martes, 10 de septiembre de 2024

La potente demografía africana: juventud, mujeres y urbanización

La potente demografía africana: juventud, mujeres y urbanización


Por Marisa Pineau/Escritora, Filosofa y analista internacional/ADDHEE.ONG


Gentileza Dr. Roberto Savio

PROLEGOMENO:

“Los niños, nuestros hijos, el futuro de la humanidad: Nuestros hijo son la piedra en la que construirá nuestro futuro, nuestro mayor bien como nación. Serán los líderes de nuestro país, los creadores de nuestra riqueza nacional, los que cuidan y protegen a nuestro Pueblo”...

La humanidad dejaría de crecer en la segunda mitad de siglo, pero África sigue otra ruta

De acuerdo con las nuevas proyecciones de la ONU sobre población, presentadas en el informe “Perspectivas de la Población Mundial 2024”, la humanidad llegó a los 8.000 millones hace dos años. Y seguirá creciendo en las próximas décadas hasta alcanzar su pico de 10.300 millones hacia 2085, cuando, al contrario de lo que se esperaba hace una década atrás, comenzaría a disminuir. Estas nuevas estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas llevan a una cifra de 10.200 millones a fines del siglo XXI. 

Estos números pueden sorprender porque significan un gran cambio en las tendencias demográficas que se manejaban hasta ahora. Los factores aducidos son diversos y van desde la baja sostenida de la natalidad, la extensión de la esperanza de vida hasta los procesos crecientes de urbanización.

Sin embargo, hay un continente en donde encontramos otra variable: África, que no sigue estas pautas. Con sus 1.400 millones de habitantes en la actualidad y la previsión de 2.500 millones para 2050, África asegura el crecimiento y la juventud de la humanidad para el futuro. Si estas cifras se confirman, eso significaría que su población se habrá multiplicado por 10 entre 1960 (año habitualmente tomado como fecha de finalización de la colonización europea y de inicio de la vida de los estados independientes) y mitad del siglo en curso.  Esta es una cifra impactante, en la que la región del África subsahariana desempeñará un lugar central, ya que su población representará más de la mitad de crecimiento de la población mundial entre 2019 y 2050.

Este panorama demográfico es particular y novedoso. Si nos remontamos a la historia, la demografía africana es de pérdidas. No se puede dejar de mencionar que el continente sufrió una terrible baja en su población debido al comercio de personas esclavizadas. Por la trata atlántica, fueron no menos de 12 millones de seres humanos transportados hacia América entre los siglos XV y XIX. A esa enorme merma poblacional, hay que agregarle una cantidad equivalente de jóvenes, mujeres y hombres traficados a través del Océano Indico, el cuerno de África y Egipto hacia Asia durante un periodo más largo, entre los siglos VII y XX. 

En la etapa del colonialismo europeo desde fines del siglo XIX hasta 1960 aproximadamente, hubo una caída importante de la población debido al uso de nuevas tecnologías de la violencia ejercida por los poderes extranjeros. Así, se calcula que, por ejemplo, en el Congo la población cayó un tercio debido a las abusivas obligaciones impuestas para la extracción de minerales y bienes agrícolas, así como la construcción de los ferrocarriles. Sin embargo, es difícil especificar la dimensión de la baja por los avances médicos y las vacunaciones que, por otro lado, llevaron al control de algunas enfermedades. Los números son más fiables a partir de 1950, para cuando se calculan unos 220 millones de habitantes. Para entender la dimensión de esta novedad es necesario entender que en ese entonces la población africana representaba un 9% de la población mundial, mientras que asciende a 17,5% en la actualidad.

Las razones

¿Cómo se explica este aumento de la población? Una razón importante es que la fertilidad de las mujeres africanas es alta. Con 4,72 hijos por mujer a nivel continental, pero de 5,1 en África Subsahariana, es la tasa de fertilidad más alta del mundo. Las cuestiones relativas a los derechos reproductivos de las mujeres han sido temas de discusión en el continente: por un lado, están los reclamos de las mujeres, y por el lado de quienes se oponen, aducen que es un tema impuesto por las agencias internacionales. De todos modos, hay que mencionar que en 2003 se firmó el Protocolo de Maputo, en la segunda cumbre de la Unión Africana (UA). Este documento, que es el que ha logrado más ratificaciones nacionales de todos los adoptados por la UA, está destinado a proteger los derechos de las mujeres. Además, de cuestiones de participación política, económica y social, aborda temas de salud pública. Así, está contemplada la posibilidad de acceso a la interrupción voluntaria del embarazo en caso de violación o riesgo para la madre. Esta posibilidad ha aumentado en los últimos años y ya hay cinco países donde el derecho al aborto está contemplado, solo con restricciones por el tiempo de embarazo. La adopción de medidas sanitarias y políticas han llevado a un descenso significativo de la mortalidad infantil (actualmente es 83 por cada 1.000 nacidos, la mitad que en 1990), así como a una caída en la mortalidad materna. 

La población africana es joven: 60% tiene menos de 25 años y 70%, menos de 30. Mientras hoy un 19% de los jóvenes del mundo está en África Subsahariana, para 2050 ese porcentaje se acercará a un tercio del total mundial. Con fuertes diferencias entre las regiones, y a pesar de la caída provocada por las infecciones por HIV entre 1990 y 2010, la esperanza de vida ha crecido. Desde comienzos de este siglo hasta nuestros días, pasó de 49 a 61 años en el África Subsahariana y de 66 a 72 años en la parte Norte del continente.  

Pero la población africana no solo es joven, también vive en ciudades. El crecimiento urbano es sostenido y se calcula que en poco tiempo más, en 2026, será un 50% de todos los habitantes del continente. Buena parte de esta población reside en grandes ciudades, como Lagos (Nigeria), Kinshasha (República Democrática del Congo) o Cairo (Egipto), cada una de las cuales ya supera los 10 millones de habitantes.  

Los nuevos retos

Con una población joven, urbana y con una mejoría económica (según el Banco Mundial, un tercio de la población africana es de clase media), hay nuevos desafíos. 

África se presenta como una protagonista de los próximos años. Desde el punto de vista económico, es un mercado en crecimiento, nada desdeñable. A nivel internacional, merece un lugar más destacado. El pasado 12 de agosto hubo una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU, a pedido del representante de Sierra Leona, en su calidad de miembro no permanente durante este año. La ONU fue creada en 1950 por 50 países, de los cuales solo cuatro eran africanos. Hoy día son 54, el grupo continental más numeroso de los casi 200 países que integran la organización. En esa sesión expusieron representantes de distintos países africanos. 

Aduciendo el lugar central que los temas de su continente tienen en el Consejo de Seguridad, ya sea por conflictos bélicos o por cuestiones humanitarias, y que esa subrepresentación es también un resultado del colonialismo, reclamaron que su voz debe ser tenida en cuenta y que por eso merecen, al menos, un asiento permanente en ese Consejo decisorio de la ONU. No hubo acuerdo en la forma en que tendría que darse esa representación, en especial si debería tener, o no, poder de veto. Pero la mayoría de los presentes, así como el secretario general, acompañaron la solicitud del único continente del mundo donde el crecimiento de la humanidad parece tener futuro. 

Lo subrayado interpolado es nuestro.

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