Conferencia internacional 20 de Agosto de 1977/Berlín DDR:
General Libertador Bernardo
O'Higgins Riquelme y el Dr. Salvador Allende Gossens, presidente de la
Republica de Chile, dos seres humanos, una dignidad y un Pueblo libre, soberano,
culto, solidario, dueño de su destino.
Autor: Prof. Dr. Hugo
Moreno Peralta.
“Vivir
con honor, o morir con gloria”
“Solo la futura
suerte de Chile ha podido sostener mi corazón y mi espíritu, yo debí encanecer
a cada instante. El que no sea visto en estas circunstancias no sabe lo que es
mandar”.
“Que lo sepan, que lo oigan, que se
les grabe profundamente, defenderé esta Revolución Chilena y defenderé el
Gobierno Popular, porque es el mandato que el Pueblo me ha entregado, no tengo
otra alternativa, sólo acribillándome a balazos podrán impedir la voluntad, que
es hacer cumplir el programa del Pueblo” 4/12/1971.
Los
estudiantes del programa Länderkunde Lateinamerikas y los exiliados me han
solicitado les hable sobre el General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme y
el Dr. Salvador Allende Gossens presidente de la República de Chile, dos seres
humanos, una dignidad y un Pueblo libre, soberano, dueño de su destino.
El
general libertador de Chile Bernardo O’Higgins Riquelme nació el Chillán el 20
de agosto de 1778. Sus padres fueron Ambrosio O’Higgins Gobernador de Chile y
Virrey del Perú e Isabel Riquelme Meza. Hasta los 24 años fue conocido como
Bernardo Riquelme – el huacho Riquelme para la odiosa racista oligarquía empresarial
terrateniente/citadina -, fecha en que fue reconocido según el acta de
reconocimiento de su paternidad por el gobernador de Chile y más tarde Virrey
del Perú. Según la normativa racista colonial ordenada por el Imperio Español
en sus colonias, ningún español al servicio de la corona podía casarse con un/a
criollo/a. Bernardo permaneció en Chillan hasta noviembre de 1782, cuando su
padre lo envió a Talca quedando bajo el cuidado del matrimonio de Juan Albano
Pereira Márquez y Bartolina de la Cruz y Bahamondes. El 1788, regreso a Chillan
como interno del colegio de Naturales dirigido por la orden Franciscana. En
este establecimiento estudiaban también los hijos de los caciques Mapuches, por
lo que allí aprendió a hablar el mapudungun y conocer la vida y lucha del
Pueblo Mapuche.
En
1790, su padre lo envió a Lima, Perú para continuar sus estudios en el Colegio
del Príncipe y en el de San Carlos dirigidos por la compañía de Jesús. En 1794,
fue enviado a Londres/Inglaterra para completar sus estudios. Tuvo como
apoderado en Lima a Juan Ignacio Blaske y en Cádiz/España a Nicolás de la Cruz
y Bahamondes.
Periódicamente
su padre le enviaba una remesa de dinero para su mantenimiento. En Londres
Bernardo estudio en el Colegio Católico ubicado en Richmond. Llego a dominar el
inglés, aprendió literatura Francesa, historia, geografía, música y el manejo
de armas.
El
encuentro más importante será con su maestro el General precursor de la
independencia Americana, Francisco de Miranda y Rodríguez, quien lo imbuyo de las
ideas libertarias, republicanas que se debatían en esos tiempos en Europa, los
derechos del ciudadano, la soberanía popular, etc. Bernardo el discípulo le
hablaba al maestro del Pueblo Mapuche y de su admirado toqui Lautaro. Tiempo
más tarde, el maestro Miranda y Rodríguez incorpora al discípulo Bernardo a la
Logia Lautarina. El 1799, Bernardo decidió viajar a España concretamente a
Cádiz, donde pretendía ingresar a una academia militar de
navegación. Pero ante la de imposibilidad de lograrlo, solicita a su padre la
autorización para regresar a Chile.
Dialogo de despedida entre el maestro Francisco de Miranda y
Rodríguez y su discípulo Bernardo O’Higgins Riquelme: Carta de despedida del
ilustre maestro General Precursor de la independencia del continente Americano,
Francisco de Miranda y Rodríguez a su discípulo Bernardo O’Higgins Riquelme.
El maestro Francisco de Miranda y Rodríguez le entrego
una carta valiosa con sus consejos revolucionarios, a su discípulo el General
Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme para continuar la lucha independentista:
escóndala bien, don Bernardo, le acentúa. ¿Quién sabe cuándo nos volveremos a
ver?. Quisiera que estos consejos le ayuden en la dura lucha que va a librar en
su patria. ¿Qué molestia se ha tomados para escribirlos de puño y letra?. Sí,
mi amigo. Nadie es capaz de predecir el futuro y yo estaré más tranquilo
sabiendo que va a guiarse por éstos. ¡Cuídese!, esta carta bastaría para que
establezca un conocimiento íntimo y nada agradable con la Inquisición. Gracias
general amigo, jamás olvidare su interés por mí. No hay porque, mi amigo
Bernardo. El interés que me agradece le podrá costar caro. Como quiere que sea,
me apena despedirme de usted, en su viaje de regreso a su amada patria
subyugada. El discípulo Bernardo leerá y memorizará la carta del maestro
general de Miranda y Rodríguez: “consejo
de un viajo americano a un joven compatriota
al regreso de Inglaterra a su
patria/ 1799”:
“Mi joven amigo Bernardo:
El ardiente
interés que tomo en su felicidad me induce
a ofrecerle algunos consejos de advertencia al entrar en ese gran mundo
en cuyas olas yo he sido arrastrado por
años. Conoce la historia de mi vida, y puede juzgar si mis consejos merecen ser
escuchado.
Al manifestar una
confianza a hasta aquí ilimitada le he dado pruebas de que mi aprecio altamente
su honor y su discreción, y al transmitirle estas reflexiones le muestro su
buen sentid, porque nada puede ser más
insano, y a veces peligroso, que hacer advertencia a un necio. Al dejar
Inglaterra, no olvide por un sólo instante, que fuera de este país, no hay en
toda la tierra, otra nación en la que se pueda hablar una palabra política
fuera del corazón probado de un amigo, y que esa nación es los Estados Unidos
del Continente Americano. Elija, pues, bien a sus amigos, pero elíjalo con
mayor cuidado, porque si se equivoca está perdido. Varias veces le he indicado
los nombres de varios sudamericanos en quienes puede descansar su confianza, si
llega a encontrarlos en su camino, lo que dudo, porque viven en una zona
diferente.
No teniendo, sino,
muy imperfectas ideas de su país, no puedo darle mi opinión sobre la educación,
la ciencia, la filosofía y el carácter de sus compatriotas, pero a juzgar por
su mayor distancia del viejo mundo, los creería los más ignorantes y los más
preocupados.
En mi larga
conexión con Sudamérica usted amigo Bernardo, es el único chileno que he
tratado y por consiguiente no conozco más de aquel país que lo que dice su
historia poco publicada, y que lo presenta bajo luces tan favorables. Por los
hechos referidos en esta historia espero mucho de sus indígenas y campesinos,
particularmente del sur, donde si no me equivoco intenta establecer su
residencia. Sus guerras con sus vecinos deben hacerlos aptos para las armas,
mientras que la carencia de un pueblo libre debe traer a su espíritu la idea de
la libertar y la independencia. Volviendo al punto de sus futuros confidentes,
desconfié de todo individuo que haya pasado de la edad de 40 años, a menos que
le conste el que sea amigo de la lectura y particularmente de aquellos libros
que hayan sido prohibidos por la Inquisición. En los otros la preocupaciones
están demasiado arraigadas, para que pueda haber esperanza de que cambien y
para el remedio no sea peligroso…
La juventud, es la
edad de los solidarios, ardientes y generosos sentimientos. Entre los jóvenes
de su edad encontrará muchos pronto a escuchar y fácil de convencer, pero, por
otra parte, la juventud es también la época de la indiscreción y de los actos
temerarios, a si es que, debe temer estos defectos en los jóvenes tanto como la
timidez, y las preocupaciones e n los viejos….
Es también un
error el creer que toda persona, porque tiene una corona en la cabeza o se
siente en la poltrona de un canónigo, es un fanático intolerante o un enemigo
decidido de los derechos ciudadanos. Conozco por experiencia que en esta clase existen
las personas más ilustradas y liberales de Sudamérica, pero la dificultad está
en descubrirlas. Ellas saben, son conscientes lo que es la inquisición y que
las menores palabras y hechos son pesados en su balanza en la que, así como
fácilmente indulgencia por los pecados de una conducta irregular, nunca se las
otorga al liberalismo en las opiniones.
El orgullo, el
chovinismo, el racismo, el exitismo y el fanatismo, de los españoles son
invencibles. Constituyen la base de su mentalidad. Ellos nos desprecian por
haber nacido en el Continente Americano, y nos aborrecen por haber sido
educados en Inglaterra, manténganse pues, a larga distancia de ellos. Los
americanos impacientes y comunicativos, le exigirán con avidez la relación de
sus viajes y aventuras y de la naturaleza de sus preguntas pueden formarse una
regla a debida indulgencia a su profunda ignorancia debe valorizar su carácter
por el grado de atención que le presten y la mayor o menor inteligencia que
manifiesten en emprenderle, concediéndole
o no su confianza en consecuencia.
Amigo Bernardo, no permita que jamás se apodere de su ánimo ni el disgusto
ni la desesperación, pues si alguna vez, permite estos sentimientos, se
enfrentará a la impotencia de servir a su patria. Al contrario fortalezca su
espíritu con la convicción de que no pasa ni un sólo día , desde su regreso a
la patria, sin que ocurra estos sucesos que le llenen de desconsolantes ideas
sobre la dignidad y el juicio de las gentes, aumentándole el abatimiento con la
dificultad aparente de poner remedio a aquellos males. He tratado siempre de
imbuirle principalmente estos principios en nuestras conversaciones y es uno de
los objetivos que yo desearía recordarle no sólo todos los días, sino cada una
de sus horas. Amigo Bernardo, usted ama su patria, acaricie este sentimiento constantemente, fortifíquelo
por todo los medios posible, porque sólo a su energía, debe hacer el bien.
Los obstáculos
para servir a su patria son tan numerosos tan formidables tan invencible que
llego a afirmar que sólo el más ardiente amor por ella podrá sostenerle en sus
esfuerzos por su liberación/independencia, y felicidad.
Respecto del
probable destino de su patria, ya conoce mis ideas, mi forma de pensar, y aún
en el que aquellos que las ignoren no sería este el lugar, a propósito, para
discutirlas.
Lea esta carta,
con mis reflexiones durante su viaje de regreso y destrúyala enseguida, no
olvide la Inquisición y sus espías, ni sus sótanos, ni sus torturas….
Francisco Miranda
y Rodríguez
Firmado 1799.”
PS: el texto de la carta dialogo, del inglés al español
y del español al Alemán, la llevo a cabo la Señora Gerda Böttcher, traductora e
interprete, y directora de la revista “Latinoamérica un Pueblo Continente/MR/Berlín
DDR”.
Una reflexión del académico conferenciante en lo
referente a la amistad entre el maestro General precursor de la independencia
del Continente Americano, Francisco de Miranda y Rodríguez, y su discípulo
Bernardo O’Higgins Riquelme.
Un extraordinario documento histórico en que el general
Miranda y Rodríguez nos ofrece una vez más su extraordinaria mentalidad analítica,
su talento, sagacidad y su convicción firme que la Revolución en el Continente
Americano triunfará.
La historia reconocerá quien fue el maestro Miranda y
Rodríguez del Libertador de Chile Bernardo O’Higgins Riquelme, quien lo iniciara
en la lucha libertaria por la independencia del Continente Americano en
general, y de Chile su patria en particular. El maestro tenía por lo visto una
alto concepto de la inteligencia lealtad, honor y discreción de su discípulo
Bernardo.
No me referiré a los comentarios de algunos
“historiadores oficiales” pagados por la oligarquía empresarial farisea sofofa
sobre la incondicionalidad del discípulo Bernardo referente a su maestro de Miranda
y Rodríguez.
El sistema capitalista salvaje globalizado imperialista,
de los dueños de la Celestina Universal, de las empresas depredadoras multinacionales
y sus bancos especuladores usureros, con la complicidad de las taifas
castrenses y politicastras corruptas, constituye la tiranía más despótica y
desalmada. El escritor – el poeta, periodista, etc.-, y su obra son la misma
cosa. En este concepto múltiple nos debemos enteros a la responsabilidad y a la
lucha para cambiar de raíz este sistema político, económico perverso, que nos agobia y mutila, frente este orden
orwelliana, se hace imperativo, un cambio integral, radical – radical exige ir
a la raíz y está la constituye el ser humano -, una revolución socialista
profunda empezando por el cambio del sistema educacional en todos los niveles.
El 3 de
abril del año 1800, zarpo a bordo del navío la Confianza. La escuadra inglesa
que estaba en guerra con la escuadra española apresó al navío que transportaba
a Bernardo. Los tripulantes presos fueron conducidos a Gibraltar, donde fueron
dejados en libertad.
Sin
recursos económicos, Bernardo se dirigió en buque a Cádiz, nuevamente se
encontró en casa de Nicolás de la Cruz Y Bahamondes pero se contagió con la
fiebre amarilla que había golpeado duramente a los habitantes de Cádiz, la que
lo tuvo al borde de la muerte. Lo salvo la quina.
Durante
su estancia en Cádiz compartió sus ideas revolucionarias, republicanas con
varias personas que le había recomendado su maestro el General Francisco de
Miranda y Rodríguez. A comienzos de
1801, don Nicolás de la Cruz y Bahamonde, le comunicó que su padre,
indignado con su hijo, le había ordenado al protector de éste que lo despidiera
de su casa. Bernardo muy triste y amargado le escribe a su padre Ambrosio
O’Higgins, en 1801, padre no hay más que uno: “Yo señor, no sé qué delito haya cometido para semejante castigo, ni se
en que hay sido ingrato (uno de los delitos que más aborrezco) pues en toda mi
vida he procurado con todo ahínco el dar gusto a V.E. y al ver ahora frustrada está
mi sola pretensión, e irritado a mi padre y protector, he quedado confuso. ¡Una
puñalada no me fuera tan dolorosa! ¡No sé cómo no me caí muerto de vergüenza al
oír semejantes razones!. Jamás he temido, ni a la muerte, ni a la pobreza; pero
en este instante he quedado acobardado, considerándome el último de los
hombres y el más desgraciado. ¡No sé
quién haya sido el que tuvo tan mal corazón para tratar de arruinarme en
opinión de V.E., mi padre y protector . Lo cito para ante la presencia de Dios,
ya que en este mundo no lo conozco, para pedirle la satisfacción requerida…”
La
irritación del padre con su hijo
Bernardo fue a causa que a fines de 1800, el Virrey O’Higgins se informó que un
traidor al General Francisco de Miranda y Rodríguez, el cubano Pedro José Caro,
había denunciado ante la corte Española un plan de insurrección en las indias
occidentales y que en este participaba Bernardo Riquelme. La noticia llego a
oídos de Carlos IV, quien ordeno remover al virrey O’Higgins de su cargo. La
carta de Bernardo no tuvo respuesta. Pocos días después Bernardo recibió la
triste noticia de la muerte de su padre y junto con ella la información que
este había dejado a su hijo una cuantiosa herencia, con el reconocimiento de la
paternidad.
La
situación para el joven Bernardo cambio, con 24 años regresa a su patria
embarcándose el 14 de abril de 1802, en la fragata Aurora, arribando a
Valparaíso el 6 de septiembre de 1802.
El general
libertador Bernardo O’Higgins Riquelme de nuevo en el suelo de la patria que lo
vio nacer, con un sólo desafío en el marco de sus ideas libertarias y
republicanas, liberar a su patria sometida por el yugo imperialista de la
España Monárquica profunda. Tres yugos imponía la parásita monarquía a través
de la no menos parásita aristocracia/oligarquía
agrícola/terrateniente y citadina, la rutina religiosa en la satrapía, la
hipocresía/tartufismo en la moral y el rastrerismo en la acción. Esta patética
realidad el joven padre de la patria general libertador Bernardo O’Higgins
Riquelme, la enfrenta con su rebeldía intelectual y concreta que la entendía
como eterna y creadora. Para él, un joven sin espíritu de rebeldía es
servidumbre precoz. En 1808, instalado en su hacienda Las Canteras, heredada de
su padre, comenzó a difundir las ideas libertarias republicanas
independentistas que su maestro Francisco de Miranda y Rodríguez, el precursor
de la independencia del continente Americano le había inculcado en Inglaterra.
En concepción trabo amistas con Juan Martínez de Rozas, un hábil jurista de
gran influencia en la región. En 1806, el pueblo de Chillan eligió a Bernardo
alcalde del cabildo. En 1808 falleció el gobernador de la satrapía/colonia
española, por diligencias del Juan Martínez de Rozas fue designado gobernador
de la satrapía Francisco Antonio García Carrasco, en los momentos en que
Napoleón Bonaparte invadía España, derrocando y tomando preso al monarca Fernando
VII y colocando en su lugar a su hermano José Bonaparte.
En
18010 la aristocracia/oligarquía agrícola/terrateniente y citadina se organiza
en una junta de Gobierno, el 18 de septiembre 1810, para exigir la libertad de
su rey Fernando VII y libera la madre patria sometida por el ejército e
Napoleón. Más tarde, estos mismos reaccionarios criollos y sus plumarios, de la
“historia oficial”, a su pataleta la denominaron independencia de Chile.
El
ejército español invade Chile, las fuerzas patriotas son derrotadas en el sitio
de Rancagua 2 de octubre 1814, el general libertador Bernardo O’Higgins
Riquelme viaja a la República Argentina donde es recibido por el general libertador
de Chile José de San Martin y Matorras. Ambos organizan el ejército Libertador y
el 5 de abril 1818, batalla de Maipú, Chile es libertado del yugo español.
Recordemos
la proclama del General libertador Bernardo O’Higgins Riquelme de 1817,
regresando a su querida patria para liberarla con el apoyo solidario del Pueblo
hermano Argentino y del general libertador José de San Martín y Matorras.
“Compatriotas y amigos, el numen de la
libertad me restituye por fin al suelo patrio. Un poderoso, digno ejército cuya
sección primera tengo el honor de presidir, donde brilla la lealtad el orden,
la disciplina y el de nuevo, viene a sacarles de la esclavitud. Renazca entre
vosotros el sagrado fuego de la libertad. Venguemos unidos nuestros ultrajes, latrocinio,
saqueos y padecimientos.
La dulce patria, dulce Chile, vuelve a
ocupar el rango de nación. Basta de abatimientos vergonzosos. Arrojemos al
grupo miserable de españoles advenedizos que por dos años vulneran nuestro
honor detentan nuestros vienes e insultan con cruel impasibles a todo latinoamericano.
El orden va establecerse con la libertad.
Termino el espíritu de bisagra. Nuestra lucha nos Ha enseñado a ser libres y a
sostener este precioso don. Corran hacia nosotros a participar de la gloria de vuestros
hermanos chilenos: yo les juro morir o libertarles. General Bernardo O’Higgins
Riquelme 1817.”
El 1 de enero de 1818, el general Libertador Bernardo O’Higgins
Riquelme proclama la independencia de Chile como Director Supremo del Estado
como el primer presidente de la República de Chile.
Legado y obra
del padre de la Patria Chilena General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme.
El General Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme
consideraba que “una república era el único gobierno apropiado para nuestro
país: si nuestros sacrificios no han tenido un objetivo insignificante, si los
creadores de la revolución se propusieron hacer libres en su suelo, esto sólo
se lograra con un gobierno republicano”. El general libertador Bernardo
O’Higgins Riquelme organizo la república en lo jurídico, educación, cultural y
material, los tribunales de justicia, bibliotecas, hospitales, escuelas,
cementerios, y urbanización de las ciudades, etc. Dos constituciones honran su
nombre las de 1818 y 1822. En el marco
de estos documentos jurídicos creara el ejército y una armada netamente
Chilenos. Además, de la creación de la escuela militar que con un mensaje que
pareciera que muchos oficiales golpistas y corruptos no lo entendieron al
ingresar a dicho establecimiento militar: “para
ser oficial de ejército no se exigen más pruebas de nobleza que las verdaderas
que forman el mérito, la virtud, y el patriotismo”.
En el marco de la creación la primera escuadra nacional el
general libertador O’Higgins Riquelme acentuó
“este triunfo y cien más se harán insignificantes sino dominamos el mar”,
lo había afirmado luego del triunfo de Chacabuco. Al partir la escuadra
libertadora al Perú, acentuaba, en el marco de su espíritu latinoamericano
solidario, “De estas cuatro tablas
dependen el destino de nuestra América”.
Mientras el general libertador Bernardo O’Higgins Riquelme
construía patria, la oligarquía empresarial farisea apátrida, y sus testaferros
las taifas castrenses y politicastras corruptas, en Concepción llevaron a cabo
un levantamiento, mejor dicho un golpe de Estado que obligo al General
Libertador Bernardo O’Higgins a abdicar el 8 de enero de 1823, después de 6
años de gobierno para evitar una guerra civil fratricida. La historia “oficial”
se repite como farsa y después como tragedia. Recordemos las palabras del
General libertador O’Higgins Riquelme 8
de enero 1823, al firmar su acta de abdicación: “estoy dispuesto a contestar toda las acusaciones que se me haga, y si
esas faltas han causado desgracias que no puedan purgarse más que con mi
sangre, tomad en mi la venganza que queráis: aquí está mi pecho”.
A la Patria Republicana del General Libertador Bernardo
O’Higgins Riquelme y del querido presidente Dr. Salvador Allende Gossens la
boicotearon la clase oligarca empresarial farisea al servicio del capital
buitre foráneo con sus testaferros las taifas castrenses y politicastras
corruptas hasta nuestros días. Su bellaquería máxima llegó con el derrocamiento
del gobierno constitucional y el asesinato del presidente de Chile Dr. Salvador
Allende Gossens. Una acción criminal enmarcada en un montaje siniestro que denominaron “suicidio del presidente
chileno” comandante de las Fuerzas Amadas. Destruir la democracia Chilena,
conculcar los Derechos Humanos, asesinar a sus hijos y saquear las riquezas del
país imponiendo una satrapía, un país virtual, constituye un gran crimen del
cual son responsables los Estados Unidos y sus testaferros la clase empresarial
oligarca farisea sofofa y sus taifas castrenses y politicastras corruptas. “levántate Chile: aún tenemos patria, vivir con honor o morir con gloria”.
Parafraseando al poeta del amor y la esperanza, nuestro
Pablo Neruda, asesinado por la dictadura fascista cívico militar de su “Canto
General” leo los versos dedicados a su admirando General Libertador Bernardo
O’Higgins Riquelme para terminar la presente conferencia:
General Libertador Bernardo O’Higgins
Riquelme.
Hemos heredado tu firmeza,
Tú inalterable corazón cayado,
Tú indestructible posición paterna,
Y tú, entre la avalancha cegadora
De usares del pasado,
Entre los agiles uniformes azules y dorados,
Estas hoy, y siempre con nosotros,
Eres nuestro,
Padre del Pueblo Chileno,
Inmutable soldado de la patria digna y
soberana.
Prof. Dr. Moreno Peralta/IWA.
PS: La segunda conferencia sobre el Movimiento Socialista
Allendista y el Gobierno Popular del presidente Allende Gossens se llevara a
efecto el 11 de Septiembre de 1977, en este mismo local.
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