Periodismo Vergonzoso: Hasbará y modelaje Sionista
Por: Pablo Jofre Leal/
escritor, periodista,
analista internacional/ADDHEE.ONG:Es una estrategia de diplomacia pública, como lo definen los
sionistas, que propugnan de esta manera, la necesidad de maquillar los crímenes
que esa sociedad israelí comete contra diversos pueblos: el proceso de
ocupación, colonización y exterminio del Pueblo Palestino, junto a sus
agresiones contra países como El Líbano, Yemen, Irak, Siria y la República
Islámica de Irán.
Esa Hasbará (1) tiene, como función principal, el llevar
adelante la construcción y expresión de una narrativa falsa, desde el punto de
vista histórico, político y hasta religioso, con pretensión global. Y en ello,
no podía estar ausente en Chile donde la comunidad judía sionista chilena es
una de las más fervientes defensoras de la entidad genocida israelí. Con amplia
difusión con personajes de figuración pública que, sobre todo desde el 7 de
octubre del 2023, tras la Operación de la Resistencia Palestina “Tormenta de Al
Aqsa”, tomaron el bastón del activismo sionista a toda máquina.
Y visualizo, en esa conducta provocadora, a la periodista
chilena Patricia Politzer, como un ejemplo global de esta obsecuencia sionista,
en la defensa de un ente genocida, que los presenta absolutamente carentes de
un sentido mínimo de humanidad. Aunque su discurso esté plagado de ideas vacías
como aquella respecto a que un judío sionista está en el mundo “para dejarlo un
poquito mejor de lo que estaba cuando llegaste” como lo declara Politzer en una
entrevista dada el martes 15 de julio a la Revista Ya. Un suplemento del Diario
El Mercurio, nave insignia de la derecha política, ideológica y financiera
chilena y generosamente al servicio de la comunidad judía sionista de Chile.
La señora Patricia Politzer Kerekes, es hija de inmigrantes
europeos que arribaron a Chile antes de la Segunda Guerra Mundial: su padre el
checo Coloman Politzer y su madre húngara Catalina Kerekes. Ambos,
completamente ateos como lo señala la propia señora Politzer. Y he aquí un
primer embrollo cuando este personaje, se define como judía, en defensa
irrestricta de Israel y al mismo tiempo señala que “en mi familia sólo se
respetaba la fiesta más importante del judaísmo, Yom Kipur porque mis padres
eran completamente ateos” ¿Cómo entender el ateísmo con alguien que se
autodenomina judía y con el marco de una religión como es el judaísmo?
Esa relación que establecen, calificándose de origen judío
como identidad y la creencia religiosa que conlleva el ser judío, tiende a
confundir, interesadamente, porque en el caso específico de la señora Patricia
Politzer ella es chilena de origen, con padres europeos. ¿Por qué señalar
entonces una génesis distinta al que claramente tiene? Esto es absolutamente
ilógico, aunque sostenga la señora Politzer que existe una conexión o la
apreciación de ciertos valores éticos y filosóficos del judaísmo que se han
convertido en una especie de carta de presentación. Llegando al extremo de sostener, la señora
Politzer, que ella es practicante de un “judaísmo laico y cultural”.
No ahondaré en este tema del cómo se autoperciben aquellos
que se consideran de origen judío, negando con ello su propio lugar de
nacimiento, generando un cuento que encubre sus ambiciones de ocupar y
colonizar una tierra ajena. En esta sesión periodística, a la mencionada
Revista chilena, muy similar en preguntas y respuestas a aquella que otorgó al
medio español El País (2) el 22 de junio de 2024, sin apenas cambiar el fondo
de su defensa de Israel.
La señora Politzer Kerekes reitera, como lo hace
habitualmente que, el ataque de la resistencia palestina en octubre de 2023
sacudió a las comunidades judío-sionistas, sin hacer referencia alguna a más de
siete décadas de crímenes de Israel contra Palestina, precisamente de esa
sociedad judía sionista que tanto defiende y se siente identificada. Un Israel
que nace a la vida internacional el 14 de mayo de 1948. Una etnocracia, uan
supuesta democracia fundamentalista definida desde el año 2018 como el estado
nación judío de Israel donde se establece como ley que el derecho a ejercer la
autodeterminación nacional en Israel es “exclusivo del pueblo judío” (3)
Para la señora Politzer no hay palabras de condena a los
crímenes del régimen civil militar israelí. No menciona en modo alguno la
palabra genocidio. Los conceptos de infanticidio o feminicidio (donde
efectivamente se asesina mujeres por su condición de mujeres, principalmente
embarazadas y aquellas en edad fértil) están ausentes de sus elucubraciones,
donde resalta ese victimismo crónico de aquellos que se denominan personas de
“origen judío”. Un victimismo vergonzoso, catalizado en forma cómplice por la
periodista de El Mercurio, una relacionadora pública más que una profesional
inquisitiva.
Seis carillas regladas para la Hasbará de la señora
Politzer, con una generosidad que jamás se ha entregado a las verdaderas
víctimas del mayor holocausto que tenga la historia de los últimos 80 años.
Seis carillas para explayarse con relato lacrimógeno que cansa e indigna. Una
sesión que además parece una sesión de modelaje de obscena inhumanidad. Un
lavado de imagen evidente de su persona y de Israel.
Una entrevista con libertad absoluta para dar a conocer el
crónico victimismo de los judíos sionistas. Esto, bajo la como la consabida
argumentación de antisemitismo, que es la muletilla constante para tratar de
explicarse porque hoy están en el centro de las denuncias y la indignación mundial
frente a las decenas de miles de asesinatos, principalmente mujeres y niños que
la sociedad israelí lleva a cabo contra el Pueblo Palestino.
“Hoy no puedo dejar de gritar contra el antisemitismo”
afirma la citada profesional chilena. Pero, no existe palabra alguna o un grito
igualmente de desgarrador que exija el fin del genocidio del Pueblo Semita Palestino
que, su admirada sociedad israelí, con el ejército ocupante y SS – soldados
sionistas – junto a los colonos extranjeros llevan a cabo contra el Pueblo
Palestino.
Se pregunta la señora Politzer en parte de la entrevista que
“el punto del antisemitismo es ¿qué responsabilidad tienen los judíos en Chile
con lo que está pasando en Gaza?” Posteriormente señala que ella es sionista
porque cree en el derecho de Israel a existir. “Eso es el sionismo, no otra
cosa y hay sionistas que somos de izquierda, hay sionistas de centro y hay
sionistas fascistas como Netanyahu”.
Ante lo descrito: la responsabilidad que tienen los
creyentes judíos y no creyentes que adscriben a esa idea peregrina del origen
judío es enorme si la condena total al régimen nazisionista israelí es
inexistente. Son garantes de un ente criminal si el fin del genocidio no está
en sus palabras. Son avales si el derecho de palestina a sus territorios y la
recuperación de todo aquellos que ha sido usurpado no es parte de su discurso
Aquello respecto a que “los judíos estamos para mejorar el
mundo” es pura palabrería, insulsa y vergonzosa si no existen denuncias y
exigencias de demoler el muro que rodea Cisjordania y Gaza. Puro relato
inconducente si acaso aquellos, que se definen como judíos de izquierda – que
es el caso de la señora Politzer – no exige el retorno de los refugiados, el
fin de los asentamientos ilegales y violadores de todos los derechos humanos
del Pueblo Palestino.
Si lo mencionado no es parte de los documentos públicos que
emite la comunidad judía sionista chilena entonces son responsables y avales,
por tanto, cómplices del exterminio del Pueblo Palestino. No están para mejorar
el mundo, sino que acrecentar los crímenes de guerra y lesa humanidad, de
incrementar las acciones genocidas que suman – sólo en los últimos 21 meses –
60 mil asesinados directos, entre ellos el 70% de mujeres y niños.150 mil
heridos. La destrucción de gran parte de
los hospitales, escuelas, universidades, mezquitas, iglesias cristianas,
infraestructura de servicios básicos de la Franja de Gaza.
La señora Politzer y la comunidad judía sionista que la
acoge justifican la consolidación de los campos de concentración de Gaza y
Cisjordania, la demolición de viviendas, el desplazamiento de la población, la
violación de prisioneros, de mujeres. El asesinato de periodistas, equipos
médicos. Si la mudez acompaña la política de matar de hambre a la población de
Gaza entonces ni la “prestigiosa” periodista ni su comunidad judía sionista
deben escapar del juicio de la historia. Así se quede sin amigos ni el regazo
de una izquierda chilena que deja mucho que desear en militantes,
parlamentarios y líderes de opinión que son parte de la protección política del
nacionalsionismo israelí
Respecto a eso de denominarse sionista y adjudicarlo a un
derecho a existir de la entidad israelí que nace el año 1948 me permito decirle
a la señora Politzer que eso no es ser sionista. Ser sionista es adscribirse a
una ideología que propugna un proyecto colonial. Una visión de mundo racista,
supremacista. Una ideología que ha utilizado la religión judía para ser parte
de un proyecto hegemónico junto a sus socios occidentales. Israel es la punta
de lanza de occidente en Asia occidental, el testaferro sangriento. En
ocasiones perro lazarillo y en otras el ciego. No es un derecho a existir pues,
ese supuesto derecho, ha sido a costa de las vidas y el territorio palestino.
Los sionistas, creyentes o no judíos jamás le exigieron a
esa Alemania – la sociedad que generó el holocausto de los europeos de creencia
judía – que les fuera otorgado, a los sobrevivientes y familias de las víctimas
de los crímenes cometidos por el Tercer Reich, un pedazo de territorio en la
Alemania derrotada por los aliados. No se exigió instalar allí ese supuesto
hogar tejido de mitología. En cambio, se le arrebata a un pueblo como el
palestino, que nada tuvo que ver con esa guerra europea. Son ustedes
responsables de la muerte de miles de niños y mujeres y llevaran sobre su
conciencia, si es que ella es algo real, ese exterminio de un pueblo pacífico
como es el Pueblo Semita Palestino.
Una tierra usurpada, destruida en aras de proyectos
coloniales, que nada tienen que ver con religión, sino que apetitos
territoriales alienados con intereses centrados en las riquezas energéticas de
la región de Asia Occidental como es el petróleo, el gas, junto a oleoductos y
gasoductos. A lo mencionado hay que unir los pasos marítimos de interés estratégico
global como es el estrecho de Ormuz, Bab el Mandeb, el canal de Suez y los
proyectos encaminados a buscar rutas alternativas a ese canal como es el
llamado proyecto Canal ben Gurion. Un proyecto occidental que uniría el Golfo
de Aqaba con el Mediterráneo y donde el control de la Franja de Gaza explica en
parte, los ataques permanentes contra ese enclave palestino.
Con Gaza arrasada, piensan los judíos sionistas, el canal
podría pasar directamente por el centro del territorio. Eso, ni remotamente está
en las 6 carillas que el medio periodístico le regala a la señora Politzer. La señora
Politzer en las páginas donde, a la par de un relato ya conocido, se visualiza
una mujer que modela esa narrativa desde la imagen fotografiada de una
“profesional que deja entra a la entrevistadora a la placidez de su acomodado
hogar vestida para un desfile de ideas inaceptables”. Una mujer parte de la
casta, de la elite chilena”. Largas 6 carillas para explayarse en su tristeza
por el supuesto antisemitismo que siente en Chile y el mundo.
El abandono de aquellos amigos que, con toda lógica, no
desean estar cerca de una mujer que se declara activista sionista con lo que
ello implica en materia de avalar los crímenes contra el Pueblo Palestino,
aunque sostenga que le causa horror, tanta muerte.
Una mujer que además aprovecha de lanzar sus dardos contra
el presidente chileno Gabriel Boric a quien critica al sostener “tenemos un
presidente de izquierda que se niega a recibir a la comunidad judía. Es la
única vez que esto ocurre en la historia de Chile…A mi juicio él ha tenido una
actitud antisemita antes del 7 de octubre cuando no recibió al embajador de
Israel, cuando siendo parlamentario, le hizo un desaire a la comunidad judía,
que le llevaba un regalo por una festividad judía…a la comunidad judía le
produce una enorme sensación de maltrato, humillación y abandono”
Me parece que esos gestos del presidente Boric eran
fundamentales. Necesarios, pues no podemos seguir siendo serviles ante los
criminales. Esto no tiene que ver con diplomacia, sino con dignidad y apoyo a
quienes están siendo masacrados por la sociedad israelí. Más aún, las acciones
deben ser mayores como es expulsar a es embajador y el que venga. Romper todo
tipo de relaciones con una entidad criminal, con un régimen cuya máxima
autoridad está siendo perseguida por crímenes de guerra y lesa humanidad.
Exigir cuentas a aquellos chilenos que sirven en las filas
de un ejército sionista que extermina, que sodomiza prisioneros, que demuele
viviendas, que desplaza a la población. No se puede ser complaciente con una
comunidad judía sionista chilena que se comporta con absoluta incondicionalidad
y complicidad con los genocidas.
Politzer nos ofrece el victimismo usual expresado por los
judíos sionistas, cualquiera sea su origen nacional: nadie nos quiere, nos
persiguen, no reciben nuestros regalos, no reciben las credenciales del
embajador de Israel. ¿Y que esperan estos personajes? Que reciban a
representantes de un régimen genocida, que reciban un tarro de miel de aquellos
que tienen más fidelidad con Israel que con el país que los vio nacer. Que más
reclaman aquellos que realizan su servicio militar en un ejército extranjero,
ocupante y criminal. Resultan vulgares esas criticas de una mujer que se ha
disfrazado todos estos años de un ropaje ideológico, que es desmentido por su
conducta y sus palabras de apoyo a una sociedad de extremistas, ocupantes y
colonos como es Israel.
Como creer en las palabras de una mujer, autodefinida como
de izquierda, que declara a la mencionada revista derechista que “ser judío en
mi casa significaba ser una persona íntegra, que respeta al prójimo, que no
miente, que no roba. Son los valores del humanismo. No puedes matar al prójimo,
no puedes robarle al prójimo, tienes que cuidar al prójimo, la solidaridad no
es una opción, es una obligación. Eso está en mi leche materna y eso valores
están, en mi caso, dados por la pertenencia al pueblo judío”.
Pues no, no existe un
pueblo judío, existe una religión judía. No puede usted señora Politzer,
hablar de respeto al prójimo si a ese otro: mujer, hombre, niño son asesinados
por miles de las formas más crueles. No hable de no matar al prójimo si esa
sociedad que usted adora lo realiza día a día durante 77 años. No hable de que
su condición de judía le impide robar cuando eso es lo que ha hecho esa entidad
que se define legalmente como Estado nación judío de Israel, al cual usted señora
Politzer admira.
Esos valores que usted menciona ya no son parte de una leche
materna que se ha cortado. Y, la pertenencia a lo que usted llama judío debe
ser denunciado en virtud de lo que se ha hecho en nombre de ese judaísmo. Sus
lágrimas no significan nada, Únase a aquellos cientos de miles de creyentes
judíos que gritan “en mi nombre no”.
No deje de gritar como expresa en el título de la obsequiosa
oportunidad que le dieron de repetir sus ideas, pero el grito debe ser “No al
sionismo genocida y criminal”. Mientras usted no condene el genocidio, mientras
no diga en voz alta, sin victimismo y llanto fingido “en mi nombre no” usted
seguirá siendo criticada. Y eso, para que no siga con esa monserga absurda, en
modo alguno es antisemitismo porque en todo este proceso de crímenes contra el Pueblo
Palestino el único semita es precisamente el Pueblo Palestino.
Artículo publicado en Hispantv.
1.- Para el centro de estudios Molad la Estructura de la
Hasbará tiene un “Departamento” en la Oficina del primer ministro la cual es
responsable de las acciones que se realizan en Israel referentes al tema y a su
vez que actúa como portavoz. Con la labor de trabajar con medios israelíes,
portavoces, organizaciones e individuos proisraelíes en todo el mundo, así como
la operación de todos los sitios web y redes sociales. La estructura de la
Hasbará cuenta con dos brazos paralelos: La Sede Nacional de Hasbará y la
unidad de comunicaciones y portavocía. La primera coordina la política unificada
de la Hasbará y los mensajes para los portavoces oficiales de Israel. Están
bajo sus auspicios: el asesor de comunicaciones árabe del primer ministro, el
departamento de Internet y nuevos medios, y todos los coordinadores de campo de
políticas relacionadas, tanto militares como civiles. En contacto con todos sus
apoyos a nivel mundial. Coordina estos órganos para promover los objetivos, las
narrativas y las posturas israelíes. Por su parte, El Foro Nacional de Hasbará,
funciona bajo el auspicio de la Sede Nacional de Hasbará y determina la
política de la narrativa en Israel en cuestiones nacionales y exteriores.
Incluye agentes de la Hasbará y portavoces oficiales israelíes tanto a nivel
local como en el extranjero que se adhieren a las posiciones, mensajes,
reacciones y comentarios sincronizados producidos por el Foro.
https://www.molad.org/images/upload/files/49381451033828.pdf La Hasbará
sionista, la historia falsificada de una entidad que sólo tiene 77 años de vida
pretende hacer creer que lo que llaman Israel y su base ideológica (sionismo)
es una sociedad semita y, por tanto, toda crítica al sionismo y su política de
ocupación, colonización y genocidio es calificada como antisemita y antijudía
2.- https://elpais.com/chile/2024-06-22/patricia-politzer-me-preocupa-la-falta-empatia-del-presidente-boric-con-la-comunidad-judia-no-calibra-nuestro-miedo.html
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.




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