Patéticos rezagos y vergüenzas: ¡Levántate Chile!
Juan Pablo Cárdenas Squella/
Escritor, periodista, analista internacional/ADDHEE.ONG:
La prueba Since se ha ganado el prestigio de ser la
mejor encuesta respecto del nivel de aprendizaje de nuestros estudiantes
primarios y secundarios. No es extraño, por cierto, que en su última medición
los resultados sean verdaderamente catastróficos respecto de lo que los jóvenes
muestran en lenguaje y matemáticas, las dos variables que considera este
sondeo. Nadie podría negar que la obligada ausencia de los alumnos en sus
colegios ha impactado mucho en su estancamiento o retroceso, pero lo cierto es
que desde hace mucho tiempo los niveles educacionales de Chile son precarios,
discriminan en cuanto a la condición socioeconómica de los chilenos y afectan
particularmente a las mujeres.
Todavía recordamos el empeño de algunos ministros
de educación concertacionistas en cuanto a fomentar el aprendizaje del inglés,
como una llave maestra para el progreso y el avance de Chile hacia el Primer
Mundo. Los gobiernos que sucedieron al del disctador Pinochet buscaban
asociarnos a la suerte del mundo desarrollado, desahuciando las alianzas
estratégicas con nuestros países vecinos y del Tercer Mundo. Sin embargo, hoy
la Simce nos señala que, además del atraso en el aprendizaje de las
matemáticas, nuestra población en un 58 por ciento adolece de analfabetismo
funcional. Que los jóvenes leen, se expresan y escriben con extrema dificultad,
tanto que de los egresados de la Educación Superior solo un 5 por ciento
alcanza los niveles máximos, versus el 23 de los que estudian en los países de
la OCDE (según lo indicara hace unos años el Centro de Sistemas Públicos de la
Universidad de Chile).
Lo que ahora también es muy insólito es que las
autoridades de La Moneda hayan declinado aceptar la invitación que se le
extendió a nuestro país para ser “Invitado de Honor” en la próxima Feria
Internacional del libro de Frankfurt en 2025; sin duda, el evento literario más
relevante de Europa. Una insólita decisión en la que se tiene el descaro de
argumentar que la presencia de Chile allí nos significaría un elevado gasto, en
relación a otras prioridades de nuestro Ministerio de las Culturas. Seguramente
que una feria en Miami o cualquier estado estadounidense habría
comprometido la entusiasta participación del gobierno chileno. Lo más
lamentable es que se da como excusa que el gasto que demandaría estar presente
en Alemania no se compadece con los recursos administrados por quienes forman
parte de esta Secretaría de Estado. Donde el amiguismo y el dispendio, por lo
demás, se han asentado con las últimas designaciones.
Era de suponerse que los ex dirigentes
universitarios, que constituyen todavía la generación más joven de La Moneda,
hubieran arribado al poder con una propuesta educacional y cultural más
consistente. Después de un año de gobierno, nada se aprecia al respecto y no
sería extraño que esta grave regresión educacional se le impute ahora a las
dificultades del oficialismo por implementar su Reforma Tributaria.
De lo que no hay duda es que con los últimos
indicadores se requiere nuevamente de la movilización estudiantil, de sus
maestros, padres y apoderados que ven todos los días languidecer nuestra
idoneidad cultural. Lo que se aprecia en los sondeos pertinentes, pero se puede
comprobar también al observar la vulgaridad constante de la televisión, el
desconocimiento e ignorancia de la población respecto de lo que sucede en el
planeta, en la ciencia y el mundo artístico. Todo a causa de una realidad
comunicacional sesgada, mediocre y abyecta.
Como ex dirigente estudiantil, quizás el Presidente
Boric este previendo, que de nuevo se enciendan las calles con la protesta y las
demandas educacionales. Posiblemente a ello le tema al anunciar que hará
reformas a Ley Antiterrorista de modo “que sea más buena, moderna y eficaz”.
Vaya como se aprecian coincidencias en el discurso de joven mandatario y sus
antecesores. Cuando ya se esfuman todas las promesas de una refundación
nacional y diariamente las autoridades parecen conciliarse con el Chile de la
posdictadura y sus malas prácticas, como que hasta en materia de nombramientos
se muestra el retorno de lo que supuestamente habría de cambiar con una nueva
generación en el poder.
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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