Un inmenso cinismo político: “Chile toco fondo por la corrupción e impunidad”
Por Juan Pablo
Cárdenas S.
Escritor,
periodista y analista internacional
Nuestro prolegómeno:
CHILE ENCENEGADO
POR LA CORRUPCIÓN Y LA IMPUNIDAD”, ¡BASTA YA DE EUFEMISMOS!
No se puede
erradicar la corrupción y la
impunidad con los mismos que las
impusieron y profundizan desde el infausto 11 de septiembre de 1973, con el
saqueo de las riquezas naturales del país y las arcas fiscales, por más de 50
años: La oligarquía empresarial, financiera-
bancaria/agiotista, agrícola monopolista CMPC/Sofofa, con sus testaferras la clase burguesa politicastra-castrense
corruptas y su régimen fantoche de turno, todos corruptos por acción u omisión.
Como colofón
no en vano evocamos los nombres del Padre de la Patria Chilena General
Libertador Bernardo O’Higgins Riquelme y del compañero presidente Dr. Salvador
Allende Gossens: “Quien tenga patria
que la honre. Quien no la tenga que la conquiste”... “Patria para la clase
empresarial CMPC/SOFOFA y su testaferra la clase burguesa
politicastra/castrense corrupta, ambas, es la “Celestina Universal”. Todo por ella, incluso el asesinato, por ejemplo el del presidente constitucional
de Chile Dr. Salvador Allende Gossens y miles de Chilenos, porque el fin justifica los medios...
- Después del triunfo de la Batalla de Chacabuco, el General Libertador Bernardo O’Higgins
Riquelme se dirige a sus compatriotas: “El
numen de la libertad me restituye por
fin al suelo patrio. Un patriota, digno ejército, cuya sección primera tengo el honor de presidir
donde brilla, la lealtad, el orden, la disciplina y el de nuevo, viene a sacarles de la esclavitud.
Renazca en ustedes el sagrado fuego de la libertad, venguemos unidos los ultrajes,
saqueos, latrocinios y padecimientos. Basta ya de abatimiento vergonzoso,
arrojemos al grupo miserable de advenedizos que por años vulneran nuestros honor, detentan
nuestros bienes e insultan con
toda crueldad a todo chileno bien nacido, que ame a su Patria. Nuestra lucha
nos ha enseñado a ser y a sostener este preciado don. Yo les juro liberarles o
morir”...
El compañero
presidente Dr. Salvador Allende Gossens en defensa del mandato que su pueblo le
entregara precisó: “tengan la certeza que la semilla que
entregáramos a la consciencia digna de miles y miles de chilenos no
podrá ser segada definitivamente. Tienen
la fuerza, podrán avasallarnos, pero no se detienen los procesos sociales ni
con el crimen ni con la fuerza. La historia es nuestra y la hacen los pueblos.
Trabajadores de mi patria, tengo fe en Chile y su destino. Superaran otros
hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse.
Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán
las grandes alamedas por donde pase el hombre libre para construir una sociedad
mejor. ¡Viva Chile, Viva el Pueblo, Vivan los Trabajadores...”
Con esperanza
y memoria, un pueblo sin memoria
histórica nada significa ni nada vale. “Sólo merecen la libertad y la vida
quienes cada día las conquistan...”
Prof. Moreno
Peralta /IWA
Secretario Ejecutivo Addhee. Ong
El Poder Judicial en Chile no constituye un poder
independiente desde el mismo momento en que los integrantes de su Corte Suprema
son nominados por el Gobierno y el Senado de la República. Por varias décadas
la renovación de los jueces supremos ha impedido la plena separación de los
poderes del Estado, mediante un proceso político en que las mayorías y minorías
parlamentarias negocian nombres no tanto en virtud de los méritos profesionales
de quienes se postulan a estos cargos, sino conforme a sus orientaciones
ideológicas. Incluso si se es católico, judío o masón resulta ser un factor muy
importante para arribar a nuestro máximo tribunal.
Es muy conocida la existencia de lobistas dedicados
a proponer postulantes y conseguir el apoyo de los legisladores como del propio
Palacio de La Moneda. En una faena, naturalmente, en que se destacan algunos
renombrados abogados, entre los que se cuenta el penalista Luis Hermosilla.
La desclasificación de los archivos de su teléfono
celular, especialmente de sus chats de WhatsApp, así como las versiones
periodísticas derivadas de estos contenidos, tienen actualmente a la política y
la judicatura en una de las crisis más severas de nuestra historia
institucional. Por largos años se le ha hecho ver en vano a los políticos chilenos
la necesidad de modificar el sistema de designación de los jueces,
nombramientos de conservadores y notarios como de otros apetecidos cargos
públicos.
Sin embargo, en cada oportunidad la reforma ha
fracasado al no existir voluntad en la clase política de renunciar a uno de sus
más poderosos privilegios, como es el de ganarse la voluntad de los jueces y
conseguir el sobreseimiento, la sanción mínima o, incluso, la impunidad de los
delitos cometidos por los que se conocen como “delincuentes de cuello y corbata”. Entre los cuales el país sindica
claramente a gobernantes, legisladores y dirigentes partidistas.
Los sondeos de opinión pública nos dicen que los
chilenos, en más de un 80 por ciento, no creen en la imparcialidad de los
Tribunales, así como ya es un lugar común afirmar que tenemos una justicia para
pobres y otra para ricos, así como cárceles para estos y aquellos. Severidad
para los infractores comunes, como benevolencia para los violadores de los
Derechos Humanos. Entendiéndose, entre ellos, a militares y policías que han
infringido severamente la Ley.
Los escándalos ventilados por algunos medios
electrónicos y las redes sociales tienen, por fin, bajo proceso y cárcel al
propio Hermosilla, como a varios de sus secuaces. Así, también, a un pequeño
grupo de empresarios y funcionarios públicos imputados por soborno,
enriquecimiento ilícito, fraude al Fisco, violación del secreto profesional,
lavado de activos y otros gravosos delitos.
Con las grabaciones recogidas del celular de
abogado lobista, a diario saltan más y más nombres, así como va despejándose la
tenebrosa red de autoridades comprometidas en sus graves contravenciones. Ya
hay tres integrantes del máximo tribunal que son investigados por sus propios
colegas y muy próximamente encauzados por sus gravísimas faltas, entre los que
se destaca sus reiteradas prevaricaciones. Delito muy bien representado, por
ejemplo, en una sentencia dictada a toda velocidad y opacidad por una sala de
la Corte Suprema en favor de una empresa chileno bielorrusa en desmedro de
Codelco, la principal minera estatal. Donde fuera contrariado lo establecido
por los jueces de primera instancia y de la propia Corte de Apelaciones.
De esta forma, es muy probable que en poco tiempo
tengamos otros magistrados y jueces procesados y destituidos por haber obtenido
sus cargos valiéndose del favor de políticos e integrantes del propio Poder
Judicial. La duda, por ahora, radica en que si la destitución de estos podría
reabrir las causas en que fallaron contra de la ley, favoreciendo a connotados
empresarios que, como se recuerda, practicaron el financiamiento ilegal de la
política. Como lo que se rotulara como el Caso
Penta, en que el cohecho comprometiera al propio fiscal de la causa. Quien tuvo
la tupé de proponer que los desvergonzados infractores pagaran sus culpas con
la dictación pública de unas clases de ética. Lo que realmente significó
una enorme burla a la fe ciudadana, amparada por la clase política que, con
ello, salvó prácticamente ilesa de haber recibido los millonarios y transversales
sobornos.
A los jueces ya denunciados, es posible que se sume
próximamente el ministro Mario Carroza, quien investigara la muerte del
presidente Allende para concluir en lo que hoy se estima como “verdad oficial”,
esto es el suicidio del Mandatario. A
pesar de los múltiples testimonios entregados por quienes aseguran en realidad
que este fue ultimado por los propios militares que ingresaron a La Moneda
aquel 11 de septiembre de 1973.
A este magistrado se le acusa hoy de haber
favorecido el nombramiento irregular de varios notarios, pero muy probablemente
el Parlamento soslaye su acusación constitucional en agradecimiento por haber
establecido aquella “verdad” que convino
tanto a la derecha, a los golpistas y a quienes han administrado toda la posdictadura.
Con un derroche audaz de cinismo, los políticos que
han favorecido el espurio nombramiento de los jueces de nuestras cortes rasgan
vestiduras y compiten, ahora, por presentar acusaciones constitucionales en su
contra. Buscando su remoción, después de haber ejercido el cuoteo político para
ubicarlos en la cúpula de Poder Judicial. En lo que es una práctica habitual de
los legisladores de derecha a izquierda, como de todos los últimos gobernantes
en la composición de sus ministros, subsecretarios y múltiples operadores.
No vaya a ser cosa que con la capotera que se le
brinde a Hermosilla queden indemnes los principales responsables de la crisis
que vivimos. Olvidando que la culpa no solo es del chancho, sino del que le dio
afrecho.
Lo subrayado/interpolado
es nuestro.
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