“Toda nuestra acción es un grito
de guerra contra el imperialismo yanqui y un clamor por la unidad de los
pueblos contra el gran enemigo del género humano: Los Estados Unidos de norte
américa”
“En éste mes de octubre mi
memoria histórica recuerda tres grandes seres humanos: Cristo, el sacerdote Camilo Torres y el comandante
Ernesto Guevara de la Serna. Jesús amó hasta el extremo de dar su vida, por los
marginados, olvidados. El doctor Guevara de la Serna y el sacerdote Camilo Torres,
a su manera dieron la vida por la causa de la liberación de los pobres de los
sin voz ni justicia. En el marco de la crisis política económica y moral que
sobrevive el Pueblo de Chile, con conciencia cristiana y con un deber moral he
resuelto: NO VOTARÉ: Votar es un derecho inalienable que nos otorga la
verdadera democracia. Es una inmoralidad, el VOTO OBLIGATORIO. Creo que el
laico, como su rol específico debe movilizar al pueblo, a ese 70% que no vota,
en aras de recuperar nuestro Chile democrático, justo, solidario, culto, y
soberano, exigiendo una Asamblea Constituyente para darnos una nueva
constitución sancionada soberanamente por el Pueblo Chileno”… P. Eugenio
Pizarro Poblete, sacerdote.
Valparaíso 8,Octubre de 2017
Comandante inmortal Ernesto Guevara de la Serna : ¡Hasta la
victoria siempre!
Por Sergio Rodriguez Gelfenstein, analista internacional.
Hablar del
Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna entraña una gran responsabilidad y
un inmenso honor. Pocas personalidades de la historia contemporánea han copado
la multitud de opiniones y comentarios de índole tan disímil, que su figura ha
transitado por las inconmensurables facetas de leyenda o aventurero y “Quijote”
del siglo XX, con la misma intensidad.
El problema de
fondo es que Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna no fue un hombre de su
época, como todas las grandes personalidades de la historia, se antecedió a
ella, su visión de mundo transcurría mucho después de los acontecimientos
cotidianos que le tocó vivir, y como aquellos adalides extraordinarios, podía
otear los sucesos del futuro, adelantándose a su época. Como el General
Libertador Simón Bolívar Palacios y Blanco, y el Comandante Fidel Castro Ruz, como
el prof. Albert Einstein y el prof. Galileo Galilei, como Isaac Newton, Charles
Darwin y Nicolás Copérnico, el Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna fue
un incomprendido, alguien que con su práctica trazó un camino señero en el
comportamiento del ser humano del
futuro, a partir de una práctica y de una cotidianeidad basada en el realce de
los mejores valores de la condición humana para ponerlos al servicio de la
construcción de una nueva sociedad en la que la Humanidad pueda, en plenitud de
condiciones, desatar su espíritu constructor de un mundo mejor.
El aniversario del
asesinato del Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna que hoy recordamos en
su quincuagésimo aniversario nos trae a la memoria un ser humano que incluso
después de su muerte ha resistido en el tiempo, las falsas imágenes que se
pretendieron erigir en torno a él. Mucho se ha hablado del “Che” como un
estereotipo consumista del capitalismo salvaje, como un mito mediante el cual
el movimiento revolucionario y especialmente Cuba intentaban edificar una falsa
“deidad” que sirviera para desatar el ímpetu de la lucha contra el capitalismo
y el imperialismo, es decir como si fuera un “Superman” marxista leninista que
permitía desbrozar el camino de la revolución.
Desde el momento de
su muerte física, la propaganda imperialista pretendió asociar al Comandante
Dr. Ernesto Guevara de la Serna con la idea de fracaso, de derrota, de fin de
una época. Así, su ausencia física y el fin del proyecto que inició en Bolivia
se podía exponer como la liquidación de una idea y de la posibilidad de
construir un mundo distinto. Aunque no existía la posverdad y los medios de
comunicación no eran tan tenebrosamente poderosos como ahora, la falsificación
de la historia pretendía eliminar la mejor imagen de lucha inclaudicable y
desinteresada que un hombre podía emprender en contra de los explotadores,
incluso al precio de sacrificar su propia vida. Se equivocaron, con su sangre,
el Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna sembró un camino que no se ha
dejado de transitar ni un solo día de la historia de Nuestra América.
La amplitud del
pensamiento político y las facetas que transitó en su fructífera vida, nos
permite tener una visión sino acabada, bastante aproximada de la impronta del
Comandante Ernesto Guevara de la Serna. El Dr. Ernesto Guevara de la Serna
dedicó parte de su vida a teorizar sobre la estrategia y la táctica para la
toma del poder en América Latina. Muy comúnmente se le ha adjudicado una
supuesta visión dogmática respecto del papel de la lucha armada y la guerra de
guerrillas como única opción para la toma del poder, acusándolo además de
intentar extrapolar la experiencia de la revolución cubana. Sin embargo, la
realidad es que, como lo reflejan sus escritos, siempre concibió la lucha de
los pueblos, como lucha de masas, como lucha popular.
Muy pocos analistas
de la época (y él no era un a analista sino un luchador social) tuvieron la
capacidad del Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna para esbozar una
interpretación tan acabada de la forma como se manifestaba la acción
imperialista en América Latina, también en África y Asia, así mismo estudió y
expuso acertadas ideas respecto de la situación económica de la región, la
lucha de clases, el papel del Estado y el carácter de la revolución. Así mismo,
su conocimiento de la historia latinoamericana, su capacidad para tener una visión
totalizante de la problemática global y su influencia en los países
subdesarrollados, le permitió construir un sólido paradigma que aportaba
sustancialmente al camino de la liberación.
Vale decir, que,
como es conocido, no se quedó en la confección teórica, su obra es sobre todo
práctica, la llevo a cabo en su quehacer como estadista, como dirigente
político, edificador de instituciones en la Cuba Socialista de los primeros
años de revolución, también en la lucha en la Sierra Maestra y en las misiones
internacionalistas en diferentes latitudes y longitudes del planeta.
La lucha ideológica
cobró fuerza en estas condiciones, no sólo en el proceso de construcción
socialista en Cuba, también en los debates que se generaban por la influencia
de la revolución en los luchadores y en las organizaciones políticas de la
región. Esto es primordial para alejarlo del dogma y ubicarlo responsablemente
en su condición de pensador dialéctico y de ejecutor práctico de los procesos
de transformación de la sociedad. Afirmó que “La Revolución Cubana ha mostrado
una experiencia que no quiere ser única en América Latina” y reprochó a quienes
trataron de “implantar la experiencia cubana sin ponerse a razonar mucho si es
o no el lugar adecuado “. Pareciera que estaba “mirando” el futuro más
inmediato cuando solo tres años después de su muerte habría de fructificar esta
idea en Chile de la mano del presidente Salvador Allende Gossens, en la
Revolución Sandinista un poco más de una década posterior a su partida y en los
recientes procesos populares que el devenir del siglo XXI trajeron para América
Latina y el Caribe.
Así mismo,
contrario a lo que se suele pensar, jamás hizo de la lucha armada una condición
obligada del camino revolucionario, opinaba que ello dependía de
encontrar el momento adecuado en que existieran las circunstancias que la
hicieran posible, para lo cual eran necesario dos factores que deben
complementarse en lo subjetivo, “…la conciencia de la necesidad del
cambio y la certeza de la posibilidad de este cambio revolucionario”, a lo cual
agregaba como imprescindible, la existencia de condiciones objetivas, la
firmeza en la voluntad de lograrlo y una correlación de fuerzas favorable en el
mundo, entendiendo si, que era responsabilidad de los luchadores
revolucionarios, trabajar por crear esas condiciones, y no sentarse a esperar
que ellas maduraran por sí mismas. Pensaba que las fuerzas progresistas debían
“utilizar hasta el último minuto la posibilidad de la lucha legal dentro de las
condiciones burguesas” como lo expuso con determinación en su obra “Táctica y
Estrategia de la Revolución Latinoamericana”, sin embargo no dejó de alertar
acerca de que una victoria electoral del movimiento popular, que diera paso a
la aplicación de un programa de gobierno orientado a grandes transformaciones
sociales en un país, traería necesariamente la resistencia de los instrumentos
de dominación de clase, en particular de las fuerzas armadas a fin de impedir
la ejecución de tal programa, afirmando premonitoriamente que esa ejecutoria
podría devenir en golpes de Estado como lamentablemente ocurrió en varios
países de nuestra región muy pocos años después del asesinato del Comandante
Dr. Ernesto Guevara de la Serna.
En su rol de
estadista, el Comandante Guevara de la Serna dejó una estela de dignidad y
principios. En julio de 1960, durante un congreso latinoamericano de
juventudes, expresó incluso, comprensión hacia aquellos gobiernos
latinoamericanos que se prestaban para confabularse al lado de Estados Unidos
en su agresión contra Cuba y se manifestó respetuoso de la soberanía de esos
países, pero precisamente aquí en Uruguay, en Punta del Este en agosto de 1961,
solo unos meses después de la derrota de la invasión mercenaria en Playa Girón,
el Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna advirtió que Cuba no podría ser
separada del corazón de las naciones latinoamericanas, y que lucharía por no
ser apartada de la organización que los agrupaba, aceptando incluso que la
Alianza para el Progreso, podría llevar una mejoría de las condiciones de vida
de decenas de miles de habitantes de la región. No es la opinión del guerrero
desalmado que el imperialismo y sus voceros han querido mostrar, sino de un
líder, un estadista que ante todo tenía la capacidad de entregar una gran cuota
de amor y solidaridad a la humanidad, poseedor de una inconmensurable
flexibilidad táctica en el análisis, mente fría y pasión revolucionaria en el
tratamiento de asuntos sumamente complejos.
Ese sentir
humanista del Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna, lo llevó a una vida
de sacrificios en pro de dar el ejemplo sin proponérselo, sino como actitud
cotidiana de vida, a diseñar y seguir caminos, estuvo totalmente alejado de la
vanagloria personal. Percibió como nadie la necesidad del ser humano nuevo
integral que debería estar motivado por valores que superaran la visión
mercantilista del trabajo, lo cual se manifestó en los hechos, en la promoción
de un gran movimiento de trabajo voluntario que encaraba la construcción de la
obra humana alejada de la búsqueda del beneficio personal, que para el Comandante
Dr. Ernesto Guevara de la Serna era parte sustancial de la edificación del
socialismo en Cuba, creando preceptos que no se han sido mellados por las
necesarias transformaciones que se deben hacer para enfrentar los retos de una
economía mucho más interdependiente en el marco de un sistema capitalista cada
vez más agresivo e intervencionista.
La consumación de
la obra del Comandante Dr. Ernesto Guevara de la Serna vino dada por su convicción
internacionalista que lo llevó a una prédica de la cual no quiso estar apartado
en la práctica. Esta semana estamos recordando precisamente, los primeros
cincuenta años desde que aquel 8 de octubre diera un paso a la inmortalidad,
entregando su vida en las selvas de Bolivia, dando con ello al
internacionalismo, el horizonte más alto de desprendimiento en favor de la
humanidad, sin importar en qué rincón de la geografía del planeta se lucha y se
está dispuesto a la victoria o la muerte.
El Comandante Dr.
Ernesto Guevara de la Serna, se entregó al internacionalismo como expresión de
solidaridad activa en su proyecto de luchar por una sociedad mejor, de manera
leal, auténtica y aherrojado de un soporte ético que le hacía ponerse al frente
de cualquier tarea que enfrentara, incluso la postrera hace ya cincuenta años,
lo hizo como siempre, como un soldado más, alejado de las glorias de su pasado
como comandante de la revolución cubana o como dirigente del más alto nivel del
gobierno de la Cuba socialista / revolucionaria. Lo encaró con el mismo
desprendimiento con que se incorporó al Granma, entusiasmado por el inicio de
la epopeya que Comandante Fidel Castro Ruz le había propuesto, lo hizo con la
misma entereza que le permitió resistir los brutales ataques de asma en la
humedad de la selva tropical de la Sierra Maestra, lo asumió con el mismo
fervor con que resolvió las responsabilidades gubernamentales de una gestión
que se inició casi de inmediato bajo el asedio imperial.
¡Y cuando cayó,
llegó a la muerte física, con la misma convicción que vivió, para estar junto a
nosotros, encabezando las nuevas batallas que se libran y se habrán de librar
hasta la victoria, siempre!!!!
*Palabras en la conmemoración del
Quincuagésimo aniversario de la caída en combate del Comandante Dr. Ernesto Guevara
de la Serna en el acto organizado por el Sindicato Único de la Construcción y
Anexos (SUNCA) de Uruguay el 4 de octubre de 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario