Reflexiones del sacerdote de los sin voz ni justicia, de los campamentos/poblaciones callampas Padre Eugenio Pizarro Poblete sobre “la carta abierta al indeciso, dos opciones, apruebo a secas o rechazo a secas, de Rafael Alvear publicada en el Mostrador el 24/8/2022:
Una
nueva Constitución convencionalista concertacionista - en la medida de lo
posible -, por y para los próximos 50 años o la Constitución de 1980 impuesta
por la dictadura cívico militar, lo afirmó, la presidenta de la Convención.
Entre ambas Constituciones hay más comparaciones que diferencias, con un solo
perdedor el Pueblo marginado, explotado, enajenado, y la niñez y juventud
maltratada, criminalizada.
Yo
no estoy de acuerdo con el proceso constituyente, menos aún con las “especulaciones”
del libelo denominado Carta abierta, apruebo a secas o rechazo a secas.
El
proceso constituyente desde su origen es inválido. NO responde al Soberano que es el Pueblo. Porque el proceso convencionalista
constituyente fue realizado por la clase política, por sus partidos, sin
distinción, incluso por el diputado Boric. EL Soberano se pronunció por nueva
constitución hecha y sancionada por una Asamblea Constituyente, no por una
Convención concertacionista donde todo es regido por la clase política.
Antiguamente al Presidente se le llamaba Primer Mandatario, porque era mandatado
por el Pueblo.
Los
partidos políticos, su clase política, no representan al Pueblo ni son
mandatados por el Pueblo. Hasta la madrugada – 0,4 hrs, por temor a caer la
clase política, rayó la cancha del
proceso. ¿Por qué lo hicieron los
partidos políticos, rechazados categóricamente
por la mayoría del Pueblo un millón y medio de ciudadanos en las calles de
Chile y expresivamente y categóricamente en elecciones con abrumadora
abstención?
Nos
hemos quedado enajenados con el 80% de Apruebo por una nueva Constitución. No nos hemos enterado
o nos hemos hecho los desentendidos de lo no soberano de la “Convención
constituyente concertacionista”. Es
distinto y muy distinto Asamblea Constituyente o Convención Constituyente
concertacionista. La prueba más contundente de lo que digo es el aumento de la
división nacional entre el Rechazo y el Apruebo. Esta división tiene su origen en la clase
política desde la misma Convención constituyente concertacionista.
Ante
mi “especulación” , yo creo que
debe detenerse todo lo referente al 4 de septiembre. Todo está
viciado desde su origen. Si realmente se
quiere responder a la rebelión social de la mayoría marginada del Pueblo
Chileno, por mandato del Soberano, debe llamarse desde ya, a una Nueva y
Verdadera Constitución elaborada y sancionada por una Asamblea Constituyente Soberana.
Más aún, considero otra especulación, que todo es un insulto a los pobres, hoy
tramposamente llamados “vulnerables”: yo y el escritor del artículo de marras,
somos vulnerables, pero no somos pobres.
Es un insulto porque, ¿cuánto dinero se gastará en este turbio y divisor
Plebiscito? ¿y para qué? Para que, ganando el Rechazo o el Apruebo, todo siga igual
por otros 50 años, empobreciendo más al Pueblo y profundizando la depredación
de las riquezas naturales y el saqueo de las arcas fiscales. El Rechazo o Apruebo nos debería impulsar por
la lucha de una Nueva y Soberana
Constitución, sancionada por el Pueblo. Además de perder dinero de los pobres,
endeudados, maltratados, se pierde tiempo no respondiendo al Soberano cansino
de esperar que lo tomen en cuenta. Por más
de 40 años la clase política burguesa ha administrado con meras reformas y
mentiras, la herencia de la dictadura cívico militar.
Propongo: todo de
nuevo y de inmediato y desde el Pueblo Soberano una Nueva Constitución elaborada
y sancionada por una Asamblea Constituyente soberana, valga la redundancia.
¡No
más hacer de mentiras una verdad enajenante! esta es mi “especulación” desde
los pobres, los marginados, los sin voz
ni justicia. Creo que este camino nos unirá a los chilenos tan divididos e
irreconciliables después de tanto tiempo. Los políticos se llaman, como tal,
porque buscan el bien de la polis, el bien común, no sus intereses personales o
de sus partidos: son servidores del pueblo. Por su comportamiento desde la
dictadura cívico militar hasta hoy, sería bueno y prudente que, por ahora, no
fueran gestores de nada al respecto.
Esta
es mi conclusión, después de haber discernido con la ayuda de la declaración de
mis obispos chilenos.
Padre Eugenio +
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