De: Roberto Savio
Para: drmorenoperalta@yahoo.es
Estados Unidos, la derecha y sus medios mediáticos intentan un golpe contra Petro
Por Aram Aharonian.
Escritor, periodista, analista
internacional/ADDHEE.ONG
El presidente colombiano
Gustavo Petro, denunció que sectores opositores buscan derrocarlo con
maniobras judiciales, en una estrategia similar a la que sufrió su par peruano,
Pedro Castillo, en diciembre pasado y a la que enfrenta el presidente
mexicano Andrés Manuel López Obrador. Por ahora.
En medio de un bombardeo
mediático, Petro aseveró que su campaña electoral no recibió
dinero del narco y su gobierno no hace interceptaciones
telefónicas ilegales ni acepta chantajes, luego de difundirse audios en los que
el hasta el viernes pasado embajador en Venezuela, Armando Benedetti, amenazara
con revelar presuntas donaciones millonarias a su campaña electoral.
Los audios del exembajador
que difundió la Revista Semana -en una de sus
acostumbradas sesiones de terrorismo mediático- son sólo el comienzo de un
escándalo de proporciones internacionales, donde se trata de inmiscuir también
al gobierno venezolano, sobre todo desde que se normalizaron las relaciones
entree ambos países.
Por estos días en Colombia está
abierto la puja por el nombramiento de un nuevo fiscal general que debería
surgir de una terna propuesta por el presidente, y es lo que la derecha
pretende evitar, asegura Petro.
El 14 de mayo Petro se
manifestó sobre el rumor que ha venido creciendo de un presunto golpe de
Estado en su contra. Tres días antes, el expresidente de la
Asociación de Oficiales Retirados de las Fuerzas Militares (Acore), John
Marulanda, aseguró que las tropas en reserva podrían ayudar a sacar
del cargo y defenestrarlo.
Para muchos analistas, la mano
de la inteligencia estadounidense está detrás, porque las cosas no les
están yendo bien en Ucrania, China sigue consolidándose como el mejor socio
comercial de Latinoamérica y, con todo y dificultades, Lula está
promoviendo de forma decidida la "penetración" BRICS en
Suramérica.
El líder de la Cámara de
Representantes, David Racero, anunció que se congeló el debate sobre las
reformas de salud, laboral y de pensiones impulsadas por el gobierno, y el
Consejo Nacional Electoral abrió una investigación sobre la campaña del
mandatario. Los asesores insisten en que hay que crear un imaginario
colectivo sobre la corrupción del gobierno progresista.
Una destitución
"light" (impedirle que ejecute su programa de gobierno y reformas)
conllevará la misma crisis, pero en cámara lenta y es, precisamente, lo
que el Departamento de Estado y la derecha mexicana a través del lawfare están
intentando hacer con el presidente Andrés Manuel López Obrador. No les
alcanza para destituirlo, pero están haciendo todo por paralizar su gobierno.
Eso que "las gentes
alzadas están preparadas para prender uno de los conflictos más grandes de los
últimos 20 años en Colombia" es justamente lo que estimula la
preocupación -el miedo al pueblo, al desborde popular- y pareciera ser el fin
de las maniobras de la inteligencia estadounidense.
Al igual que en la Argentina y
México, el poder judicial de Colombia ha entrado en juego para debilitar -y tal
vez demoler- al gobierno de Gustavo Petro. Cualquier excusa es buena para
que se ponga en movimiento un entramado jurídico-mediático, ahora contra el
primer presidente de izquierda en la historia del país, que intenta reformas
estructurales, recuerda Pedro Brieger, director de NODAL. Aprovechando el
escándalo, el ultraderechista excandidato presidencial Federico
‘Fico’ Gutiérrez pidió la renuncia de Petro, mientras se anunciaba
que Milton Rengifo Hernández, será el nuevo embajador colombiano en
Venezuela en reemplazo de Benedetti.
La coca- la cocaína y el narcotráfico
controlados por Estados Unidos.
Gustavo Petro, en un relato muy
diferente al de gobiernos anteriores -y el de Estados Unidos-explicó cómo la
región más afectada por esta problemática de la droga, que han creado
las organizaciones ilegales trasnacionales y la alta demanda
consumistas en los países occidentales, ha sido Latinoamérica.
“Los estudios dicen que en América Latina han muerto, en virtud de los
conflictos que trae la economía ilícita, un millón de latinoamericanos, la
mayoría de ellos colombianos y colombianas, la mayoría de ellos, humildes. El
pueblo pobre de América Latina que cae bajo las balas homicidas, en unas
guerras invisibles, pero profundas, tan intensas, que han convertido a nuestro
continente en el más violento del mundo”, dijo el presidente de
Colombia. En esta misma línea, mencionó que se debe pensar cómo
cambiar de una economía a otra, refiriéndose directamente a la sustitución
de cultivos de uso ilícito. Planteó buscar alternativas para los
campesinos que durante años sobrevivieron y sobreviven a partir de la siembra
de cultivos de hoja de coca, base de la cocaína que consumen en Estados
Unidos. En cuanto a lo internacional, ratificó su idea de la transformación de
la política antidroga de los últimos 30 años. “Hemos convocado
a todos los presidentes de América Latina para evaluar el impacto de lo que se
ha llamado desde hace 50 años, la política de guerra contra las drogas que
nació en el gobierno de Nixon, en EEUU, y se irradió al conjunto del
continente”, anotó. Indicó que la nueva política debería estar
enfocada en la salud pública -tratar al consumidor y las
personas con adicciones como personas con una condición de salud que debe ser
atendida desde lo público, además de la prevención-
y en la legalización.
La Amazonia
El presidente de Brasil, Luiz
Inácio Lula da Silva, acordó con Petro, durante el retiro de
presidentes suramericanos en Brasilia, fortalecer el combate conjunto
de los delitos ambientales y el crimen organizado en la Amazonía, extendida en
los territorios de ambos países. Tras la cumbre subregional, los
mandatarios concordaron en la necesidad de combatir “madereros y mineros
ilegales, ocupaciones de tierras y narcotráfico en la región” amazónica.
“Vamos por un acuerdo de países de la Amazonía para revitalizarla.
Incluye la defensa científica, política y militar del tercer pilar climático
del mundo”, escribió Petro, algo que no le gustó a EEUU. Ambos presidentes
también discutieron medidas para “fortalecer” la Organización del Tratado de
Cooperación Amazónica (OTCA), integrada además por Bolivia, Ecuador, Guyana,
Perú, Surinam y Venezuela, para preservar el mayor bosque tropical del planeta.
Lula será anfitrión en agosto de una cumbre de países amazónicos en la
ciudad de Belém, capital de Pará, donde se presentará “la ruta de
revitalización de la selva”, dijo Petro. En plena selva, la ciudad de Belém
también será sede de la conferencia sobre el clima COP30 en 2025.
Las alarmas se han encendido en
el mundo ante el deterioro de la Amazonía, uno de los pulmones de la tierra y
cuyo territorio se encuentra mayormente en Brasil. Tras el gobierno del
ultraderechista/fascista Jair Bolsonaro, señalado por su política
“antiambiental”, Lula asumió su tercer mandato en enero con la promesa de
reforzar los mecanismos de protección de los recursos naturales y la propuesta
de erradicar la deforestación ilegal en la Amazonía para 2030.
Demasiadas preguntas
Las interrogantes son las que
sobran: ¿esto apunta para una guerra civil en Colombia o se quedará en una
destitución tipo Pedro Castillo? Una destitución, en caso de lograrle,
precipitaría una crisis grave que desembocaría en una reactivación de la
guerra. Quizá eso es lo que quiere Estados Unidos.
Para algunos analistas, atrás
de todo el escándalo está la mano peluda de la inteligencia estadounidense,
necesitada de asestar un golpe al progresismo que al menos empañe la movida de
Lula desde Brasil promoviendo el ingreso de Suramérica a los BRICS. En las
urgencias de Estados Unidos para frenar a China en su patio trasero vale
todo. No sorprende: Benedetti pidió protección al Departamento de
Estado estadounidense.
Los medios de derecha ya
construyen lo que pretenden sea el escándalo político más grande de los últimos
20 años. Pero la tensión tendrá también un capítulo en las calles.
El momento de este escándalo,
cuando se juegan cuestiones centrales para el programa de gobierno de Petro, es
tan oportuno, que es difícil pensar que haya sido casual. Cabe
preguntarse también,, qué hacía en el gobierno de Petro un personaje como
Benedetti, estructuralmente de derecha y hábil para estar en el centro de
la escena pero en su propio beneficio. ¿Se
puede gobernar por izquierda con políticos de derecha en puestos claves?
A los estadounidenses no
les queda otra que patear la mesa y "africanizar", lo mismo que están
haciendo en el "Continente Madre" para parar a los
chinos. No se trata de un conflicto cualquiera en un país
cualquiera. Tiene que ser una explosión de megatones, una guerra civil en
Colombia, de manera que todo el entorno se vea impactado: Ecuador (que se les
está escapando), Perú, Venezuela y el mismo Brasil, ya que un conflicto serio
en Colombia "justificaría" el regreso de la doctrina de
"Seguridad Nacional" y del papel rector de los militares en la política
nacional.
Los audios
Benedetti, y la exjefa de
gabinete, Laura Rabiara, están involucrados en un caso por supuesto abuso
de autoridad y escuchas telefónicas, hecho bombardeado por los medios
hegemónicos cuando el mandatario busca en el Congreso la aprobación de
varias reformas en materia de salud, laboral y de pensiones, en el marco del
programa de justicia social de su gobierno, resistido por la derecha y el
empresariado.
Los audios que publicó la
revista Semana, condensados en un video de casi media hora, son una compilación
explosiva, soez y editada de la mano derecha del presidente Gustavo Petro
durante la campaña. Benedetti afirma tener información sobre delitos cometidos
en torno a la financiación, y amenaza con hacerla pública. Benedetti
y la secretaria Laura Rabiara, que hasta hace unos días pertenecían
al círculo cercano de Petro, fueron apartados del gobierno el viernes 2 de
junio tras verse salpicados en un caso de escuchas ilegales y conspiración que
ya comenzó con este terremoto político.
Igual que con Pedro
Castillo
Buscan el camino que sufrió
Pedro Castillo, aseguró el mandatario, en la segunda denuncia de este tipo
luego que el mes pasado militares en retiro se pronunciaron por derrocarlo como
lo hizo el congreso peruano con Castillo. Petro aludió a los señalamientos
del exfiscal Néstor Humberto Martínez contra el comisionado de Paz,
Danilo Rueda, a quien señaló de ser un hombre condescendiente con el Ejército
de Liberación Nacional (ELN), en una columna que publicó en el diario El
Tiempo.
Benedetti fue clave en la
victoria del primer gobierno progresista en la historia del país y presentó a
Petro a su antigua secretaria privada, Rabiara, quien luego se convertiría
en la jefa de gabinete del mandatario. Ésta resaltó que existen
acciones malintencionadas reveladas por una persona que buscaba hacerle daño a
un gobierno que se comprometió con el cambio.
Benedetti tuiteó: “he sido
parte fundamental del actual proyecto político del presidente Petro. Sin
embargo, no satisfecho con lo que me correspondió políticamente, en un acto de
debilidad y tristeza me dejé llevar por la rabia y el trago”. Petro al
retuitear ese trino indicó: nuestros rivales políticos se han apresurado a
ponerme denuncias en la comisión de acusaciones; sin embargo, en ninguna
entrevista o en audios se ha mostrado que he cometido un delito. Se trata de un
simple intento de golpe blando para detener la lucha contra la
impunidad”.
¿Simple intento?
Lo
subrayado/interpolado es nuestro.
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