China: “el muerto que ustedes mataron goza de buena salud”.
Pero si a mí me preguntaran que fue lo más resaltante
de este acontecimiento, no tendría duda en afirmar que la magna cita del
partido comunista de China tuvo una afanada orientación hacia el
fortalecimiento interno de la organización para que pueda jugar su rol de
conductora de la sociedad china en su camino al socialismo.
En ese marco, me parece necesario destacar el fuerte
contenido ideológico de los debates de este Congreso en el que, dando
continuidad a discusiones sostenidas en el pasado y en anteriores eventos
similares, se ha hecho una sólida reivindicación del marxismo-leninismo como
parte del soporte fundamental que ha permitido al partido Comunista de China…”dominar integralmente la gran
lucha, la gran obra, la gran causa y el gran sueño …” que “…ha dado cima a la
tarea histórica de la culminación de la construcción integral de una sociedad
modestamente acomodada y el consiguiente cumplimiento del objetivo de lucha
establecido para el primer centenario [año 2021], y ha emprendido la nueva
expedición de la construcción integral de un país socialista moderno rumbo al
objetivo de lucha fijado para el segundo” [2049].
Según
los documentos debatidos en el Congreso, el lugar que ocupa el partido
comunista de China en este momento, se entiende como un proceso continuo sustentado
en los 5.000 años de existencia de la civilización china, los casi 170 años
desde el fin de la ocupación extranjera, los poco más 100 años desde la
fundación del PCCh, los 73 años desde que fue creada la República Popular China
y los 44 desde la implementación de la política de reforma y apertura.
Con
esta última decisión, también dio inicio a la construcción del socialismo con
peculiaridades chinas que es considerado como parte de la evolución del
socialismo en el mundo. Tras el enunciado del socialismo científico por parte
de Marx y Engels hace 170 años y su fusión con el movimiento obrero que
posibilitó el triunfo de la Revolución de Octubre en Rusia en 1917, otras
naciones de Europa y Asia, entre ellas China ( al finalizar la segunda guerra
mundial) emprendieron también la construcción del socialismo, creándose el
campo socialista que se aglutinó con las luchas antiimperialistas y
anticolonialistas del siglo XX para lograr un equilibrio general en el mundo.
Pero
tras la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista en la última
década del siglo pasado, muchos países del sur se vieron obligados a seguir el
modelo político y económico occidental capitalista, lo cual significó
una gran derrota para el socialismo.
Sin
embargo, se debe entender que tal como dijo Lenin al referirse a la epopeya de
octubre de 1917 cuando se conmemoraba su cuarto aniversario: “… la primera
victoria no es la victoria final. Apenas se ha comenzado”. China ha comprendido
que no importa cuándo, en qué fecha y en qué hora los proletarios completarán
ese proceso, pero existe plena certeza de que llegarán victoriosos a la última
etapa.
En este
momento, cada vez más, el modelo chino se ve con admiración por muchos países
del sur, toda vez que el socialismo con peculiaridades chinas es una bandera de
desarrollo del socialismo científico en el siglo XXI. China se ha propuesto un
plan de revitalización de su socialismo por lo que el PCCh ha asumido la
responsabilidad y tiene la confianza y la capacidad para contribuir al
desarrollo del socialismo científico.
Para
ello, es necesario mantenerse fiel a las aspiraciones que dieron origen al
Partido así como a la misión fundacional de éste. En su discurso, Xi Jinping ha
sentenciado que: “Somos comunistas y revolucionarios, por lo tanto no debemos
perder nuestro espíritu revolucionario”.
El PCCh
ha refutado aquellas opiniones que dicen que ha pasado de ser un partido
revolucionario a transformarse en un partido gobernante. En este sentido Xi
Jinping ha dicho que la continuidad de la lucha ha llevado al Partido a la conducción
del pueblo chino en la guerra revolucionaria,
en la construcción de la primera etapa del socialismo y en la política
de reforma y apertura. Y en este proceso ha pasado de ser un partido que dirigió
al pueblo a la toma del poder a ser un partido que dirige el pueblo a ostentar
el poder y a gobernar permanentemente. Es, en definitiva, un partido gobernante
marxista, al mismo tiempo que un partido revolucionario marxista.
El XX
Congreso del PCCh ha destacado que el marxismo “es el pensamiento guía
fundamental en el que se sustentan nuestro Partido y nuestro país y [el] que
los vigoriza. La práctica nos ha indicado que la razón de que sea competente el
PCCh y bueno el socialismo con peculiaridades chinas es, en último análisis,
que el marxismo es válido y lo es el marxismo chinizado y adaptado a nuestros
tiempos”.
En este
sentido, el magno evento partidista ha llegado a la conclusión de que ante las
diferentes vicisitudes y dificultades que atraviesa el mundo en esta época, China
sólo podrá responder exitosamente si se preserva “el vigor exuberante y la
vitalidad pujante del marxismo” integrado a la realidad concreta de China y su
cultura, bajo las visiones del materialismo dialéctico y del materialismo
histórico.
Para
lograr este objetivo es necesaria la incesante promoción “de la innovación
teórica basada en la práctica” que demanda en primera instancia “comprender
correctamente la concepción del mundo y la metodología propias del pensamiento
de Xi Jinping sobre el socialismo con peculiaridades chinas de la nueva era”.
Así mismo, se deberán preservar los principios fundamentales y sostener una
mirada sistémica aceptando el carácter multiverso del planeta a fin de abrirse
a un mundo más amplio sobre la base de la “chinización del marxismo y a su adaptación a
nuestros tiempos”.
Estas
definiciones son de suma importancia porque, sin regresar a la guerra fría,
colocan la lucha ideológica en el centro de la confrontación estratégica
mundial. Las luchas del futuro, en particular las que ha desatado Estados
Unidos contra China deberán encararse obligatoriamente en un marco de
enfrentamiento sistémico entre modelos de desarrollo que emergen de propuestas
ideológicas antagónicas.
A pesar
de que Occidente canto loas a la muerte del socialismo tras la desaparición de
la Unión Soviética anunciando que la “historia había terminado”, la República
Popular China, su partido y su pueblo, en este Congreso, han hecho patente que
el “muerto que ustedes mataron, goza de buena salud” recordando aquella famosa
frase de la traducción al español de la comedia francesa El Mentiroso, escrita por Pierre Corneille.
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