aplicación de la solución de dos Estados,
no una realidad de un solo Estado con los palestinos condenados al genocidio,
la limpieza étnica o el apartheid.
Israel se enfrenta a casi todo el mundo en su intento de
bloquear la solución de dos Estados. Ya son 147 los países que
reconocen al Estado de Palestina, y muchos más lo harán pronto. Ciento setenta
Estados miembros de la ONU votaron recientemente a favor del
derecho del Pueblo Palestino a la autodeterminación política, con solo seis
votos en contra (Argentina, Israel, Micronesia, Nauru, Paraguay y Estados
Unidos).
Su presentación ignoró por completo la poderosa “Declaración de
Nueva York sobre la solución pacífica de la cuestión de Palestina y la
aplicación de la solución de dos Estados”, emitida por la comunidad
internacional en la Conferencia Internacional de Alto Nivel sobre la Aplicación
de la Solución de Dos Estados, celebrada el 29 de julio de 2025, apenas una
semana antes de su propio discurso en el Consejo de Seguridad de las Naciones
Unidas.
Arabia Saudita y
Francia copresidieron esa conferencia de alto nivel. Las naciones árabes e
islámicas de todo el mundo pidieron la paz y la normalización de las
relaciones con Israel cuando este respete el derecho internacional y la
decencia, en consonancia con la solución de dos Estados. Su
Gobierno rechaza la paz porque su objetivo es dominar toda Palestina.
Israel se aferra a su posición extremista por un hilo, respaldado
(hasta ahora) por Estados Unidos, pero por ninguna otra potencia importante.
También debemos reconocer una de las principales razones del apoyo
estadounidense hasta ahora: los protestantes evangélicos cristianos que creen
que la reunión de los judíos en Israel es el preludio de la condenación o la
conversión de los judíos y el fin del mundo.
Esos son los aliados de su Gobierno. En cuanto a la opinión
pública estadounidense en general, el rechazo a las
acciones de Israel se sitúa ahora en el 60%, con solo un 32% a
favor.
Señor ministro, la repulsa mundial a la que usted se refiere es
contra las acciones de su Gobierno, no contra los judíos. Israel se ve
amenazado desde dentro por el fanatismo y el extremismo, que a su vez provocan
el rechazo mundial de Israel tanto por parte de judíos como de no judíos.
La gran amenaza para la supervivencia de Israel no son las
naciones árabes, los palestinos o Irán, sino las políticas del Gobierno
extremista de Israel, liderado por Benjamín Netanyahu, Bezalel Smotrich e
Itamar Ben-Gvir.
La solución de dos Estados es el camino, y el único camino, para
la supervivencia de Israel.
Puede que cree que las armas nucleares y el Gobierno de Estados
Unidos son su salvación, pero el poder bruto será efímero si continúa la grave
injusticia de Israel hacia el Pueblo Palestino . Los profetas judíos enseñaron
una y otra vez que los Estados injustos no sobreviven mucho tiempo.
Atentamente, Jeffrey D. Sachs
Lo subraydo/interpolado es nuestro.
* Profesor universitario
y director del Centro para el Desarrollo Sostenible de la Universidad de
Columbia, donde dirigió The Earth Institute desde
2002 hasta 2016. También es presidente de la Red de Soluciones para el
Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas
*Originalment publicado
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