El Chile Virtual y su política bajuna estulticia.
Por Eduardo Contreras Mella/escritor, comunicador social/Barómetro
latinoamericano/ADDHEE.ONG:
La falta de inteligencia de los líderes de la derecha a
nivel general - y en nuestro país en particular - suele llegar a límites
increíbles. Piñera Echeñique no es precisamente una excepción y basta
con revisar sus declaraciones formuladas por estos días en el marco de la
Asamblea General de Naciones Unidas a la que concurrió.
Entre otras, las relativas a la situación en Venezuela y su reiterado
apoyo a Juan Guaidó al que calificó de “ legítimo presidente de Venezuela
conforme la Constitución de ese país” por los mismos días en que el espécimen escogido por el régimen de
Trump posaba para la posteridad del brazo
con varios de los asesinos y descuartizadores colombianos de la banda de los
Rastrojos; entre ellos Saleh, Valles y Pérez conocidos criminales autores de
los más feroces delitos y que son los mismos que acompañaron a Guaidó cuando el
frustrado show de Cúcuta al que, por supuesto, también asistió y discurseó el
ex reo prófugo por su Estafa al Banco de Talca.
Piñera Echeñique elogió a Guaidó y pronosticó lo peor para el
gobierno legítimo no sólo cuando se develaba los vínculos del “designado” con
las mafias colombianas sino al mismo tiempo en que el Presidente Maduro Moros
preparaba su exitoso viaje a reunirse con Vladimir Putin, presidente de
Rusia, en Moscú y además cuando la comunidad internacional celebraba los
acuerdos logrados entre el gobierno Venezolano bolivariano e importantes
sectores de la oposición venezolana. En efecto, ha sido mayoritario el
reconocimiento y valoración del “Acuerdo de Paz, Entendimiento y Convivencia”
firmado recientemente entre el gobierno y la oposición en la República
Bolivariana de Venezuela, en el que se ha establecido medidas concretas de
fortalecimiento de la democracia y la búsqueda de una salida unitaria a la
crisis política provocada, incluyendo el retorno del Partido Socialista Unido
de Venezuela (PSUV) y sus aliados a la Asamblea Nacional.
En paralelo, se rechazaba con fuerza el intento intervencionista
impulsado por los Estados Unidos tratando de recurrir al desprestigiado Tratado
de Integración y Apoyo recíproco, el TIAR, que entre otros ha invocado el régimen
de Chile y que, como sabemos, se trata de un mecanismo obsoleto, elemento
decorativo de lo que fue la guerra fría y que en nada contribuye al diálogo y
el entendimiento que de hecho ya se ha dado en Venezuela. En paralelo,
importantes organizaciones internacionales redoblaban su exigencia para que se
ponga fin al brutal bloqueo económico y financiero impuesto por la
administración de Donald Trump contra el pueblo y el legítimo gobierno
venezolano.
Las declaraciones de Piñera Echeñique en la Naciones Unidas
sólo sirven de apoyo a la política de Donald Trump quien, por esos días, al
referirse a las razones por las que despidió a su asesor John Bolton, dijo
textualmente:” De hecho mis opiniones sobre Venezuela y especialmente sobre
Cuba eran más firmes que las de John Bolton. ¡Él me estaba frenando!”.
El Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR)/USA
y sus crímenes de lesa Humanidad.
No es casual entonces que para reafirmar sus dichos, y como ya lo
dijimos, Trump desenterrara precisamente el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), desgraciada herencia de los períodos más oscuros del intervencionismo yanqui
en América Latina que nos recuerda sus crímenes en contra de Guatemala, Cuba, República Dominicana, Granada,
Panamá y - lo que jamás debemos olvidar- en contra de Chile aquel 11 de
septiembre del 73, al derrocar al legítimo gobierno del Presidente Allende Gossens,
moviendo como sus peones a la derecha fascista, al empresariado sofofo,
a los medios de prensa mercurial del sistema y por cierto a las
antipatrióticas fuerzas armadas chilenas.
Es más, las necias declaraciones en las Naciones Unidas del empresario,
elegido dos veces presidente por los chilenos, las formulaba al tiempo que el
gobierno de Venezuela exhibía las pruebas contundentes y concretas respecto de
cómo los ataques terroristas en contra del gobierno bolivariano se han
realizado desde Colombia. Organismos y personeros del gobierno del Presidente
Maduro mostraron fotografías, nombres, conexiones, centros de entrenamiento de
militares desertores venezolanos y además de paramilitares colombianos,
declaraciones de terroristas y narco paramilitares capturados y muchas otras
pruebas concluyentes, incluidas las referentes al intento de magnicidio contra
la plana mayor del gobierno venezolano de agosto del 2018. Funesto episodio que
por supuesto en su momento negaron Piñera Echeñique y su ex canciller
Ampuero que por esos días jugaban a la “ayuda humanitaria”.
Piñera Echeñique es presidente en el marco
constitucional/Artilugio de 1980, impuesta por la dictadura cívico militar,
vigente hasta nuestros días, con un 36% de electores inscritos.
Ni que decir respecto de otra de las mentiras o expresiones de ignorancia
cuando Piñera sostiene que Guaidó es presidente “conforme a la Constitución de
Venezuela” Es sabido que el personaje no es precisamente un adicto a la
lectura. Pero al menos debiera leer el artículo 233 de la Constitución de
Venezuela y se enteraría que, al no darse los requisitos que esa ley
fundamental exige, Guaidó no es, no puede ser, ni nunca ha sido presidente.
Cuanto sucede respecto de Venezuela se da además en el contexto de la
crisis que vive el imperialismo y los cambios en la correlación de fuerzas en
el continente, la existencia de diversas confrontaciones internacionales, la
existencia en México de un gobierno muy diferente como es el del Presidente
López Obrador, la dura derrota de Macri en las primarias de Argentina, la
posibilidad real de triunfos democráticos progresistas en Uruguay, Argentina,
Bolivia, el repudio mayoritario al fascista Bolsonaro, y la fuerza de la
Revolución Cubana para enfrentar las graves dificultades creadas en su contra
por el régimen de Washington.
A lo que debe agregarse el notorio repunte de popularidad y apoyo popular
del gobierno sandinista de Nicaragua que encabeza Daniel Ortega. Todo lo
que dificulta seriamente al régimen estadounidense tanto la
profundización del proceso apropiador del petróleo y otras riquezas
estratégicas, como dificulta además sus objetivos geopolíticos y su proyecto de
dominación mundial en momentos que enfrenta serios problemas económicos y
políticos internos. En tanto, Venezuela convoca al Consejo de Defensa de la
Nación, decreta enviar a la frontera con Colombia un contingente militar y
denuncia ante la ONU la siniestra invocación al TIAR de los súbditos de Trump/la
tifa/Grupo de Lima. Entre ellos, obviamente, está Piñera Echeñique.
De regreso al país el falso defensor del medio ambiente
persiste en no firmar el Acuerdo medioambiental de Escazú a la vez que se niega
a la indispensable reforma al Código de Aguas, no enfrenta de modo eficaz la
falta de agua que afecta miles y miles de ciudadanas y ciudadanos y la defensa
de nuestros glaciares no es lo suyo. Con razón se ha dicho en foros
internacionales que Chile no cumple los estándares de democracia ambiental.
Es lo que sucede cuando en la política lo que se impone son los
intereses particulares, acompañados de una buena dosis de estulticia.
Lo subrayado es nuestro.
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