martes, 21 de noviembre de 2017

LA VIDA PÚBLICA Y LA VIDA PRIVADA.



LA VIDA PÚBLICA Y LA VIDA PRIVADA.
Parafraseando al maestro libertador José Martí Pérez, en la maldita sociedad del capitalismo salvaje globalizado, hay dos tipos de políticos: Los honestos- los menos-, consecuentes que van con la verdad por delante que luchan por sus ideales y contra las injusticias y la impunidad, y los politicastros cuya política bajuna tiene por objeto cambiar algunas formas de la sociedad e ignorar las condiciones de injusticia social que padecen la mayoría marginal. Ésta política bajuna, bajo el nombre de libertad, nos presentan una pseudo libertad que es controlada/ manipulada  por lo más reaccionario / autoritario de la clase oligárquica, empresarial, farisea sofofa. Testaferra de ella, la clase politicastra/ burguesa, corrupta, rastrera, pragmática contemporizadora, especialista en todo tipo de felonías y traiciones. En el marco de su política bajuna se burlan de los marginados en cada elección. Aquí el decoro calla, y la corrupción y la impunidad encallan. Antes del infausto golpe del Estado del 11 de Septiembre de 1973, el político se debía a la comunidad- había algunas ovejas negras- desempeñaba sus funciones en los estamentos del Estado de Derecho con rectitud, sobriamente. La moral era una sola y la casa del político era de cristal. La vida privada del político era el fundamento de su vida pública. En el Chile de la oligarquía empresarial, farisea, sofofa y de sus testaferras clases politicastras y taifa castrense, corruptas – “ésta última la reserva moral de la sofofa”-, impuso una doble moral enajenante, agresiva, inquisidora, que los miserables oligarcas mercachifles sofofos esgrimen y los cobardes rastreros burgueses de clase media temen. A través de los medios mediáticos mercuriales de (in) comunicación capitalista salvaje globalizado impusieron dos tipos de vida: una privada y otra pública. Para el presidente de Chile, Dr. Salvador Allende Gossens La vida privada no es sino la parte fundamental de la vida pública”.

No hay dos vidas, como no hay dos morales. La vida privada no es una vida secreta, aunque puede ser invisible- la dictadura fascista cívica militar y los régimen cesaristas, concertacionistas / nueva mayoría en el marco de su política bajuna del saqueo/ latrocinios de las arcas fiscales,  corrupción y la impunidad impusieron decretos leyes y leyes secretas para ocultar sus latrocinios, pillajes, rapiña, etc: Hijos de Bizancio, sólo tienen derecho a una vida pública digna, quienes comienzan por tener una digna vida privada. Los políticos son personas – mujer u hombre-, como los demás, con sus grandezas y sus miserias, sus defectos y sus virtudes. Se dedican generalmente con pasión a una actividad relacionada con el interés general de las gentes  pero esto no determina que deban elevarse por encima de la condición humana ni deba exigírsele esto tampoco: Sería una presunción ridícula: “Humano, demasiado humano”, como lo afirmara el genial Prof. Frederich Nietzche.
Yo soy de opinión, que un político es una persona nada más y nada menos que eso, con todas sus implicaciones.
Entre los políticos, lo mismo que entre los militares, los médicos, los profesores, periodistas, etc, los hay buenos y los hay muy malos, con todos los matices intermedios. La diferencia estriba en que un error cometido por quien despliega una actividad particular, no es conocido generalmente fuera del círculo familiar. Por el contrario, cuando se equivoca o comete un ilícito quien hace vida pública provoca un escándalo en el país.
En el Chile exitista y autocomplaciente todo seguirá siento igual: corrupción, saqueos, latrocinios, impunidad, mientras la mentalidad social no se purgue de residuos cavernarios/ autoritarios/ delictivos, impuestos a través de la constitución / artilugio 1980, la indigencia educacional, etc. por la dictadura fascista cívico militar. No se podrá arraigar una nueva forma de pensar con las ideas políticas, moralmente sanas. Los ciclos de la historia – la que hacen los pueblos libres, dignos-, son para éstos como los cambios de estación para los árboles: Conviene podar las ramas secas para que rompa la gemación con más pujanza, pero, para esto, en Chile es condición sine qua non darse una nueva constitución sancionada soberanamente por el pueblo y terminar con todos los amarres impuestos por la dictadura fascista cívico militar.



La inmensa mayoría de la ciudadanía chilena se expresa mayoritariamente en forma despectiva de la clase politicastra, burguesía/ clase media, pragmática contemporizadora, por la corrupción y la impunidad reinante en el país de la Arcadia de la alegría de la sofofa. Ésta es dueña de los medios mediáticos mercuriales  de (in) comunicación  globalizados: Rasgan  sus vestiduras, machacan con que  la democracia como sistema político y como estilo de vida no puede ser atacada con tanto encono, inquina, etc. Pero no aclaran de que “democracia se trata”. Desde luego que no es la democracia del “Gobierno del Pueblo por y para el Pueblo”.   La verdadera política es el arte de gobernar para y por el pueblo con el fin de mantener la soberanía, la tranquilidad, la seguridad y el orden público y las buenas costumbres. Implica un concepto de máxima jerarquía en la escala social. Pero a partir del Orwelliano 11 de septiembre de 1973, el saqueo / latrocinio, de las arcas fiscales, la corrupción, la impunidad en el marco de la Constitución/ Artilugio/1980, ha distorsionado el sentido original y la mayoría de las gentes entienden por política, la política bajuna que son solo las artimañas de los politicastros que medran con fines inconfesables.  Éste ensayo trajo a mi mejoría la experiencia del admirado Prof. Rector de la Universidad de Salamanca Miguel de Unamuno y Jugo. En su exilio en la Isla de Fuerteventura, con frecuencia advertía a las gentes, “yo no soy político”, -no pertenecía a ningún partido-, diferenciándose de alguna acusación tácita de corrupción. Yo no creo que exista el individuo políticamente neutral o apolítico. El segundo, es una forma de hacer política, la más funesta. El individuo neutral es un oportunista siempre dispuesto a venderse al mejor postor. Ambos politicastros execrables se dedican a una profesión vitanda, se jactan de su indiferencia respecto a la política. Lo primero que debe tener un ciudadano es civismo: No puede tener  Patria, sin verdadera democracia. Pero para esto, la política debe volver a hacer el arte de proteger la soberanía que reside en el pueblo. De proclamar la paz y la grandeza de la patria: Más no el vil arte de amasar fortuna a expensas de ella, como lo hace a partir del 11 de septiembre de 1973 en la Arcadia de la alegría de la sofofa, la taifa de mercachifles apátrida al servicio del capital buitre foráneo.
Se puede entender que el ciudadano se defina como independiente, en relación con las distintas ideologías y los partidos que las representan. Pero no es legítimo que no se preocupe por los problemas que afectan a todo un pueblo, ya que entonces esa independencia, sería solo una máscara de una culpable indiferencia, que no es lo mismo. Por deducción lógica, hay que estar alerta de los presuntos independientes, generalmente no dependen de un partido, porque dependen de sus intereses personales mezquinamente particulares, los cuales afectan generalmente el bienestar de la mayoría.
Como colofón, el verdadero ciudadano no es de ninguna manera un apolítico, un neutral, palabrejas éstas de uso bastante corriente en la Arcadia de la alegría,  con un objetivo no menos confuso / turbio  porque apolítico neutral es el individuo que constituye la negación diametral del ser político, como lo concibió el maestro Aristóteles: El ciudadano consciente en general, como “animal racional político” no necesita estar afiliado a un partido político, le basta saber cómo los gobernantes conducen la nación. Parafraseando al maestro libertador José Martí Pérez, criticando cuando han sumido al país en la corrupción y la impunidad y exigir un cambio de fondo, porque el silencio por acción u omisión lo convierte en un mal ciudadano, cómplice de ésta política bajuna.



A la patria no se le debe servir por el beneficio que se pueda sacar de ella, en sus negocios o de cualquier otro interés, Sino por el placer desinteresado de serle útil. La firmeza de un pueblo digno,  es la única propiedad plena del ciudadano (a). No hay persona digna, sin patria, ni patria sin libertad, sin democracia, ni  justicia. La Nación empieza en la Justicia Plena. “El Derecho/ciencia, es la regla de la vida para la asociación de lo justo”. De esto se desprende que lo propio de la justicia /necesidad social, es devolverle a cada uno lo suyo.
“El que aspira a ser águila debe mirar lejos y volar alto. El que se resigna a arrastrarse como un  gusano renuncia al derecho de protestar si lo aplastan, y  finalmente a ser, ser  humano”…
“Sólo son dignos de la vida y la libertad, quienes cada día las conquistan”. Dr. W. Goethe.
Con esperanza y memoria.

Prof. Galvarino Jaramillo Pflucker
Vicepresidente ADDHEE.ONG


Prof. Moreno Peralta / IWA

Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG 

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