Soplan vientos nuevos desde China.
El Dr. Xi Jinping
reelegido como presidente y Li Qiang es el Primer Ministro: Juramento del Dr.
Jinping. “Juro ser leal a la constitución
de la Republica Popular China, defender la autoridad de la constitución,
cumplir mis obligaciones estatutarias, ser leal a la patria, ser leal al Pueblo”.
Su compromiso seguir con la construcción de “Un país socialista moderno, prospero, fuerte, democrático, civilizado,
armonioso y grandioso”.
Sergio Rodríguez
Gelfenstein.
Escritor, analista internacional/ADDHEE.ONG:
El
pasado 7 de Marzo, durante una conferencia de prensa
celebrada en el marco de la primera sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional
(APN) en Beijing el recientemente designado Canciller de China Qin
Gang afirmó que : "Si Estados Unidos no pisa el freno y sigue
acelerando por el camino equivocado, no habrá barrera que pueda evitar el
descarrilamiento y seguramente habrá conflicto y
confrontación". Agregó que la política de la potencia
estadounidense en relación a China se había desviado completamente de la
“vía racional y sensata”.
Este lenguaje, alejado de la tradición diplomática china
sustentada en la mesura y el autocontrol, es expresión de cambios que se
manifiestan no solo en la retórica y el discurso, sobre todo en la práctica y
la propuesta. En algún momento, Deng Xiaoping expuso que la diplomacia china se
debía caracterizar por “esconder la fuerza y aguardar el momento”. Es evidente
que eso ha quedado en el pasado. Los meses transcurridos de este año 2023, han
sido testigo no sólo de una transformación de la retórica, también ha sido
ostensible una intensa actividad diplomática por parte de China que pareciera
querer ocupar el lugar que verdaderamente le corresponde en el sistema
internacional como actor destacado y protagonista del proceso de trasformación que
a todas luces, está iniciando.
Qin Gang, que el próximo 19 de marzo cumple 57 años, es parte
de una nueva generación, tenía 10 años cuando fallecieron Mao Zedong y Chou
Enlai y 12 cuando dio inicio la política de Reforma y
Apertura en 1978. Es completamente ajeno a esa época. A los 26 años ingresó en
el servicio exterior y tenía 46 cuando Xi Jinping fue electo como Secretario
General del Partido Comunista de China por primera vez en 2012. En ese momento,
ocupaba el cargo de director general adjunto del Departamento de Información
del Ministerio de Relaciones Exteriores. En sólo 12 años ascendió a la más alta
responsabilidad de la cancillería de su país.
Esta
nueva generación que se caracteriza por sostener una intensa actividad en las
redes sociales no deja pasar afrenta alguna a su país respondiendo con dureza
en cada caso, al mismo tiempo que da a conocer sus propuestas y proyectos en
todos los rincones de la Tierra. Con un lenguaje en el que no se escatima el
sarcasmo, la ironía y la burla la novel diplomacia china ha sido bautizada como
“Guerreros Lobos” por los medios transnacionales de comunicación de Occidente.
El nombre da cuenta de los miembros de las Fuerzas Especiales de China que
enfrentan exitosamente a mercenarios estadounidenses en una serie de televisión
que con ese nombre paralizó el país durante dos temporadas en 2015 y 2017.
Con
respecto a las relaciones de China con Rusia, un aspecto cardinal de la
política exterior de su país en el momento actual, Qin Gang, manifestó que con
ambos “trabajando juntos, el mundo
tendrá la fuerza motriz para la multipolaridad y la
democracia en las relaciones internacionales y el equilibrio estratégico global estará
mejor garantizado", haciendo de esa manera una exposición precisa y de
carácter estratégico de los vínculos entre los dos países. No se puede pasar
por alto que en esta definición, en un solo párrafo, el nuevo canciller chino
ha exteriorizado tres categorías que definen el campo de acción a futuro de la
diplomacia china: multipolaridad, democracia y equilibrio estratégico global.
Para quien pudiera tener dudas respecto de la nueva
orientación de la diplomacia china, fue el propio presidente Xi Jinping quien
el día anterior, 6 de marzo, en su discurso durante la primera sesión del XIV
Comité Nacional de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino se
encargó de trazar el curso que adoptará el país para los próximos años después
de diagnosticar que: "Las condiciones exteriores para el desarrollo de
China han cambiado drásticamente, con un aumento significativo de factores
inciertos e impredecibles, sobre todo porque los países occidentales,
encabezados por Estados Unidos han sometido a nuestro país a una contención,
asedio y represión totales, lo que supone retos graves y sin precedentes para
nuestro desarrollo"
Xi estableció que
ante la situación creada, China debía modernizar su ejército y convertirlo en
una "Gran Muralla de Acero". Además, insistió en que el país debe
alcanzar la autosuficiencia tecnológica. Todo
esto enmarcado en una gran reestructuración gubernamental que tendrá una
profunda influencia en la economía y la sociedad del país. Para ello, también
se avanzará en una intensa reforma del sistema financiero.
De la misma manera, Xi anunció que el plan de transformación
estructural para afrontar los nuevos tiempos incluye la reforma de varios
órganos del Partido Comunista y del gobierno. Esta reforma, que busca fortalecer la dirección del partido,
involucrará a sus instituciones locales y centrales, la Asamblea Popular
Nacional, el Consejo de Estado y el gabinete, así como a la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino, el máximo órgano asesor de la nación.
Como expresión de esta
tendencia, en el marco de la política exterior, en febrero, China dio a conocer
una “Iniciativa de Seguridad Global” con el objetivo de eliminar las causas
profundas de los conflictos internacionales, mejorar la gobernanza de seguridad
planetaria, estimular esfuerzos internacionales conjuntos que garanticen mayor
estabilidad y den certeza y, promover una paz y un desarrollo duraderos en todo
el mundo.
La propuesta se sustenta en
seis principios: mantener el compromiso con la visión de una seguridad común,
global, cooperativa y sostenible; respetar la soberanía y la integridad
territorial de todos los países; respetar los objetivos y principios de la
carta de la ONU; tomar en serio las preocupaciones de seguridad legítimas de
todos los países; resolver las disputas entre las naciones de manera pacífica a
través del diálogo y, finalmente, preservar la seguridad en los ámbitos
tradicionales y no tradicionales.
No solo cambios en el discurso
y la retórica se han comenzado a producir en China este año. El nombramiento
del nuevo Canciller el 30 de diciembre pasado y el lanzamiento de la propuesta
de “Iniciativa de Seguridad Global” en febrero, han sido acompañadas por una
clara intencionalidad de empezar a jugar un papel mucho más relevante en el
escenario internacional.
En este ámbito, en días
recientes, se ha anunciado que, con la mediación de China, el reino de Arabia
Saudí y la república islámica de Irán han decidido establecer relaciones
diplomáticas, incidiendo con ello en una modificación radical del escenario
político regional e incluso del global, asestándole un duro golpe al esquema de
dominación de Estados Unidos en esa región que tiene como eje el sostenimiento
del Estado sionista como plataforma de lanzamiento de la política imperial en el
área para lo cual Washington se proponía crear fuertes alianzas del sionismo
con algunos países árabes y musulmanes, todo lo cual ha recibido un duro golpe
gestado a partir de la silenciosa y paciente diplomacia china.
Este hecho reducirá de forma
significativa la posibilidad de un conflicto armado entre estos rivales regionales,
ya sea en enfrentamientos directos o indirectos, lo cual podría incidir en la
creación de condiciones que propicien un acuerdo político que detenga y le
ponga fin a la prolongada guerra en Yemen, tal como se comenzado a conjeturar
en algunas capitales de Asia Occidental.
En otro ámbito, pero también
como expresión del gran esfuerzo diplomático de China a favor de la paz
mundial, hace unas semanas se dio a conocer una propuesta de 12 puntos
elaborada por Beijing para finalizar el conflicto en Ucrania a través de la
negociación y el diálogo. Por ello, el presidente Xi realizará una visita a
Moscú donde se reunirá con su colega ruso Vladimir Putin después de lo cual,
sostendrá una conversación telemática con su par ucraniano Volodímir Zelenski.
De esta forma, mientras desde
Washington y Bruselas soplan vientos de tormenta y tempestad, Beijing hace
esfuerzos para, sin bajar la guardia, al mismo tiempo que rechaza las
acometidas imperiales, trabaja para disminuir tensiones y hacer un aporte real
y significativo a la paz y el desarrollo del planeta.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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