Objetivo genocida sionista/colonialista terrorista israelí: Fragmentar Siria...
Este testaferro del criminal sistema capitalista,
determinista globalizado hegemónico, con el apoyo de la Unión Europea, “Divide”
para que el sistema orwelliano capitalista siga sobreviviendo su agonía. Ayer balcanizaron
Yugoslavia en el contexto de su criminal y desvergonzado maquiavelismo, su fría
avaricia y su profunda inmoralidad
Por Pablo Jofre Leal/escritor,
periodista y analista internacional/ADDHEE.ONG y Other News:
En los últimos días, la agresión del régimen sionista
colonialista israelí contra los pueblos de Asia Occidental se ha
incrementado. Esto, llevado a cabo con pleno apoyo de Washington y aquellos
países europeos con intereses regionales, ambos aliados del nazisionismo.
A lo mencionado hay que unir el silencio de entidades
internacionales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que ha
perdido todo sentido de influencia y existencia, la ineficacia de la Liga Árabe
e incluso la abierta alianza entre algunos miembros de esta liga con el ente
genocida sionista colonialista israelí.
Palestina y el genocidio que no cesa, las acometidas
mediante bombardeos a la población civil del sur del Líbano, la política de
desestabilización contra Irán, los ataques contra Yemen… son parte de esa
dinámica criminal del sionismo israelí y sus aliados, la Unión Europea/OTAN
y Estados Unidos.
Y, como prueba irrefutable de que las potencias hegemónicas
y arrogantes, junto a su testaferro sionista colonialista israelí desean
avanzar en la conquista de toda la región, encontramos el bombardeo que las
fuerzas militares del régimen nacionalsionista israelí han lanzado sobre la
capital de Siria, Damasco —oficinas gubernamentales, cuarteles, centros de
logística y objetivos civiles—, que han significado la muerte de centenares de
sirios. Esto, unido al incremento de la ocupación de la zona sur de este país.
Una embestida que se da principalmente en la zona fronteriza
entre el ocupante israelí y Siria en su parte sur y donde el nombre de la
provincia Sweida, de mayoría drusa, resuena con fuerza. Hoy el sionismo utiliza
el argumento de proteger a la población drusa para atacar Siria. Una población
drusa que entró en una serie de enfrentamientos con milicianos beduinos y
grupos armados vinculados al gobierno de Ahmed Al Sharaa, remanentes armados
por Occidente y monarquías ribereñas del Golfo Pérsico y el propio Israel, que
fueron los puntales del derrocamiento del Gobierno sirio de Bashar al Assad a
fines del 2024.
Una excusa hipócrita, falsa, que devela nuevamente la manera
de actuar del régimen genocida presidido por Benjamín Netanyahu y sus aliados,
que ha sido denunciado, por ejemplo, por las tribus drusas de Jordania. Estas
han hecho un llamado a sus hermanos en Swieda a que “tengan cuidado
con la intervención israelí. Tenga cuidado de que su firmeza y sacrificios no
sean utilizados como pretexto, para una intervención sionista de mayor
envergadura en el sur de Siria”. Realidad que día a día se concreta.
Para los drusos, afincados en Jordania, la ocupación israelí
no desea el bien para nadie, solo busca ejecutar sus planes divisionistas. Se
le ha hecho, igualmente, un llamado al Gobierno de facto sirio a que detengan
los enfrentamientos. Estos en momentos en que surgen las informaciones de que
el líder Al Sharaa habría escapado de Damasco junto a sus familiares, mostrando
el deterioro de un Gobierno surgido por obra y gracia de Occidente y el
sionismo y destinado a morir prontamente a menos que lo veamos resurgir/Estados
Unidos, Unión Europea/OTAN de las cenizas con el beneplácito imperial
sionista. (1)
Hoy el sionismo utiliza el argumento de proteger a la
población drusa para atacar Siria.
El emplazamiento principal de poner fin a la lucha en la
zona de Sweida y asumir su responsabilidad en el control de los grupos
extremistas takfiries, que dicen ser parte de las fuerzas del Gobierno de facto
y que sostengo, en esencia, son testaferros de los planes trazados por Tel Aviv
con uso del Mossad, para desestabilizar al mismo Gobierno que dicen apoyar. Y,
así obligar a Al Sharaa o a cualquiera que ocupe el poder a dejar el control
fronterizo sur de Siria en manos de las milicias drusas afines al sionismo,
creando, por tanto, una zona de absoluto control del ente genocida israelí.
Los drusos son una secta constituida por cerca de un millón
de seres humanos, repartidos en los territorios palestinos ocupados por el
régimen israelí, Líbano, Jordania y Siria. Son considerados un grupo
etnorreligioso árabe con una identidad cultural y religiosa distintiva.
Monoteístas con una fe que se asienta en la creencia abrahámica. Es decir, el
mismo Dios que el de judíos, cristianos y musulmanes. Lógicamente, con sus
particularidades. Es una comunidad cuya fe ha evolucionado desde su nacimiento
incorporando diversos elementos de otras tradiciones religiosas, más allá de
las religiones abrahámicas.
Más de la mitad de la población drusa reside en Siria,
concentrada principalmente en la provincia meridional de Sweida —centro de
los combates señalados—, algunos suburbios de Damasco como Jaramana y
Ashrafiyat Sahnaya, y en los Altos del Golán, territorio sirio ocupado por
Israel desde 1967. En Líbano constituyen el 5% de la población y en Jordania
unos 30.000 asentados, fundamentalmente, en los alrededores de Amman.
Israel y su narrativa falsaria afirman actuar en función de
defender a la minoría drusa siria, como si alguna entidad defensora de los
derechos humanos, los Gobiernos el mundo, la ONU le hubiesen otorgado un cheque
en blanco al ente sionista israelí más criminal de los últimos 80 años
para ejercer de defensor de los “débiles”. Una conducta aprendida de su padre
putativo estadounidense. Esto, influenciado por varios puntos:
La presión de la comunidad drusa israelí y aquellos miembros
del ejército de ese origen absolutamente comprometidos con el régimen
nacionalsionista israelí.
El ampliar el radio de usurpación de territorio sirio. Un
plan de expansión del sionismo israelí que involucra el conjunto de Asia
Occidental, como parte de la idea mitológica del “Gran Israel”.
Incrementar el número de ataques contra Líbano, que implica
ataques al conjunto del eje de la resistencia y generar un estado de
desestabilización permanente.
Debilitar al régimen sirio, al cual dice apoyar, pero ataca
sus instalaciones militares, cuartel, edificios gubernamentales, bajo la
premisa del caos premeditado y obligarlo a ceder “mediante el uso de la
fuerza”, como lo afirma el propio Netanyahu a las exigencias del sionismo colonialista
israelí.
Aprovechar la debilidad de un desfalleciente Estado sirio,
fragmentado, atomizado y con lucha entre clanes y caudillos, para incrementar
sus objetivos de expansión territorial, de la mano de los intereses de sus
aliados occidentales. Una Siria dividida ha sido siempre el plan a concretar
por parte de la alianza imperial sionista.
Seguir con su campaña de generar enfrentamientos regionales
que generen la necesidad de contar con mayor apoyo militar y económico de
Washington y los países satélites europeos.
Un tema que generó especial tensión entre el nuevo gobierno
sirio y los drusos es el desarme de las milicias drusas cuyos
dirigentes han señalado, categóricamente que, mantendrán sus armas y milicias
independientes del tipo de gobierno que exista. La provincia de Sweida,
vive una profunda crisis en múltiples aspectos: seguridad, servicios básicos,
infraestructura y la presencia en la zona de múltiples bandas armadas, que han
florecido tras la desintegración evidente del estado sirio tras el
derrocamiento del gobierno de Bashar al Assad. Una realidad que está
siendo aprovecha por el oportunismo criminal crónico del régimen israelí.
El régimen sirio, surgido tras el derrocamiento de al Assad,
exigía que las milicias drusas se integraran a las recién remozadas fuerzas
regulares, destinadas a fortalecer el Gobierno prooccidental sirio. Y, al mismo
tiempo, terminar con las numerosas facciones, propias del origen de estos
grupos: creados por Occidente y las monarquías como Arabia Saudí, Emiratos
Árabes Unidos y el propio Israel.
Un tira y afloja que se decantó a favor del interés
nacionalsionista que obligó a Al Sharaa a delegar, en las últimas horas, la
acción militar fronteriza entre Siria y el ocupante sionista en la zona sur del
país árabe. Las nuevas mentiras de este “Pinocchio” nazisionista afirman:
“Hemos establecido una política clara: Desmilitarizar el área al sur de
Damasco, desde los Altos del Golán hasta las montañas drusas, que será una
línea roja. La segunda línea será proteger a los hermanos de nuestros
hermanos, los drusos en las montañas drusas”. La desfachatez, el relato falso y
criminal, es parte de este criminal de guerra israelí y para ello es capaz de
hablar de hermandad con aquellos seres humanos que suele despreciar por Goyim.
Israel y su narrativa falsaria afirman actuar en función de
defender a la minoría drusa siria, como si alguna entidad defensora de los
DD.HH. Le hubiesen otorgado un cheque en blanco al ente más criminal de los
últimos 80 años para ejercer de defensor de los “débiles”.
El relato de la Hasbará sionista trata de presentar al
conjunto de los drusos como pro-israelíes, incluso como partidarios del
bombardeo israelí de Damasco, en función de la narrativa sionista que se está
haciendo para defender a los drusos de grupos takfiríes. Recordemos que existe
un millón de drusos repartidos por Siria, Jordania, El Líbano y donde solo el
15% habita en lo que llaman Israel —incluyendo los Altos del Golán sirio
ocupado—, cuyos gobernantes los consideran ciudadanos israelíes.
El análisis fino de la relación entre drusos y sionistas en
los territorios palestinos ocupados tiene sus complejidades, pero en esencia
muestra que estos drusos tienen un alto grado de sometimiento, apoyo y lealtad
a Tel Aviv. Los drusos en la entidad sionista realizan el servicio militar
obligatorio y lo que se denomina la seguridad fronteriza, además de otras
instituciones de seguridad e inteligencia, incluyendo al Shin Bet y el Mossad.
Líderes drusos del Líbano rechazaron la injerencia sionista
en Siria y la necesidad de mantener la unidad nacional ante las tensiones
sectarias, sobre todo en el sur del país. El denominado Consejo Religioso Druso
en Beirut acuso al Gobierno sionista israelí de buscar desestabilizar Siria e
implicar a la comunidad drusa en sus agendas. Por medio de una declaración, la
organización denunció las pretensiones de “Israel” de fragmentar el tejido
social sirio con sus afanes de expansión. (2)
Para el Movimiento de Resistencia islámica de El Líbano
—Hezbolá— la actual agresión sionista contra el pueblo de Siria no solo es una
flagrante violación de la soberanía nacional, del derecho internacional y un
proceso continuo de ataques al conjunto de países miembros del Eje de la
Resistencia. “La cobarde agresión es un nuevo episodio de los planes del
enemigo sionista colonialista israelí para invadir países y sembrar la
discordia y la división entre los pueblos», ha agregado. «El enemigo sionista
pretende presentarse como salvador o garante de la seguridad de los pueblos (en
alusión a los drusos sirios), en un momento en que representa la mayor amenaza
para ellos y para la seguridad de la región”.
Israel es un peligro, lo sabemos en forma indudable, y ello
hace necesario afianzar a los países y movimientos que forman parte del Eje de
la Resistencia para acumular fuerza política y militar que permita asestar un
golpe demoledor que termine con este régimen, que obligue a lo que suelen
denominar comunidad internacional a definir como una amenaza a la paz a esta
entidad genocida.
Solo de esta manera el mundo podrá tener un espacio posible
de desarrollo en la región de Asia Occidental, pues es el régimen
nacionalsionista israelí es catalizador de conflictos y genera
desestabilización como testaferro de los poderes hegemónicos y arrogantes
consignados en ciertos países que propician un mundo en guerra: Estados Unidos
y la Troika europea conformada por Francia, Gran Bretaña y Alemania. Los demás
europeos son meros cervatillos en esa política de hegemonía que tiene al mundo
en peligro de una hecatombe.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
¡Condenamos la agresión del genocida sionismo colonialista israelí en Siria y las masacres de civiles en Sweida! ¡Los pueblos de Siria deben decidir su futuro!
En los últimos días, una escalada militar iniciada por el
secuestro de un miembro de la comunidad drusa en Sweida por parte de grupos
armados beduinos ha derivado en enfrentamientos que incluyeron masacres de
civiles en Sweida por ambas partes y ataques del Estado sionista colonialista
terrorista de Israel, como el bombardeo al Estado Mayor General en Damasco.
Esta escalada militar de Israel es parte de su agresión criminal en toda la
región. Mientras, por otro lado, el gobierno sirio se ha negado a reconocer los
derechos democráticos de los pueblos de Siria. Nuestra evaluación como Unidad
Internacional de Trabajadoras y Trabajadores – Cuarta Internacional (UIT-CI)
sobre los últimos acontecimientos en Siria es la siguiente:
1) Rechazamos categóricamente la agresión militar y la
política de ocupación por aire y tierra que el Estado sionista de Israel
mantiene en Siria. El Estado sionista, que continúa perpetrando el genocidio
más atroz del siglo XXI en Gaza/Cisjordania, ha profundizado su agresión
militar en Siria bajo el pretexto de defender los derechos del pueblo druso.
Sin embargo, el objetivo del sionismo no es proteger al pueblo druso, sino
profundizar las divisiones entre los pueblos de Siria y consolidar su
ocupación, especialmente en el sur del país y en los Altos del Golán, ocupada
por Israel en 1967 y donde hay población siria-drusa.
2) El responsable de la escalada militar y de las
masacres de civiles en Sweida es el gobierno de Ahmed al-Shara, que ha
ostentado el poder político durante los últimos ocho meses. Tras la caída del
régimen dictatorial de Bashar al-Assad, el gobierno de Shara adoptó una
política centrada en consolidar su poder lugar de iniciar un proceso que
garantizara los derechos políticos y democráticos para todos/as, reconociendo
la diversidad nacional, étnica y religiosa. Esta política ha perpetuado las
divisiones nacionales y religiosas heredadas del régimen de Assad. La ausencia
de un proceso de justicia transparente en relación con los crímenes cometidos
durante el régimen de Assad, ni de ruptura con los poderes económicos y
fácticos que le apoyaron; la falta de una investigación efectiva y castigo por
las masacres de civiles ocurridas desde marzo del 2011, incluida la perpetrada
contra el pueblo alauita en marzo; y la exclusión sistemática de una mayoría de
sirios y sirias al excluir las demás opciones políticas, las minorías
nacionales, étnicas y religiosas del proceso político bajo el gobierno de
Shara: todos estos factores han creado la base política de los conflictos y
masacres ocurridos en Sweida.
3) El jeque druso Hikmat al-Hijri, quien mantuvo vínculos
estrechos con el régimen de Assad, y sus remanentes, como con el Estado
sionista, representa solo a una pequeña minoría de la comunidad drusa de
Sweida. La gran mayoría del pueblo de Sweida ha librado heroicas luchas primero
para liberarse de la dictadura de Assad y luego por un régimen político que
garantice sus derechos democráticos, pagando un alto precio por ello. El pueblo
druso no ve al sionismo genocida como su aliado, sino que reconoce a los pueblos
de Siria que continúan luchando por la libertad como sus verdaderos aliados.
4) Los acontecimientos en Siria vuelven a poner de
manifiesto una verdad fundamental: existe una contradicción irreconciliable
entre la revolución popular iniciada contra la dictadura de Assad bajo las
consignas de libertad y dignidad, y el programa político del gobierno de Shara.
El gobierno sirio no ha logrado defender a Siria contra el Estado sionista ni
ha dado ningún paso hacia la realización de las demandas democráticas de los
pueblos de Siria (árabes, kurdos, drusos, beduinos, entre otros). La
legitimidad de la "administración interina" no puede derivarse de la
autoproclamada "Conferencia de la Victoria". Es indispensable:
garantizar los derechos democráticos de todas las minorías nacionales y
religiosas; implementar un programa urgente de reconstrucción económica basado
en las prioridades del pueblo trabajador y los sectores explotados; y eliminar
la presencia e injerencia de todas las fuerzas extranjeras en el país (rusas,
turcas, israelíes y de EE.UU.). Solo la movilización popular del Pueblo Sirio
puede lograr avanzar en estos objetivos. Como en la tarea de reclamar
elecciones libres para una Asamblea Legislativa Constituyente que debata
y resuelva sobre todo lo que el pueblo sirio reclame.
5) Llamamos a todas las fuerzas de izquierda y
revolucionarias en Siria a unirse en una lucha común y construir una plataforma
política independiente del gobierno, en torno a este programa de acción.
Desde la UIT-CI llamamos a solidarizarnos con el pueblo de
Siria y a repudiar toda agresión del estado sionista de Israel tanto en Siria
como en Líbano o Irán. Mientras seguiremos impulsando la movilización en apoyo
al pueblo palestino contra el genocidio y la limpieza étnica del sionismo en
Gaza/Cisjordania/Jerusalén.
Unidad Internacional de Trabajadoras y Trabajadores –
Cuarta Internacional (UIT-CI)
Lo subrayado
interpolado es nuestro





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