“DE LA CAZUELA CONVENCIONAL AL CHARQUICÁN POLÍTICO INSTITUCIONAL”: “La Nueva Constitución”, ¡la alegría ya viene!
Por Dr. Guillermo Correa Camiroaga/Valparaíso/
Agosto 2022
Durante un año las convencionales
y los convencionales constituyentes lograron concluir la tarea de escribir el
borrador de una propuesta de Nueva Constitución, cumpliendo disciplinadamente
con los plazos y marcos legislativos institucionales derivados del Acuerdo por
la Paz y la Nueva Constitución.
Acatando la regla de los 2/3 y
dejando fuera de toda discusión los tratados comerciales internacionales fueron
acordando el articulado que quedó plasmado y armonizado en el texto
constitucional, que copiosa y gratuitamente se reparte en estos momentos en
distintos lugares de nuestro país con el objeto, manifiestan las autoridades,
de que la ciudadanía lo lea y analice para poder así acudir informada a votar
en el Plebiscito de Salida del próximo 4 de septiembre. Un detalle menor lo constituye
el hecho de que la impresión de dicho texto fue encargada por el gobierno en
forma directa a una imprenta del diario El Mercurio.
Los “cocineros y las cocineras”
convencionales constituyentes se preocuparon de rechazar y dejar fuera del
texto constitucional iniciativas populares de norma tan significativas como la
nacionalización de las riquezas naturales, especialmente el cobre y litio, dos
importantes elementos que podrían haber aportado los recursos económicos
necesarios para llevar a la práctica la concreción de los derechos sociales
escritos en el texto, los que de esta manera terminarán solo como palabras de
buenas intenciones o letra muerta.
No contentos ni contentas con
estas importantísimas limitaciones, que impiden el publicitado
“desmantelamiento” del modelo neoliberal capitalista enarbolado como bandera de
lucha por muchas y muchos de los Convencionales constituyentes, la “cocina
convencional” se preocupó de preparar un deslavado menú con la dictación de las
Normas Transitorias, que dejan en las manos del actual Parlamento el borrador
de la Nueva Constitución, Parlamento que permanecerá en pleno ejercicio hasta
el año 2026. Será entonces este instrumento institucional del sistema de
dominación capitalista imperante el
encargado de comenzar a redactar y adecuar el texto constitucional con las
leyes elaboradas con dicho objetivo.
Terminada la labor de la
Convención Constitucional la maquinaria política institucional se puso
rápidamente en movimiento en esta nueva etapa o coyuntura, tomando en sus manos
las riendas del proceso constituyente y, en la práctica, han ido transformado
el proceso constitucional independiente en una verdadera convención mixta o
exclusivamente parlamentaria con la activa y protagonista participación de la
clase política institucional la que, junto a los poderes fácticos, los medios
mediáticos de comunicación tradicional,
las redes sociales y algunos medios de comunicación alternativos, han
desplegado una inteligente y eficaz campaña para instalar en la ciudadanía la
idea fuerza de que cualquiera que sea el resultado del Plebiscito del próximo 4
de septiembre, será necesario realizar reformas sustantivas al texto
constitucional escrito por los 154 convencionales constituyentes electos para
tal efecto.
El gobierno de Boric y sus más
cercanos colaboradores se han convertido en especialistas de las volteretas
políticas “republicanas” –argumentando flexibilidad política basada en la
lectura de la realidad impuesta desde las esferas del poder- para
paulatinamente ir asumiendo esta “idea fuerza” de reformar sí o sí, ya sea que
se apruebe o se rechace el borrador de la Nueva Constitución.
Profundizar “la pacificación de
la Araucanía “ por la Concertación/Nueva mayoría II
Mientras día a día se le agregan
nuevos ingredientes al “charquicán político institucional” para cocinar de la
mejor manera el texto constitucional, en territorio mapuche el gobierno sigue
incrementando la militarización, implementando por cuarta vez consecutiva el
Estado de Excepción Constitucional para reforzar con las Fuerzas Armadas el
accionar represivo en el Wallmapu, dando cuenta de esta manera que la
propagandeada propuesta del “buen vivir” es solo una consigna más para dejar
tranquilas sus conciencias plurinacionales y a los sectores indígenas que
participan de los procesos institucionales implementados por el gobierno de
Boric, sus colabores y las coaliciones políticas Apruebo Dignidad y la social
democracia que lo acompañan.
La desabrida cazuela vegana
convencional preparada en forma paritaria, diversa y con algunos condimentos
ancestrales, se está transformando en un sabroso charquicán preparado con la
maestría culinaria de los cocineros y las cocineras políticas tradicionales junto
al poder dominante institucional.
Así, con esta idea fuerza
instalada, lenta y vigorosamente va tomando cuerpo y sabor para la ciudadanía
de a pie que las dos opciones presentes en la papeleta del menú del 4 de
septiembre próximo, el “Apruebo/Rechazo”, de acuerdo a la cocina política que
se está implementando, darán lo mismo en este caso.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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