miércoles, 11 de enero de 2023

Denuncia/Demanda Ignominioso “Acuerdo por Chile” ante ONU


Señor Prof. António de Oliveira Guterres

Secretario General de las Naciones Unidas

Nueva York 10017, Estados Unidos.

Asunto: El ignominioso “Acuerdo por Chile” Un atentado contra el Pueblo Chileno y el Pueblo Mapuche. Adjuntamos denuncia de la Comisión Chilena de Derechos Humanos ante/ACNUDH, que los términos denominados, “Acuerdo por Chile”, vulnera los Derechos Humanos.

Adjuntamos junto con nuestra denuncia/demanda dos ensayos al respecto: Chile 2022 año de la derechización del oficialismo/régimen del mal menor, por Andrés Figueroa Cornejo.

Chile: “La derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas: Un país que se hunde en la indignidad por su política bajuna reinante, impuesta por la dictadura cívico militar, por Juan Pablo Cárdenas S., escritor, periodista, analista internacional/ADDHEE.ONG.

De nuestra consideración

Nuestros asociados indignados por el abyecto “Acuerdo por Chile” al epígrafe señalado y por el silencio de Naciones Unidas y de las organizaciones supuestamente defensoras de los Derechos Humanos no han pedido que nos dirijamos a usted como la máxima autoridad, porque las responsabilidades políticas, criminales, y civiles son personales, por acción u omisión, especialmente cuando frente a crímenes de lesa humanidad, como esta ocurriendo en Chile se guarda un cómplice silencio.

La denuncia de la Comisión Chilena de Derechos Humanos acusa que “El Acuerdo por Chile” impuesto por el Senado y el régimen concertacionista/Nueva Mayoría II de turno de violar gravemente los artículos 1 y 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos que consagran el derecho a la libre determinación.

Todo este oprobio es posible porque hace 50 años que Chile se encuentra ocupado por las fuerzas armadas por orden de la clase oligarca empresarial, financiera- bancaria/agiotista, agrícola monopolista y administrado por su testaférrea la clase burguesa politicastra/castrense corrupta, en el contexto de la seuda constitución/artilugio de 1980, impuesta por la dictadura fascista cívico militar, vigente hasta nuestros días. Expertos en Derecho Constitucional la declararon en un encuentro en la facultad de filosofía de la Universidad de Humboldt Berlín/República Democrática Alemana, “una aberración en materia jurídica, ilegitima en su aprobación, y anti democrática en sus conceptos”…

En el contexto de esta patética realidad y de la política bajuna - cambiar el nombre a las cosas para demostrar que estas cambian- diariamente se violan los derechos humanos, se criminaliza y asesina a los hijos del Pueblo Mapuche, raíz etnológica del Pueblo chileno. Otro tanto ocurre con la infancia y la juventud del Pueblo chileno, etc., mientras que la autoridad internacional que debiera preocuparse por las violaciones de los derechos humanos en Chile, guarda un cómplice silencio. Quien atropella, conculca la dignidad del ser humano y sus derechos por acción u omisión no tiene autoridad moral para hablar en su nombre…

La clase oligarca empresarial CPC/sofofa, financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista y su testaférrea la clase burguesa politicastra/castrense corrupta y el desaguisado, oprobioso atentado, “El acuerdo por Chile”.

Este artilugio enajenante tiene como único objetivo imponer por otros 50 años más el seudo modelo de constitución/1980,impuesto por la dictadura fascista cívico militar vigente . para realizar este desaguisado el contubernio antes señalado conto con un régimen político pusilánime, que defiende a raja tabla el status que solo escucha a la CPC/sofofa en la profundización de la depredación y explotación de las riquezas naturales y el saqueo de las arcas fiscales, que tiene como unico sostén al aparato policial/castrense represor, corrupto, violador de los Derechos Humanos. Esta subsistencia macabra a convertido al presidente “De todos los Chilenos” en una autoridad ilegitima, incapaz de cumplir con su principal deber garantizar la dignidad y los derechos del ser humano consagrados en los Pactos y Convenciones suscritos y ratificados por el Estado de Chile.

Además, cuenta con Senado “Demócrata” y los medios mediáticos mercuriales de (in)comunicación globalizados, especialmente la telebasura/internet. Como si toda esta suma de aberraciones fueran pocas, el régimen pusilánime y los “senadores demócratas” impusieron el voto obligado un atentado a la dignidad humana, el libre albedrio y la conciencia del ciudadano: Los deberes y derechos no se imponen, se respetan.

Cuando los intereses venales se sobreponen a los ideales de los espíritus dignos, educados/cultos que constituyen el alma de una nación, el sentimiento nacional degenera y se corrompe. La patria es depredada en sus riquezas naturales y saqueadas en sus arcas fiscales, como en una satrapía: nadie piensa, todos lucran, consumen, se drogan reina la degeneración, la prostitución infantil y juvenil, la pornografía, la pedofilia, etc. La corrupción, la impunidad, y la improbidad se pavonean y ostentan en vez de ser vergonzantes y pudorosas.

La política bajuna reina en los Pueblos sin ideales con una indigencia educacional/cultural. Toda excelencia desaparece eclipsada por el rastrerismo oportunismo, pragmatismo contemporizador, etc.

No basta acumular riqueza para crear una Patria. Cartago no lo fue. Sus empresas, sus minas de oro, etc., hicieron del país una satrapía y a sus gentes colonos mentales enajenados.

Cuando no hay Patria no puede haber sentimiento colectivo de nacionalidad – no confundirla con la mentira patriotera/chovinista de los mercachifles y politicastros castrenses corruptos, apátridas.

Señor Secretario General Guterres, durante las décadas de los 80 y 90, desde la ciudad de Berlín, Republica Democrática Alemana, especialmente de la Universidad de Humboldt, facultad de filosofía, denunciamos a la dictadura fascista, cívico militar por la destrucción del Estado de Derecho y el asesinato del presidente constitucional de Chile y comandante en jefe de las fuerzas armadas, Dr. Salvador Allende Gossens, y de miles de simpatizantes del Gobierno Popular, exigimos – los derechos se exigen – verdad, justicia y reparación digna para las victimas de la dictadura de marras.

Rechazamos de plano la constitución/artilugio de 1980 impuesta por la dictadura fascista cívico militar como también la convivencia, colusión de la concertación socialdemócrata y democratacristiana con la dictadura cívico militar fascista terrorista, contubernio que impusieron al país una copia del proceso de transición, de la España profunda monárquica franquista.

Hoy, a 50 años, la “historia oficial” – con mucho cuento y mentiras -, se repite como farsa, el “acuerdo por chile” de la CPC/sofofa con un objetivo transformar el país en una satrapía del imperio capitalista y su nuevo orden mundial, y a los ciudadanos chilenos y  mapuches transmutarlos en un guarismo orwelliano de la segunda colonización de Latinoamérica que pretenden imponer en el contexto de un acuerdo leonino Comunidad Europea- Latinoamérica, con la complicidad de la “madre patria” la España profunda monárquica franquista y sus colonos mentales, los regímenes burgueses del patio trasero latinoamericano.

Concluimos, que el ignominioso “Acuerdo por Chile” que impone la oligarquía empresarial CPC/sofofa , a través de sus testaferros la clase burguesa, politicastra castrense corrupta, constituye un atentado contra el Pueblo Chileno  y el Pueblo Mapuche que pretende transmutar a sus ciudadanos en guarismo orwellianos, violando sus dignidades y derechos e infringiendo gravemente los artículos 1 y 25 del Pacto internacional de derechos civiles y políticos que consagran el derechos a la libre determinación y restringe gravemente el derecho que tienen todos los ciudadanos de nuestros pueblos de participar en la dirección de los asuntos políticos y tener acceso a la función pública, tratado internacional que el Estado de Chile suscribió y ratifico.

Por las graves violaciones a los derechos humanos antes denunciados, pedimos al señor secretario general de las naciones unidas Professor de Oliveira Guterres interponer sus buenos y dirigentes oficios para que la autoridad competente, el Consejo de Derechos Humanos y el comité de derechos humanos tomen carta en esta denuncia que no admite demora alguna y que actúen en consecuencias.

En nuestra organización no gubernamental ADDHEE.ONG, no en vano evocamos y apoyamos el despertar de las ciudadanías de los Pueblos Chilenos y Mapuche, la nueva Aurora del Movimiento Social Popular Revolucionario 18 de Octubre, el nacimiento de una esperanza, la Razón Rebelde de dos Pueblos hermanos, dignos, libres y soberanos como un Derecho Natural, que exigió un plebiscito por una nuevo constitución elaborada y sancionada soberanamente por el Pueblo/el Soberano, en el marco de una Asamblea Legislativa Constituyente.

Asumimos la Proclama del prócer Camilo Henríquez Gonzales , símbolo de la gesta emancipadora el pueblo Chileno, un sacerdote consecuente con el Evangelio del Cristo Libertario – que la hizo suya desde la Plaza de la Dignidad el Movimiento, Social, Popular, Revolucionario 18 de octubre, parafraseándola:

 Ustedes no son esclavos, nadie puede mandarles contra vuestra voluntad. ¿Recibió alguno patentes del cielo que acrediten que pueda mandarles?. La Naturaleza los hizo libre e iguales, y solo la fuerza de un pacto libre, espontanea y voluntariamente celebrado, puede otra persona ejercer sobre nosotros una autoridad justa, legitima y razonable. Más no hay memoria de que hubiese habido entre nosotros un pacto semejante. Tampoco lo celebraron nuestros padres, esta escrito, pues, ¡Oh pueblos de Chile!, en los libros de los eternos destinos, que fuesen libres y venturosos por la influencia de una constitución vigorosa y un código de leyes sabias, que tuvisteis un tiempo, como lo han tenido y tendrán todas las naciones de esplendor y grandeza que han ocupado un lugar ilustre en la historia del mundo, y que dijera algún día, la Republica, la potencia de Chile, la majestad del Pueblo Chileno y el Pueblo Mapuche”.

Con esperanza y memoria “solo merecen la libertad y la vida quienes cada día las conquistan”.

Prof. Moreno Peralta/IWA.

Secretario Ejecutivo Addhee.Ong

8/01/2023

CC

  • Señor Václav Bálek, Presidente Consejo Derechos Humanos Naciones Unidas, Nueva York, Estados Unidos/USA.
  • Señor Turk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos/ACNUDH.
  • Presidente Comité de Derechos Humanos Naciones Unidas.
  • Corte Internacional de Derechos Humanos, San José, Costa Rica.
  • Michael Jones-Correa, Presidente Fundación Russell Sage, Londres, Inglaterra.

Adjuntamos documentos mencionados en la denuncia/demanda dirigida al Prof. Antonio De Oliveira Guterres, Secretario General de Naciones Unidas. N.Y. USA.




Chile 2022: Año de la derechización del oficialismo del mal menor.



Por Andrés Figueroa Cornejo.

Profesor, escritor.

Evaporados los últimos sudores del 2022, como expresión descompensada, inestable y contradictoria de las relaciones de fuerza entre los intereses de las clases dominantes y el movimiento amplio y heterogéneo de las luchas de los trabajadores y los oprimidos, y tras la pandemia que detuvo de golpe la rebelión social de octubre de 2019, el Estado capitalista chileno y sus administradores de turno persisten en profundizar las políticas del liberalismo monetarista, precipitando la estanflación mientras liberan bonos focalizados para los ultra empobrecidos. Asimismo, el Estado ranquea continentalmente la subordinación y fetichismo aspiracional respecto del Estado corporativo estadounidense. Por ejemplo, y actuando como la seguidilla de administraciones civiles post dictadura iniciada en 1990, Boric saludó con celeridad olímpica, tal cual Biden desde la Casa Blanca, la presidencia ilegítima y violadora serial de los derechos humanos de Dina Boluarte, caudilla mediática del último golpe de Estado dado en el Perú contra un mandatario elegido en las urnas.

Al respecto, el gobierno de Boric, cuyo marketing de cambio generacional en la ‘política’ se hizo trizas a poco andar, fue rápidamente ocupado por la tendencia más fuerte y reaccionaria del Partido Socialista/socialdemócrata, siguiendo el hilo de su plenipotenciario ministro de Hacienda, el ex presidente del Banco Central, Mario Marcel, celebrado una y mil veces por el gremio patronal (Confederación de la Producción y el Comercio, CPC/sofofa). De este modo, el gobierno se ha caracterizado, entre otras conductas, por hacer propia la agenda de la denominada derecha tradicional. No sólo mantiene cautivos a los muchachos que fueron detenidos por la policía en la rebelión social de hace tres años (luego de un acotado y “simbólico” indulto  de 12 de ellos el pasado 30 de diciembre), sino que ha redoblado los recursos fiscales para la militarización del territorio ancestral mapuche, multiplicando la prisión política de sus luchadores, extendiendo repetidamente el estado de emergencia en la zona, e intentando amilanar sin éxito el ánimo y la ética antigua de un pueblo que, encarnando los principios de territorio y autonomía, protagoniza diversos procesos de recuperación de tierras que le fueron arrebatadas por colonos terratenientes y la industria forestal.

Así también, Boric firmó hace poco el antisocial y enemigo de la soberanía popular Tratado de Libre Comercio TPP 11 (Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico), alianza económico-financiera de ‘nueva generación’ mediante la cual los grandes monopolios y oligopolios corporativos multinacionales negocian directamente con los gobiernos de turno, eternizando la condición primario exportadora y extractivista de Chile a costa de mayor explotación, precarización laboral y saqueo/depredación de naturaleza. Y de no cumplir el gran capital sus expectativas gananciales, puede llevar a los propios Estados a tribunales creados para tales efectos.

Si bien, los luchadores sociales jamás tuvieron expectativas significativas respecto de que Boric liderara una administración consecuentemente reformista, tampoco se vaticinó su espectacular derechización. Luego del plebiscito de salida que rechazó la propuesta de Constitución convenida por una convención ad hoc, se produjo la traducción política institucional de que la población habría entrado en razón y tornado militante de la derecha autoritaria, patriarcal, conservadora y antidemocrática chilena. En ese sentido, el problema no es que la derecha convierta en una victoria de los intereses de las clases que representa el resultado de un plebiscito. El problema es que el gobierno de turno, autoproclamado ‘progresista, ecologista y feminista’, se comporte de igual forma, transmutando los contenidos de sus promesas electorales con el propósito de adaptarse a un supuesto nuevo escenario de alternancia de fuerzas por arriba. Ello ha significado clausurar, para beneficio de los grandes grupos económicos, los pocos aspectos progresivos de la reforma tributaria, previsional y otras; además de reproducir las fórmulas históricas de la oligarquía para escribir un nuevo texto constitucional, denominado esta vez “Acuerdo por Chile”, donde su debate y resultado se concentran en un poder legislativo profundamente desprestigiado y no votado para escribir constituciones, y un determinante “grupo de expertos” no elegidos democráticamente. Semejante acuerdo, que no apasiona sino exclusivamente a sus propios firmantes, no difiere sustancialmente de cómo se fabricó la Constitución de la dictadura y es una réplica de las maneras elitistas en que se dictaron las cartas magnas de los últimos 200 años. Al respecto, ya proliferan las voces que postulan el rechazo al acuerdo impuesto por la casta política institucional.

Si bien, las necesidades y derechos sociales de las grandes mayorías que se manifestaron abiertamente desde octubre de 2019, no serán satisfechos por la actual administración ni por el capitalismo neoliberal, tampoco se observan iniciativas gubernamentales tendientes a aliviar los dolores sociales cuyos principales nudos se encuentran en la inseguridad laboral y empeoramiento del trabajo, la caída de los salarios, el encarecimiento diario del costo de la vida, una salud pública arruinada y basada en mortales listas de espera; la educación reproductora de la desigualdad, la imposibilidad de la vivienda propia, la ausencia de tiempo para vivir y el aumento vertiginoso de las dolencias mentales devenidas de unas relaciones sociales que han vuelto mercancía, o sea, objeto de alienación y lucro, todos los momentos que llenan las horas y los días de la sociedad chilena.

Por abajo, como no se han resuelto las necesidades más apremiantes de la sociedad que gatillaron octubre de 2019, subsisten los sujetos sociales más dinámicos y en acción de los oprimidos: fracciones de juventud popular que hasta hoy perseveran en la trabajosa producción de procesos territoriales abiertos y volcados a la organización directa de la comunidad. Es cierto: un gran segmento de quienes participaron en el rebelión social desapareció de las calles y retornó a las veredas, mientras otros son incluso parte del gobierno. Pero también hay agrupaciones anticapitalistas preexistentes o que se forjaron al calor de la rebelión que han cobrado un crecimiento relativo, tanto por fuera como por dentro de la lucha institucional.

Pero el pueblo despierto se busca y busca a los compañeros. Se coordina y se distancia, vuelve a concertarse y luego hace camino propio. Tal vez será un eventual nuevo momento explícito de la lucha de clases y la voluntad colectiva por ella condicionada lo que, por la urgencia de concentrar fuerzas, razones y organización, se disponga a reunir los empeños atomizados, superar las mistificaciones identitarias, y recomenzar la ruta desde el lugar más encumbrado donde se congeló transitoriamente la lucha. Sin embargo, esta vez, no en forma de mera suma de demandas, sino que con objetivos tan claramente organizados como las propias necesidades elementales de la gente común. Y esos contenidos, por más sencillos que parezcan, requieren uno o más instrumentos políticos que aún no existen y que sólo pueden emerger volcánicamente, desde abajo, del curso genuino y creativo de los combates populares concretos.

Lo subrayado/interpolado es nuestro.

Chile: “la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”: un país que se hunde en la indignidad de su política bajuna



Por Juan Pablo Cárdenas S.

Escritor, comunicador social y analista internacional


En el entorno de La Moneda se ha instalado una estatua del ex presidente Patricio Aylwin Azocar. A su ceremonia de descubrimiento ha asistido el propio Jefe de Estado y un conjunto muy variopinto de autoridades políticas y de toda índole. El monumento quedará muy cerca del de Salvador Allende Gossens, Jorge Alessandri Rodríguez y del ministro Diego Portales y Palazuelos, a quien se le atribuye ser el principal forjador de nuestra República.

Los tres discursos que se pronunciaron obviamente destacaron la trayectoria democrática de Aylwin Azocar, incluida las palabras que le dedicó Gabriel Boric Font, el mismo que ayer como dirigente estudiantil y diputado se expresara en los más duros términos por la responsabilidad que le cupo al mandatario demócrata cristiano en el golpe militar de 1973, como en los años de impunidad de su mandato en favor de los violadores de los DERECHOS HUMANOS de la Dictadura. De esta forma, el que defendió ante el mundo la insurrección militar pinochetista y después prometiera “justicia solo en la medida de lo posible” resultaba homenajeado no solo por sus camaradas sino por una amplia gama de los que fueran sus más duros adversarios políticos.

Este es el Chile de hoy. Los que ayer merecieron las más duras descalificaciones ahora se los homenajea y se instalan sus estatuas alrededor de nuestro palacio de gobierno. Empresarios, ex sindicalistas y otros acompañaron esta ceremonia oficial en que se exculpa a este mandatario, como si ello fuera un trámite necesario para afianzar nuestra endeble institucionalidad republicana y democrática en la medida de lo posible . Pensamos que solo debemos esperar el fallecimiento de Sebastián Piñera Echeñique para que su efigie también se instale en perenne bronce en el corazón de nuestra Capital.

Cómo no recordar en estos momentos aquel pronunciamiento de nuestro poeta Nicanor Parra en cuanto a que “la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”, una de las más notables expresiones de nuestro lúcido vate, con toda esa carga de ironía que ponía siempre en sus sentencias. Queda claro que en Chile al fallecer en menos de una o dos décadas se es reivindicado y llevado a los altares de la República. Tal como lo fueron un tirano como el mismo Portales, o un asesino como el propio Arturo Alessandri. ¡Qué insulto más agraviante es que entre estos quede ubicada la estatua de Salvador Allende Gossens!

Lo más extraño es que todo esto suceda bajo un gobierno como el de Boric. En una administración plagada de socialistas y comunistas, además de aquellos que solo hasta ayer eran considerados de ultra izquierda por la derecha y la clase empresarial. La misma que hoy es convocada a La Moneda para que ayude a resolver los conflictos con los camioneros y otros gremios. La que en pocos meses se ha hecho dilecta de las giras presidenciales y cuya opinión cada vez es más considerada por quienes se comprometieron a realizar una profunda reforma tributaria y otras que debieran afectar sus intereses.

Nunca la connivencia se había hecho más ostensible y grosera entre derechistas, centristas y socialistas “democráticos”. Más allá de las reyertas que se producen en el Parlamento que tienen mucho más de espectáculo farandulero que de realidad. Porque sabemos que todos los que allí dicen representarnos son los que se aseguran las más altas dietas y granjerías pagadas por los millones de chilenos que ya ven que los grandes cambios prometidos constituyen un total espejismo. Porque si ayer se criticaban los estados de excepción en la Araucanía, hoy estos han pasado a ser el recurso principal de la lucha del Estado Chileno contra los derechos de los mapuches.

Algunos podrán decir que nuestro país ha puesto en práctica una profunda reconciliación. Pero ni las iglesias se atreverían a celebrar este avenimiento ante las injusticias flagrantes que se prolongan y retrotraen nuestra economía. Provocando que los ricos sigan aumentando sus caudales, mientras el pueblo se empobrece y hasta se ve forzado a delinquir para subsistir.

La estatua de Aylwin en la Plaza de la Constitución es de una total desvergüenza si se considera su actitud pusilánime ante con los derechos conculcados por la Dictadura y una gestión presidencial en que fueron abatidas tantas esperanzas populares. Lo consecuente con todo este mundo de incongruencias sería que este gobierno y la clase política den el paso de erigir una estatua monumental a Augusto Pinochet, como el fundador del nuevo estado, la Constitución que todavía nos rige y el modelo económico más que sacralizado por los regímenes que le sucedieron. Mal que mal siempre cualquier gobierno tiene sus aciertos.

Y si ya no quedara espacio en el entorno del Palacio Gubernamental, se podría levantar este monumento en la Plaza Italia, allí mismo donde fue removida la del general Baquedano con el Estallido social del 2019. De esta forma, este sitio asumiría sinceramente lo que hoy realmente somos: un país que se hunde en la indignidad de su política.

Se entiende que cambiar de opinión es un derecho humano. Sin embargo, ¿tanto y en tan poco tiempo?

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