jueves, 20 de febrero de 2020

El negociado médico de la salud en el capitalismo salvaje.


El negociado médico de la salud en el capitalismo salvaje.


Por Norma Estela Ferreyra/ escritora, poetisa, comunicadora social/Barómetro Latinoamericano/ADDHEE.ONG


Antes que nada, quiero decir que no soy médica y que lo que voy a afirmar no involucra a todos los médicos y hablo en calidad de paciente informada, de las que lee los prospectos de los laboratorios, a pesar de que algunos profesionales de la salud,  suelen decir que no hagamos, sino que obedezcamos la palabra médica de quien  los receta.
Y gracias a que nací indagando la verdad sobre cualquier  cosa, no fui una paciente fácil de llevar, sino que elegí a mis médicos por su comportamiento y es así como tengo profesionales que admiro y  sigo  al pie de la letra.
Desgraciadamente, estamos viviendo una época de superpoblación y de un mercantilismo global Del perverso sistema capitalista salvaje, para el cual la medicina/la salud y la educación, derechos humanos, son bienes de consumo, que quiere deshacerse de los que menos tienen, o sea, de los que sobran, según sus expresiones mentales.
Vemos una inusitada violencia entre las personas, que cada día se acrecienta. Tal vez, promovido por un automatismo que proviene de vivir metido en las redes sociales y en los chat, por lo menos 8 horas por día, porque quieren distraer nuestra inteligencia y volvernos bobos.
“La enajenación en un síndrome que, quien lo padece, no es consciente de el!
Hay hijos que se aburren porque sus padres, están con el chat o el celular todo el tiempo, y para divertirlos, les dan un dispositivo a ellos  y al gato, de ser necesario, con tal de que no los molesten. Claro que no ocurre esto con todas las personas, pero sucede  en gran cantidad de “hogares”, donde lo que dicen los niños, es que “están aburridos”, para llamarles la atención.  Pero… nada sucede…a pesar de que saben que el celular es nocivo para su salud  y que su cerebro se irradia…pero el chat suele ganar la partida
Y estas cosas no han ocurrido porque sí,  las han ido metiendo de a poco y ahora vivimos en una catástrofe de conductas enajenadas, casi imposible de superar. Pero volvamos al negocio de la salud, que es el tema que quise traerles.
 En Córdoba, Argentina, lo que estoy experimentando es que la salud se ha convertido en un negocio, desde hace ya varios  años y cada día esto se acrecienta más, a tal punto, que uno va con una mutual privada a un hospital y es pasado por cuanta máquina hayan comprado, para investigar no sé qué cosa de un simple resfriado sin fiebre.  Y lo más importante es que no lo acuestan en la camilla ni lo revisan , sino que sale de allí como disparado para que inmediatamente, le hagan varios estudios y análisis. Uno podría pensar, que no está mal esoy  que es bueno hacerse tantas cosas porque  para eso paga una buena mutual.
Pero no es así, sabemos que una radiografía sin necesidad, irradia y los aparatos que van a usar son casi siempre nocivos  e innecesarios. Por otra parte, nuestra preocupación, nos altera mucho y eso nos estresa y nos quita defensas durante días, hasta que sabemos que no tenemos nada o que debemos operarnos de urgencia de un cáncer, que está apenas iniciado.
Tengo algunos amigos que saltaron de la camilla al quirófano sin que los dejaran pensar en nada.  Pero resulta que el cáncer, lejos de aminorar su marcha, con quimioterapias y rayos aplicados, cada día  avanza más en sus porcentajes. Por lo tanto, los protocolos médicos, a veces, no van por buen camino.
Lo mismo ocurre con las alergias, problemas cardíacos, donde también saltan de la camilla al quirófano para colocarse un stend, sin que los familiares, tengan tiempo de hacer una interconsulta.

¿Y esto por qué? Porque en todo negocio, hay que crear una urgencia de compra. Así dicen los manuales del buen vendedor. Si voy a comprar un auto y el cliente que se va, ya no vuelve y  lo compra  en otro lugar.  Y los médicos corruptos que viven de los laboratorios, recetando lo que sea, para recibir un regalito, llámese viaje a congresos o dinero en efectivo. Si tiene algún pariente visitador médico, pregúntele. Por eso, dichos profesionales que viven de la salud, como si fuera un negocio, un bien de consumo, enseguida sacan el recetario y atacan a los efectos y no investigan las causas, que provocan la enfermedad.
Y si no me creen, pregúntenle el diagnóstico antes de aceptar su receta. Y su cara tendrá una expresión de molestia. Por suerte, muchos médicos escapan a este concepto general.
Por eso siempre tengan en cuenta, que, ante un diagnóstico grave, aconsejo ir en busca de otro, a un hospital público, pero sin llevar los estudios que le hicieron antes, o sea, como si fueran por primera vez. Y si coinciden los diagnósticos, entonces decidimos qué hacer y adónde. O también, pueden pedir una junta médica, buscando profesionales en otra clínica. No será más costoso. Lo que vale es la vida, no el dinero.
La medicina hoy es un comercio/un bien de consumo, y el paciente se convierte en cliente. Y la palabra medicina alternativa, cada día más, se impone con curas que ellos no van a reconocer jamás. 
Por suerte, aún quedan profesionales de verdad, que salvarán la historia de ciencia médica. Tuvimos en Argentina a un René Favaloro, que María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, no supieron valorar.
Pero hay más profesionales como él, tomemos la costumbre de no ir  a cualquiera, elijamos bien a nuestros médicos.
Lo subrayado es nuestro.

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