Secretario
General de las Naciones Unidas
Nueva
York 10017, Estados Unidos.
Asunto: El ignominioso “Acuerdo por
Chile” Un atentado contra el Pueblo Chileno y el Pueblo Mapuche. Adjuntamos denuncia
de la Comisión Chilena de Derechos Humanos ante/ACNUDH, que los términos
denominados, “Acuerdo por Chile”, vulnera los Derechos Humanos.
Adjuntamos junto con nuestra denuncia/demanda
dos ensayos al respecto: Chile 2022 año de la derechización del oficialismo/régimen
del mal menor, por Andrés Figueroa Cornejo.
Chile: “La derecha y la izquierda
unidas jamás serán vencidas: Un país que se hunde en la indignidad por su política
bajuna reinante, impuesta por la dictadura cívico militar, por Juan Pablo Cárdenas
S., escritor, periodista, analista internacional/ADDHEE.ONG.
De nuestra consideración
Nuestros asociados indignados por
el abyecto “Acuerdo por Chile” al epígrafe señalado y por el silencio de Naciones
Unidas y de las organizaciones supuestamente defensoras de los Derechos Humanos
no han pedido que nos dirijamos a usted como la máxima autoridad, porque las responsabilidades
políticas, criminales, y civiles son personales, por acción u omisión,
especialmente cuando frente a crímenes de lesa humanidad, como esta ocurriendo
en Chile se guarda un cómplice silencio.
La denuncia de la Comisión Chilena
de Derechos Humanos acusa que “El Acuerdo por Chile” impuesto por el Senado y
el régimen concertacionista/Nueva Mayoría II de turno de violar gravemente los artículos
1 y 25 del Pacto Internacional de Derechos Civiles y políticos que consagran el
derecho a la libre determinación.
Todo este oprobio es posible
porque hace 50 años que Chile se encuentra ocupado por las fuerzas armadas por
orden de la clase oligarca empresarial, financiera- bancaria/agiotista, agrícola
monopolista y administrado por su testaférrea la clase burguesa
politicastra/castrense corrupta, en el contexto de la seuda constitución/artilugio
de 1980, impuesta por la dictadura fascista cívico militar, vigente hasta
nuestros días. Expertos en Derecho Constitucional la declararon en un encuentro
en la facultad de filosofía de la Universidad de Humboldt Berlín/República Democrática
Alemana, “una aberración en materia jurídica, ilegitima en su aprobación, y anti
democrática en sus conceptos”…
En el contexto de esta patética
realidad y de la política bajuna - cambiar el nombre a las cosas para demostrar
que estas cambian- diariamente se violan los derechos humanos, se criminaliza y
asesina a los hijos del Pueblo Mapuche, raíz etnológica del Pueblo chileno. Otro
tanto ocurre con la infancia y la juventud del Pueblo chileno, etc., mientras
que la autoridad internacional que debiera preocuparse por las violaciones de
los derechos humanos en Chile, guarda un cómplice silencio. Quien atropella,
conculca la dignidad del ser humano y sus derechos por acción u omisión no
tiene autoridad moral para hablar en su nombre…
La clase oligarca empresarial CPC/sofofa,
financiera-bancaria/agiotista, agrícola monopolista y su testaférrea la clase burguesa
politicastra/castrense corrupta y el desaguisado, oprobioso atentado, “El acuerdo
por Chile”.
Este artilugio enajenante tiene como
único objetivo imponer por otros 50 años más el seudo modelo de constitución/1980,impuesto
por la dictadura fascista cívico militar vigente . para realizar este desaguisado
el contubernio antes señalado conto con un régimen político pusilánime, que
defiende a raja tabla el status que solo escucha a la CPC/sofofa en la profundización
de la depredación y explotación de las riquezas naturales y el saqueo de las
arcas fiscales, que tiene como unico sostén al aparato policial/castrense
represor, corrupto, violador de los Derechos Humanos. Esta subsistencia macabra
a convertido al presidente “De todos los Chilenos” en una autoridad ilegitima,
incapaz de cumplir con su principal deber garantizar la dignidad y los derechos
del ser humano consagrados en los Pactos y Convenciones suscritos y ratificados
por el Estado de Chile.
Además, cuenta con Senado “Demócrata”
y los medios mediáticos mercuriales de (in)comunicación globalizados, especialmente
la telebasura/internet. Como si toda esta suma de aberraciones fueran pocas, el
régimen pusilánime y los “senadores demócratas” impusieron el voto obligado un
atentado a la dignidad humana, el libre albedrio y la conciencia del ciudadano:
Los deberes y derechos no se imponen, se respetan.
Cuando los intereses venales se
sobreponen a los ideales de los espíritus dignos, educados/cultos que
constituyen el alma de una nación, el sentimiento nacional degenera y se
corrompe. La patria es depredada en sus riquezas naturales y saqueadas en sus
arcas fiscales, como en una satrapía: nadie piensa, todos lucran, consumen, se
drogan reina la degeneración, la prostitución infantil y juvenil, la pornografía,
la pedofilia, etc. La corrupción, la impunidad, y la improbidad se pavonean y ostentan
en vez de ser vergonzantes y pudorosas.
La política bajuna reina en los Pueblos
sin ideales con una indigencia educacional/cultural. Toda excelencia desaparece
eclipsada por el rastrerismo oportunismo, pragmatismo contemporizador, etc.
No basta acumular riqueza para
crear una Patria. Cartago no lo fue. Sus empresas, sus minas de oro, etc.,
hicieron del país una satrapía y a sus gentes colonos mentales enajenados.
Cuando no hay Patria no puede
haber sentimiento colectivo de nacionalidad – no confundirla con la mentira patriotera/chovinista
de los mercachifles y politicastros castrenses corruptos, apátridas.
Señor Secretario General Guterres,
durante las décadas de los 80 y 90, desde la ciudad de Berlín, Republica Democrática
Alemana, especialmente de la Universidad de Humboldt, facultad de filosofía, denunciamos
a la dictadura fascista, cívico militar por la destrucción del Estado de Derecho
y el asesinato del presidente constitucional de Chile y comandante en jefe de
las fuerzas armadas, Dr. Salvador Allende Gossens, y de miles de simpatizantes
del Gobierno Popular, exigimos – los derechos se exigen – verdad, justicia y reparación
digna para las victimas de la dictadura de marras.
Rechazamos de plano la constitución/artilugio
de 1980 impuesta por la dictadura fascista cívico militar como también la convivencia,
colusión de la concertación socialdemócrata y democratacristiana con la
dictadura cívico militar fascista terrorista, contubernio que impusieron al país
una copia del proceso de transición, de la España profunda monárquica franquista.
Hoy, a 50 años, la “historia oficial”
– con mucho cuento y mentiras -, se repite como farsa, el “acuerdo por chile”
de la CPC/sofofa con un objetivo transformar el país en una satrapía del imperio
capitalista y su nuevo orden mundial, y a los ciudadanos chilenos y mapuches transmutarlos en un guarismo orwelliano
de la segunda colonización de Latinoamérica que pretenden imponer en el
contexto de un acuerdo leonino Comunidad Europea- Latinoamérica, con la
complicidad de la “madre patria” la España profunda monárquica franquista y sus
colonos mentales, los regímenes burgueses del patio trasero latinoamericano.
Concluimos, que el ignominioso “Acuerdo
por Chile” que impone la oligarquía empresarial CPC/sofofa , a través de sus
testaferros la clase burguesa, politicastra castrense corrupta, constituye un
atentado contra el Pueblo Chileno y el Pueblo
Mapuche que pretende transmutar a sus ciudadanos en guarismo orwellianos, violando
sus dignidades y derechos e infringiendo gravemente los artículos 1 y 25 del
Pacto internacional de derechos civiles y políticos que consagran el derechos a
la libre determinación y restringe gravemente el derecho que tienen todos los
ciudadanos de nuestros pueblos de participar en la dirección de los asuntos políticos
y tener acceso a la función pública, tratado internacional que el Estado de
Chile suscribió y ratifico.
Por las graves violaciones a los derechos
humanos antes denunciados, pedimos al señor secretario general de las naciones
unidas Professor de Oliveira Guterres interponer sus buenos y dirigentes oficios
para que la autoridad competente, el Consejo de Derechos Humanos y el comité de
derechos humanos tomen carta en esta denuncia que no admite demora alguna y que
actúen en consecuencias.
Asumimos la Proclama del prócer Camilo
Henríquez Gonzales , símbolo de la gesta emancipadora el pueblo Chileno, un
sacerdote consecuente con el Evangelio del Cristo Libertario – que la hizo suya
desde la Plaza de la Dignidad el Movimiento, Social, Popular, Revolucionario 18
de octubre, parafraseándola:
“Ustedes no son esclavos, nadie puede
mandarles contra vuestra voluntad. ¿Recibió alguno patentes del cielo que acrediten
que pueda mandarles?. La Naturaleza los hizo libre e iguales, y solo la fuerza
de un pacto libre, espontanea y voluntariamente celebrado, puede otra persona
ejercer sobre nosotros una autoridad justa, legitima y razonable. Más no hay memoria
de que hubiese habido entre nosotros un pacto semejante. Tampoco lo celebraron
nuestros padres, esta escrito, pues, ¡Oh pueblos de Chile!, en los libros de
los eternos destinos, que fuesen libres y venturosos por la influencia de una constitución
vigorosa y un código de leyes sabias, que tuvisteis un tiempo, como lo han
tenido y tendrán todas las naciones de esplendor y grandeza que han ocupado un
lugar ilustre en la historia del mundo, y que dijera algún día, la Republica,
la potencia de Chile, la majestad del Pueblo Chileno y el Pueblo Mapuche”.
Con esperanza y memoria “solo
merecen la libertad y la vida quienes cada día las conquistan”.
Prof. Moreno Peralta/IWA.
Secretario Ejecutivo Addhee.Ong
8/01/2023
CC
- Señor Václav Bálek, Presidente Consejo Derechos Humanos Naciones Unidas, Nueva York, Estados Unidos/USA.
- Señor Turk, Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos/ACNUDH.
- Presidente Comité de Derechos Humanos Naciones Unidas.
- Corte Internacional de Derechos Humanos, San José, Costa Rica.
- Michael Jones-Correa, Presidente Fundación Russell Sage, Londres, Inglaterra.
Adjuntamos documentos mencionados
en la denuncia/demanda dirigida al Prof. Antonio De Oliveira Guterres, Secretario
General de Naciones Unidas. N.Y. USA.
Chile 2022: Año de la derechización del oficialismo del mal menor.
Profesor,
escritor.
Evaporados los últimos sudores
del 2022, como expresión descompensada, inestable y contradictoria de las
relaciones de fuerza entre los intereses de las clases dominantes y el
movimiento amplio y heterogéneo de las luchas de los trabajadores y los
oprimidos, y tras la pandemia que detuvo de golpe la rebelión social de
octubre de 2019, el Estado capitalista chileno y sus administradores de turno
persisten en profundizar las políticas del liberalismo monetarista,
precipitando la estanflación mientras liberan bonos focalizados para los ultra
empobrecidos. Asimismo, el Estado ranquea continentalmente la subordinación y
fetichismo aspiracional respecto del Estado corporativo estadounidense. Por
ejemplo, y actuando como la seguidilla de administraciones civiles post
dictadura iniciada en 1990, Boric saludó con celeridad olímpica, tal cual Biden
desde la Casa Blanca, la presidencia ilegítima y violadora serial de los derechos
humanos de Dina Boluarte, caudilla mediática del último golpe de Estado dado en
el Perú contra un mandatario elegido en las urnas.
Al respecto, el gobierno de
Boric, cuyo marketing de cambio generacional en la ‘política’ se hizo trizas a
poco andar, fue rápidamente ocupado por la tendencia más fuerte y reaccionaria
del Partido Socialista/socialdemócrata, siguiendo el hilo de su
plenipotenciario ministro de Hacienda, el ex presidente del Banco Central,
Mario Marcel, celebrado una y mil veces por el gremio patronal (Confederación
de la Producción y el Comercio, CPC/sofofa). De este modo, el gobierno
se ha caracterizado, entre otras conductas, por hacer propia la agenda de la
denominada derecha tradicional. No sólo mantiene cautivos a los muchachos que
fueron detenidos por la policía en la rebelión social de hace tres años (luego
de un acotado y “simbólico” indulto de 12 de ellos el pasado 30 de
diciembre), sino que ha redoblado los recursos fiscales para la militarización
del territorio ancestral mapuche, multiplicando la prisión política de sus
luchadores, extendiendo repetidamente el estado de emergencia en la zona, e
intentando amilanar sin éxito el ánimo y la ética antigua de un pueblo que,
encarnando los principios de territorio y autonomía, protagoniza diversos procesos
de recuperación de tierras que le fueron arrebatadas por colonos terratenientes
y la industria forestal.
Así también, Boric firmó hace
poco el antisocial y enemigo de la soberanía popular Tratado de Libre Comercio
TPP 11 (Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico), alianza
económico-financiera de ‘nueva generación’ mediante la cual los grandes
monopolios y oligopolios corporativos multinacionales negocian directamente con
los gobiernos de turno, eternizando la condición primario exportadora y
extractivista de Chile a costa de mayor explotación, precarización
laboral y saqueo/depredación de naturaleza. Y de no cumplir el gran
capital sus expectativas gananciales, puede llevar a los propios Estados a
tribunales creados para tales efectos.
Si bien, los luchadores sociales
jamás tuvieron expectativas significativas respecto de que Boric liderara una
administración consecuentemente reformista, tampoco se vaticinó su espectacular
derechización. Luego del plebiscito de salida que rechazó la propuesta de Constitución
convenida por una convención ad hoc, se produjo la traducción política
institucional de que la población habría entrado en razón y tornado militante
de la derecha autoritaria, patriarcal, conservadora y antidemocrática chilena.
En ese sentido, el problema no es que la derecha convierta en una victoria de
los intereses de las clases que representa el resultado de un plebiscito. El
problema es que el gobierno de turno, autoproclamado ‘progresista, ecologista y
feminista’, se comporte de igual forma, transmutando los contenidos de sus
promesas electorales con el propósito de adaptarse a un supuesto nuevo
escenario de alternancia de fuerzas por arriba. Ello ha significado clausurar,
para beneficio de los grandes grupos económicos, los pocos aspectos progresivos
de la reforma tributaria, previsional y otras; además de reproducir las
fórmulas históricas de la oligarquía para escribir un nuevo texto
constitucional, denominado esta vez “Acuerdo por Chile”, donde su debate y
resultado se concentran en un poder legislativo profundamente desprestigiado y
no votado para escribir constituciones, y un determinante “grupo de expertos”
no elegidos democráticamente. Semejante acuerdo, que no apasiona sino
exclusivamente a sus propios firmantes, no difiere sustancialmente de cómo se
fabricó la Constitución de la dictadura y es una réplica de las maneras
elitistas en que se dictaron las cartas magnas de los últimos 200 años. Al
respecto, ya proliferan las voces que postulan el rechazo al acuerdo impuesto
por la casta política institucional.
Si bien, las necesidades y
derechos sociales de las grandes mayorías que se manifestaron abiertamente
desde octubre de 2019, no serán satisfechos por la actual administración ni por
el capitalismo neoliberal, tampoco se observan iniciativas gubernamentales
tendientes a aliviar los dolores sociales cuyos principales nudos se encuentran
en la inseguridad laboral y empeoramiento del trabajo, la caída de los
salarios, el encarecimiento diario del costo de la vida, una salud pública
arruinada y basada en mortales listas de espera; la educación reproductora de
la desigualdad, la imposibilidad de la vivienda propia, la ausencia de tiempo
para vivir y el aumento vertiginoso de las dolencias mentales devenidas de unas
relaciones sociales que han vuelto mercancía, o sea, objeto de alienación y
lucro, todos los momentos que llenan las horas y los días de la sociedad
chilena.
Por abajo, como no se han
resuelto las necesidades más apremiantes de la sociedad que gatillaron octubre
de 2019, subsisten los sujetos sociales más dinámicos y en acción de los
oprimidos: fracciones de juventud popular que hasta hoy perseveran en la
trabajosa producción de procesos territoriales abiertos y volcados a la
organización directa de la comunidad. Es cierto: un gran segmento de quienes
participaron en el rebelión social desapareció de las calles y retornó a
las veredas, mientras otros son incluso parte del gobierno. Pero también hay
agrupaciones anticapitalistas preexistentes o que se forjaron al calor de la rebelión
que han cobrado un crecimiento relativo, tanto por fuera como por dentro de la
lucha institucional.
Pero el pueblo despierto se busca
y busca a los compañeros. Se coordina y se distancia, vuelve a concertarse y
luego hace camino propio. Tal vez será un eventual nuevo momento explícito de
la lucha de clases y la voluntad colectiva por ella condicionada lo que, por la
urgencia de concentrar fuerzas, razones y organización, se disponga a reunir
los empeños atomizados, superar las mistificaciones identitarias, y recomenzar
la ruta desde el lugar más encumbrado donde se congeló transitoriamente la
lucha. Sin embargo, esta vez, no en forma de mera suma de demandas, sino que
con objetivos tan claramente organizados como las propias necesidades
elementales de la gente común. Y esos contenidos, por más sencillos que
parezcan, requieren uno o más instrumentos políticos que aún no existen y que
sólo pueden emerger volcánicamente, desde abajo, del curso genuino y creativo
de los combates populares concretos.
Lo subrayado/interpolado es
nuestro.
Chile:
“la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”: un país que se hunde
en la indignidad de su política bajuna
Escritor,
comunicador social y analista internacional
Los tres discursos que se
pronunciaron obviamente destacaron la trayectoria democrática de Aylwin Azocar,
incluida las palabras que le dedicó Gabriel Boric Font, el mismo que ayer como
dirigente estudiantil y diputado se expresara en los más duros términos por la
responsabilidad que le cupo al mandatario demócrata cristiano en el golpe
militar de 1973, como en los años de impunidad de su mandato en favor de los
violadores de los DERECHOS HUMANOS de la Dictadura. De esta forma, el que
defendió ante el mundo la insurrección militar pinochetista y después
prometiera “justicia solo en la medida de lo posible” resultaba homenajeado no
solo por sus camaradas sino por una amplia gama de los que fueran sus más duros
adversarios políticos.
Este es el Chile de hoy. Los que
ayer merecieron las más duras descalificaciones ahora se los homenajea y se
instalan sus estatuas alrededor de nuestro palacio de gobierno. Empresarios, ex
sindicalistas y otros acompañaron esta ceremonia oficial en que se exculpa a
este mandatario, como si ello fuera un trámite necesario para afianzar nuestra
endeble institucionalidad republicana y democrática en la medida de lo
posible . Pensamos que solo debemos esperar el fallecimiento de Sebastián
Piñera Echeñique para que su efigie también se instale en perenne bronce
en el corazón de nuestra Capital.
Cómo no recordar en estos
momentos aquel pronunciamiento de nuestro poeta Nicanor Parra en cuanto a que
“la derecha y la izquierda unidas jamás serán vencidas”, una de las más
notables expresiones de nuestro lúcido vate, con toda esa carga de ironía que
ponía siempre en sus sentencias. Queda claro que en Chile al fallecer en menos
de una o dos décadas se es reivindicado y llevado a los altares de la
República. Tal como lo fueron un tirano como el mismo Portales, o un asesino
como el propio Arturo Alessandri. ¡Qué insulto más agraviante es que entre
estos quede ubicada la estatua de Salvador Allende Gossens!
Lo más extraño es que todo esto
suceda bajo un gobierno como el de Boric. En una administración plagada de
socialistas y comunistas, además de aquellos que solo hasta ayer eran
considerados de ultra izquierda por la derecha y la clase empresarial. La misma
que hoy es convocada a La Moneda para que ayude a resolver los conflictos con
los camioneros y otros gremios. La que en pocos meses se ha hecho dilecta de
las giras presidenciales y cuya opinión cada vez es más considerada por quienes
se comprometieron a realizar una profunda reforma tributaria y otras que
debieran afectar sus intereses.
Nunca la connivencia se había
hecho más ostensible y grosera entre derechistas, centristas y socialistas
“democráticos”. Más allá de las reyertas que se producen en el Parlamento que
tienen mucho más de espectáculo farandulero que de realidad. Porque sabemos que
todos los que allí dicen representarnos son los que se aseguran las más altas
dietas y granjerías pagadas por los millones de chilenos que ya ven que los
grandes cambios prometidos constituyen un total espejismo. Porque si ayer se
criticaban los estados de excepción en la Araucanía, hoy estos han pasado a ser
el recurso principal de la lucha del Estado Chileno contra los derechos de los
mapuches.
Algunos podrán decir que nuestro
país ha puesto en práctica una profunda reconciliación. Pero ni las iglesias se
atreverían a celebrar este avenimiento ante las injusticias flagrantes que se
prolongan y retrotraen nuestra economía. Provocando que los ricos sigan
aumentando sus caudales, mientras el pueblo se empobrece y hasta se ve forzado
a delinquir para subsistir.
La estatua de Aylwin en la Plaza
de la Constitución es de una total desvergüenza si se considera su actitud
pusilánime ante con los derechos conculcados por la Dictadura y una gestión
presidencial en que fueron abatidas tantas esperanzas populares. Lo consecuente
con todo este mundo de incongruencias sería que este gobierno y la clase
política den el paso de erigir una estatua monumental a Augusto Pinochet, como
el fundador del nuevo estado, la Constitución que todavía nos rige y el modelo
económico más que sacralizado por los regímenes que le sucedieron. Mal que mal
siempre cualquier gobierno tiene sus aciertos.
Y si ya no quedara espacio en el
entorno del Palacio Gubernamental, se podría levantar este monumento en la
Plaza Italia, allí mismo donde fue removida la del general Baquedano con el
Estallido social del 2019. De esta forma, este sitio asumiría sinceramente lo
que hoy realmente somos: un país que se hunde en la indignidad de su política.
Se entiende que cambiar de
opinión es un derecho humano. Sin
embargo, ¿tanto y en tan poco tiempo?
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