El Pueblo Chileno y el Pueblo Mapuche: Una Nación de hermanos
latinoamericanos
Prolegómenos: Cuando sentimos una
presencia vibrátil y emocional en nosotros mismos, con reminiscencias
ancestrales e impulsivo y sano orgullo, concluimos es la voz del alma de la
tierra. ¡Cuánto bien nos hace saber qué somos dentro de nuestra tierra! Una partícula
de polvo de ella misma. Y con ella nos sentimos identificados. ¿De quienes heredamos la defensa de nuestra
tierra, la libertad, la justicia, la solidaridad, el valor, la dignidad, la
autodeterminación, etc? evidentemente de los admirados hijos del pueblo
mapuche. Así lo reconoce el poeta Alonso de Ercilla y Zúñiga en su obra
literaria la Araucana (araucaria). Reseñando con fidelidad histórica, la lucha
del Pueblo Mapuche que cantó con vigoroso acento la dignidad y la entereza del
Pueblo de Lautaro. Evidentemente la mayoría del Pueblo Chileno, del general
libertador Bernardo O’Higgins Riquelme, de la divina maestra Gabriela mistral, del
poeta libertario Pablo Neruda y del Compañero Presidente Dr. Salvador Allende
Gossens, etc. La minoría oligarca empresarial agrícola citadina sofofa,
legatoria / usufructuaria del legado de la dictadura fascista cívico militar y
sus administradores “la clase politicastra corrupta y la taifa castrense, la reserva
moral de la sofofa, se identifican como descendiente del bárbaro colonialista español,
como lo reconoce su presidente capitán general Augusto Pinochet. “Gracias a Dios
la raza negra e india (naturales de la
Indias Orientales) éstas gentes no han podido desarrollarse”. Los herederos,
hijos y administradores del legado de la dictadura de marras orgullosamente se
parecen en su mentalidad, en su forma vital al arquetipo impuesto, pero carecen
y carecerán de una forma moral a causa de la corrupción, Impunidad y la Constitución
/ Artilugio 1980. Los hijos y los nietos de los ganadores de la batalla de 11
de septiembre de 1973, no serán chilenos, porque sus padres han perdido ya el
sentido de la chilenidad, aunque recurran a la divina maestra Gabriela mistral,
al poeta libertario Pablo Neruda o a Violeta Parra, etc.
Estas líneas solidarias con el querido y admirado Pueblo Mapuche, perseguidos con sus derechos de seres humanos conculcados, torturados y criminalizado por “la justicia en la medida de los posible” aplicándoles a los hijos del Pueblo de Lautaro, el decreto ley anti terrorista, impuesto por la dictadura cívico militar, reiteran mi seguridad que mis testaferros que tarde se les hará justicia.
En medio de la crisis moral política y económica que aflige a la mayoría del Pueblo Chileno, pensando en el país que nos ha visto nacer, en su “historia oficial”, de casi dos siglos, que aún divide a los compatriotas en dos bando antagónicos, por falta de un honesto reconocimiento de nuestra raíz etnológica del Pueblo Chileno, el Pueblo Mapuche, y de la decisión; que otro Chile junto con los hermanos mapuches es posible. En el marco de un irrestricto respeto por la dignidad, los derechos con el ser humano y del entorno ecológico. Altos ideales humanos como la libertad y la justicia plena, la solidaridad que heredamos del Pueblo Mapuche nos permitirá a ambos pueblos construir un futuro sin miedo y sin impunidad, porque sin justicia y sin verdad y reparación digna, la reconciliación no es posible.
“Los tiempos revueltos” han sido siempre precursores de una nueva era de la Humanidad. Esta vez lo es: los Pueblos Latinoamericanos, en Chile el Pueblo Mapuche y el Pueblo Chileno están viviendo con lucidez absoluta este momento, según el reloj de historia lo señala, es la hora propicia del Pueblo Chileno y del Pueblo Mapuche, “porque la historia la hacen los pueblos dignos” y no las odiosas / explotadoras oligarquías agrícola citadina, al servicio del capital buitre foráneo. Recordemos al maestro libertador Lic. Benito Juárez García, Presidente de México: “El triunfo de la reaccionaria oligarquía agrícola / citadina es moralmente imposible”
Chile y el Estado chileno tienen una antigua deuda histórica con el Pueblo Mapuche. Han pasado tantos gobiernos y ninguno va a las causas del problema. Se quedan intencionalmente en los problemas de una evidente consecuencia. Se aplica una ley antiterrorista que ni el Derecho Internacional reconoce. Es una aberración jurídica, más aún, su aplicación es un crimen de lesa Humanidad. Se está violentando a nuestro pueblo originario. Se le reprime, se le tortura, se les detiene en cárceles a los héroes que luchan por su causa y por su autonomía y, sobre todo porque quieren recuperar para los suyos la tierra usurpada, robada o saqueada. El Estado chileno ha hecho un verdadero saqueo, asesinando gente hermana, para después entregar el pecado botín a privados: a los privilegiados que mandan en Chile. Las privatizaciones de Pinochet sobre estas tierras y otras riquezas es el resultado de una ilegitimidad consagrada en Constitución fraudulenta, mentirosa e impuesta por un Plebiscito inmoral, mentiroso y sin Registros Electorales. Hoy día una minoría tiene secuestrada a una mayoría. Los regímenes post Pinochet han seguido "legitimando" lo ilegítimo. Aquí está la mano del peor integrista Jaime Guzmán. Existe una violencia institucionalizada y, es una hipocresía seguir hablando de violencia terrorista del Pueblo Mapuche. No se puede seguir "por las ramas" tratando la deuda histórica con mapuches. Hay que tomar la causa. Y la causa es la violencia institucionalizada, el robo, la violencia y crimen de lesa humanidad con nuestro hermanos mapuches.
Tomando partido por Pueblo Mapuche,
uno podría decir: que sobre el Pueblo Chileno,
un 70% que no vota, se ejerce una violencia institucionalizada, fruto de un
Estado de Derecho ilegítimo, con una economía que crea un abismo sideral entre
las riquezas de una minoría y una pobreza: "pecado social" en la mayoría nacional. Existe una economía o
"capitalismo salvaje" avalado y sostenido en forma inamovible por una
Constitución/ Artilugio 1980 que no goza de ninguna autoridad moral. Toda esta
institucionalidad antigua, reactualizada y polarizada por la dictadura de
marras, recae en Pueblo Mapuche y en Pueblo Chileno. Cuando políticos se sintieron sin poder por
el triunfo del pueblo en el Dr. Salvador Allende Gossens, buscaron cualquier
medio: se formó el CODE contra el Presidente Allende Gossens y pueblo
triunfante, se asesinó al General René
Schneider Chereau, al Edecán Naval Comandante Arturo Araya Peters, se intentó
asesinar, entre septiembre y octubre del 73 al mismo Dr. Allende Gossens, para
que no fuera confirmado como Presidente por el Parlamento; los políticos
pensaban que el "trabajo sucio" debían hacerlo los militares con
Golpe, y posteriormente devolverles el poder a ellos. Todo esto con la gran y
descarada participación del imperialismo norteamericano. Fue un crimen de lesa
patria. Como duró mucho sátrapa Pinochet en el poder, se organizaron las
protestas. En agosto de 1983 Jarpa Ministro del dictador mandó 18 mil soldados
a reprimir al pueblo que protestaba, manifestando pacíficamente su legítimo
derecho a manifestar su discenso. Fue una brutal represión. En ese entonces, yo
estaba en casa del Cardenal Fresno diciéndole todas las barbaridades cometidas
por la represión de los los 18 mil.
De pronto llega Jarpa a casa de
Fresno a "pedirle agüita".
Consistía en una mediación para negociar con políticos que convocaban a
protestas. Fresno le pidió a Leniz, S. Molina y empresario Zavala que lo
representaran en esa mediación. Yo nunca estuve de acuerdo con esa negociación.
Mientras el pueblo protestaba, los mismos que lo convocaban, "se
arreglaban los bigotes" con la dictadura fascista cívico militar. Mientras
el pueblo sacrificaba vida (Mártires) por la democracia, estos políticos
ansiosos de poder, la mayoría golpista, a espaldas del pueblo, negociaban la
traición a éste. Los últimos retoques de la traidora negociación lo hicieron G.
Martínez y Carlos Cáceres. Esta negociación es la que rige a Chile en una
mentirosa democracia/ Artilugio 1980. Por eso, los regímenes post Pinochet, más
que gobernar "en la medida de lo posible", rigen en la medida de la
negociación. Chile tiene una institucionalidad ilegítima y no es democrático.
Todo esto que narro con memoria
histórica de la cual fui testigo, por supuesto ha reafirmado la violencia y la
violencia institucionalizada sobre el Pueblo Mapuche. Los mapuches tienen toda
la razón de exigir el pago de la deuda histórica, pero esto será más posible si
Chile recupera su verdadero Estado de Derecho, se cambie la Constitución y se
termine con la economía que mata con crimen de lesa humanidad al pueblo pobre y
mayoritariamente marginado. ¡Es un "capitalismo salvaje" que asesina:
"pecado social".
En estos días leí al Abogado
Garretón, que lo fue de la Vicaría de Solidaridad del padre de la patria, Don
Raúl Cardenal Silva Henríquez; el era de opinión de suprimir las Fuerzas
Armadas como en Costa Rica. Yo estoy de acuerdo. Un país sin armas no sería
nunca atacado. Creo que es un asunto para considerar y tomar en cuenta;
habiendo tanto pobre en Chile, ¿para qué despilfarrar la riqueza en armas y
Fuerzas Armadas?
Así no se saldría con las suyas
ni Kast y otros contra el Pueblo Mapuche. Todo debe arreglarse con la verdad:
"Sólo la Verdad nos hará libres". Pacíficamente hay que solucionar la
legítima demanda del Pueblo Mapuche y pagaríamos la deuda histórica: La verdad
nos hará libre y la mentira, esclavos.
Por un Chile libre, digno,
solidario, culto, democrático y justo,
especialmente con mis hermanos mapuches, la raíz etnológica del Pueblo Chileno,
con esperanza y memoria, yo estoy seguro que más temprano que tarde se le hará
justicia al Pueblo de Lautaro…
P. Eugenio Pizarro Poblete +
Presbítero
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