COLOMBIA UNA NACION
DE ESPERANZAS QUE HA SOBREVIVIDO A LOS IMPACTOS SOCIALES DENTRO DE
ARGUMENTACIONES TIRANICAS DE UNAS GOBERNABILIDADES ENDEBLEZ
Por Dr. Mariano
Sierra S.
Escritor, jurista, analista internacional/Addhee. Ong:
Benditas nuestras conciencias
que nos llevan a creer cada vez en la política. Conociendo la historia con
conciencia crítica y pensamiento libre es entender mejor el país en que
vivimos. Es fundamental que en toda actuación humana es imprescriptible la
transparencia en todo sentido, por lo tanto, para que exista verdad, confianza
y responsabilidad debemos estar desprovistos de toda mascara que llevamos para
ser lo que debemos ser, para no seguir con mentiras y engaños. A la muerte es
el espacio y el tiempo donde perdemos lo que fuimos, aunque queden los hechos
en la historia y la memoria histórica. Dícese que en la muerte es donde todo se
olvida no obstante las dudas de la conciencia y la tendencia de una moralidad
vacía, donde nos persiguen juicios apresurados.
La persona rebelde contiene todas
las formas para superar la presencia de quienes usurpan el bien comunitario. La
capacidad la persona para vencer es infinita sin importarle desandar lo
andado con tal de resistir. A su pueblo el hombre se da, resistiendo con la
verdad, porque por cada miembro corre sangre dispuesta contra aquellos que en
cuerpo ajeno quieren seguir en la venganza, oponiéndose a que se descorra el
velo de las injusticias, ante quienes clamando con sus voces guerreras lo que
lengua inmortal decir no pudo. Esos fósiles de la inconformidad sin conciencia
distan de ser, como los jueces de mármol petrificados por la impunidad y
vencimiento de términos.
Cada ser del común está
obligado a ser un veedor no solo de su conciencia, sino de los aconteceres de
su patria, denunciante de todos los hitos con sus conjuros amenazantes. Su
deber es potencializar sus esperanzas, sin caretas, limpia la faz y la
conciencia. En solitario debe ir en busca del otro, del que no tiene voz poque
le angustia su desesperanza, porque le han punzado su estoicismo y la dignidad.
Y en ese encuentro hallara las fuerzas para compartir pretensiones con acción y
rebelión, corriendo riesgos de conciencia.
Hoy la vida la absorbe la
actividad consumista que nos niega la capacidad de pensar, de acción
transformadora, de alimentar la riqueza de nuestro interior, de tener el tiempo
reflexivo para comprender el mundo de ayer con sus experiencias, de ese ayer
que despojo a la persona de sus bienes del bien común, dejándolo cual
siervo sin tierra, por aquel individuo que son sus devaneos de gran
señor ha venido devastando el mundo, socavando la tierra fértil, preñada con la
sangre de inocentes campesinos, indígenas, por una violencia trapera que le destruyo su vientre
para que no creciera el alimento con el cual se apacentara la humanidad, y cuyo crimen unos togados de piedra negaron la justicia que nunca fue por la
atroz impunidad y por ciertas garantías jurídicas perversas.
El nuevo devenir llega con el
ímpetu del amor social para doblegar pasados oscuros que los imperios
colonizaron con el despojo, con las tiranías propias de los horrores de sus
profecías que siguen fecundando su poder demoniaco. Nuestros pueblos etnias,
raizales, mulatos, campesinos y todos los que sucumbieron en el torrente
dantesco, han entrado al nuevo hogar patrio para renovar su vida. Y como decía
Vargas Vila… “Los hombres mueren para que el hombre viva”.... Si, aquí está
esta tierra labrantía abonada con el sudor y la sangre guerrera que los recibe
clamando sus derechos para devolverles la plusvalía que nunca recibieron.
En esta granja de la rebeldía y
la resistencia muchos personajes de diversos caracteres se debaten por los
otros que los incapacito la violencia y la corrupción. Aquí estamos para
descorrer el velo de los gobiernos decadentes dispuestos con el espíritu de la
paz renaciente. Estas reflexiones involucran también a los pueblos del mundo,
pues las problemáticas son universales y exigen que todos nos concienticemos
para participar pues el personalismo esta encarnado
en la sociedad.
Nuestro país, Colombia, y
el mundo se mueve bajo esquemas de parodias pues hemos perdido la fuerza de la
espiritualidad, la falta de resistencia para dar vigor al manejo familiar,
social y político, destacándose una actitud endeble ante los poderes que
gravitan las orbitas de los imperios con su dominio latente. La cultura se ha
volcado en desaciertos y todo el eje de los procesos se deja al amparo de los
dioses según las circunstancias, donde cada uno espera encontrar el templo para
su perdón.
Las realizaciones humanas
tienen sus matices, cada época registra circunstancias disimiles donde las
soluciones se tornan magras. La deshumanización, el desasosiego, la angustia
que se vive allende los pensamientos interrogan complejidades e incoherencias,
donde las comunicaciones todas desvían las corrientes creando inestabilidad,
confusión y una paradigmática sin contexto, bajo rebeldías de hecho. Casi todos
los hitos que gravitan con un ir y venir sin sentido están llenos de simulacros
al seno de tertulias folclóricas para querer cambiar El mundo., el país. Este
mii pueblo, todos los días nos estamos enfrentando a la infernal mentira y al
voluptuoso engaño, a la farsa ardiente.
Vivimos el desencanto de las
oposiciones que desconocen el deber de patria y de amor propio, porque se
comportan cual alimañas rabiosas que perdieron el carácter y la lucidez mental.
Pero en medio de este laberinto se han iniciado cambios sociales con las
debidas potencializaciones para frenar la pobreza y las desigualdades. Esos
oposicionistas atacan la verdad, no tienen sentido de gestión social como
tampoco de lo que le aqueja al país, pues son los causantes de tan aberrante
desenlace lo que les hace que les acuse su conciencia. Que podemos esperar de
estos especímenes que terminan haciendo traición a sus ideas, ahogándose en el
caudal de sus escándalos.
Dominan las pasiones que controvierten
y las emociones que enceguecen disfrazando la verdad, justificando la lógica
irracional. No más a los mercaderes de la paz que desde sus curules terrenales
su interés no está con el discurso del orden pacifico. La condición humana nos
muestra un individuo con el ropaje endeble que es presa fácil de los
buitres existentes en la sociedad para ser conducidos cual la res que se lleva
al sacrificio. Nos creemos dotado de intelectualidad porque leemos, escribimos,
razonamos, pero la realidad es que nos llenamos de lagunas mentales por fuera
de toda sapiencia. Somos violadores del lenguaje de la paz, produciendo
incomprensión que nos aleja de la realidad que vive nuestro prójimo.
Disecamos las palabras y
nuestras conciencias para eludir escuchar, apartándonos del trasfondo justo
que, de sentido a la filosofía del entendimiento para comprender al otro, para
defender lo impune que corre la suerte de aquellos que son violados en su
integridad, de aquellas mujeres y niños que sucumben con la sevicia y el
destrozo de su dignidad ante la mirada pasiva del juez que sentencia que esos
depravados no son un peligro para la sociedad.
El lenguaje en su dimensión
cultural se dispersa por el mundo para engrandecerlo, pero, cuando no se asume
con profundidad la actividad sapiencial, hace perder los instintos, la apertura
humana y la identidad de los pueblos para intervenir en la esfera pública,
privada, afectando la convivencia y todo cambio de liberación en la estructura
poblacional. Así pues, palabra y lenguaje producen choques contra los sentidos
de verdad y libertad, y la nigromancia, forma para detener los malos hábitos,
las contradicciones, y las fuerzas maléficas de la política. La Geopolítica
debe revisarse ante la gran deuda social que tienen los países con sus comunidades,
pues ellos no le han sabido corresponder a su contrato social, incumplimiento
que ha generado en esos pueblos caos de miseria, de hambres y toda clase de
injusticias sociales, sometiéndolo a sus arbitrios. Así mismo la geopolítica
presenta una gestión caduca, alejada del pragmatismo requerido bajo indicativos
inciertos.
Con los procesos de cambio
debemos entender que ningún obstáculo está superado. Seguir la lucha contra los
instintos que profieren diferencias, es una empresa de resistencia. Igual acontece
con las pasiones nefastas y el peso de su ilógica actitud que ante la moral se
tornan monstruos y deseos desenfrenados, ambiciosos, donde el odio anida como
elementos del capitalismo cruel para crear en la sociedad ámbitos de dominio-
Los errores cometidos por las pasiones y las emociones sin control son una
degeneración de los instintos y de la voluntad, cuyos fines son ponerles tranca
a los procesos, frenando la democracia y cualquier otra alternativa de
convivencia o dicotomía reaccionaria propia de las oposiciones. Alguien
dijo...El estado natural del ser humano es la tranquilidad. Pero las emociones
son solamente una perturbación de la misma......
En la época actual se lucha
contra unos enemigos, hordas bifrontes, mordaces detractores con fines de
entrampamientos, de reacciones globalizantes que dan vida a las desigualdades
que amenazan conciencias, que crean decadencias sociales, hiriendo la
democracia, afectando la ética y la moral. Esas hordas son las tiranías que
impiden el desarrollo, que desarticulan cualquier estructura social y política
que clonan el espectro por donde habitan. Las tiranías son una afrenta contra
el mundo que de facto se imponen cuando los principios no existen, donde solo
prevalece el placer por vivir en el vacío espiritual, desestabilizando el
orden.
La persona vive con el afán de
engrandecer su ego, y en ese ascenso ejerce muchos enfrentamientos, como el
enfrentarse a Dios, convirtiendo su vida en un gran vacío existencial porque
quien se derrota es la misma persona, creando para sí, el ser un
tirano para sí mismo. Todos tenemos una responsabilidad con el mundo, con el
planeta, con el gran cosmos porque seguimos dando representación a irracionales
para gobernar, que nunca cumplen. Quienes deben gobernar entonces ¿El justo, el
libertador de desigualdades, el ético, el transformador que revoluciona lo que
no es, el que crea en el amor social incondicional, el que anuncie el gran
sueño político, el rebelde, que se unta de pueblo, que escucha, que actúa de
acuerdo al evangelio del amar y servir conociendo a su grey y su problemática
allá, si allá en el lugar donde vive y como alguien dijo...En el fondo no hay
derrota? “Solo sufren la derrota aquellos que dejan de luchar”......
Lo subrayado/interpolado es nuestro.
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