LANZAMIENTO DEL LIBRO “MUJERES DE FUEGO” EN IMÁGENES
MUJERES REBELDES, RESISTENTES Y LUCHADORAS ANTIDICTATORIALES DE LA V REGIÓN
Por Dr. Guillermo Correa
Camiroaga.
Nuestro prolegómeno:
“Sin la mujer no hay revolución posible por/para el Sur Socialista no
alienado en el nuevo orden mundial multipolar”: “Por un mundo seamos
socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres”. “Bajo el
sistema capitalista determinista globalizado hegemónico no hay destino viable
para la humanidad”.
Con esperanza y memoria, otro mundo es posible, luchar es vivir. “Solo
merecen la libertad y la vida quienes cada día las conquistan”.
“Cuando la
ignorancia y la prepotencia de los dueños de la Celestina Universal – el dólar –
pretenden convertirlas en derecho, la idea, el desafío de cambiar el mundo no
es una locura ni una utopía, sino Justicia Plena”
Prof.
Moreno Peralta/IWA
Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG
LANZAMIENTO DEL LIBRO “MUJERES DE FUEGO” EN EX CÁRCEL DE VALPARAÍSO
Se trata de un extenso
libro en dos volúmenes, de 906 y 758 páginas respectivamente, que, a mi
entender y por su envergadura, no es un texto de difusión masiva, sino más bien
un libro de consulta, estudio, de referencia, que debiese estar presente en
todas las bibliotecas de las distintas instituciones educacionales y espacios
de memoria presentes en nuestro país.
Desde el
neblinoso manto patriarcal/autoritario de la historia oficial, en este
importante y fundamental libro realizado por la compañera Alejandra Olea Moya,
surgen resplandecientes las voces rebeldes de 186 mujeres de la región de Valparaíso
que entregan sus testimonios de lucha que, con dignidad y coraje, desarrollaron
en contra de la dictadura en la V Región. Voces que permanecieron en el
anonimato, pero que ahora, en este libro denominado “Mujeres de Fuego”, se
materializan con sus identidades y rostros para contar, en primera persona, sus
experiencias de vida como luchadoras populares. La militancia partidaria, si
bien es importantísima en muchos casos, pasa a un segundo plano en la
transversalidad de la “militancia antidictatorial” y la sororidad que las hermana.
Estas “mujeres de
fuego”, asimismo, vienen a iluminar con sus llamas rebeldes el rostro de miles
de otras mujeres que permanecen en el anonimato, pero que, al igual que ellas, llevaron
adelante una lucha decidida por la vida y los derechos humanos.
Si intento definir
en una sola frase la actividad del lanzamiento del libro, diría que se trató de
un acto tremendamente emotivo. El rostro de las más de trecientas personas que
repletaron el auditórium del Parque Cultural Ex Cárcel de Valparaíso reflejaba
y trasmitía esa energía de emociones en este espacio, aun antes de que se
iniciara formalmente el acto, ya que sobre el telón de fondo se proyectaban
rotativamente las imágenes con los rostros y los nombres de las protagonistas
del libro, imágenes evocadoras que fueron las detonantes de estas emociones.
Marina, encargada
de la conducción de este evento, al dar por iniciado el acto, expresó:
“La casa
queda abierta para que, entre el aire puro, la dulzura y la palabra, abierta
para que los visitantes sepan de ti, mujer, de tu porfía y de tu valiente
entereza. De ti, de ustedes y de todas, compañeras, madres, hijas, hermanas, abuelas,
que salieron pioneras a enfrentar el terror de las dictaduras para encontrar a
sus seres queridos. Este es un homenaje para ustedes, para ellas y para todas
aquellas que seguirán presentes, batallando allí donde la injusticia, el
terrorismo de estado y el poder intenten detener brutalmente las luchas por una
sociedad más justa e igualitaria para todas. Mujer, si decides volar a una
estrella, déjanos tu significado, déjanos tu historia, déjanos el camino de tu
lucha.
En la portada
del libro se presenta parte de esta lucha. Pueden ver la arpillera “Mujeres de Fuego
de Valparaíso en la Resistencia Contra de Dictadura cívico militar”,
elaborada por María Alicia Salinas Farfán, homenajeando, de este modo, a las
primeras mujeres que salieron a denunciar lo que ocurría en nuestro país y a buscar
a los detenidos desaparecidos en la región de Valparaíso. Una forma en la que
dieron a conocer lo que ocurría con sus familiares, fue a través de trozos de
género, lanas y agujas (…)”
Por su parte, Walkiria Jorquera, Coordinadora de
Patrimonio, Memoria y Derechos Humanos del Parque Cultural Ex Cárcel de
Valparaíso, dio la bienvenida a todas y todos los asistentes, manifestando que
para ella era “un tremendo honor poder recibir a tantas mujeres que dieron forma al
libro de Alejandra. En este mes, del Día de la Mujer Trabajadora, todas las mujeres
son protagonistas acá en el sitio de memoria. Como Parque Cultural y Sitio de
Memoria queremos darle un abrazo cariñoso y un reconocimiento a Alejandra, que nos
ha hecho protagonistas de la historia de la V Región, por lo tanto, también, de
la historia del país”, haciéndole entrega a Alejandra de un ramo de flores.
La emoción permanecía
y se acrecentaba a medida que se iba desarrollando el acto, Alejandra Olea
Moya, autora del libro, al hacer uso de la palabra expresó:
“Estoy muy
emocionada. Quiero dar las gracias a todas las mujeres que me dieron testimonio
para realizar este libro, a estas valientes, comprometidas, respetadas mujeres
de esta región. También quiero darles las gracias a todas y todos aquellos y aquellas
que con sus testimonios me dieron su voz, para hablarme acerca de las mujeres que,
cuando estaba haciendo las entrevistas, ellas ya habían fallecido, o para darme
testimonio de aquellas mujeres, que, estando vivas, ya sus cabezas no estaban
funcionando. Por ejemplo, en el caso de Rina Moya Alegría, que es mi mamá (…).
Cuando ya me
puse a redactar me encontraba que había mucha información, datos, sobre todo de
esta región, que no conocía, no tenía. Leí muchos libros para sustentar lo que
estaba diciendo, pero había algunos datos que no hallaba de dónde sacarlos. Ustedes,
como saben, soy súper buena para recurrir a las redes, entonces, me dije, esta vez
la redes, las voy a ocupar a mi favor. A todo el mundo, incluso no siendo de la
región, les pedía datos. Hubo un grupo de personas que constantemente me
estuvieron respondiendo. Había gente que no tenía las respuestas que
necesitaba, sin embargo, hacían su propia red de contactos para lograr
solucionar lo que yo les solicitaba. Doy las gracias a ese gran grupo de
personas. La solidaridad es muy importante. El comandante Guevara de la Serna nos dijo que cuando uno quiere
o pretende ser revolucionario, lo primero que tiene que tomar en cuenta es la
solidaridad y creo que es una grana enseñanza”.
Me parece que no tengo nada más que decir, porque todo
lo van a leer en el libro, un libro que es muy pesado, entre los dos volúmenes
pesa 2 kilos trescientos, así es que les sugiero que cuando lo vayan a leer se
instalen en una silla, en una mesa y puedan leer el libro apoyado encima de la
mesa (…) Quiero decirles que Marina, la conductora de este acto, es mi colega,
mi amiga, mi compañera. Para mí, Marina es la mujer importante en mi corazón. Ella
es argentina, pero está hace muchos años acá en Chile, aportando toda su
sabiduría. Es importante decir que la quiero mucho. También decirles, a todas
estas mujeres que están acá, que las amo.”
Luego de la
emocionada intervención de Alejandra, el arte, a través de la música y las
canciones interpretadas por el trío “Resistiendo” fue aportando, a su vez, de manera
intercalada durante el desarrollo de la actividad, nuevas emociones. Este grupo
musical interpretó las canciones “El Palomo”, “Como la Cigarra” y “Yo te nombro
libertad” y al presentarlas, Marina, la conductora, relató que “la agrupación musical está Integrada por
Lucy Arancibia Fabres, Valeria Arancibia Jeria y Claudio Pérez García. Tanto Lucy
como Valeria son mujeres homenajeadas en este libro. Queremos contarle que este
grupo inició sus presentaciones en el año 78, participando desde entonces en distintos
sitios y espacios de resistencia, estuvo en ollas comunes, en comedores escolares, en defensa de los detenidos
desaparecidos, en cuanto sitio de pelea y reclamo les requería su
presentación”.
El libro fue
comentado por la escritora, periodista y editora Vivian Lavín Almazán, quien,
antes de referirse específicamente al texto y reflexionar sobre este, visiblemente
emocionada, manifestó lo siguiente:
“Agradezco
a Alejandra la posibilidad de estar acá, el vivir este momento. Hay momentos en
la vida que uno siente que está viviendo algo único, algo histórico. Los miraba,
escuchaba y, claro, oí lo que les está pasando a ustedes al ver los rostros de
sus amigas, de sus familiares, que son las mujeres que lucharon en un
territorio, que eso es lo interesante, no son las mujeres o la mujer como un
genérico.
El trabajo que
hizo Alejandra es un trabajo titánico, impresionante. La verdad es que cuando me
contó que ella quería hacer este libro, pensé que no lo iba a lograr, por lo
difícil, porque es una ciudadana en un sistema, en un país donde el Estado no
quiere recordar, donde la nación tampoco quiere recordar y, por eso, al verlos
a ustedes, lo que más he sentido es como el deseo de abrirme y empaparme de la
energía que hay acá. En un primer momento como que me dio nostalgia, un poco de
melancolía, porque inmediatamente uno al verlos, yo los imagino hace cuarenta,
cincuenta o sesenta años atrás y ustedes, la mayoría de acá, eran jóvenes
chicas, adolescentes que estaban, en un minuto de la historia, que fue tan, tan
importante para nuestro país y para el mundo. Ustedes saben perfectamente como
Chile sigue siendo y lo que sucedió en esa maravillosa revolución con sabor a
empanadas y a vino tinto, de la cual yo no tengo memoria, yo tenía cinco años
cuando se produjo el golpe civil militar, tengo alguna memoria pequeña de haber
visto pasar los aviones frente a la ventana, pero eso no es lo que ustedes
vivieron. La mayoría de ustedes estaban conscientes, eran ciudadanas, estaban
participando de eso. Y lo que se produjo a partir de entonces y lo que se produce
en mi generación, y es algo que, a mí, es la frustración que tenemos todos, por
cierto, me da tristeza, pero yo entiendo que para ustedes es su vida. En mi
caso, a mí me da tristeza, pero en el caso de ustedes fue todo, ustedes lo dieron
todo y eso les significó pagar un costo altísimo (…).
Volviendo a
lo que nos avoca en el día de hoy, creo que el esfuerzo que ha hecho Alejandra
Olea Moya es que el que ella está acá y está sostenida, como se dice, en la
historia, sobre los hombros de gigantes. Ustedes son los gigantes, ustedes son
las gigantes y ella se sostiene sobre ustedes para alzar una voz, para hacer un
trabajo impactante, ya lo he dicho, donde es una ciudadana que toma un rol, que
es tomar una posta, pero lo toma como una responsabilidad que impacta, desde
todo punto de vista, el tiempo que le dedicó, lo que le significó a ella misma
escuchar esto. Yo hice un pequeño libro con tres testimonios, tres y aquí son
muchísimos testimonios.
Quería
compartirles, a propósito de este libro, un poco para contextualizar y entender
desde un punto de vista del momento histórico que estamos viviendo ahora acá,
al homenajear, al conmemorar, el trabajo, el sacrificio de estas mujeres, acá,
de la región de Valparaíso, quería compartirles una cita de la filósofa
española María Zambrano, quien llegó a Chile justamente por Valparaíso, estuvo
un año acá, ella es una de las más grandes filósofas de la lengua española
y que tiene la marca del exilio, vivió cincuenta años de exilio y, por eso, su
trabajo está marcado por una vivencia personal, pero también por la reflexión
en torno a los temas políticos. En este caso, hay un libro también, de una
porteña, lo que me alegra mucho y se los recomiendo demasiado, ella es Pamela
Soto García, una filósofa de acá de Valparaíso, brillante, y que ha publicado
este libro en España, pero está a la venta en Chile, por supuesto. Este libro
sobre María Zambrano habla de los tiempos de la democracia, y quería
compartirles esto, básicamente: “a propósito de lo que significan las
entrevistas, a propósito de lo que significa la memoria y es porque María
Zambrano dice que la memoria no es una función pasiva del entendimiento o un
cúmulo de recuerdos, sino el sostén del movimiento, del pensamiento. Desde el
tiempo colectivo, la memoria constituye una condición histórica y político
social que pone en consonancia la vida, el tiempo, desde su relación con los
otros. La memoria de los muertos, aun los no conocidos, de los antepasados, es
tan real como la presencia de los vivos. Zambrano, siguiendo estas discusiones,
aborda la temporalidad como una afección individual y colectiva, siendo, esa
loca memoria, aquello que los une y permite transitar entre una y otra. La
memoria hace patente la persistencia de la existencia, a través del sentir
material de la realidad, del pensamiento de los otros y de sí misma. La
memoria, como facultad del procesamiento de la duración y expresión del tiempo
colectivo rompe con las formas más tradicionales de abordar la función del
entendimiento, acercándose a una lectura material del mundo, que hace egresar
al pensamiento la experiencia de la realidad”. Me queda poco, pero esta parte
sí me interesa que la escuchen bien, porque es la que a mí me marca y cito una
y otra vez, porque creo que la filosofía es la que nos da respuestas, nos
permite entender, esas respuestas que pueden ser, es decir, preguntas muy
básicas, pero respuestas que también tienen que ser esenciales para
sostenernos. Dice Pamela Soto que la filósofa “utiliza, para dar cuenta del
carácter experiencial y material del tiempo y de la memoria, desde su dimensión
colectiva”, esto les va a sonar conocido, “lo proporcionan las marchas que
agrupan a los individuos por demandas políticas y sociales, que marcan el
tiempo común. Cada generación tiene su marcha, su ritmo que arrastra y uno va
donde sea, porque el caso es marchar juntos, marchar con, hasta la muerte”.
Hasta ahí la cita de María Zambrano. Sigue Pamela Soto “esta aseveración
considera la memoria como el tiempo de la relación con los otros, esa relación
material y estrecha que se da en medio de un tumulto, que posiciona un cuerpo
cercano a otro y a otro cuerpo, y permite que la memoria de los individuos sea
parte de un colectivo, incluso antes de reunirse con ellos, por esta razón, es
necesario considerar que la memoria es arte y sabiduría, es tiempo. Es arte
porque es una experiencia organizada y sabiduría porque es conocimiento de experiencia”.
Alejandra, quiero felicitarte, quiero agradecerte, porque este libro es arte y
sabiduría para todos nosotros.”
Continuando con el acto, Marina, expresó que “las mujeres que
defendieron la vida, desde las barricadas de la historia son combatientes de la
verdad y en sus corazones anida la maestría de la justicia y agregaría también,
a partir de las palabras que escuchamos, son corazones llenos de arte y
sabiduría. Escuchando las palabras de Vivian, me parece importante rescatar
este evento que ella siente como algo único e histórico y esta distinción del
territorio. No estamos solas, a pesar de los dolores, de lo terrible vivido
estuvieron juntas, acompañadas y siguiendo ese camino junto a otros brazos y a
otras compañeras y compañeros. Quiero destacar en los libros de Alejandra el
respeto en la transcripción de cada una de las entrevistas, en mantener cada
punto y coma, como un acto de respeto hacia la persona que estaba siendo
entrevistada o del testimonio que se estaba recogiendo y que no fuera
sintetizado como en una investigación común, donde uno, tal vez, sintetiza las
ideas principales y las deja. Aquí hay un cariño, un amor y un cuidado por cada
una de las personas que aparecen.”
Otro momento de mucha emotividad fue cuando, luego de que el “Trío
Resistiendo” interpretara la canción “Yo te nombro Libertad”, amigos de
Alejandra le hicieron llegar un ramo de flores en reconocimiento por todo su
trabajo.
Alejandra
tomó el micrófono y dijo: “Rosas rojas, claveles rojos, tantas veces que fuimos
a los cementerios a llevar claveles rojos para despedir a tantas personas
amigas queridas, hombres y mujeres. En este momento me acuerdo de la Ali, de la
Alicia Ríos Crocco, compañera tan querida. Yo formé parte del CODEM, que se
coordinaba en el CODEPU V Región y nosotros teníamos reuniones en las tardes,
cuando ya todo el mundo de la oficina del Codepu se había retirado y quedábamos
nosotras en reunión y en una ocasión, tiene que haber sido como las nueve y
media de la noche, íbamos saliendo y al abrir la puerta vimos que al frente
había una cuca, un carro de carabineros. Cerramos la puerta y volvimos hacia
adentro, éramos seis o siete y nos dijimos qué hacemos. Todas íbamos con
nuestros bolsos llenos de boletines, llanos de panfletos, que a cada una nos
iba a tocar repartir y tirar durante la semana, y la hermana de la Ali dijo,
llamemos a la Ali. La llamamos por teléfono, le contamos lo que nos estaba pasando
y ella nos dijo quédense ahí, voy inmediatamente para allá. Tomó el auto de la
familia y no se demoró nada en llegar desde Agua Santa, donde vivía su familia,
hasta la oficina en Retamo, acá en Valparaíso. Llegó, tocó la bocina, bajamos y
salimos rápidamente, nos subimos al auto con nuestros bolsos, nuestras
mochilas, con la cuca al frente, y partió la Ali con nosotras. En Avenida
Argentina, en Barón, dejó a algunas compañeras que eran de Valparaíso y siguió
con nosotras que éramos del interior. Por qué les cuento esto, tiene que haber
sido un par de semanas después cuando la Ali fue asesinada, ejecutada, cuando
iba en una bicicleta, donde explotó una bomba colocada bajo el sillín de la
bicicleta. Esa era nuestra querida compañera Alicia Ríos Crocco”.
Vivian, Alejandra y Marina
Así fue concluyendo esta hermosa, potente y emotiva actividad al interior
del auditórium del Parque Cultural Ex Cárcel de Valparaíso, para realizar
enseguida la entrega gratuita de ambos volúmenes que conforman el libro “Mujeres
de Fuego” a cada una de las protagonistas del mismo y a otras y otros
colaboradores en las afueras del auditórium, y, como parte final de este acto
cultural, compartir fraternalmente un pequeño cóctel y un vino de honor.
Dr. Guillermo Correa Camiroaga, Valparaíso 16 de marzo
2025.
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