martes, 15 de noviembre de 2022

Entrevista Lidia Casas: “El ex Fiscal Nacional tiene una gran responsabilidad sobre el poco avance de las investigaciones de las vulneraciones a DDHH tras la Rebelión Social del 18 de octubre del 2019”

 

 

Entrevista Lidia Casas: “El ex Fiscal Nacional tiene una gran responsabilidad sobre el poco avance de las investigaciones de las vulneraciones a DDHH tras la Rebelión Social del 18 de octubre del 2019

Ariel Flores/El Soberano

La directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales reflexiona, a tres años de la Rebelión Social, sobre el exceso de violencia por parte de los agentes del Estado, el rol de la administración Boric en temas de reparación, el proceso constituyente, entre otros temas.

Entre el 19 de octubre del 2019 al 30 de junio del 2022, el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) presentó 2.499 querellas. De estas denuncias Documenta, un proyecto de LaBot, analizó 1.288 de ellas. Entre los resultados, destaca que se identificaron un total de 1.538 personas que denunciaron violaciones a sus derechos humanos, 1.159 son hombres y 379 son mujeres.

A tres años de la Rebelión Social, poco ha sido el avance en condenas a los diferentes agentes del Estado que vulneraron los derechos humanos de múltiples chilenos y chilenas, entre los que hay gente con pérdida ocular y algunos que perdieron la vida.

Lidia Casas, licenciada en Ciencias Jurídicas de la Universidad Diego Portales y Directora del Centro de Derechos Humanos de la misma universidad, en conversación con El Soberano, reflexiona sobre todo lo que ha ocurrido desde el Estallido social, haciendo hincapié en las falencias del sistema chileno en temas de reparación y Derechos Humanos

De manera general, ¿Cuáles son las primeras reflexiones a tres años de la Rebelión Social respecto a las violaciones de derechos humanos realizadas por agentes del Estado?

La Rebelión Social abrió una Caja de Pandora, en el sentido de que uno sabía más o menos lo que podía ver en esa caja de Pandora, pero cuando se abrió aparecieron todos los monstruos del pasado. Unos patrones de conducta que uno podía decir, de Arica a Magallanes, que quizás no habíamos avanzado, tanto las policías como las fuerzas del orden, utilizaban la fuerza en contextos de protesta social. Si bien, hubo distintos momentos en que uno advertía el uso masivo de la fuerza en forma brutal, pero nunca el uso de violencia había sido así, fue demasiado y a lo largo del territorio nacional.

Por eso hablo del monstruo que aparece y ese monstruo tiene distintas implicancias: un número importante de personas lesionadas con pérdidas oculares y que a los 3 años en materia de reparación frente a esas víctimas hoy día estamos en una situación realmente compleja.

Desde el punto de vista de las víctimas, ¿El Estado está en deuda con ellas?

Yo creo que sí, primero porque algunas de ellas han tenido que demandar civilmente al Estado, para poder establecer las responsabilidades que tiene y las indemnizaciones que deben ser pagadas. El ejemplo prototípico, que las personas les viene a la mente, es el de la Senadora Fabiola Campillai Rojas, sin embargo, es una de innumerables víctimas de pérdida ocular. Hoy en día las víctimas están realizando diversas acciones de carácter individual, algunas más colectivas, para poder resarcirse por los daños experimentados. 

El ministro de Justicia en diciembre del 2019, en una reunión con varias personas del mundo de los derechos humanos, ya había adelantado esta idea de una pensión de gracia. Una pensión de gracia no constituye, en sí misma, ninguna forma de reparación, por lo tanto el Estado tiene que avanzar en esa línea.

¿A que tiene que aspirar Chile respecto a la reparación con las víctimas de las violaciones a sus derechos humanos?

Chile tiene que buscar una reparación integral y eso lo voy a unir con el concepto mismo de Justicia. El poder desarrollar un juicio en que pueda determinarse la responsabilidad de aquellos que participaron en esos actos está extremadamente al debe. De casi 8.600 acciones en contra de agentes del Estado, solamente hemos avanzado en 128 causas, eso es nada. 

Hemos pasado por un largo proceso de Justicia transicional con violaciones a los derechos humanos en época de dictadura y hoy día bajo un contexto distinto de democracia, con instituciones mucho más fuertes, con muchas más personas comprometidas, hoy día vemos como la posibilidad de Justicia frente a la violencia desarrollada por agentes del Estado se esfuma.

Esto no quiere decir que todas las instituciones participen de una forma ocultando o no haciendo, sino que bajo las condiciones en que eso se dio, la negligencia, el dejar pasar el tiempo y la participación directa, puedo decir yo, de los propios altos mandos, o de las otras fuerzas policiales, en entregar evidencias, hace que cualquier investigación penal sea muy difícil. Cuando el tiempo transcurre, ya no va a haber filmación, ya nadie se va a acordar de nada, e incluso algunas víctimas ya no desean seguir adelante. 

La desesperanza aprendida y la poca fe en el sistema de Justicia

"Nos encontramos en un contexto donde aparece una desesperanza aprendida, hay poca fe en el sistema de Justicia y en este contexto mucho más sistémico del funcionamiento hace que uno diga aquí se produjo la impunidad y eso nos deja muy mal parados", añade Lidia Casas.

"Sin embargo, hay también un imaginario social donde si yo pongo una persona que es infractora de ley, eso de inmediato va a significar condena, cuando no es así. A pesar de eso, como Estado tengo que establecer la responsabilidad y la culpabilidad individual de esa persona respecto a este hecho. Pero en una situación, como es la Rebelión Social, la tan ínfima cantidad personas y agentes eventualmente condenados lo hace complejo, porque en un marco de una protesta social de tal envergadura, la sensación que se produce es un descontento popular a todas luces". 

La investigación de LaBot sobre los casos de vulneraciones a los derechos humanos en el contexto del estallido social en Chile.

"Finalmente, cuando un grupo que representa el poder del Estado nuevamente queda impune y no solamente sufro una injusticia sistémica, por un sistema que me oprime, me discrimina, me excluye, sino que además cuando me violenta, en la forma más brutal, tampoco tengo justicia. Eso deja no solamente un sabor amargo, sino con una sensación de que el Estado es incapaz, desde ese punto de vista nosotros no estamos siendo un buen ejemplo de cómo seguir adelante", señala la directora del Centro de Derechos Humanos de la Universidad Diego Portales. 

¿Qué está fallando en el sistema para que aún no se le entregue una respuesta clara a las víctimas por parte de la Justicia chilena?

Uno de los problemas importantes tiene que ver con el rol de las policías por efecto de entregar evidencias. Esas investigaciones las debes hacer con un ente externo, porque Carabineros está involucrado en los hechos. Se tienen que hacer con la PDI, pero solo tienen una unidad de Derechos Humanos para todo Chile, lo que es insuficiente.

A medida que esto fue avanzando no tenemos registro fílmico para condenar al carabinero que disparó y dejó con pérdida ocular a alguien, pero él no actuaba solo. Ante esto, y lo hemos dicho desde el principio de la Rebelión Social, uno tiene que mirar en forma estructural y cómo los altos mandos deben responder por aquello que se hizo y que no se hizo. Ahí hay un rol fundamental respecto de la responsabilidad: no solamente es del que está bajo, el que ejecuta; sino que es también de quien ordena. Esa es una línea que tiene que avanzar con mucha fuerza al interior del Ministerio Público. 

Nosotros hemos sostenido en nuestros informes anuales, del 2020 en adelante de forma ininterrumpida, que quien tiene una gran responsabilidad por lo que fue pasando fue el ex fiscal nacional, Jorge Abbott. Sus instructivos y sus indicaciones de realizar una revisión de protocolos para hacer frente a las causas de la Rebelión Social llegaron 18 meses después de ocurridos los hechos.

Tras esas primeras instrucciones realizadas por la Fiscalía Nacional, todo queda a la discreción de las fiscalías regionales que van llevando la investigación de estos 8593 casos, la mayoría de los cuales aún están sin hay respuesta.

Hay una responsabilidad importante del Ministerio Público en entender como una labor principal la protección de Derechos Humanos. Con eso no quiero decir que fiscales y personas al interior de la institución no estuvieran comprometidos con los casos, pero hablo de que exista una política institucional que diga relación con actuar de forma oportuna. Perdimos mucho tiempo.

¿Hubo violaciones sistemáticas a los derechos humanos durante la Rebelión Social?

En algún punto nosotros como centro también estuvimos y dijimos aquí no hay una sistematicidad, como para entender de que todo el aparato del Estado está organizado y tiene instrucciones de hacer todo en conjunto, porque eso no fue así. Lo que se advirtió eran patrones claros de conductas de agentes del Estado, pero no a partir de una conducción, de que esto es lo que habría que hacer. 

Creo que aquí lo que se produjo, y ese es el monstruo al que yo me refiero, es que esto aparece con toda la fuerza de lo que pasó en dictadura, donde sí tenías instrucciones concretas. Aquí es como que el monstruo que llevamos dentro se desata y sale. No hay instrucción para que desnuden a las mujeres, el desnudamiento se produce, a mi juicio, por algo que institucional y culturalmente hace que esa sea una práctica.

El rechazo a la propuesta de Constitución en un Chile poco dialogante

Si se hubiera aprobado el proyecto de nueva Constitución, ¿Esto sería diferente?

No, porque la Constitución de base es completamente distinta, un proyecto de Constitución no puede mirar los delitos hacia atrás. Aquí hay normas que son muy importantes, desde el punto de vista del derecho internacional de los derechos humanos. A las personas se las imputa y se las somete a juicio por las leyes en el minuto en que éstas fueron ejecutadas.

Distinto es, que también es un principio del derecho penal, que yo puedo aminorar penas, yo puedo hacer que una conducta ya no sea punible, ya no sea constitutiva de delito. Es decir, si estoy preso por X delito y pasado mañana se hizo una ley en la que ya no será constitutivo de delito, aquellas personas que estuvieran privadas de libertad o imputadas por esos delitos ya no irán a juicio. Pero si yo cambio las condiciones en una ley futura, no puedo hacer que las peores condiciones que yo pongo en esta ley puedan ser luego utilizadas para juzgar a aquellos que ya habían cometido esos delitos. Eso no iba a pasar.

El gobierno de Gabriel Boric se ha mostrado cercano a las víctimas de la violencia policial, ¿Se podrá avanzar en la reparación y defensa a los derechos humanos durante su gestión?

Yo creo que la actual administración está completamente comprometida con procesos de reparación a víctimas de este proceso, a mí eso no me cabe ninguna duda. El gobierno puede avanzar, desde el punto de vista de lo que yo voy a llamar, administrativo, o sea, al interior del gobierno. Esto quiere decir cómo gestiona, cómo organiza, cómo piensa su política de reparación. Sin embargo, una política de reparación más robusta va a significar que se dicten leyes. Y ahí puede encontrarse con una derecha dura recalcitrante, que no va a estar dispuesta a ceder ni un solo voto en materia de reparación.

Hoy presentamos la Agenda Integral de verdad, justicia y reparación, para las violaciones a los Derechos Humanos cometidas durante la Rebelión Social.

¿Quieres saber más? Conoce los principales ejes de la Agenda Integral de #JusticiaYReparación acá pic.twitter.com/zOtVqygecd

— Ministerio de Justicia y Derechos Humanos (@MinjuDDHH) May 24, 2022

En el pasado vimos, incluso para violaciones de los derechos humanos bajo la dictadura, a sectores muy reticentes frente a todas las políticas y las leyes de reparación. Hoy día es un momento político mucho más complejo al interior del Congreso, en donde el gobierno tiene que hacer un trabajo inteligente con múltiples bancadas. Habrá algunas bancadas que quieran todo y habrá bancadas que quieran nada, por lo tanto, hay un sector al medio que no es de gobierno, y es el Ejecutivo quien tiene que hacer un trabajo fino de tratar de mostrar, explicar y persuadir.

Estamos en un modelo en que no solamente no puedo tener todo, sino que tengo que convencer a aquellos que no quieren nada y eso significa también advertir las complejidades políticas a las que se enfrenta Chile hoy en día.

Después del estallido social el Instituto Nacional de Derechos Humanos se vió muy afectado y entró en una crisis durante la gestión de Sergio Micco, ¿Cómo está esta institución a tres años de la Rebelión Social?

La crisis del INDH, simplemente se acentuó con la Rebelión Social La crisis venía desde antes de que asumiera Sergio Micco la dirección. Allí convivieron siempre distintas almas, distintas visiones sobre la protección a los derechos humanos y Micco trató de jugar un rol, de alguna manera, que pudiera mantener una cierta línea de conducción. Él fue muy enfático en rechazar las violaciones a los derechos humanos, él siempre lo dijo, pero no necesariamente como algunos miembros de sus equipos querrían que él lo hubiera dicho. Si alguien quería decir que eran sistemáticos, Micco no estaba de acuerdo con eso.

El INDH queda debilitado, pero no solamente por Micco, sino porque las crisis internas de la manera en que se conforma esa institución le han hecho ese quiebre. Con Micco la cosa se rebalsa y toca fondo por múltiples lados. Consuelo Contreras tiene una gran tarea por delante, eso significa rearmar equipos, significa rearmar una remozada imagen y proyectar esa imagen y ese trabajo hacia el resto de la ciudadanía. 

A mí me dio mucha pena cuando manifestantes golpeaban a los equipos del INDH, porque los manifestantes tampoco entendían el rol que cumplía el INDH. Lo mismo con aquellos que ocuparon el INDH durante un largo proceso, porque ahí estaban los archivos históricos, había mucho que cuidar ahí. Esto no es como una cuestión solamente interna de quién dirige, sino que también una colectividad en su conjunto, pero tiene que ver con los momentos políticos que Chile vive de altísima polarización. Yo puedo estar muy en desacuerdo con Sergio Micco, pero no lo veo como un cómplice de delitos de lesa humanidad como lo están levantando.

¿Cómo proyectas el futuro inmediato de nuestro país?

Se ve un momento extremadamente difícil, porque aquellos que dijeron que siempre estuvieron abiertos para cambiar si había un rechazo (a la propuesta de nueva Constitución), con el porcentaje de rechazo que se produjo se retiraron. Ahora dicen, yo nunca quise decir lo que dije. Entonces, ese 62% les dio un nivel de legitimidad como para decir “aquí no hay que hacer nada”.

El grupo de estos "patriotas" que aparecen sí me da mucho miedo. Son de una derecha estilo Bolsonaro, una derecha de grupos que son muy anti todo. Que viniendo seguramente de sectores populares muchos de ellos, tienen una mirada completamente anti-cambio socio político, cultural y económico. Es como una derecha popular marginal que gana espacio en el proceso que hoy día estamos viviendo. No veo esa capacidad de diálogo, de conversación más fluida entre aquellos sectores que pudieran estar, verdaderamente, caminando hacia un proceso de cambiar la Constitución del 80, de ir por un nuevo proceso.

Cuando dieron los resultados dije, bueno ya vendrá otra cosa, ya se levantará ese proceso, esto no se puede parar. Pero la forma en que se han ido dando en esta semana, a casi mes y medio, lo veo cada vez más difícil y eso me aterra. Un discurso duro y muy reaccionario y en un ambiente, insisto, polarizado, de violencia y muy poco dialogante entre todos nosotros.

 

Lo subrayado e interpolado es nuestro.

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“A los valerosos jóvenes estudiantes secundarios y universitarios Chilenos y Mapuches, que se niegan a sobrevivir de rodillas, que luchan por darle sentido a sus vidas cambiando el criminal, perverso, inhumano e inmoral sistema capitalista salvaje”. Les reiteramos que “Solo merecen la libertad y la vida quienes cada día las conquistan”.

Estos jóvenes futuro de Chile nos pidieron publicar esta entrevista. Por respeto y admiración que sentimos por ellos, aun que tarde la publicaremos. Compartimos y apoyamos con ellos entre otros aspectos de su lucha, que termino con el ninguneo del régimen cesarista piñerista que denomino “Estallido” a la Rebelión Social de octubre 2019 y la clase politicastra la denomino “Revuelta”.

Con respecto a las violaciones de los Derechos Humanos en los Pueblos Chilenos y Mapuche, el régimen cesarista piñerista que imponen los herederos de la dictadura cívico militar la oligarquía empresarial, financiera, bancaria agiotista, agrícola monopolista y su régimen testaferro de la clase burguesa politicastra castrense corrupta, no esperamos nada, porque “Quien ha atropellado, conculcado la dignidad y los derechos del Ser Humano no tiene autoridad moral para hablar en su nombre”.

Con la Justicia en la medida de lo posible miles de ciudadanos chilenos y mapuches, víctimas de la represión, la tortura, etc., han muerto esperando, verdad, justicia y reparación digna.

Compartimos plenamente con ustedes jóvenes estudiantes secundario y universitarios, que la nación lo alcanza su plena conciencia de sí misma ni puede dar a sus ciudadanos y extranjeros una imagen de su ser, sino por medio de una educación publica, formadora/libertaria de calidad y gratuita.

Cuando los intereses venales se sobreponen al ideal de los espíritus honestos, cultos, que constituyen el alma de una nación el sentimiento nacional degenera y se corrompe, la patria desaparece. La seudo patria es explotada, depredad y saqueada como una satrapía.

Con esperanza y memoria que el Movimiento Social, Popular Revolucionario Chileno Mapuche, traicionado, volverá a despertar se para construir la gran Nación Plurinacional  de hermanos con iguales deberes y derechos.

Prof. Moreno Peralta/IWA.

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

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