El amor vuela de noche y anida en otro abril cualquiera. Venezuela sale de la OEA.
Última hora: Rusia ratifica
apoyo al gobierno Venezolano Bolivariano de Maduro ante cualquier ataque
militar…
Por Sergio Rodríguez Gelfenstein/Escritor/analista internacional/Barómetro
Latinoamericano:
La muerte
no es verdad.
Cuando se
ha cumplido bien
La obra de
la vida
Lic. José Martí Pérez.
Maestro
Libertador de la Patria Continente, América Latina y el Caribe.
A mi
hermano y amigo Rolando Corao
A finales de este mismo mes de abril, pero del año 2006, escribí una
nota que envié al Comandante Hugo Chávez Frías en el que
argumentaba acerca de las razones por las cuales me atrevía a darle carácter de
contradicción estructural de nuestra política exterior a la pertenencia de
Venezuela a la Organización de Estados Americanos (OEA), considerando que tal
hecho negaba nuestra condición de república bolivariana, generando una
incompatibilidad identitaria que en los hechos significaba una afrenta al General
Libertador Simón Bolívar Palacios y Blanco. Además de esto, alegaba las
conocidas razones de orden político que establecían el contrasentido que
emanaba de la historia de esta institución en relación con las normas fijadas
en el propio preámbulo de nuestra Constitución que, entre otras asuntos, se
propone impulsar y consolidar la integración latinoamericana de acuerdo con el
principio de no intervención y autodeterminación de los pueblos. Todos estos
puntos de vista concluían fundamentando la necesidad de la inmediata salida de
Venezuela de tan desprestigiada organización.
Un año después, en mayo de 2007 escribí un artículo titulado “Salirnos de la OEA es lo único congruente
con el ideal bolivariano” en que ya de manera pública exponía objeciones y expresaba
mi repudio a la membrecía de Venezuela en la OEA. Para no repetir
argumentos, voy a copiar algunos párrafos de dicho escrito. Después de
presentar el contexto de su surgimiento y los objetivos iniciales de su
propuesta originaria, explicaba que el fin de la segunda guerra mundial
modificó las circunstancias que habían permitido desarrollar la política del
Buen Vecino por parte de Estados Unidos en su relación con América Latina, a
partir de lo cual se había desatado una feroz persecución anti comunista, que
agrupaba a todo tipo de actividad democrática y de defensa de la soberanía, lo
que tenía su epicentro en las acciones que el senador Joseph McCarty desarrollaba dentro del propio Estados Unidos,
rotulando y dando a partir de ello el trazado
que habría de seguir la OEA: “Se reservaron para Washington la sede e iniciaron
una “diplomacia regional” a través de la amenaza, el chantaje, la coerción y la
extorsión de gobiernos que además no mostraban gran interés en oponerse a ello.
Vale decir que el año anterior, en Río de Janeiro, se había creado el Tratado
Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR) como instrumento militar
hegemónico controlado por Estados Unidos para asegurarse la lealtad de las
Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos en su confrontación estratégica
con la Unión Soviética”
A continuación, hacía una
revisión histórica de la imposición de las ideas panamericanas sustentadas en
la Doctrina Monroe en contraposición a las ideas bolivarianas de integración
latinoamericana y caribeña que habían sido magistralmente completadas por el
Maestro José Martí Pérez en su ensayo “Nuestra América” de 1891 y la
conferencia “Madre América” en 1899 que dieron continuidad y sustento al ideal
bolivariano cuando ya fenecía el siglo XIX.
Recordaba que a partir de ese momento y “…durante los siguientes 55 años
se realizaron 8 conferencias interamericanas, 2 conferencias interamericanas
extraordinarias, 3 reuniones de consulta de cancilleres y una conferencia sobre
conciliación y arbitraje. Sería largo referirse a cada una de ellas para
patentizar con ejemplos la actitud soberbia y prepotente como Estados Unidos
ejerció su dominio en la región, sin embargo un elemento común ha sido las
intervenciones militares como instrumento de dominio siempre presente”.
Sin embargo, era menester también recordar que: “A pesar de las
presiones, la visión bolivariana se mantenía activa. Hubo intentos de prolongar
las ideas del Congreso de Panamá, para lo cual algunos países de la región -sin
Estados Unidos- se reunieron en Lima en 1847-48, otro Congreso americano se
llevó a cabo en Santiago de Chile en 1864. Muchos pensadores desde diferentes
posiciones y doctrinas se propusieron dar continuidad a la posibilidad de crear
la Patria Grande al sur del Río Bravo. Entre ellos, vale destacar al
argentino-chileno Francisco Bilbao, al uruguayo José Enrique Rodó, los
argentinos Juan Bautista Alberdi, Juan Manuel de Rosas y Felipe Varela, el
puertorriqueño Eugenio María de Hostos, el hondureño Francisco Morazán, el
colombiano José María Torres Caicedo y el Maestro José Martí Pérez,
de la Independencia de Cuba y de nuestra América morena, quienes
reivindicaron la idea unionista en nuestro
continente”
En aquel momento, rememoraba la historia de agresiones de Estados Unidos
contra nuestros pueblos, todas avaladas por la OEA, y me preguntaba: “¿Cómo es posible que formemos parte de ese
ministerio de colonias? La única
política coherente es salirnos de ese engendro imperial, ampliar el ALBA,
fortalecer UNASUR y participar activamente -como lo estamos haciendo- con
propuestas e iniciativas que recojan el espíritu del
libertador General Simón Bolívar Palacios y Blanco, más allá de las
diferencias coyunturales que hoy podamos tener con algunos de los gobiernos de
la región”
Finalmente, basado en el pensamiento del General Libertador Simón
Bolívar Palacios y Blanco me atrevía a proponer que, en el futuro debía
crearse una nueva estructura de integración que “… debe dar continuidad al
ideal bolivariano, […] recoger la idea del Libertador expresada en carta a
Santander en 1825. ´Yo creo que los estadounidenses
no deben ser aceptados en el Congreso de Panamá`, eliminar las hegemonías y
sustentarse en principios que rescaten, en primer lugar, los sentimientos de
humanidad, de solidaridad y amistad entre nuestros pueblos. Debería
considerar las grandes diferencias en extensión, población, tamaño de las
economías y grados de desarrollo para que la contribución que cada quien haga
sea acorde a esta situación. La nueva organización no puede tener un carácter
superestructural porque la verdadera integración es la que hacen los pueblos y
para ella debemos trabajar”.
¡La Venezuela
Bolivariana fuera de taifa yanqui OEA!.¡EN BUENA HORA!.
Hoy, finalmente Venezuela se retira de la OEA, debió haber sido mucho
antes, creo que el momento adecuado fue inmediatamente después del 15 de
diciembre de 1999 cuando el pueblo aprobó abrumadoramente la nueva Constitución
que le daba al país una nueva identidad vinculada a la figura del General Libertador
Simón Bolívar Palacios y Blanco. Ahora, veinte años después, las condiciones
son otras, Estados Unidos ha puesto al
mundo y en particular a nuestra región al borde de una hecatombe, no sólo por
la permanente posibilidad de la maldita guerra y la agresión, sino
porque ha legalizado el delito, la violación del derecho internacional, además
de establecer relaciones internacionales basadas en la fuerza, la amenaza, el
chantaje, la prepotencia, la mentira y la imposición.
Nos vamos de la OEA, pero, tal vez por primera vez en la historia,
debemos manifestar nuestra gratitud a Estados Unidos y al tartufo Luis
Almagro por crear las bases para destruir ese excremento propio de unas
relaciones internacionales anacrónicas que se pretenden resucitar con otro
formato más anacrónico aún la taifa de Lima, que tuvo su origen en Perú,
país en el que sus últimos cinco presidentes han sido perseguidos por la
justicia, han estado en prisión, uno de ellos se suicidó para evadir la
justicia, mientras que el actual- que nadie eligió- ya está comenzando a ser
investigado. En fin, esta nueva organización tiene su cuna en un país que
Estados Unidos pretende mostrar como ejemplo de democracia, cuando la realidad
muestra que desde 1990, no es más que un prostíbulo de la misma.
En su afán de desconocer la estructura del sistema internacional para
crear otro, aún más subordinado a los intereses imperiales, Trump, Pence,
Bolton y Pompeo no escatimaron en llevarse por delante a la OEA, incapaz de
aplicar al pie de la letra los dictados de Washington. En palabras de Sir
Ronald Sanders, embajador de Antigua y Barbuda ante la Organización de Estados
Americanos y Estados Unidos, después de la aberrante votación que impuso al
embajador de un régimen fantasma como representante ante el organismo
multilateral, de lo que se trata es de “vender o salvar el alma de la OEA”. El experimentado diplomático opinó en un
artículo publicado en el periódico Daily Express de Trinidad y Tobago que: “La
Organización de Estados Americanos (OEA), es una institución rota, destrozada
el 9 de abril durante una reunión de su Consejo Permanente. Ahora es una
organización cuya membrecía está profundamente dividida y entre quienes
predomina la desconfianza y el resentimiento”, y continúa: “La reunión se llevó
a cabo, después de semanas de esfuerzo por parte de Estados Unidos y la mayoría
de los miembros del llamado Grupo de Lima [sic] para garantizar la adopción de
una resolución que depusiera al representante del gobierno de Nicolás Maduro y
lo reemplazara por el candidato nominado por Juan Guaidó. Guaidó es el
autoproclamado `Presidente interino´ de Venezuela y es reconocido por
aproximadamente 50 entre más de 200 gobiernos en el mundo”.
Más adelante el también destacado periodista resaltó que “Tomó mucho
tiempo para que los 14 países centrales [sic], atrajeran el apoyo de otros 4,
en gran parte porque la manera en que el Consejo Permanente impulsó la
resolución impugnó el derecho internacional, la Ley y las normas de la OEA. Los
gobiernos tuvieron que buscar profundamente para equilibrar la indiferencia
hacia la integridad de la OEA como institución y el deseo de ayudar a los
países que estaban decididos a reconocer al representante de Guaidó”.
¡El régimen yanqui
no ha podido vender el alma de la OEA, porque no hay diablo que se la compre!
El eminente académico, profesor en su país e investigador principal en
el Instituto de Estudios de la Commonwealth de la
Universidad de Londres explica que “…en lugar de tratarse de Maduro/Guaidó y
Venezuela, la reunión se centró en
vender o salvar el alma de la OEA; se trataba de ignorar las normas
internacionales y la estructura de la Organización para apoyar los propósitos
políticos de corto plazo de unos pocos; y fue sobre todo, el debate sobre el
mantenimiento de la integridad de la OEA”. Concluyó señalando que: “Al final la
votación, aprobada por mayoría simple, fue resumida muy bien por el embajador
de México, Jorge Lomónaco Tonda, diciendo que ‘No hubo ni ganadores ni
perdedores; solo perdedores` y el mayor perdedor fue la OEA. Sanders remata
contundente: “Lo que logró el apresurado proceso es deteriorar a la OEA como
institución, contaminando su estructura y gobierno, dañando las relaciones
entre los estados miembros y convirtiéndola en inepta para su propósito…”
La OEA: Q.E.P.D.
La OEA nació en Bogotá el 30 de
abril de 1948 y falleció tras el homicidio perpetrado por Trump, Pompeo y
Almagro el 9 de abril de 2019. No es la
muerte que hubiéramos deseado, pero América Latina y el Caribe se ha liberado
de un ente asesino de miles, tal vez millones de ciudadanos de toda la región.
En abril, el 27 también Venezuela se retira de este antro donde nunca debió
estar.
Todo esto trae a mi memoria la canción “Acuérdate de abril” del trovador
cubano Amaury Pérez. Así, pareciera que la OEA le dice a Venezuela “Acuérdate
de mí, no me abandones tan solo, que este abril me desespera” y Venezuela le ha
contestado “no olvides que el amor vuela de noche y anida en otro abril
cualquiera”.
Otro abril cualquiera como aquel de 1810 cuando el pueblo de Caracas
expresó su voluntad de iniciar la lucha por la independencia total del dominio
español, o el de 2002 cuando ese mismo pueblo en alianza con su fuerza armada
restituyó en el poder a su presidente que había sido destituido del mismo
gracias a la felonía de la oligarquía empresarial local testaferra de
los Estados Unidos. Habrá ahora que sumar este abril de 2019, cuando nos
desligamos del ministerio de colonias de Estados Unidos para seguir trazando el
camino de la independencia y la soberanía, de la dignidad y el honor.
“Yo deseo más que otro alguno,
ver formar en nuestra América la más grande nación del mundo, menos por su extensión
y riqueza que por su libertad y gloria”…
“Estados Unidos parece
destinado para plagar nuestra América de miserias en nombre de la Libertad” – 5
de Agosto de 1829.
Lo subrayado es nuestro.
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