“Cristianos y socialistas, un pueblo sin memoria histórica, nada significa ni nada vale:
La Iglesia del Cristo libertador
jamás ha negado la enfermedad que padece el sistema capitalista que se denomina
“la cuestión social”, jóvenes cristianos y socialistas del Movimiento Social 18
de octubre reflexionan en relación con el ensayo del Dr. Mariano Sierra Sierra
:“Quo Vadis, quo tendimus, qui Sumus, quid fecimus.quid Faceimusle”,
argumentando, con las reflexiones históricas del presidente de Chile Dr.
Salvador Allende Gossens “Cada vez surgen más cristianos convencidos de que,
si realmente quieren materializar la fraternidad predicada por Cristo, tienen
en el socialismo la oportunidad tan ansiada durante siglos. Si es cierto que
Cristo vive en cada pobre y agoniza en cada minuto que pasa en la opresión y la
miseria, los cristianos consecuentes estarán liberando a Cristo por el mismo
camino que el pueblo busca liberarse a sí mismo”. Carta al Movimiento de
cristianos por el socialismo del 25 de Noviembre de 1972.
El Cardenal Raúl Silva Henríquez
en su mensaje al Congreso del 21 de mayo de 1971, precisó: “ La Iglesia que
represento es la iglesia de Jesús, el hijo del carpintero. Así nació y así la
queremos siempre. su mayor dolor es que
la crean olvidada de su cuna, que estuvo y está entre los humildes”...
Como colofón los jóvenes
cristianos del Movimiento Social 18 de
Octubre precisan: “La iglesia del Cristo libertador no puede desentenderse de la cuestión social, pues
ella es el alma inspiradora de toda la
vida, tanto privada, cuanto pública. Y ante todo, el cristianismo condena la
sociedad capitalista moderna, constituida atomísticamente. En lo referente a la
propiedad no son cosas separadas entre
sí, un propietario que considerase la
propiedad como un derecho individual privado y absoluto, y negase con palabras
y con hechos la función social de
aquélla, no puede llamarse cristiano. Ser cristiano significa ante todo la
exigencia y el compromiso de la
reconstrucción orgánica de la sociedad capitalista. No nos conformamos con el estado actual de la
economía capitalista, sino obramos, luchamos
no para “apuntalar” algún retazo de este edificio agonizante que se desploma en
un disgregamiento atomístico bajo la
deshonesta e inmoral actitud de la
plutocracia, sino establecer un nuevo orden social cristiano.
Cristianos consecuentes, otro Chile es posible hoy, pero
hay que terminar con la mentira, con la manipulación y enajenación de la gente
por medio de la educación un bien de consumo por y para el lucro y los
medios de (in)comunicación mercuriales, especialmente la televisión e internet,
para quienes la indignidad social es la ley...
Leyendo al noble escritor Mariano
Sierra Sierra, quisiera dirigirme a los que se dicen católicos. Especialmente
lo hago pensando en los pobres/marginados de mi patria. Porque, hasta el
momento, no he encontrado ningún cambio en el sistema económico que nos oprime
y que cada día va desmejorando más la vida de mis hermanos más pobres. Tampoco,
el confuso y sospechoso proceso constituyente, ha demostrado públicamente un
rechazo a la economía capitalista vigente en Chile. Si la clase política, el
poder político, los poderosos empresarios privados, coludidos con
multinacionales como la Barry Gold, no cambian en este sentido, sin descartar
otros, vendrá, querámoslo o no una nueva rebelión social. Todo será
consecuencia de una violencia
institucionalizada y del crimen de lesa humanidad entre nosotros.
Si se nacionalizaran nuestras
riquezas básicas. Si nuestras riquezas de la pesca, fuera un bien de todos los chilenos,
repartiendo según las necesidades de todos los chilenos, si nuestras minas,
especialmente el cobre y el litio fueran nacionalizadas, se acabaría la
pobreza, los 900 campamentos, habría una salud y una educación de calidad
gratuita y nos sobraría. Además, con la
nacionalización y reparto en la comunión y participación, según necesidades de
los chilenos, especialmente de los marginados, ipso facto, se terminaría el
capitalismo salvaje, la marginación y el pecado social.
Quiero anunciar para todos,
especialmente para mis hermanos en la fe: “ Todos los creyentes vivían unidos y
compartían todo cuanto tenían. Vendían
sus bienes y propiedades y se los repartían de acuerdo a los que cada uno de
ellos necesitaba” ( Hechos 2, 44- 45)
“La multitud de los fieles tenían
un sólo corazón y una sola alma. Nadie consideraba como suyo lo que poseía,
sino que todo lo tenían en común “
“No había entre ellos ningún
necesitado, porque todos los que tenían campos o casas los vendían y ponían el
dinero a los pies de los apóstoles, quienes repartían a cada uno, según sus
necesidades. Así lo hizo José, llamado por los apóstoles Bernabé (que quiere
decir el hombre del consuelo), levita
nacido en Chipre que, después de vender
su campo, llegó con el dinero y lo puso
a los pies de los apóstoles” ( hecho 4,
32- 36)
Dios creó los bienes para todos,
lo debe haber ningún necesitado. Algunos se defienden argumentando la propiedad
privada. Si, existe la propiedad privada. Pero, ¿Qué entiende cada uno al
respecto?. Sólo recuerdo que toda propiedad privada está limitada por el
bien común. Y en cuanto a una empresa privada, existe el capital del
empresario, pero, también existe el
capital trabajo del trabajo del trabajador. En este caso, debiera existir una
congestión de la empresa, entre el que pone el dinero y el que pone el trabajo.
No olvidemos que el trabajo humano es cocreador.
La cultura actual individualista
y no fraterna es tentación a la violencia. Se critica, hoy mucho a la
violencia, pero se toma poco en cuenta las causas de muchos actos
violentos. Existe el egoísmo acaparador
de los bienes que son de todos. el
sistema económico capitalista vigente hace la miseria de muchos, hace un verdadero
saqueo, incluso en el extranjero, producen mucho con nuestras riquezas. Todo
hace el pecado social. Si hubiera nacionalización, ni siquiera habría
obligación en Justicia Plena de estar pagando indemnización. Con todo los que
se han llevado, ya están más que suficientemente pagados. Sería una verdadera restitución.
Al terminar quiero citar algo,
que considero valioso y permanente, he escuchado en una predicación y también
leído en “semillas de esperanza”, libro de mi amigo obispo Carlos González
Cruchaga (QEPD): “Una comunidad capitalista no tiene derecho a celebrar la Eucaristía,
porque está creando un monstruo que podrá ser absorbido por la comunidad”. El
predicador se refería a ese “capitalismo salvaje”, duro e inhumano, que afecta
a tantos sectores del mundo. Aquel que apoya esta crueldad sobrevive en pecado mortal por la injusticia
y asesinato que comete contra los pobres “.
En la Eucaristía somos todos
. Nadie está excluido. Es un tema de
justicia social y de solidaridad.
No hay diferencia, hombre o
mujer. Todos libres.
El “nosotros “está siempre. El
“yo” está excluido.
Los católicos debemos vivir la Eucaristía.
La Iglesia global y cada uno de sus miembros,
deben hacer carne esta realidad
señalada, de fraternidad, de justicia social, de civilización del amor y del
compartir, de la Eucaristía. Jesús, al
celebrar e instituir la eucaristía, nos
mando: “Hagan siempre esto en memoria mía”. Es de Cristo no solo el que va Misa, sino el que la vive en
nuestra sociedad. Debemos, los católicos, revisarnos y cambiar radicalmente. No
olvidar iglesia mía: “Quiero una Iglesia pobre y de los pobres.” Papa
Francisco.
Termino compartiendo con la mayoría del Pueblo Chileno, que otro Chile es posible con justicia social,
dignidad, sin corrupción ni impunidad, en resumen con respeto por los Derechos del Ser
Humano y del entorno ecológico”
P. Eugenio+
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