Se encuentra próxima la llegada
del Papa a Chile, lo que naturalmente ocasiona en el pueblo una sensación de
ansiedad y alegría, cosa lógica ya que, para nosotros los católicos, es el
sucesor de Pedro, en el cual Jesús fundó nuestra iglesia.
Sabido es que la última venida de un pontífice fue ya hace algunos años
cuando “reinaba en Chile el dictador Augusto Pinochet Ugarte”, puesto en el
poder por dirigentes políticos autodenominados “cristianos” como Eduardo Frei
Montalva y su seguro servidor Patricio Alwyn Azocar, los que fueron piezas fundamentales y determinantes para que
los militares dieran el golpe de Estado, con todos su horrores, con todos sus
crímenes, en suma afloró en ellos algo oculto y no esperado en un
cristiano: El fascismo, que es una de las más bajas expresiones de la conducta humana, que su
perversidad no se detiene ante nada,
enemigo acérrimo de los grandes valores de la Humanidad, que no se detuvo ni
siquiera ante un Premio Nobel de Literatura como lo es Pablo Neruda, figura que
pertenece al patrimonio cultural de toda la humanidad . Aún así, fue asesinado.
A la conspiración golpista se
sumaron otras figuras políticas pertenecientes a partidos claramente sediciosos,
pero que no contaban con la total simpatía de los militares.Fueron estos“cristianos” los que
tienen quizás la mayor responsabilidad en el desencadenamiento del horror en Chile ya que si no hubieren
propiciado el golpe, el ejército no lo habría dado.
Dentro de este contexto llegó Juan Pablo Segundo al país y sin vacilación de tipo alguno fue a visitar
al dictador Pinochet en el Palacio de La Moneda, saliendo al balcón y
retratándose con el más cruel de los dictadores, comparándose cualitativamente
con Hitler.Gran decepción produjo su visita al país ya que quedó la clara
sensación que el dictador había salido fortalecido
con la venida del Pontífice.Y que el pueblo de Chile había sido ignorado en sus
peticiones de apoyo, de ayuda, de socorro frente al terror que lo invadía por la crueldad
y los crímenes del dictador, y con la complicidad de los dueños del poder
económico la sofofa, que en absoluto
fueron ajenos al genocidio de los chilenos, los que después alegarían
desconocimiento de lo que ocurría en el país. Era claro que, aunque se diga que
no, que el pontífice obedecía a la línea política de los sectores más
conservadores de Chile,o sea a los más poderosos. Y para sellar su voluntad conservadora
continuó tomando medidas para que el clero chileno terminara encerrado en las iglesias, asentando
un gran golpe a la labor evangelizadora del Cardenal Raúl Silva Henríquez y del
sacerdocio, inspirados en el Concilio Vaticano Segundo y que por ello habían salido de los templos para vivir
encarnadamente el evangelio entre los pobres y explotados.
Recordando en primer término, al cardenal Raúl Cardenal Silva Henríquez,
cabe decir que siempre estuvo muy
cercano a sus ovejas, y como buen pastor, iba delante de ellas guiándolas y
defendiéndolas. Consecuente con esto, y al comprobar el salvajismo y crueldad
del régimen cívico militar, creó el Comité Pro Paz y más adelante la Vicaría de
la Solidaridad para defender a los perseguidos, iniciativa que salvó miles de
vidas. Su gestión como cardenal, como sacerdote, como pastor sin miedo ni
tibiezas defendiendo sus ovejas, lo ha hecho un ser humano santo y es un deber
de la jerarquía del clero el postular su beatificación y posteriormente
elevarlo a los altares.
La fidelidad con el evangelio llevó a otros sacerdotes
al martirio, y así cabe recordar a los que fueron asesinados por los militares con la complicidad de los
dueños del poder económico,algunos de
comunión diaria y de rosario en mano, como lo fue Jaime Guzmán Errázuriz,
ideólogo del Opus Dei y así dieron muerte a
Miguel Woowar Iribarri; Antonio
Llidó ; Juan Alsina ; Andrés Jarlán Poursel;
Gerardo Poblete; Omar Venturelli ; Leonel Leoneli ; Esteban Marié Pesle Demenil.
Y ahí están estos religiosos completamente olvidados.Parece no ser bueno
difundir sus sacrificios. Como colofón, acentúo que “¡perdonar es cristiano,
olvidar no!”
Penoso es decir también que muchos de los sacerdotes que se
comprometieron en la defensa de los
derechos humanos fueron perseguidos no solo por la dictadura sino que también por los sectores reaccionarios del
clero, siendo el cardenal Fresno, conocido por el pueblo como monseñor Freno, el que estaba al frente de la Iglesia, y él no fue ajeno a esta persecución. Cabe decir
que ante el asesinato del padre Andrés Jarlán se interpuso una querella contra
los autores del crimen, pero Fresno ordenó desistirse de ella. Y que igualmente,
junto con Onofre Jarpa, fueron los que pusieron fin a las protestas del pueblo,
salvando de ese modo al dictador, siendo esto también el nacimiento de lo que
se llamó Concertación, o la nueva derecha, la misma que traicionó al pueblo de
Chile, al Presidente Salvador
Allende Gossens y a todos
los caídos, entre estos en muchos casos, a sus propios parientes.
Volviendo a la época del Cardenal Raúl Silva Henríquez
es muy sabido que en esos tiempos nuestra Iglesia creció mucho, las vocaciones sacerdotales se
multiplicaron, consecuencia directa de haberse la Iglesia alineadocon los
pobres y perseguidos, con los predilectos de Jesús. Puede decirse que esta fue
una época de esplendor de nuestra Iglesia.
El Papa Juan
Pablo II en Chile:
Pero
la obra de Juan Pablo Segundo continuó y el resultado final hasta el día de hoy
se concreta en una iglesia recluida en
los templos físicos, en medio de canto
gregoriano e incienso, en una iglesia silenciosa,callada frente a la realidad
de una sociedad carentes de valores, donde los ideales consisten en tener
dinero a cualquier precio, donde la corrupción ha infectado los círculos del
poder, donde se niega nuestra fe, donde la cobardía moral y la inconsecuencia
invade nuestra realidad, donde contamos con una jerarquía eclesial tibia, que
no se compromete, que calla y no denuncia, como es su deber, que queda la clara
sensación que el compromiso es con los poderosos empresarios y no con los
pobres, donde se aplica una economía inmoral como lo es la neo liberal de
mercado que hace posible la idolatría del
dinero , la avaricia y la usura , y Dios pasa a ser relegado a un segundo o
tercer lugar. En suma, la profunda decadencia que ha invadido a Chile,
también ha cogido a una parte importante del clero, especialmente a aquellos
que tienen la responsabilidad de dirigir la Iglesia. No cabe otra explicación
dado que ellos guardan silencio frente a
lo que ocurre en Chile, abandonando sus deberes y sus ovejas. Recientemente la Conferencia Episcopal de Chile ha sacado una declaración con un
contenido bonito pero que no llama a terminar con la economía neo liberal de
mercado, madre de mucho de lo que ellos
denuncian, y como ya se dijo, de la avaricia y la usura, y de mucha injusticia
para el pueblo. Resultado de eso es que todo continuará igual, ya que no han
arrancado la raíz del mal. Igualmente la jerarquía de nuestra iglesia está
llamando a votar en las próximas elecciones presidenciales y de parlamentarios,
lo que no hace otra cosa que tratar de mantener la realidad decadente que
tenemos. El pueblo está protestando contra la corrupción, la injusticia, y mucho
más, y lo hace absteniéndose de concurrir a votar, lo que debe ser respetado
por cuanto lo contrario sería presionar a los que en conciencia han decidido NO
VOTAR...
Ahora la línea que
Juan Pablo Segundo le imprimió a la
Iglesia y de la cual se ha hablado precedentemente ha traído otras consecuencias
y una de ellas es que nuestra Iglesia, al confinarse en los templos físicos y
mantener una conducta tibia frente a la
realidad ha dejado un gran vacío . Este
vacío que ha dejado la Iglesia Católica
en este y otros planos ha permitido el crecimiento de las Iglesias
Evangélicas, las que han ido ocupado el terreno abandonado , y han sido ellos
los que han salido con firmeza al
encuentro de los que promueven el matrimonio igualitario, el aborto y las relaciones
contra natura. Puede decirse también que los fieles de las iglesias evangélicas
han crecido y los de nuestra han ido disminuyendo paulatinamente.
Pero se dirá que tiene que ver todo esto con la
visita del Papa Francisco.
Si, tiene
mucho que ver con la llegada del Papa. Nuestra realidad de la que se ha hablado
tiene una vinculación con la llegada del
Pontífice, y esa vinculación es la esperanza.La esperanza que la llegada de Francisco
al país cambie esta realidad lejana del evangelio
y retorne la curia al papel que le corresponde.
Se trata que tenemos la esperanza que el Papa Francisco termine con el oscurantismo que invade al
clero de nuestro país, que les recuerde que tienen un compromiso
sagrado, no con los poderosos y dueños de la celestina universal / el dinero,
sino que con la Hermana Pobreza, con Jesús, que la ruta a seguir está trazada
por el caminar del Pobre de Asís, por el santo Alberto Hurtado, por Sor Teresa
de Calcuta, que deben salir a las calles, a las poblaciones , que deben caminar
adelante de los pobres y necesitados y defenderlos de los lobos . Que si esto
se cumpliera tendríamos una iglesia libre de ataduras, una iglesia profética,
una Iglesia transparente y diáfana como un amanecer, donde las aves cantan al unísono sus hermosos y
dulces trinos saludando
al Creador , y que el Espíritu
Santo renueve nuestra Iglesia y guie al clero, a
los fieles, por el camino del Evangelio , de la solidaridad que lleva a
la Justicia, y en consecuencia, a la paz, tendríamos la Iglesia de los pobres,
para los pobres...
ALEJANDRO GUZMÁN BARBÉ.
ABOGAD/ ESCRITOR/
ENSAYISTA.
PS: Lo subrayado es nuestro.
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