Habrá
que exigir más presupuestos para la Justicia: lo que antes hacían los ejércitos
(dar golpes de Estado, reprimir, asegurarle el poder a los de arriba), ahora lo
hace la Justicia que encarcela inocentes y libera mafiosos, corruptos,
criminales, ladrones, estafadores y pedófilos. Brasil, Ecuador, Polonia y Hungría
están entre los países en los que la Justicia abandonó toda pretensión de ser
justa. Hay otros... Eduardo Contreras Mella, Abogado de los Derechos Humanos/Periodista/
Comunicador Social, nos cuenta el caso de Chile...
EL Gobierno y la Ley
Por: Eduardo Contreras Mella
La dolorosa experiencia de
nuestro país obliga a una constante preocupación en cuanto al respeto por parte
de los gobiernos del orden legal, del Estado de Derecho, de las normas
jurídicas, nacionales e internacionales.
No debe olvidarse que la
materialización de la propuesta sediciosa fraguada a fines de diciembre de 1970
en esa reunión entre el presidente Richard Nixon, su ministro Henry Kissinger,
Richard Helms por la CIA y Agustín Edwards por los golpistas chilenos, como
está reconocido en el proceso que sustancia actualmente el poder judicial,
tenía como eje esencial la ruptura de la institucional democrática del país, la
vulneración de la Ley.
Y así actuaron las mayorías
golpistas del Congreso y del Poder Judicial, supuestos garantes del orden
jurídico. Y se abrieron de par en par las puertas para el horror que el mundo
conoce y condena. De allí que, más allá de la formalidad que suelen signar sus
declaraciones, resultan preocupantes algunas señales del actual régimen que de
alguna manera evocan ese pasado que marca la historia oficial de Chile.
Mal que mal quien dirige este régimen
fue el principal orador del acto público de la derecha en las calles de
Santiago en defensa de Pinochet cuando el dictador estaba preso en Londres a la
espera de ser enjuiciado en España.
Se ha dicho que ese gesto de
Piñera fue motivado por la gratitud hacia el régimen militar en 1982 cuando se
produjo el affaire del Banco de Talca. Puede ser, conocí detalles de ese
episodio por personas vinculadas al tema.
Pero tampoco hay derecho a
olvidar que el actual régimen es el de los mismos sectores económicos,
políticos, sociales y comunicacionales que protagonizaron el fatídico 11 de
septiembre del 73 y todas sus consecuencias: La oligarquía empresarial farisea
sofofa.
Por eso es que nos interesa
subrayar lo que dice relación con la aplicación y respeto de las normas
jurídicas en materia de investigación y sanción respecto de los hechos punibles
y de la responsabilidad que cabe a los autores, cómplices y encubridores de los
crímenes de lesa humanidad perpetrados en nuestro país a partir del golpe de
Estado.
Un ejemplo que explica nuestra
justa preocupación es la circunstancia de que, más allá de los dichos del
ministro de Justicia, lo concreto es que
con el inicio de la concesión de indultos a los condenados que ya gozan de
indebidos beneficios como un penal especial, el de Punta Peuco, además de
multimillonarias pensiones, ha comenzado un desembozado quiebre del orden legal
respecto de su perdón total.
Explico esta afirmación y empiezo
por destacar que hasta la propia Constitución/ Artilugio 1980 vigente, la que
como sabemos es de origen espúreo, contempla, como no podía ser de otro modo,
la absoluta obligatoriedad del respeto al Derecho Internacional, expresado en
los tratados, acuerdos y convenciones suscritos y ratificados por el Estado de
Chile.
Y sucede que no sólo la normativa
nacional sino diversos instrumentos internacionales acordados y ratificados por
Chile, y que son por tanto integrantes del obligatorio orden jurídico de
nuestro país y nuestro Estado, disponen exigencias específicas, especiales,
diferentes, para la procedencia de otorgar beneficios carcelarios cuando se
trata de condenados por delitos de lesa humanidad.
Es obvio y así lo entendió el
mundo entero que, si por la magnitud de esos crímenes es la humanidad toda la
que ha sido ofendida, esa humanidad tenía el derecho y el deber de establecer a
través de sus representantes normas precisas, exigibles para todos los Estados.
Es el caso a que nos referimos.
Pues bien, conforme al Derecho, a
las leyes, al orden jurídico, no es posible, no corresponde, conceder beneficio
alguno a quienes no hayan colaborado eficazmente al establecimiento de la
verdad de los hechos y que, además, no hayan mostrado un real arrepentimiento
por sus crímenes.
Colaboración en el proceso
judicial y arrepentimiento por sus delitos. No puede haber algo más claro y más
justo. Si no concurren esos requisitos, no hay nada que hacer.
Y para que se entienda nuestra
preocupación, veamos lo que está haciendo ahora mismo el gobierno de Piñera.
No sólo está otorgando indultos
categóricamente improcedentes e ilegales, sino que para hacerlo más rápido y
masivo ha pedido al señor Contralor General de la Republica y éste ha accedido,
a liberar por un año sus decretos de indulto del trámite obligatorio de “toma
de razón” por la entidad constitucionalmente controladora de la legalidad de
los actos de los órganos del Estado.
Es una burla a la legalidad, es
luz verde a la impunidad de los criminales. Es deber de la ciudadanía, de la
sociedad y sus instituciones, sus organizaciones, salir al paso de esta burda
maniobra. El gobierno indulta y nadie le controla.
Si a eso sumamos la intromisión
del tribunal constitucional que retarda con pretextos improcedentes el curso de
los procesos relativos a estos crímenes a fin que no lleguen pronto al estado
de sentencia definitiva y que al mismo tiempo, contradictoriamente, no se
preocupa de la inconstitucionalidad de los indultos, tenemos una visión más
clara de la situación que nos preocupa.
Finalmente, para despejar toda
eventual duda del lector veamos un ejemplo en cuanto a la improcedencia de los
indultos concedidos y de los que se avecinan como gratitud gobernante a la así
llamada “familia militar”
Los indultos a la llamada “Familia militar, reserva moral de la
oligarquía farisea sofofa”
Uno de ellos es el caso del
indulto del coronel de ejército René Cardemil aquel que, a poco del golpe y en
el marco de la llamada “operación Torres de San Borja”, diera la orden para
fusilar por la espalda a supuestos “terroristas” que en verdad era un grupo de
ciudadanos chilenos y extranjeros que vivían en departamentos de esa ubicación
en donde fueron detenidos.
Algunos eran incluso
políticamente de derecha. Entre los fusilados, una mujer con un embarazo de
seis meses. Valiente soldado.
Consta en el proceso que Cardemil
jamás cooperó para el avance de la investigación, pero además luego de su
liberación sostuvo públicamente lo razonable y justa que le parecía su conducta
y hacía alarde de la derrota propinada a los terroristas y de cómo él era parte
de los vencedores.
¿Cómo pudo este régimen
atropellar tan burdamente la ley? Silencio en la Contraloría, silencio en el
tribunal constitucional. Silencio en la Moneda.
La facinerosa, malvada y criminal caravana de la muerte
Y vino luego el caso del indulto del coronel
Jaime Ojeda, jefe del operativo de Caravana de la muerte, episodio La Serena,
en donde se fusiló cobardemente - sin juicio previo y sin razón alguna - a un
grupo de personas, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos y entre esas personas al insigne músico nacional Jorge Peña Hen.
El oficial Ojeda, otro “valiente
soldado” defiende sus crímenes porque “estábamos en tiempos de guerra” y los
ejecutados “eran terroristas que querían tomarse el poder por las armas ”.
Y en el colmo de esa estupidez y
descaro que les es tan propia agregó que el gran artista chileno, cuya efigie
acaba de inaugurarse en la ciudad nortina, y que por entonces regresaba de una
exitosa gira artística desde La Habana, traía en los estuches de los
instrumentos de música de los niños que conformaban la orquesta sinfónica
juvenil creada y dirigida por él, nada menos que “armas para los terroristas”.
A punta de infamias el asesino condenado intenta justificar su conducta cobarde
y criminal.
Preguntas finales. ¿Seguirá el
regimen violando la legislación nacional e internacional indultando a aquellos
criminales, autores de delitos de lesa humanidad, que no cumplen los requisitos
exigidos por la Ley para este tipo especial de ilícitos?
Y ¿seguirá la sociedad chilena y
sus instituciones observando pasiva como se vulnera el orden jurídico?
PS: Lo subrayado es nuestro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario