E-Mail:cesal_ev_berlin@yahoo.de
Prof. Dr. Hugo
Moreno Peralta/IWA
Director
Berlín,
26 de Junio de 1980.
Fundación
Bertrand Russell/Londres/Inglaterra
En
lo principal: Acusación contra la dictadura fascista cívico militar de Chile
por el Genocidio del Pueblo Mapuche, presentada al IV Tribunal Russell.
La acusación contra la dictadura fascista cívico
militar de Chile que encabeza el General Augusto Pinochet Ugarte, presentada al
IV Tribunal Russell, por la señora Gerda Böttcher, Directora de la revista “Latinoamérica
un Pueblo Continente”, Berlín, Alemania.
Fue preparada por el director de la Fundación CESAL e.V Berlín /Alemania
y Secretario ejecutivo de Codehs/Chile/Berlín, República Democrática Alemana. Prof.
Dr. Hugo Moreno Peralta/ IWA
Chile,
fértil provincia, y señalada
En
la región antártica famosa
De
remotas naciones respetadas
Por
fuerte, principal y poderosa,
La
gente que produce es tan granada,
Tan
soberbia, gallarda y belicosa,
Que
no ha sido por rey jamás regida,
ni
a extranjero dominio sometida.
“La Araucana”, de Alonso de
Ercilla y Zúñiga/ Poeta.
Este vibrante poema del vate Alonso
de Ercilla y Zúñiga, nos permite apreciar hasta que punto el colonialista
español se sintió conmovido, por la voluntad de una raza indígena que mostró
conciencia de su destino. Para la oligarquía empresarial sofofa, la clase
politicastra y la taifa castrense, reaccionarias, chilenas, el Mapuche ha sido
y es flojo, atrevido, borracho y ladrón, así queda demostrado en una carta del
19 de enero de 1857, dirigida por un terrateniente a su reaccionario régimen
cesarista, “ya que el supremo gobierno no quiere o no puede prestarnos el
debido apoyo, esperamos que nos deje con las manos libres, para arreglar estos
asuntos con los ‘indios araucanos’, que bien pueden ser reducidos a la
obediencia por la fuerza, pero civilizados jamás por los medios pacíficos”…
El genocidio de este pueblo
indígena, iniciado por el colonialista español y continuado después por parte
de los regímenes cesaristas reaccionarios, y que tienen en la dictadura cívico
militar de Pinochet al más bárbaro enemigo, pero ha encontrado un enemigo feroz
en la mengua de los historiadores oficiales y la prensa mercurial reaccionaria,
objetivista y vende patria de complacencia narcisista y chovinista,
quienes con su rapacidad conocida y su lenguaje hipócrita, servil, rastrero y
chovinista han tratado siempre de minimizar la tragedia de esta etnia indígena.
¿Hasta qué extremo el escritor, el historiador oficial y el periodista han sido
cómplices de este genocidio de la clase oligárquica empresarial sofofa chilena,
como testaferros de ésta? La característica de los escritores, historiadores
oficiales y periodistas ha sido y es parasitaria, marginal mayoritariamente, dentro de la sociedad
capitalista. Más aún, en la “historia oficial chilena” son muy pocos los
intelectuales progresistas que han tenido la entereza moral y la dignidad para
llamar las cosas por sus nombres y denunciar la tragedia del Pueblo Mapuche. El
escritor, el historiador, y periodista oficial
creen que escribir bien significa usar el lenguaje mercurial que no le moleste
a la oligarquía empresarial sofofa, agrícola y citadina, testaferra del
imperialismo yanqui, y del capital buitre foráneo en general.
Terminemos con las discusiones
bizantinas, es verdad que el poeta y el escritor carecen de los instrumentos, para
cambiar las estructuras inhumanas, injustas e insolidarias del capitalismo
salvaje y de su modelo irracional de sociedad. Pero, en la medida en que crean
la conciencia y el clima favorable al cambio, liberan, desencadenan fuerzas y
así profundizan, dinamizan, y aceleran el proceso de transformación de la
sociedad, por medio de la experiencia propia de las contradicciones reales,
objetivas, después, en palabra y ficción por medio de la proyección y
concientización visionaria de las nuevas relaciones entre el mundo, la persona
y la sociedad, y por medio de la formación concientizada de la nueva realidad
humanizada, en todo el amplio espectro del ser humano integral. El escritor y el poeta pueden darle sustancias
y orientación decisiva al proceso de transformación revolucionario. Como
colofón, acentúo que el estilo del suscrito es duro y apasionado, pues su vida
ha sido así: Nada se le ha regalado, todo lo ha conseguido luchando. Cuando
escribo estoy luchando por la liberación de mi país, de la dictadura militar
fascista, estoy defendiendo mis ideas. Nada me une, todo me separa de los
exquisitos contemporizadores pragmáticos, opinólogos trepadores, renovados/renegados,
delictantes natos que viven manipulando la historia, la ciencia, para quienes
les pagan más.
El maestro Libertador José Martí
Pérez de la Patria Continente América Latina y el Caribe, afirmó: “Mientras
no camine nuestro indígena de esta América morena, no comenzará a andar nuestro
Continente”. Pero, éste andar no dependerá de la incorporación del indígena
a la cultura del depredador hombre blanco, aceptando con esto la destrucción de
su propia cultura, de sus tradiciones, de su mentalidad y de su lengua: Esto es aculturación. Seamos honestos,
para ser justos, este proceso denunciado persigue sólo, hacer desaparecer la
raíz etnológica del Pueblo de Chile, el Pueblo Mapuche.
En Chile, estimo que el único camino
correcto está en la real afirmación de la etnia indígena mapuche, como punto de
partida de nuestra Nación. Este Pueblo indígena chileno, tiene derecho a
identificarse en la diferencia, teniendo en cuenta su realidad objetiva: Unidad nacional en la diversidad... como
lo afirmara el Presidente mártir de Chile Dr. Salvador Allende Gossens.
A la llegada del colonialista
español el año 1540, la población formada por españoles no alcanzaba a las 200
personas. La población mapuche era de más o menos 1.100.000 personas. Cincuenta
años más tarde la población extranjera/ huinka era de 7.000 españoles y
otras nacionalidades y de 500.000 indígenas rebeldes. Así comienza la “evangelización, la pacificación de la
Araucanía”. Esto quiere decir, que 350.000 indígenas habían sido
asesinados por el bárbaro colonialista español. Este es el inicio del genocidio
de este digno y heroico Pueblo Indígena Chileno, quienes jamás han aceptado
enajenar su libertad, por la esclavitud que significa incorporarse a la
sociedad de los huinkas ocupantes de su país, perdiendo su calidad étnica, su
cultura, su libertad, sus costumbres, etc..
Después de cuatro siglos de lucha
contra los regímenes cesaristas reaccionarios que están decididos a disolver al
Pueblo Mapuche a través de la negación de esta etnia socio-cultural, éstos tuvieron
un Gobierno Popular que presidió el Dr. Salvador Allende Gossens, quien afirmó
que “el problema indígena chileno, es la preocupación esencial de mi gobierno
y debe serlo también para todos los patriotas chilenos. Siempre los mapuches
han sido tratados como problema, y siempre se ha buscado la solución al
problema, sin pensar jamás en los problemas de la solución”. Más aún, el Presidente mártir asesinado
por orden del imperialismo yanqui y ejecutado por la dictadura militar fascista,
acentúo: “la solución integral de los problemas que por larga data afectan
al Pueblo Mapuche, pasa porque lo reconozcamos como nuestra raíz etnológica y
les devolvamos su tierra: es impensable un Mapuche sin ella-, respetemos su
cultura, sus tradiciones, y su mentalidad. El indígena Mapuche, es la base, es
el punto de partida del común denominador que unifica al Pueblo Chileno y le
otorga una gran profundidad histórica”.
Frente al colonialista español
sediento de oro, el Pueblo Mapuche resistirá al invasor por más de 300 años en
una de las malditas guerras más largas que recuerda la historia, la que, a la
corona española – la madre Patria-, le costó, más en dinero y hombres que toda
la maldita guerra colonialista en el Continente Americano.
Para los mapuches la frontera de su
país, Arauco/ la Araucanía, con los españoles, los huinkas (gente extraña, mala
y enemiga), lo constituía el río Bio-Bio, como límite norte. En la lucha por
defender su territorio el Pueblo Mapuche va a tener héroes como Lautaro, Caupolicán,
Galvarino, Pelantaru, Lincoyan, Michimalongo, etc. Para ser honestos seamos
justos, reconozcamos la valentía y el heroísmo de la mujer mapuche en esta
lucha: Fresia, Guacolda, etc., entre otras, verdaderos símbolos de la lucha libertaria
contra el bárbaro colonialista español, la que seguirán otros hijos de este
Pueblo Indígena contra los regímenes cesaristas reaccionarios chilenos. Después
de la mal llamada independencia de Chile, porque los criollos/ la oligarquía nunca
pretendieron independizarse de la monarquía española. La Junta que nombraron el 18 de septiembre de 1810,
tenía como un sólo objetivo, luchar por la liberación del rey, Felipe VII, de
España, derrocado y preso por el emperador Napoleón Bonaparte, en Francia.
Un triste y trágico episodio en la
historia oficial chilena lo constituye lo que los historiadores burgueses
oficiales denominan “la pacificación de la Araucanía” que no fue otra
cosa que el asesinato masivo nuevamente de mapuches, ahora de mano del “glorioso
ejército chileno”- “la reserva moral de la sofofa”-, jamás vencido, reserva
moral de la sofofa” que acababa de poner fin a la maldita guerra imperialista
contra los hermanos pueblos de Perú y Bolivia. Digo que la guerra del Pacifico
fue una maldita guerra imperialista, porque fue planeada por el imperialismo
inglés y el imperialismo yanqui, y ejecutada por los regímenes cesaristas reaccionarios
chovinistas de los tres países antes citados.
El
plan de la “pacificación de la Araucanía”
En 1871, el Coronel Gregorio Urrutia
por orden del régimen cesarista de Manuel Montt, al mando de más de 3.000
soldados que estaban listos para ser enviados al Perú, tuvieron que ser
trasladados rápidamente al sur de Chile, ante el fracaso y rechazo del plan de
pacificación que trataba de imponer el Coronel Cornelio Saavedra, por parte del
Pueblo Mapuche. Los “historiadores
Oficiales” de la época se sintieron orgullosos por la matanza mapuche
llevada a cabo a sangre y fuego por el heroico ejército chileno. También
celebraron esta nueva gloria de “la reserva moral” de la sofofa, periodistas,
escritores burgueses mercuriales contra el Pueblo de Lautaro.
El plan de marras consistía en: 1) terminar
con la línea fronteriza, 2) realizar la subdivisión y venta de los territorios
mapuches, con el fin de terminar con la idea de la comunidad indígenas que
tienen los mapuches hasta nuestros días, 3) entregar los terrenos expropiados,
robados a los mapuches a colonos extranjeros. Como se puede ver, éste es el
patriotismo de la clase política chilena de la oligarquía empresarial sofofa y
de sus testaferras las Fuerzas Armadas.
El Pueblo Chileno jamás ha tenido un
ejército, marina, aviación o servicios policiales que defiendan sus intereses y
su soberanía. Las “Fuerzas Armadas chilenas” siempre han estado al servicio del
capital buitre foráneo extranjero y de la plutocracia dominante. Como una
excepción podemos citar a algunos militares como: el General Libertador
Bernardo O’Higgins Riquelme- a quienes
la oligarquía/burguesía lo llamaban, el huacho-, el Coronel /jurista Manuel
Rodríguez y Erdoiza, el General René Schneider Cherau, el General Carlos Prats
González, el General Alberto Bachelet Martínez, el Comandante Arturo Araya
Peters, el Coronel Gustavo Cantuarias Grandon, el Teniente Pérez, etc., quienes
con su actitud noble, leal y consecuente dieron una lección de lealtad y
patriotismo de cómo debe ser la conducta de un militar que verdaderamente ama y
defiende a su Pueblo y a su Patria.
La política contumaz de los regímenes
cesaristas reaccionarios chilenos contra los mapuches a partir de “la
independencia” de los colonialitas españoles estará orientada a someter al
mapuche a las estructuras nacionales y regionales del poder económico y político
burgués, para transformar al indígena en subproletario del campesinado,
logrando con esto su desaparición como minoría nacional, y dejando así, al Pueblo Chileno, sin su raíz
etnologica. Entonces la plutocracia/ sofofa chilensis y sus testaferras la clase
media/ paniaguada y las Fuerzas Armadas cipayas, asumirán como raíz etnológica
la del colonialista español…
Después del genocidio de los
mapuches, conocido como la “pacificación de la Araucanía”, frente al despojo
que hicieron objeto a los mapuches tanto los terratenientes como los colonos
extranjeros, el régimen cesarista reaccionario de turno dictó una ley el 4 de
Diciembre de 1866, que prohíbe la compra a los particulares de terrenos
indígenas que no tienen títulos de dominio. Se les exige a los mapuches presentar
un título de dominio, pero tanto en la teoría como en la práctica, obtener éste
era casi imposible por el aislamiento geográfico y cultural de los mapuches y a
causa de las ambigüedades de la ley. Los
terratenientes y colonos protestaron por la aprobación de la ley antes citada,
según ellos, el otorgar legalmente a los “indios araucanos” el derecho de
propiedad en forma comunitaria, crearía muchos problemas. Pero lo que los
terratenientes y colonos olvidaban es que la ley no creó la comunidad indígena, sino que ella preexistió antes, desde
hace siglos en la vida del mapuche.
Para obtener una idea de la forma
como han actuado los regímenes cesaristas burgueses contra esta minoría étnica
nacional, basta decir, que desde 1884 hasta 1929, se otorgaron 3.078 títulos
con 475.423 hectáreas a 77.751 mapuches, lo que representa aproximadamente un
6.1 hectáreas por indígena. Pero, por otra parte el régimen cesarista de turno
de la oligarquía agrícola citadina, entregó a colonos extranjeros 9.000.000 de
hectáreas que representan las superficies de las provincias de Bio-Bio hasta Llanquihue,
restándole la superficie entregada a los mapuches, 6.1 hectáreas le correspondió
a cada colono 500 hectáreas. Así han protegido a la minoría étnica nacional,
los regímenes cesaristas reaccionarios chilenos y la oligarquía sofofa vende
patria.
LA SITUACIÓN ACTUAL DE LOS MAPUCHES:
Como minoría étnica nacional los
mapuches constituyen una cultura con matices propios y diferenciados de la
cultura mayoritaria en el país. La población mapuche se estima en unas 650.000
personas de las cuales 500.000 estarían repartidas en el sector rural y 150.000
en el sector urbano. Este último grupo humano de indígenas está distribuido
entre: Concepción, Valparaíso y Santiago, donde son miserablemente maltratados,
explotados, discriminados, viviendo al margen de la sociedad chilena.
Como colofón acentúo que la política
de los regímenes cesaristas reaccionarios chilenos siempre ha estado dirigida a
obtener la desaparición del Pueblo Mapuche como minoría étnica, destruyendo las
comunidades indígenas, dando paso a un proceso de mini asentamientos que
termina con un mapuche transformado en un grupo de subproletarios del campesino
chileno.
En resumen, la historia del Pueblo Mapuche
ha sido la historia de la persecución, del despojo y de la dominación como raza
y como clase social. Podemos calificar sin temor a equivocarnos que la política
denominada de incorporación a la sociedad mayoritaria de los mapuches, por
parte de los regímenes cesaristas reaccionarios chilenos, ha sido fascista, comparable
con la persecución de los judíos durante la Rusia zarista, la Alemania nazi y de los palestinos por el sionismo nazi/
israelita/ hebreo. Los mapuches han constituido una minoría marginada, oprimida,
y dominada como clase y como raza a través de la historia de Chile, con la excepción
del Gobierno Popular del Presidente Dr. Salvador Allende Gossens.
El Presidente de Chile, el Dr.
Salvador Allende Gossens, el mejor presidente que el Pueblo de Chile se haya
dado, consecuente con el compromiso contraído con el Pueblo Mapuche durante la
campaña presidencial del año 1970, asistió personalmente al Congreso Nacional
de los mapuches de ese año, en el cual, se le entregó el proyecto de ley que
deseaban los mapuches, para solucionar globalmente sus problemas. En palabras
emocionadas el consecuente presidente de
Chile Dr. Allende le dijo, al Pueblo Mapuche: “desde este momento hago mío este proyecto y no descansaré hasta
verlo convertido en ley”, lo que ocurrió en mayo de 1971.
La ley aprobada por el Poder Legislativo
y Ejecutivo que solucionaba en parte los problemas del Pueblo Mapuche, fue
derogada por la dictadura fascista cívico militar que encabeza Pinochet. Esta
postulaba las siguientes líneas de acción:
- Rápida
incorporación de los mapuches a las actividades económicas, políticas y
sociales de la comunidad nacional.
- Eliminación
de toda discriminación y trato con la minoría étnica.
- Puesta
en marcha de inmediato de un programa de educación bilingüe, de asistencia
técnica, sanitaria y económica, para los mapuches.
- Recuperación
y aumento de las tierras que le fueron despojadas a los mapuches.
- Sustitución
del sistema de minifundio que trataron de imponerles los regimenes
anteriores a los mapuches por un sistema cooperativo que de ninguna manera
cambie el sistema comunitario indígena, sino que por el contrario, los
convierta en COMUNIDADES PERFECTAMENTE ORGANIZADAS DE PRODUCCION.
- Regionalización
y unificación de la labor del Estado, frente al problema indígena, en
busca de soluciones a los problemas que por décadas afectan al pueblo
mapuche.
Dos obras muy significativas para el
Pueblo Mapuche, llevadas a cabo por el Gobierno Popular del Presidente Dr. Salvador
Allende Gossens, lo constituirán la creación del Instituto de Desarrollo
Indígena y el Instituto de Capacitación laboral de Temuco.
La acción del Gobierno Popular del
Presidente Dr. Salvador Allende Gossens, frente al problema de la recuperación
de la tierra de los mapuches, fue clara: La
minoría étnica recuperará su tierra, esto porque, para el Gobierno Popular, el
problema de la tierra estaba en relación directa con la naturaleza de la
personalidad étnica del mapuche, este sin sus tierras no es más que un ser
abandonado a su propia suerte, a merced de las fuerzas destructoras de una
sociedad que jamás le ha reconocido su calidad de ser humano, y que jamás le ha
ofrecido un lugar en ella, por ser este “un individuo inferior”.
EL
PROBLEMA EDUCACIONAL.
Quiero dedicarle algunas líneas de
esta presentación, al problema de la educación de los mapuches. Si bien es
cierto, la marginalidad de este pueblo indígena de la sociedad chilena, fue y
es absoluta, en lo referente a la educación y la cultura fue y es ignorada, con
excepción del Gobierno Popular del Presidente Dr. Salvador Allende Gossens.
En lo referente a la educación
nacional, los planes y programas fueron concebidos por los regímenes cesaristas
reaccionarios, para la mayoría nacional, jamás se pensó en la minoría étnica,
en que había un grupo humano con otra lengua, con otra cultura, con otra
mentalidad. El presidente de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens reparará esta
injusticia y ordenará desarrollar un plan educacional para la minoría indígena
en su lengua, teniendo muy en cuenta la cultura y las tradiciones del Pueblo Mapuche.
El español como idioma debe ser para las minorías indígenas de Chile y de todo
el continente, un medio de comunicación con la mayoría, jamás un elemento de
destrucción de la lengua autóctona, de su cultura y de sus tradiciones para los
indígenas.
Estos fueron los criterios con que actuó
el Gobierno Popular del Dr. Salvador Allende Gossens, frente al problema
educacional de la minoría étnica. Existe una gran diferencia entre esta política
del presidente Allende, en vista a hacer justicia al pueblo indígena chileno y
la conducta de los gobiernos cesaristas reaccionarios del Continente Americano.
Ningún presidente en Chile y en nuestro continente tuvo en el pasado y tiene
hoy en el presente, una política honesta, consecuente y honrada de
incorporación del indígena a la sociedad, que signifique una real oportunidad
de incorporación para los indígenas sin perder, sin destruir su cultura, su
lengua, y sus tradiciones: unidad en
la diversidad. De una u otra manera los regímenes cesaristas reaccionarios
del Continente Americano han concebido que la incorporación del “indio” debe
significar para éste transformarlo en un Subproletario del campesinado, con el
fin de obtener los terratenientes una mano de obra barata. Para la clase
dominante, la oligarquía empresarial agrícola citadina/ sofofa, “el indio
araucano” siempre ha sido y es un ser inferior, al que han querido hacer entrar
en “su civilización” por la puerta del peonaje, de la servidumbre.
La política del Gobierno Popular del
Presidente Dr. Salvador Allende Gossens frente a la minoría étnica chilena,
consistió en el reconocimiento de la diferencia, en la unidad de la Nación Chilena.
El Dr. Salvador Allende Gossens le repitió varias veces a los dirigentes del Pueblo
Mapuche, que: “que la injusticia, el
despojo, la tragedia de nuestro heroico pueblo indígena que se remonta a
siglos, no podemos repararla en un año, pero, fuera de las acciones inmediatas,
proyectaremos junto con ustedes, con sus consejos, la solución en un futuro cercano, de vuestros problemas.
Este es el compromiso de mi gobierno que es el gobierno del Pueblo de Chile”.
El Gobierno Popular del Presidente
de Chile Dr. Salvador Allende Gossens, junto a los dirigentes del Pueblo Mapuche
pensaba que eran tres las líneas fundamentales a trazar en la solución de la
problemática de la minoría étnica:
- La
devolución de la tierra a los mapuches, con implementación de ayuda
crediticia y técnicas.
- Evolución
de la comunidad indígena, hacia una comunidad de producción.
- Participación
de los mapuches en todos los niveles de la vida política, de la cultura, y
del aspecto económico y social de la nación chilena, pero siempre teniendo
en cuenta la diferencia étnica en la unidad de la Nación Chilena. El Dr.
Allende Gossens afirmó que “la
comunidad mapuche no es otra cosa que el cimiento geográfico y material de
una organización que debemos respetar, pero creo que el Pueblo Mapuche
debe redefinirla, esto lo digo convencido, además que, no aceptaré, otra
como modelo final, sino la que los mapuches definan y decidan
democráticamente como la nueva comunidad indígena”.
Creo sinceramente que no es un error pensar que la lucha
revolucionaria del Pueblo Chileno se apoye en el reconocimiento de la minoría
étnica chilena, los mapuches. Todos los chilenos patriotas debemos luchar por
el resurgimiento de la Comunidad Mapuche, como minoría étnica, con el sagrado
derecho a identificarse en la diferencia. Sinceramente, esto es posible dado la
originalidad de nuestro proyecto socialista aceptado por el Pueblo Chileno y
rechazado por el imperialismo yanqui, y
su testaferra oligarquía
empresarial fascista chilena/ Sofofa y los yanakonas de la junta militar fascista Pinochetista.
Insistir en el proyecto socialista a la chilena, la construcción de una PATRIA
SOCIALISTA LIBRE, DIGNA y SOBERANA, como lo señalara a su pueblo el Dr. Salvador
Allende Gossens, llegando simultáneamente a una forma superior de transición al
socialismo y de transición hacia la nueva comunidad mapuche reformada, hacia la
nueva fase de la evolución histórica del Pueblo de Lautaro, del Pueblo Mapuche,
es nuestro desafío como Pueblo, como Nación.
La dictadura cívico militar de Augusto
Pinochet Ugarte contra el Pueblo Mapuche:
Como era de esperar el 22 de marzo de
1980, el dictador fascista Pinochet, firmó el decreto ley 2.568, que los
cínicos y fascistas militares chilenos, que desgobiernan Chile, denominaron la
“nueva ley Mapuche”. El Huinka Pinochet afirmó: “esta ley está destinada a
terminar de una vez con el problema del Indio Araucano”. Esto significaba,
para cualquier persona honesta, el exterminio del Pueblo Mapuche. (Yanakona: indio
mestizo cobarde que se vendió al hombre blanco. Huinka: Gente mala, extranjera)
El obispo chileno Tomás González
Morales, dijo en Berlín: “cada vez que leo, este decreto ley, me parece peor”.
Pareciera que el deseo que está detrás de todo, es que desaparezca el Pueblo
Mapuche.
De más está decir, que la oligarquía
empresarial agrícola citadina sofofa burguesía chilena celebró el decreto-ley
de Pinochet, porque materializa su viejo proyecto antimapuche, que consiste en
eliminar a la minoría étnica nacional, lo que desde hace siglos lo está
procurando.
El decreto-ley de marras contra los
mapuches es de corte fascista, tiene puntos muy claros, racistas, que
representan los anhelos de la oligarquía farisea sofofa parasita chilena. A esta clase
social pertenece la mayoría de los oficiales: del ejército, de la aviación, de
la marina y de carabineros en Chile, quienes según el dictador terrorista Pinochet,
“son herederos de la pura raza chilena
fortalecida con la mezcla del inmigrante blanco europeo. Agradecemos a Dios que
por nuestro clima la raza negra no se haya podido desarrollar en nuestro país…”.
Esta presentación, no pretende ser
un estudio antropológico, ni etnológico de la minoría nacional chilena, para
ser presentado en el IV Tribunal Russell, creo que referente a estos temas se
ha escrito, más que suficiente. Esta presentación justa y noble, a la cual
ningún ser humano puede decir que no, aunque moleste a más de un burgués o fascista,
por el lenguaje, no pretende ser otra cosa, que un llamado a la consciencia democrática
del mundo para detener el genocidio del indígena del Continente Americano, en
general y del Pueblo Mapuche en particular.
Para nuestro pueblo, para el trabajador,
manual e intelectual progresista, la mujer y la juventud de Chile, siempre
estará presente el recuerdo inolvidable del Pueblo Mapuche, forjador, pilar
fundamental de nuestra raza. Los mapuches con su heroico ejemplo de lucha en
defensa de su Patria, de su tierra, frente al bárbaro colonialista español, nos
señalaron como debía defenderse: “la Libertad y la Patria”, cuando ésta está en peligro. Lo afirmó el libertador del
Pueblo Mapuche, el gran Toqui Lautaro, “la liberación de mi pueblo, esta
ligada a la liberación de cada hermano mapuche. Somos instrumentos para reivindicar
los sagrados derechos de nuestra raza y de nuestro pueblo, amenazados, por los huinkas
españoles”.
Hoy frente a los bárbaros fascistas
que comanda el terrorista Pinochet, en medio de la muerte, del despojo, del
dolor colectivo, nuestro Pueblo Mapuche, ama y lucha por recuperar su libertad
y su democracia y su tierra en el marco de la luz, de la esperanza, esa llama
de fe, de fe en la tierra, fe en el destino del pueblo mapuche, que siempre ha
sabido alzarse por encima de todas sus miserias, con la fuerza que le da su
dignidad, la dignidad de un pueblo
soberano, siempre unido y libre por naturaleza.
El Pueblo Chileno espera que el
Tribunal Russell (IV), acoja la acusación de genocidio contra el Pueblo
Mapuche, por parte de la dictadura fascista cívico militar chilena de Pinochet
y contra todos los regímenes reaccionarios cesaristas del Continente americano, que han sido los
continuadores del infausto legado del bárbaro colonialista español, en contra
de los Pueblos Indígenas de América Latina y del Continente Americano.
El Comité de Defensa de los Derechos
Humanos y Sindicales de Chile, CODEHS-CHILE y CODEHS en Berlín RFA, CESAL e.V,
Berlín, República democrática Alemana y la revista “Latinoamérica un Pueblo
Continente” RFA, han estado denunciando periódicamente los crímenes que comete
la dictadura cívico militar chilena contra el Pueblo Mapuche.
Codehs-Chile, Codehs-Berlín R.F.A, y
CESAL e.V, Berlín/DDR., acusan que los crímenes antes citados que empezaron con el colonialista español
fueron continuados el 11 de septiembre de 1973, en las provincias del sur de Chile donde más del 60%
de los presos políticos de la dictadura cívico militar de Pinochet, eran Mapuches.
Muchos de ellos desaparecieron, ahí están los nombres de; Luis Mahuida, Luis Calfuquir, Pedro Curihual, Mónica Llanca, Joel
Huaiquinir, etc.
Codehs-Chile y CESAL eV.Berlin y la
Iglesia Evangélica Alemana denunciaron que el 84% de los niños mapuches están
desnutridos.
El Pueblo de Chile, espera que el IV
Tribunal Russell acuse y condene a la dictadura fascista cívico militar terrorista que
encabeza el General Augusto Pinochet Ugarte por el Genocidio contra el Pueblo Mapuche, solicitado por Codehs-Chile , Codehs-Berlín RFA , y CESAL e.
V Berlín/DDR.
Hoy a pesar de la tragedia que
agobia el Pueblo de Chile, un nuevo espíritu anima al Pueblo Mapuche, su raíz
etnológica, el mismo que prende en todo Chile, en su clase trabajadora, en la
mujer, en su juventud, y en sus intelectuales progresistas. Tenemos fe, que la
raza a la que cantara Alonso de Ercilla y Zúñiga, que tan gallarda, digna, belicosa,
como siempre lo fuera, más ahora, se levante hoy, para terminar con la noche
negra del fascismo militar que tanto dolor ha causado a nuestro Pueblo.
El Pueblo Mapuche sabe muy bien que,
“cuando más pequeño es un pueblo, es mayor su confianza en si mismo y su
sentido de la dignidad”.
Este pueblo indígena chileno, el
Pueblo Mapuche jamás va aceptar la enajenación cultural a la que lo quiere someter
la dictadura cívica militar chilena: La
aculturación.
El Pueblo Mapuche defenderá sus
tradiciones, su tierra, su libertad, su mentalidad, y su actuar, sin presiones ni manipulaciones de
ninguna especie, por parte de la oligarquía, empresarial sofofa de la clase política
burguesa y de su paniaguado régimen cesarista de turno.
Con el término de la noche negra del
fascismo militar, cuando se abran las alamedas, será nuestra obligación, la
obligación del Pueblo de Chile, revindicar los sagrados derechos del Pueblo
Mapuche.
La presente acusación al IV Tribunal
Russel, mi pueblo, sus consecuentes dirigentes, la fundamentan que tanto el
decreto-ley contra el Pueblo Mapuche como la acción de la dictadura terrorista
de Pinochet persigue sólo el exterminio de la raíz etnológica del Pueblo Chileno:
El Pueblo Mapuche.
Al terminar esta acusación, nosotros deseamos testimoniar nuestros más sinceros
agradecimientos por la solidaridad recibida del querido Pueblo Alemán, de sus
estudiantes, de sus trabajadores, de sus
intelectuales, especialmente de la Universidad de Humboldt, en defensa del
Pueblo Chileno y de su raíz etnologica, el Pueblo Mapuche. No me queda duda que
el Pueblo de Lautaro comparte las palabras del genio universal Dr. W. Goethe,
quien afirmó:
“Luchar
es vivir”
“Abre los ojos a tiempo,
La gran rueda de la dicha
Rara vez se detiene,
o te impones o te arrollan,
hay que ganar y mandar
o someterse y perder
o resignarse o triunfar
o
ser yunque o ser martillo”
En nombre del Pueblo Chileno, de
Lautaro, del General Libertador Bernardo O´Higgins Riquelme, del Jurista/Coronel
Manuel Rodríguez y Erdoiza, de Gabriela Mistral, de Pablo Neruda, del
Presidente Dr. Salvador Allende Gossens, agradecemos a la Fundación Bertrand
Russell, y al IV Tribunal Russell, por la solidaridad recibida y por la
constitución de esta judicatura mundial, para enjuiciar al terrorista Augusto
Pinochet Ugarte y su taifa de criminales civiles y militares, responsables del
asesinato del Presidente Constitucional Dr. Salvador Allende Gossens y de miles de
ciudadanos, del genocidio del Pueblo Mapuche y del asesinato del poeta Pablo
Neruda, premio nobel de literatura.
Por tanto.
No nos queda dudas que, para
construir una paz verdadera en Chile y en el mundo asolado, devastado por el
imperialismo yanqui salvaje globalizado es imprescindible verdad y justicia,
para que nunca más se cometan crímenes contra la Humanidad, en resumen, para
que las nuevas generaciones puedan construir el futuro, sin miedos, con
memoria, sin discriminaciones y sin impunidad. Construir una sociedad basada en
estos valores irrenunciables, para todo ser Humano, puede parecer una utopía,
pero es un esfuerzo, un desafío que siempre valdrá la pena intentarlo.
Con esperanza y memoria.
Prof.
Dr. Hugo Moreno Peralta/IWA
Señora Gerda Böttcher
Director CESAL e. V. Berlín/Alemania. Directora Revista Latino América un Secretario Ejecutivo
Codehs/Berlín/Alemania Pueblo
Continente / Berlín/Alemania
CC:
Señor Theo C. Van Boven, Director División de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Ginebra, Suiza.
Compañero Clotario Blest Riffo,
Presidente Fundador de la Central Única de Trabajadores de Chile /CUT, y
del Comité de Defensa de los Derechos Humanos en Chile: CODEHS/ Berlín
DDR.
Prof. Dra. Teresinka Pereira,
Presidenta Asociación Internacional de Escritores de los Estados Unidos /
IWA.
Presidente Pen Club, Estados
Unidos.
Prof. Dr. Pedro Vuskovic Bravo, Facultad
de Economía, Universidad Autónoma de México.
Prof. Ing. Victor Pey Casado,
Propietario del Diario “El Clarín” de Chile. Santiago, Chile.
Prof. Dr. Noam Chomsky, Académico
Departamento de Lingüística “Massachusetts Institut/ Cambridge USA”
Prof. Galvarino Jaramillo Pflucker CESAL
e. V, Berlín DDR.
Prof. Dr. Héctor Muños Cruz, Universidad
Autónoma Metropolitana, México / DF.
Señor Rector, Universidad
Autónoma Lic. Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), México.
Prof. Günther Fürstenau, Fundación
CESAL e. V, Berlín RFA.
Dr. Joan Garcés, Fundación
Presidente Salvador Allende Gossens, Madrid, España.
Señor Otto Frank, Fundación CESAL
e.V, Berlín DDR.
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