martes, 17 de diciembre de 2019

PRESENCIA SOCIAL DEL SER HUMANO EN EL MUNDO... UN SENTIDO DE RESPONSABILLIDAD.


PRESENCIA SOCIAL DEL SER HUMANO EN EL MUNDO... UN SENTIDO DE RESPONSABILLIDAD.


MARIANO SIERRA S./Escritor, Abogado, Analista internacional/ADDHEE.ONG:

Apuntes contra la cultura dominante que busca romper nuestra historia condenándola al olvido mágico queriendo continuar la conquista de nuestra América, pero un ejército de insumisos clama… ya no más América en llamas.
Es usual que proclamemos la existencia de la vida desde la fe o fuera de ella.  El hecho es que la vida debemos vivirla desde la práctica de la trascendencia.  En este punto es también usual que se manifieste la existencia de un ser especial. Y en ese considerando surge para el ser humano muchos sentidos de su existencia y por qué y el para qué., y cuál es su Dios. Sea el que sea, no le quita a la persona su esencia de amor, su magna responsabilidad de ser persona y su presencia transformadora para generar sentido de amor, apoyo, solidaridad, servir y compartir.
El ser humano se llena de planes, proyectos, ambiciones, deseos que buscan realizarse a través de la actividad del trabajo justo, honesto y digno. Superar los logros y los obstáculos le abre al ser humano dimensiones de grandeza espiritual.  Pero el punto radica en que ese querer sino está bien ordenado y con profundo sentido humano puede traer frustraciones haciendo de la vida una permanente tragedia que le hace perder el sentido de ésta y la felicidad.
El ser humano pasa hoy día por un fenómeno muy latente... Se cree el amo absoluto terrenal sin detenerse a pensar que ese absoluto es efímero. Vemos la muerte solo para los demás no pensando que desde que nacemos estamos muriendo, que nos desgastamos corporalmente sin crecer nuestro interior espiritual. Vivimos el homus deus que nos encumbra sobre un pedestal mirando al otro sin reconocerlo, sumiéndolo en el lado de los invisibles.  Todo es social. Existe un mundo con sus componentes para que, dándole existencia social, sirva para nuestra vivencia común respetando lo que poseemos para integrarlo al desarrollo comunitario en un estado que descienda a la persona con una gobernabilidad justa, equitativa y social.
El sentido de la vida enseña que mientras decrecemos exteriormente, debemos crecer interiormente. Teológicamente la muerte está ligada al pasado. Esto quiere indicarnos que las decisiones tomadas a lo largo de la vida pesaran al final… Según hayamos sembrado, así mismo será la cosecha. 
Bien lo dice Aristóteles... “La unidad de la vida se alcanza cuando nuestras acciones humanas concurren y llevan a la participación del buscar en la medida que produce un supremo gozo.
Bajo este escenario no podemos pensar que la felicidad es un obtener y. acumular ambiciosamente infinitos materiales, pues con ello estamos cerrando la puerta a la felicidad. Ese supremo gozo es el compartir y el servir al estilo de quien nos enseñó a sentir al otro, a amarlo.
Respetando toda creencia debemos repensar que la situación de la persona en la tierra le permite en ella hacer cielo, infierno, purgatorio o nada, según sus principios. Y hacer en la tierra estos estados es actuar de tal manera simple y sencilla como nos lo enseño el maestro Jesús, de tal manera que nuestra conciencia nos va imprimiendo el carácter y el discernimiento de lo bueno, lo malo, lo injusto. En otras palabras, si conocemos el mensaje del amor, su pedagogía, no es difícil establecer la diferencia. Cada uno reflexionara, cada uno accedería a su conciencia con verdadera libertad y sentido de responsabilidad sobre la conducta que está asumiendo en la vida.
Cada escenario de la vida es a fin para identificarnos como personas de una fuerza que realza toda dimensión. En el hogar, en el trabajo, en el estudio, en la vida se nos permite actuar con verdadero sentido de vida, con profundidad humana.  Familia, amigos, compañeros, prójimo, allí en estas personas esta nuestra misión responsable para hacer sentido de vida, para buscar y dar felicidad, comprensión, fraternidad, confrontación de criterios, amistad, respeto, mutua fuerza que logre metas, que amalgame creatividad, que genere hermandad, justicia distributiva, perdón, políticas de paz. La irresponsabilidad está en el espanto estatal, en el vació de las conciencias del gobierno,
El estadio del mundo o espacio efímero o temporal no puede ser escenario de opresión de ninguna naturaleza.  Este espacio es la puerta para el examen donde no debe caber el egoísmo, la indignación, donde no se enseñoree la maldad, la violencia y donde no haga gala la indiferencia.  En cualquier espacio terrenal todos tenemos el mismo valor como personas a pesar que por motivos naturales se generen diferencias.  El ser humano tiene que aprender a ser unidad de amor en la diversidad, de allí que toda la dimensión espacial y corporal donde se realice lo convierta en un templo donde comulgue con hostias de paz.
Hagamos un poco de abstracción sobre lo que nos dice la sicología del espíritu “Sera el ambiente con sus raros efluvios el que nos envilece o la biología la que nos descompone moralmente. ¿
Víctor Frank quien convivio en los campos de concentración Nazi nos hace reflexionar diciéndonos que…. No se puede buscar la felicidad, directamente ella viene como consecuencia de haber integrado lo mejor de nosotros mismos por una causa noble….   Solo cuando venimos del amor y volvemos a él, es cuando podemos dar lo mejor de nosotros con desinterés y alegría.
El sentido de la vida se entenderá desde lo humano y lo divino. Los asuntos humanos conservan su significado desde la forma de actividad como proyecto de ser sin olvidar que el proyecto de ser está inmerso en distintos estados situacionales que la persona debe afrontar. Hoy no nos debemos dejar llevar por posiciones políticas o ideologías insensatas que se aparten del bien común. Toda ideología esta direccionada a confundir el orden pues solo le interesan intereses propios.
La realización responsable del sentido de vida supone una realización con los demás seres, nuestro prójimo. Sócrates afirmaba que una vida que no integra al ser con los demás, no vale la pena vivirla. Cuando nos referimos al sentido de la vida cobra un gran valor la libertad. Porque cuando la persona entiende por libertad hacer lo que quiere es un convertirse en esclavo de aquello que hace por que sí.  Surge pues que cuando la persona se esclaviza de algo o de alguien pierde sentido de lo que es como tal, de lo que realmente le sirve para trascender. Esclavizarse es engañarse a sí mismo y ese engaño se encuentra en el estado que genera terror con falsos positivos y excesos de fuerza. Permitiendo que la responsabilidad este de espaldas de la vida comunitaria.
El ser humano se realiza en la medida que él es lo que es no por lo que le interesa al mundo que él sea, esto es   que el mundo lo absorba con sus fantasías para darle sentido a su vida, en la medida que esa sociedad lo haga actuar, pensar como ella quiere. Entonces, donde está mi responsable libertad para hacerle quite a esa sociedad absorbente, a esos poderes sociales irracionales. ¿
Con la mirada puesta en el amor y la libertad discurre la vida personal para llegar a ser lo que es, el sentir la vida en medio de una sociedad donde compartimos la existencia alrededor de una familia, de una comunidad. Ser y sentido de ser conviven en una comunidad donde la libertad es un gran peso específico que al decir de una autora “En la libertad es donde cada persona se juega su destino “. Y esa libertad exige responsabilidad total sin importar credos religiosos o convicciones políticas, entonces, esa responsabilidad está en mí, en el gobernante, en el pastor, en la sociedad que luchan por eliminar los sumisos de la tierra”.
El sentido de vida habrá de mirarse a la luz del desmoronamiento ético y moral. Esto ha originado que muchas personas desconocen opciones de sentido de vida. Reina para la persona de hoy una crisis de valores, una corrupción, unos cambios de reglas sociales, políticas, de credos, que carcomen los estamentos públicos y privados, que desorientan los derechos laborales y humanos.
No debemos claudicar, por el contrario, asumir una nueva mentalización formada por solidos principios y valores que apunten a la convivencia social y el interior bajo nuevos conceptos de humanismo, de justicia y respeto aun en medio de la complejidad y el desarrollo tecnológico, del tejido social, donde la persona es el mayor componente para orientar el avance del mundo.
Dice un autor de la Bioética que lo más bello de la fe es darle al ser humano luz de esperanza y sentido a la vida.  La fe nos supone una permanente búsqueda de sentido en las cosas grandes y en las pequeñas.  Mediante esta tarea derrumbamos toda frustración, tedio, miedo, angustia. La fe es continuo conocimiento, es dudar para comprender más y mejor, es dudar para acercarnos más a la verdad, la fe es estudio permanente que nos acompañara durante toda la existencia., la fe es entrega sin esperar ninguna dadiva, mediante toda acción social, política y familiar-
La persona en el mundo es progreso que lleva al perfeccionamiento, que lleva a la felicidad personal y colectiva al entorno de un humanismo nuevo que impulse y defienda la dignidad y la libertad humana. Todo acontecimiento que exalte emociones propone por el hombre análisis de exploración humanista con críticas ajustadas al respeto y a la libertad que excluya todo poder desordenado y todo aprovechamiento situacional.
El sentido de responsabilidad esta encapsulado. Se ha asesinado unos niños cuyas circunstancias a la luz de cualquier investigación están patéticas, pero no se asumen posiciones. Este es un crimen de lesa humanidad que no soporta ningún silencio pues de lo contrario estamos también asesinando el corazón de sus padres. Como siempre la impunidad recorre nuestros territorios y los gestores gozan de toda libertad pues ni siquiera se emite una presunta responsabilidad- Todo este macabro hecho está quedando en mínimas noticias o en tertulias pasajeras, más aún en el olvido.
Ante la realidad universal sobre la barbarie y la violencia, solo le resta a la persona asumir con el peso de la responsabilidad plena su gestión humanista. Las personas responsables son aquellas que hablan y actúan con la voz del pueblo, voz que aleja el olvido para dar paso a la solidaridad y la justicia y al saber gobernar con espíritu democrático, que es saber escuchar al otro, no dividirlo.

El ser humano encuentra su carácter y su imagen en el sentir responsable que se pierde con el desorden y el caos de su comportar irracional que manipula el devenir de su vida vacía. La irresponsabilidad es generadora de violencia, de corrupción y deterioro del ambiente. La responsabilidad como principio y valor es signo de transformación, es dejar que la naturaleza humana actúe hacia el bien común, la naturaleza es nuestro mayor ejemplo de vida.
Debe eliminarse la caridad, la limosna, la filantropía, la dadiva que conllevan a empobrecer y convertir la vida de la persona a la filosofía de la compasión y la miseria, haciendo de su vida una mediocridad. Todos estos elementos son irresponsables que se combaten con el ejercicio de la rebeldía y la revolución social para cambiar lo que está mal, empezando por nosotros mismos. Un humanista predica que... la sociedad falsa a cambio de la grandeza terrenal enrarece los vientos celestiales...
Cuando el pueblo no cree en sus instituciones, ni en las ideologías partidistas, se abre con rebeldía hacia acciones radicales haciendo uso de mecanismos legales como los paros, las protestas y las manifestaciones- Estas acciones son la respuesta del pueblo al Estado y a su desidia sobre cuando se le interroga acerca de sus desenfrenos respondiendo... De que me hablas viejo...
Esta respuesta como todas las expresiones continuas de mentiras de un Estado, es el reflejo de cómo se esconden las realidades, de cómo se construye país, bajo premisas entrópicas con fondos de cinismo clásico, de discursos retóricos, de diálogos temerosos y sin sentido, de contradicciones, de oídos sordos, de lentitud en el obrar decisorio, de acuerdos que no se cumplen, de leyes impopulares que logran generar efectos nefastos algunas, pero la mayoría se ocultan a la comunidad, socializadas después en el vacío del tiempo olvidado con el toque anaranjado del espíritu mágico.
Hoy la responsabilidad, generalizada está en el olvido. La historia así lo viene predicando hasta dejarla en un Estado pírrico. Pero una sociedad abierta y rebelde la está haciéndola revivir, iniciando su proceso de descubrimiento, hacia una nueva historia por venir. El mayor goce de una sociedad es su libertad, pero es lo más volátil cuando no nos responsabilizamos de nuestros deberes. El maestro Eduardo Galeano con claridad señala que otro mundo, otra sociedad es posible en la lucha por la dignidad humana....
Sigamos recogiendo la antología social y política, para sembrar en los caminos de nuestra historia por los que forjaron su responsabilidad en el pasado. Para asumir con ese mismo riesgo el increpar el poder y la incapacidad de gobernar que tiene al país boca bajo, que no les duele la conciencia, que condenan en el olvido la realidad, que la niegan con descaro. Y buscan dividir para reinar.
Aun así, la responsabilidad del pueblo, sigue luchando por nuevas conquistas con voz de paro que proclama para recuperarla con el desafío, y la rebeldía de la fe, por encima de sus muertos.
MARIANO SIERRA S./Escritor, Abogado, Analista internacional/ADDHEE.ONG.
Lo subrayado es nuestro.

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