EL IMPERIO DE LO EFÍMERO Y LO PERDURABLE EN LA GLOBALIZACIÓN DEL CAPITAL, SUS EFECTOS ANTE LAS
CIRCUNSTANCIAS SOCIALES, ECONÓMICAS Y POLÍTICAS.
Autor: Mariano Sierra S. Escritor, jurista, analista
internacional/Barómetro Latinoamericano/ADDHEE.ONG:
Hoy estamos circunscritos a un mundo
globalizado, digital, relativista donde impera lo efímero, la nada, lo temporal
y vacío. A esto se denomina también como algo líquido, pasajero, de cambios
cíclicos, sin expansión. Vivimos pues inmersos en situaciones de vivir para ya,
con demasiada intensidad, en un acelere desbordante donde todo sucede sin dar
espera, porque algo nuevo está en camino que nuestros pensamientos no alcanzan
a asimilar, solo lo que esta inmóvil es lo que percibimos. Ante la efimeridad
sin revisión, aplicamos la política del avestruz, esto es, enterrarnos en la
oscuridad, para dejar pasar el tiempo, viviendo y vegetando cual parásitos sin
objetivos.
Todas las cartografías de nuestro
vivir se enmarcan en lo fugaz, lo complejo en su gobernabilidad, en la
comunicación tecnológica que aísla a la persona haciendo que sus
relaciones con el otro sean fugaces, imperceptibles e indivisibles. Nada
perdura en el mundo moderno tanto así, que pareciera que todo se eclipsa, que
el vivir no parece una realidad ante la efimeridad del tiempo, y del espacio y
los hechos y caos circundantes.
Lo efímero se torna agobiante cuando
ante los entornos de la vida todo nos llegan inesperadamente, hay convulsión de procesos sin que podamos
muchas veces disfrutarlos o cambiarlos. Todo poder es efímero y si perdura es
porque se ha vuelto un poder de dictadura. En ocasiones se torna un círculo
vicioso cuando se asocian para hacerlo predominado la ambición compartida. Lo
efímero es lo más usual en el diario vivir.
Lo efímero y lo perdurable son dos
fuerzas cuyo fin debiera ser buscar puntos de equilibrio para ejercer
renovaciones siempre que convengan al bien común, tanto en el desarrollo, en lo
tecnológico y en lo político- Lo efímero se disfruta cuando su proceso genera
bienestar, felicidad, goce y libertad de espíritu que se intuye permanente en
la historia como las luchas justas, políticas y sociales, símbolos de la
rebeldía de los espíritus indómitos con justas causas.
La vida trasciende ante lo efímero, pero
también con lo perenne cuando el perenne evoca paz, evoca tranquilidad, pero
ese perenne debe permanecer en observación, no sea que nos esté asfixiando sin
darnos cuenta. Lo efímero convertido en perenne positivo trae como consecuencia
el bien común, respiro de satisfacciones para trabajar con alegría haciendo
productiva la vida-
Lo efímero es la vivencia de cada
instante de la vida y la vida es de instantes evolutivos, es acción, cosa que
no nos lo da lo perenne o inmóvil. El giro de la vida con todas sus vicisitudes
nos hace alterar todos los procesos, penetrando hasta hacernos visibles el
efecto mariposa, que aparece trayendo sus razones, sus efectos diversos.
Buscamos la comprensión de los hechos, pero esa espera es el devenir de los
efímero, son opciones, complejidades, hallazgos, conclusiones que flotan en el
ambiente para tomar los cambios adecuados.
Esta amalgama asume en que lo efémero
mariposa agrede llenando nuestro espíritu de alternativas, con incomprensiones.
Que hacer...Es un reto que imprime carácter, pues, aunque seamos una golondrina
de verano, dejamos en su estela física un mensaje........... Cuando el mundo
gira, esos aleteos llegan con nuevos giros haciéndonos comprender muchas cosas,
y ese comprender es acción, es renovación, es actualizar el ímpetu o la fuerza
interior. Todo hecho critico dice el adagio por más leve, repercute en lo más
hondo de una sociedad, y, en esa medida merece acción.
Como todo es acción, es enseñanza, creo que
una frase hallada en lo profundo de las letras, avala el principio de la
permanente actividad... Quienes más leen, viven menos... Si, viven menos
engañados, menos explotados.
Esta reflexión puede con muchos
corolarios, pero observemos el que nos conduce a que los cambios Traen nuevos
horizontes muy puntuales cuyos efectos modifican todo tipo de formas de
convivencia. Los giros se perfilan hacia la liberación de la persona, de
las esclavitudes sociales, políticas y espirituales que no aportan nada al
crecimiento humano. Cuando giramos en
el diario vivir, asoma a nuestra presencia solo lo visible, pues lo invisible
humano se desespera en cada uno, en cada rostro, en cada presencia viviente que
no alcanzamos a percibir o nos hacemos los indiferentes.
Lo efímero despega cambios,
evoluciones que rompen orientaciones perdurables producto de la experiencia que
buscan eliminar viejos vicios. Las liberaciones las buscamos en el efímero hoy
y lo perdurable que, siempre están para reversiones. Despertar el vivir anestesiado es espíritu de transformación. Convivir
en el statu quo es no avanzar, no avanzar que se rompe con la rebeldía de la
acción pura que no se puede posponer. Rebeldía intensa que nos enseña Albert
Camus, igual a la rebeldía del evangelio que propago Jesús con su programa de
enseñar a la persona a buscar lo nuevo tonificante en una disertación de
vida alimentada con sus leyes de servicio y amor.
El genocidio contra la Madre Naturaleza del capitalismo salvaje globalizado.
El presente
mundo capitalista salvaje descompuesto por todos los flancos, no
vislumbra una salida para fortalecer el bien común ni para enfrentar el
genocidio contra la naturaleza, que, ante la catástrofe, entra en la categoría
de crimen de lesa humanidad-. La fuerza
funesta de las violaciones que perduran en todos los escenarios, debe ser
superada por la fuerza del cambio que simboliza lo efímero.
Respecto a lo efímero el Prof. Friedrich Nietzsche
dijo que “De nadie estamos más lejos que
de nosotros mismos”. La cosmovisión efímera y perdurable unificaran sus
fuerzas para el cambio social y para transformar la paz social. Otro pensador ante el espectro de lo
efímero, Jorge Luis Borges expreso en su momento que “La eternidad contiene lo fugaz”.
Colombia en su trayectoria histórica trae un pasado de
procesos donde lo duradero es lo que prevalece, lleno de conflictos generados
por la incurrencia de las malditas guerras de colonización e
independencia, que al grito de independencia no sufrieron cambios, sino una
perdurable hegemonía de poder, pues la voluntad política ha estancado al país
en un statu quo, ha faltado evolución de Estado que brinde horizontes nuevos de
progreso para doblegar las necesidades humanas. Y en esta medida sabiamente Mahatma
Gandhi “no dice que... Hay suficiente
para las necesidades de todos, pero no para la codicia de unos pocos”…
Ante la encrucijada de lo efímero y lo
perdurable como componentes de prácticas de gobierno, el fluir de las
circunstancias esta aparejado de inmovilidad para producir cambios. El desafío
es determinar para evaluar todas las necesidades para preparar proyectos
decisorios que revolucionen el desatino al que estamos sometidos.
El ritmo de la historia lo modificamos con
el esfuerzo general, pues el compromiso constitucional es trabajar socialmente
por fuera de los desastres politiqueros y de los politicastros corruptos
que han sembrado ineficiencia con sus carencias de objetivos. El país no puede
seguir a la sombra de la corrupción, la impunidad y las amenazas, de
falta de honestidad, de falta de gestión política, social y de voluntad de
la clase politicastra gobernante: este es el modelo político, social y económico
que impone el imperialismo yanqui en su patio trasero.
Los cambios de paradigmas no se hacen
con emociones y proclamas con creaciones de movimientos sociales. Se siguen
perdurando las anquilosadas ideologías que solo producen patologías dominantes.
Lo efímero o lo perdurable dentro del esquema que nos sostiene, lo que hace es
generar violencia, corrupción e
impunidad para seguir alimentado la codicia y la sed insaciable de poder.
La nación viene padeciendo las pandemias de los administradores que no ofrecen
retos ni compromisos, solo vocifera sin sentido para que perdure lo perdurable
y a veces lo efímero cuando conviene.
El electoralismo, para que nada cambie.
Los tiempos de elecciones son precisos para
que aparezcan aduladores y disque salvadores de la problemática nacional
presentando efímeras alternativas. Fugaces emociones primarias que caducan al
culminar el proceso de votación. El
gobernar está en la calle, donde se desarrollan los procesos sociales, donde se
realiza el diario vivir, donde se conciben las premisas para la gestión social,
donde el gobernante y el político de viva voz debe escuchar al pueblo con sus
sentires humanos.
La vida es efímera, como casi todo lo
que rodea al ser humano... Es efímera la fama, el dinero, la salud, las
pasiones, las emociones, las ideas, el desarrollo, todos los impulsos que
determinan alternativas, las realidades sociales y lo que está en íntima
relación a la adherencia humana. Ante cada situación todo desaparece y vuelve y
así perdura lo efímero cambiando en el espacio y el tiempo.
La política bajuna.
Políticos y gobernantes son efímeros como
la vida misma, solo que algunos se atornillan para la perdurabilidad. Ningún
político o gobernante han sido de la esfera democrática, solo que han hecho uso
de sus artimañas... Ellos, son producto de reciclajes, de procedencia de viejos
movimientos, de uniones de gamonales y oligarcas empresarios, agrícolas/terratenientes
y citadinos, de oportunismos partidistas o nepotismos y así se van
perfilando al envejecimiento en el tiempo y el espacio con finitud implacable.
Son los politicastros unos oportunistas
efímeros que transitan haciendo perversos actos contra la sociedad, empujándola
a la incertidumbre, pero al final caen en sus propias redes- Una anécdota
romana dice que a los emperadores se les recordaban que ellos eran
humanos.... Los políticos y gobernantes
nunca son modestos y su poder como la vida es efímero, aunque quieran ser
perdurables, cuales dioses del Olimpo. Que buena enseñanza nos dejó el General
Libertador Simón Bolívar Palacios y Blanco cuando expreso en cierta
ocasión: “Prefiero.... el título de
ciudadano”...
Aprendemos dentro de lo efímero y
perdurable, cuando aprendemos a comprender las necesidades humanas. Aprendemos
cuando perdemos lo que hemos tenido, cuando estamos abajo, después de habernos
encumbrado en el poder y en las opulencias y no las hemos sabido llevar con
humildad y justicia. Existe siempre el
peligro de caer en los extremos, en la rigidez o lo flexible. Por ello debemos
siempre permanecer en el ser por el ser, para ser- no por apariencias.
En Colombia ante tantas
confrontaciones generadas por las intransigencias humanas, por deseos de
ruptura, por envidias, codicias y orgullos, vivimos el efecto mariposa donde se
cruzan situaciones efímeras y perdurables que no se han sabido controlar.
Mirando por el retrovisor, estos sucesos de muchas causas como el proceso de
paz, son fiel copia de lo que otrora, la altivez malsana de próceres
republicanos quiso imponer.
La patria siempre ha estado por debajo
de las ambiciones de los partidos sin objetivos, de los politicastros de
siempre, que solo buscan su propia gloria, cual cesares de la decadencia que en
su momento Vargas Vila los denuncio y que hoy se alzan también cuales duques
con su imperio dictatorial y los esbirros senadores de unos partidos que cada
día se hacen líquidos. Debemos estar atentos al paso del tiempo para aprovechar
los vaivenes, sabiendo analizar, decidir cada instante, de cada hecho, pues lo
efímero nos puede hacer perder oportunidades.
Todos sabemos o creemos saber que el
sistema tiene montada desde la creación republicana estructuras para que operen
acordes y puedan perdurar estables por todos los tiempos. El sistema que
perdura, nefasto, sigue siendo elegido con estrategias y estereotipos engañosos
para confundir la sociedad, con entropías vinculantes que emulan un
desconcierto de fugaces sensaciones. La
era flamante de los discursos tóxicos ha perdido sentido, mientras la sociedad
vive el desconsuelo pues no cree en sinfonías salvadoras de ideologías
trasnochadas.
Lo efímero ha llevado a que la nada es
la razón, es la toma de conciencia, mientras el pueblo busca hacerse oír,
participar para hallar alternativas. La efimeridad invade las esferas sociales
atrayendo con delirio para llenar los espacios de mentiras seduciendo con
fervor frívolo. La comunidad ante lo diluyente politiquero cada día pierde el
interés de la cosa pública pues fluye la indiferencia hacia las políticas de Estado,
hacia toda gestión pública.
En esencia, nada y efimeridad
decepcionan llevando todo el curso social a una era del vacío. Al decir del
pensador Guilles Lepovetsky, moda y efimeridad es propio de la cultura
occidental - mundo que se identifica con un ideal, dentro de una sociedad
individualista, consumista, impávida, llena de apatía. Esta cultura efímera
absorbe los vínculos sociales, manipula la opinión, corrompe los debates,
deforma la democracia.
En lo efímero y en lo perdurable, si existe
la verdad, hay esencia de bien común y estabilidad social. Si la verdad se
omite, nada fluye para la comunidad. Hay siempre necesidad de cambio, sin talar
el orden institucional, sembrando principios de armonía, de solidaridad y
servicio. Lo efímero y lo perdurable se expone para la esencia social. Quienes
se apartan de estas directrices son lo irracionales que se creen humanos.
Hoy estamos viviendo disque la
revolución del 4.0 y los emprendimientos, efimeridades que alzan sus vuelos no
porque si, sino para el desarrollo de todos, no de unas parcelas especiales.
Hay que construir país con hechos no con fugaces deseos expresados en una torre
de babel. Cada etapa cronológica del individuo es fugaz, por lo tanto,
debe aprovecharse en su máxima expresión para que produzca los efectos de una
verdadera evolución. Noticias efímeras están en el ambiente por parte de las
redes sociales, sin que sus resultados tengan efectos de progreso, de paz y
armonía. Sus efectos mariposas están ocasionando rupturas y desastres sociales
La duda en todo flamea con apoyo de
una impunidad irreverente que lleva al traste a la Justicia Plena. Se
alza el poder perverso mostrando su imperio ante quien se le oponga. Ilegitimidad
democrática invade el entorno irrigando todos los terrenos humanos con el
dominio político. Lo efímero, emotivo y ligero bloquea cual flujo que inunda
los espacios sociales.
Nada es absoluto, de allí que el relativismo
haga parte propio de la convivencia el individuo, que debe ser mirado
con la sabia prudencia. Se llega a la verdad con la verdad, ante lo efímero
nada es definitivo, es un eterno aprendizaje como lo son los cambios, como la
revolución misma que busca desplazar lo que perjudica el bien vivir. El
individuo debe aprender a vivir entre lo efímero y lo perdurable y dentro
de esas premisas vencerá todos los obstáculos pensando siempre en favor de los
que sufren, con ética y verdad olvidándose de la patria boba que nos siguen imponiendo
y que nos acosa diariamente…
MARIANO SIERRA S.
Jurisconsulto, Escritor y Analista Internacional.
Lo subrayado es nuestro.
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