La potente demografía africana: juventud, mujeres y urbanización
Por Marisa
Pineau/Escritora, Filosofa y analista internacional/ADDHEE.ONG
Gentileza Dr. Roberto Savio
PROLEGOMENO:
“Los niños, nuestros hijos, el futuro de la humanidad: Nuestros hijo son la piedra en la que construirá nuestro futuro, nuestro mayor bien como nación. Serán los líderes de nuestro país, los creadores de nuestra riqueza nacional, los que cuidan y protegen a nuestro Pueblo”...
La humanidad dejaría de crecer en la segunda mitad de siglo,
pero África sigue otra ruta
De acuerdo con las nuevas proyecciones de la ONU sobre
población, presentadas en el informe “Perspectivas de la Población Mundial
2024”, la humanidad llegó a los 8.000 millones hace dos años. Y seguirá
creciendo en las próximas décadas hasta alcanzar su pico de 10.300 millones
hacia 2085, cuando, al contrario de lo que se esperaba hace una década atrás,
comenzaría a disminuir. Estas nuevas estimaciones de la Organización de las
Naciones Unidas llevan a una cifra de 10.200 millones a fines del siglo XXI.
Estos números pueden sorprender porque significan un gran
cambio en las tendencias demográficas que se manejaban hasta ahora. Los
factores aducidos son diversos y van desde la baja sostenida de la natalidad,
la extensión de la esperanza de vida hasta los procesos crecientes de
urbanización.
Sin embargo, hay un continente en donde encontramos otra
variable: África, que no sigue estas pautas. Con sus 1.400 millones de
habitantes en la actualidad y la previsión de 2.500 millones para 2050, África
asegura el crecimiento y la juventud de la humanidad para el futuro. Si estas
cifras se confirman, eso significaría que su población se habrá multiplicado
por 10 entre 1960 (año habitualmente tomado como fecha de finalización de la
colonización europea y de inicio de la vida de los estados independientes) y
mitad del siglo en curso. Esta es una cifra impactante, en la que la
región del África subsahariana desempeñará un lugar central, ya que su
población representará más de la mitad de crecimiento de la población mundial
entre 2019 y 2050.
Este panorama demográfico es particular y novedoso. Si nos
remontamos a la historia, la demografía africana es de pérdidas. No se puede
dejar de mencionar que el continente sufrió una terrible baja en su población
debido al comercio de personas esclavizadas. Por la trata atlántica, fueron no
menos de 12 millones de seres humanos transportados hacia América entre los
siglos XV y XIX. A esa enorme merma poblacional, hay que agregarle una cantidad
equivalente de jóvenes, mujeres y hombres traficados a través del Océano
Indico, el cuerno de África y Egipto hacia Asia durante un periodo más largo,
entre los siglos VII y XX.
En la etapa del colonialismo europeo desde fines del siglo
XIX hasta 1960 aproximadamente, hubo una caída importante de la población
debido al uso de nuevas tecnologías de la violencia ejercida por los poderes
extranjeros. Así, se calcula que, por ejemplo, en el Congo la población cayó un
tercio debido a las abusivas obligaciones impuestas para la extracción de
minerales y bienes agrícolas, así como la construcción de los ferrocarriles.
Sin embargo, es difícil especificar la dimensión de la baja por los avances
médicos y las vacunaciones que, por otro lado, llevaron al control de algunas
enfermedades. Los números son más fiables a partir de 1950, para cuando se
calculan unos 220 millones de habitantes. Para entender la dimensión de esta
novedad es necesario entender que en ese entonces la población africana
representaba un 9% de la población mundial, mientras que asciende a 17,5% en la
actualidad.
Las razones
¿Cómo se explica este aumento de la población? Una razón
importante es que la fertilidad de las mujeres africanas es alta. Con 4,72
hijos por mujer a nivel continental, pero de 5,1 en África Subsahariana, es la
tasa de fertilidad más alta del mundo. Las cuestiones relativas a los derechos
reproductivos de las mujeres han sido temas de discusión en el continente: por
un lado, están los reclamos de las mujeres, y por el lado de quienes se oponen,
aducen que es un tema impuesto por las agencias internacionales. De todos
modos, hay que mencionar que en 2003 se firmó el Protocolo de Maputo, en la
segunda cumbre de la Unión Africana (UA). Este documento, que es el que ha
logrado más ratificaciones nacionales de todos los adoptados por la UA, está
destinado a proteger los derechos de las mujeres. Además, de cuestiones de
participación política, económica y social, aborda temas de salud pública. Así,
está contemplada la posibilidad de acceso a la interrupción voluntaria del
embarazo en caso de violación o riesgo para la madre. Esta posibilidad ha
aumentado en los últimos años y ya hay cinco países donde el derecho al aborto
está contemplado, solo con restricciones por el tiempo de embarazo. La adopción
de medidas sanitarias y políticas han llevado a un descenso significativo de la
mortalidad infantil (actualmente es 83 por cada 1.000 nacidos, la mitad que en
1990), así como a una caída en la mortalidad materna.
La población africana es joven: 60% tiene menos de 25 años y
70%, menos de 30. Mientras hoy un 19% de los jóvenes del mundo está en África
Subsahariana, para 2050 ese porcentaje se acercará a un tercio del total
mundial. Con fuertes diferencias entre las regiones, y a pesar de la caída
provocada por las infecciones por HIV entre 1990 y 2010, la esperanza de vida
ha crecido. Desde comienzos de este siglo hasta nuestros días, pasó de 49 a 61
años en el África Subsahariana y de 66 a 72 años en la parte Norte del
continente.
Pero la población africana no solo es joven, también vive en
ciudades. El crecimiento urbano es sostenido y se calcula que en poco tiempo
más, en 2026, será un 50% de todos los habitantes del continente. Buena parte
de esta población reside en grandes ciudades, como Lagos (Nigeria), Kinshasha
(República Democrática del Congo) o Cairo (Egipto), cada una de las cuales ya
supera los 10 millones de habitantes.
Los nuevos retos
Con una población joven, urbana y con una mejoría económica
(según el Banco Mundial, un tercio de la población africana es de clase media),
hay nuevos desafíos.
África se presenta como una protagonista de los próximos
años. Desde el punto de vista económico, es un mercado en crecimiento, nada
desdeñable. A nivel internacional, merece un lugar más destacado. El pasado 12
de agosto hubo una sesión especial del Consejo de Seguridad de la ONU, a pedido
del representante de Sierra Leona, en su calidad de miembro no permanente
durante este año. La ONU fue creada en 1950 por 50 países, de los cuales solo
cuatro eran africanos. Hoy día son 54, el grupo continental más numeroso de los
casi 200 países que integran la organización. En esa sesión expusieron
representantes de distintos países africanos.
Aduciendo el lugar central que los temas de su continente
tienen en el Consejo de Seguridad, ya sea por conflictos bélicos o por
cuestiones humanitarias, y que esa subrepresentación es también un resultado
del colonialismo, reclamaron que su voz debe ser tenida en cuenta y que por eso
merecen, al menos, un asiento permanente en ese Consejo decisorio de la ONU. No
hubo acuerdo en la forma en que tendría que darse esa representación, en
especial si debería tener, o no, poder de veto. Pero la mayoría de los
presentes, así como el secretario general, acompañaron la solicitud del único
continente del mundo donde el crecimiento de la humanidad parece tener
futuro.
Lo subrayado
interpolado es nuestro.
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