Como en el Chile del presidente Allende Gossens.
Por Eduardo Contreras Mella/escritor,
comunicador social, abogado/Barómetro latinoamericano/ ADDHEE.ONG:
Más de un centenar de representantes de partidos
políticos y movimientos revolucionarios de diversos países que constituyen el
Foro de Sao Paulo concluyeron hace días su encuentro en Caracas, Venezuela. Es
la instancia unitaria que agrupa a partidos y organizaciones que buscan
establecer en sus países un Estado que ponga fin a la dominación imperialista y
capitalista y construya sociedades humanas en cuyo centro esté el bienestar de
las grandes mayorías, que garantice a todos la salud, la educación, el trabajo,
la previsión social, que ponga fin a toda discriminación. Un Estado que sea
dueño de los principales medios de producción económica.
El Foro se
realizó cuando el país anfitrión vive momentos de tensión política producto de
la injerencia imperialista, lo que explica que entre los temas principales
estuviera la situación en la propia Venezuela. Al respecto se planteó la
necesidad de impulsar el diálogo entre los actores nacionales y se denunció la
brutal agresión económica, financiera y política y la amenaza de agresión
militar que en América Latina lleva adelante el imperialismo estadounidense
contra Venezuela, sin descartarla también contra Cuba y Nicaragua.
En nuestra opinión, si se quiere ser
serio y riguroso en estas materias, cuando se analiza la situación en la
Venezuela de hoy, resulta indispensable traer a la vista, entre otras acciones
sediciosas de la Casa Blanca y el Pentágono, el proceso desestabilizador en
contra del gobierno del presidente Salvador Allende Gossens y la Unidad
Popular en el Chile de 1973. Guardadas las obvias diferencias del tiempo,
condiciones y correlaciones internas de fuerza en cada país, en lo esencial las
situaciones son extraordinariamente similares.
En ambos casos se trata de procesos
políticos con gran apoyo popular y que llevaron adelante procesos de
cambios profundos en beneficio de las mayorías nacionales. Cada cual, en su
propio y específico escenario, con los órganos del Estado y las entidades
políticas señaladas en sus respetivas Constituciones. Su finalidad ha sido
igual: poner fin a la explotación capitalista y establecer un régimen de nuevo
tipo, lo que, para el imperio estadounidense, que se pretende dueño del
continente y del mundo, es inaceptable. En Chile, bajo la dirección de
Washington el gran empresariado nacional, los medios de prensa del sistema, los
transportistas, los partidos de derecha y de centro derecha, los grupos
terroristas y los mandos golpistas de nuestras Fuerzas Armadas articularon el
plan desestabilizador.
Más allá de las naturales
diferencias, la historia en Venezuela se está escribiendo de modo similar, salvo,
claro está, la actitud de las Fuerzas Armadas.
Pero, vayamos recordando y aclarando.
Desde luego la grave escasez de alimentos, de remedios, de artículos
esenciales, de recursos financieros, etc. no fueron precisamente “errores del
gobierno del presidente Allende Gossens”. Fue
el boicot económico y el bloqueo financiero impuesto desde Washington, como lo
es hoy en Venezuela. Son muchos miles de millones de dólares los perdidos para
los pueblos de Chile y de Venezuela por la acción injerencista del imperio
norteamericano. El bloqueo a los legítimos ingresos venezolanos le costó de
partida al gobierno del presidente Nicolás Maduro nada menos que 40 mil
millones de dólares. Sin que debamos olvidar además las agresiones y amenazas
del gobierno estadounidense a Cuba y Nicaragua.
Por lo cual nos ha parecido
pertinente para refrescar la memoria de “olvidadizos” y para informar a los más
jóvenes, citar algunos párrafos de una nota recordatoria de lo ocurrido durante
el gobierno del presidente Allende Gossens y que pertenece al compañero
Leonardo Fonseca, quien se desempeñaba en esos años como Vicepresidente
Ejecutivo de la Empresa de Comercio Agrícola durante el gobierno de la Unidad
Popular. Fue por tanto un actor directo de lo que sucedía. Esta es parte de su
evocación rigurosa de aquellos años: “La agresión que enfrenta hoy Venezuela es
calcada al sabotaje que debió enfrentar el gobierno del presidente Allende.
Hasta entonces solo Cuba había sufrido en Latinoamérica el bloqueo impuesto en
1960 por EEUU, la OEA y las derechas del continente. Pasaron 11 años hasta
1970, cuando el presidente Nixon, Kissinger y el dueño de El Mercurio, Agustín
Dunny Edwards, decidieron hacer gritar la economía chilena al inicio del
Gobierno de la Unidad Popular. Fue una agresión económica, mediática, con
asesinatos y también política en que participaron los partidos en derecha, los
grandes empresarios y sectores de la directiva de la Democracia Cristiana,
que formaban entonces la oposición.
“La ofensiva se centró en la economía
y dentro de ello en los alimentos y las materias primas para su producción. Chile era un país que debía importar gran parte
de los alimentos pues el latifundio conservador no era capaz de suministrar la
demanda nacional. Por lo tanto, el comercio exterior de alimentos fue donde
apuntaron el sabotaje.
“Ello se agudizaba porque los
sectores populares comenzaron a alimentarse mejor al disminuir la cesantía y
mejorar las remuneraciones. Hubo mayor demanda, pero el sabotaje generó serias
dificultades para satisfacer plenamente su crecimiento. Entonces se enfrentó
alguna carencia de artículos alimenticios e industriales de importación. El
latifundio se incorporó de lleno con su órgano dirigente la Sociedad Nacional de Agricultura.
“Los primeros meses del Gobierno de
la Unidad Popular los latifundistas mandaron al matadero a cientos de miles de
hembras de reproducción y terneras; trabajaban con visión de largo plazo. La
demanda era creciente pues en Chile el consumo per cápita de carne de vacuno
era de apenas 12 kilos por habitante al año pero una parte de ellos consumían
como país desarrollado y gran parte de la población se conformaba con huesos de
vez en cuando. Creció el consumo de Nescafé, en lugar del té que disminuyó su
demanda, pero la fábrica no trabajó a plena capacidad. La gente consumió más
pastas estancándose el consumo de pan. Se comenzó a demandar más productos
industriales como jabón y pasta de dientes para lo cual había que importar las
materias primas.
“El medio litro de leche
sufrió desde sus inicios los esfuerzos para impedir el cumplimiento del plan
estrella del presidente Allende Gossens.”
“Los barcos con leche se demoraban en exceso o se
perdían. Lo mismo sucedió con la leche en polvo destinada a elaborar leche
fresca por las plantas en invierno. Cuba nos ayudó en ese momento".
“Se perdían los barcos que traían
carne desde Argentina, ningún armador daba razones. Se atrasaban sin
explicación los embarques de carne por ferrocarril. Estados Unidos logró el cierre del crédito
internacional de los bancos destinado a operar las importaciones. En muchas
oportunidades hubo naves cargadas de trigo y maíz en puertos de Estados Unidos
y Argentina los cuales no zarpaban por no haberse abierto la Carta de Crédito,
documento de pago de la mercadería. Empresas estadounidenses a las que se
nacionalizó embargaron cobre en los puertos europeos restringiendo la
disponibilidad de divisas para operar el comercio exterior.
“Comandos de la Marina dinamitaron el
oleoducto que traía bencina, parafina y Diesel desde Concón a Santiago
generándose escases de combustible para el transporte. Los dueños de camiones
impidieron el transporte de carga desde los puertos a los centros de consumo.
Comandos de la derecha dinamitaron las vías férreas para impedir que el trigo
llegara a los molinos desde el puerto de San Antonio. Otros grupos sabotearon
las grúas portuarias destinadas a descargar alimentos.
“Venezuela enfrenta hoy una situación
aún más grave de agresión y sabotaje afectando seriamente a sus habitantes,
muchos de los cuales han debido emigrar. Hoy la ofensiva mediática desenfrenada
confunde incluso a algunos compañeros. Nunca el imperio y la gran burguesía van
a entregar una parte de su poder sin luchar empleando todos los medios que
disponen para preservarlo. El control de las riquezas de Venezuela es lo que
está en el centro de la disputa.”
.
Este autorizado testimonio respecto
del escenario económico de aquellos años en Chile disipa dudas, aclara
realidades y reafirma la identidad de situaciones generales y concretas de
ambos procesos. La acción del gobierno de los Estados Unidos en contra de todo
proyecto de cambios en nuestro continente ha sido y será la misma. Eso es lo
esencial más allá de errores o malas decisiones o acciones propias.
Los golpistas chilenos acusaron a
Salvador Allende de instaurar una “dictadura comunista” Tan ridículo como hoy
los fascistas chilenos, más los abundantes renegados del progresismo, declaran
que Venezuela es una dictadura. Lo afirman Piñera, su vocera, los miembros de
partidos como la UDI, RN y otros grupos integrados por quienes fueron precisamente
los que dieron el golpe del 73 y establecieron la sangrienta dictadura de
Pinochet. Son los desvergonzados que hoy tienen la felonía de afirmar que
quienes defendemos el proceso venezolano “ no conocen el valor fundamental de
la democracia”.
Le hacen coro los ex izquierdistas
que pactaron con la dictadura. Los que abrieron esta transición interminable.
Los que dieron vida a esa “Concertación” que tranzó con Pinochet.
Tanto así que la vida de nuestro país
se rige hasta hoy por una Constitución Política hecha a puertas cerradas por un
pequeño grupo de pinochetistas y ratificada más tarde por traidores y renegados
del pasado democrático del país.
¿Dictadura en Venezuela? No puede
hablarse de dictadura en un país donde la oposición golpista se mueve tranquilamente,
negocia con el gobierno constitucional y legítimo y hasta tiene un “presidente
encargado”, figura que al tenor del artículo 233 de la Constitución bolivariana
y la realidad concreta es absolutamente ilegal e ilegítima. Porque en efecto
Nicolás Maduro está vivo, no ha renunciado, ni hay sentencia de destitución en
su contra ni se ha declarado su abandono del cargo. Entonces, ¿de dónde sale
ese personaje de caricatura que es Guaidó? ¿Cómo es que se le permite auto
llamarse presidente encargado? Y si lo hubiera sido – que nunca lo fué – ya se
le pasaron los 30 días desde su auto nominación para convocar a nuevas
elecciones como ordena la Constitución de su país.
A propósito de esta situación y para
los que hablan de dictadura en Venezuela, sugiero que imaginemos por un
instante qué hubiera sucedido si durante la dictadura terrorista de
Pinochet, algún militante del Partido Socialista, o de la Democracia Cristiana
o del Partido Radical se hubiera autoproclamado “presidente encargado” de Chile
y cuánto habría durado vivo. .¿No les parece suficiente este solo ejemplo a los
que en Chile le hacen coro a Trump por estos días ?
¿O se olvidaron también de la
existencia durante la Unidad Popular de los grupos fascistas/terroristas
de la ultraderecha, que dirigía el abogado Pablo Rodríguez Grez, entre
ellos Patria y Libertad que dirigía Pablo Rodríguez, y de cómo había que perseguirlos
y sancionarlos? ¿O también dirán que aquello era violar sus derechos humanos? Y
entonces, ¿por qué llaman así el hecho de que hoy se deba perseguir y sancionar
a los sectores de la oposición venezolana que realizan actos terroristas,
incluida la muerte de compatriotas nuestros?
Hasta han llegado a decir que Nicolás
Maduro fue electo en comicios sin opositores a los cuales se les prohibió
participar. Cualesquiera que lea los antecedentes, o revise la prensa de ese
tiempo, se encontrará con que no sólo compitieron opositores, sino que más de
uno harto más importantes que Guaidó.
Lo objetivo es que tal como ocurrió
durante nuestra Unidad Popular, hoy se construye el relato de un mundo de
mentiras sobre Venezuela. Lo decimos con la autoridad que los comunistas
chilenos tenemos en materia de derechos humanos. Desde luego, como es sabido,
en Chile fuimos quienes iniciamos el procesamiento judicial real de los
criminales de la dictadura, los que hasta hoy son protegidos por la derecha
chilena. Reitero: si en Chile hay un Partido que tiene autoridad moral y
respaldo histórico para hablar de derechos humanos es el PARTIDO Comunista de
Chile que, contra las presiones de la ultraderecha y los concertacioncitas
logramos los avances que hoy se conoce en materia de condena a los autores de
muchos miles de crímenes en contra de mujeres, hombres y niños en tiempos de la
dictadura cívico/militar Pinochetista.
Hablamos, como todo mundo sabe, de
miles de detenidos desaparecidos, ejecutados, lanzados al mar, torturados…Los
derechistas y renegados chilenos no deberían ni atreverse a hablar por su
desvergüenza en esta materia, como fue por ejemplo haber salvado al dictador de
su procesamiento en Inglaterra y España y traerlo a salvo al país. Entonces se
unieron los esfuerzos de la derecha, Piñera incluido, con muchos de los que
fueron parte de la Unidad Popular y que hoy siguen en organizaciones que alguna
vez fueron de izquierda.
Lo objetivo es que hoy la situación
en Venezuela es, en su esencia, la que ayer fué en Chile. La gran diferencia
por cierto es la lealtad de las Fuerzas Armadas de Venezuela al legítimo
gobierno. No fue el caso de nuestras instituciones armadas, anti populares,
antidemocráticas y formadas en la Escuela de las América del imperialismo yanqui.
Instituciones además que hoy avergüenzan al país cuando se conoce de los
fraudes y estafas multimillonarias de sus altos mandos.
Allende y Maduro no son idénticos.
Ambos son políticos revolucionarios, de izquierda, pero cada uno en relación a
su época, conforme sus personalidades, las circunstancias específicas y las condiciones
concretas, nacionales e internacionales. Pero ambos han encabezado procesos
profundos de cambios. El presidente Allende inauguró profundos
cambios en Chile, que está todavía pendiente. En Venezuela Maduro Moros
continúa lo iniciado por el comandante Hugo Chávez Frias.
Reiteramos: lo fundamental es que se
asuma que, más allá de los errores que se haya podido cometer en el curso de
esos respectivos procesos, lo determinante de la crisis en el Chile de Allende
y en la Venezuela Bolivariana y Chavista, es la acción del gobierno estadounidense.
Quien no denuncie eso y ataque a la Venezuela de hoy como al Chile de ayer, se
hace cómplice de la evidente y siniestra maniobra en curso.
Es preciso y urgente recoger las
lecciones de un pasado doloroso y no dejarse confundir ni manipular por quienes
están al servicio del imperio.
Lo subrayado es nuestro.
eduardocontreras2@gmail.com
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